Radiografía de la fractura
Hay algunos amigos que se han preocupado de la falta de publicación en el blog desde hace un tiempo, la última fue el 15 de marzo. En marzo sólo hay una. Todo tiene su explicación. El domingo 16 de marzo a las ocho de la tarde salí a depositar la basura reciclada y orgánica en los contenedores de Fernando IV con Platero Pedro Sánchez de Luque. Lloviznaba y las calles estaban solitarias. Me dispuse a iniciar el camino de retorno hasta el paso de peatones. Desde los contenedores hasta mi paso habitual hay unos cinco metros de plataforma de acera totalmente despejada, primero está el paso de peatones de Fernando IV y luego a la derecha el de Platero Pedro Sánchez de Luque. En una palabra, que una persona que esté en esa plataforma de la acera, va a cruzar por alguno de los dos pasos.
Prótesis de cadera, las líneas del centro de la pelvis son cuatro trozos de oro de veinticuatro kilates
La calle Platero Pedro Sánchez de Luque, no es calle de tráfico sino de búsqueda de aparcamiento. Por Fernando IV circulaba un coche blanco buscando aparcamiento, yo lo vi a mi izquierda cuando caminaba hacia el paso de peatones en mi retorno. Debí haber sido prudente y pensado que podía no haberme visto o no querer parar, no fue así, cuando iba a poner el pie en el paso de peatones, me embistió. Intenté pararlo con la mano pero iluso de mí eso es imposible, el desequilibrio que me causó me llevó dando traspiés hasta la cabecera del primer coche aparcado delante del paso ya en la calle. Ahí caí al suelo lateralmente. La cabeza me dio en la trasera del segundo coche, pero no perdí la consciencia. El golpe fuerte se lo llevó la pierna y cadera derecha. Un chasquido inconfundible me llevó a pensar que me había fracturado, de momento la cabeza del fémur de la pierna derecha.
Estado pierna derecha
Quedé tirado en el suelo bajo la lluvia. El conductor que había girado levemente a la izquierda al impactar conmigo, se bajó gritando desesperadamente: ¡¡No lo he visto!! ¡¡No lo he visto!! Era evidente, nadie quiere hacer daño a nadie, si me hubiera visto no me habría atropellado, se habría parado como obliga el código de circulación hacer a los vehículos cuando los peatones hacen ademán de querer pasar por un paso de peatones. Sólo estábamos en la calle el conductor y yo, que pensando iba a continuar la marcha me había arrastrado casi debajo del coche aparcado para quitarme de su trayectoria. El conductor se me acercó y me preguntó dónde vivía, le señale mi casa y se acercó a avisarle a Conchi de lo ocurrido. Ni siquiera me preguntó como estaba.
Herida de la implantación prótesis cadera
Se acercaron otras personas, yo seguía en el suelo y la lluvia arreciaba. Una vecina llamó a una ambulancia, creo que dijo la pauta a seguir ante mi manifestación de que tenía fracturada la cabeza del fémur. Era enfermera creo recordar. Trae de incorporarme y ponerme de pie, trajeron una silla que no acepté porque en esa postura agarrado a la trasera del segundo coche aparcado estaba mejor que tirado en el suelo y lloviendo, o sentado. La ambulancia tardó como una hora, el dolor era muy intenso y los pensamientos se agolpaban en mi mente. Lo que cambia la vida en un segundo, por una distracción de un conductor y la mí falta de previsión. El derecho peatonal de pasar por un paso señalizado sólo sirve en el papel, en la realidad un peatón y en este caso viejo, es siempre el débil, el perdedor.
Otra vista de la incisión
Escuchaba los “técnicos” que siempre dicen quién es culpable o quién no, sin importar nada más. Llegó la ambulancia como he comentado muy tarde, una hora después de llamarla la vecina y con una sola persona y sin medicalizar, y venía a un accidente de tráfico, esto es increíble. La Policía de Tráfico aún no había aparecido. Como pudo, el conductor de la ambulancia con la ayuda de los solidarios colaboradores, me subió a la dura camilla, y partió para las Urgencias de la Ciudad Sanitaria. Cualquier bache del camino se traducía en un dolor intenso en la cadera derecha. Preferencia en las urgencias. Vía, electro, analíticas, radiografías de cadera, pulmón y columna, nuevamente examen y una vez diagnosticado, traslado para ingreso al Hospital Provincial en la planta 7ª traumatología. Dos horas tardó la ambulancia en hacer el traslado. De vergüenza el servicio privado de ambulancias.
Distintas prótesis de cadera
El dolor había cedido algo y ya con mis hijos incorporados al “duelo”, me quedé dormido. Día 17, mí cumpleaños, 78. Media mañana, quirófano, atención exquisita por el personal sanitario, anestesia epidural y sedación, e implantación de una prótesis de cadera, recuperación, nuevamente atención amable por el personal de quirófano, que incluso hicieron el chiste de que la prótesis era un regalo de cumpleaños. Subida a la habitación y excelente trato del personal de planta. Día 18 de marzo visita de las facultativas para darme la pauta a seguir y el alta hospitalaria y la continuidad del tratamiento en domicilio. Ahora nuevamente lo mejor, ocho horas con el alta en la mano, esperando a la ambulancia para el traslado a mi domicilio. Al fin en mi casa. Todo el mundo te dice lo mismo, podría haber sido peor, claro y más rápido, pero también podría haber sido mejor si el conductor hubiera estado atento, y yo hubiera calculado que podría no estarlo.
Prótesis (foto Dr. Gómez Aguilar)
Luego pasados los días visita de la Policía Local para tomar declaración, y manifestar que muy atenta y profesional. Ya he mencionado que los únicos testigos habían sido los protagonistas y sus manifestaciones las únicas. Una vez con el atestado policial en nuestro poder observo que el conductor ha declarado e incluso acompañado un croquis de dónde estaba yo en el momento del impacto. Y yo me pregunto: ¿Si cuando estaba en el suelo lo primero que escuche fueron sus voces desesperadas -¡¡No lo he visto!! ¡¡No lo he visto!! Cómo sabe todo lo que ha manifestado sin haberme visto?
Radiografía axial control día 11 de abril
Hoy, casi un mes después del accidente, de sobrecargar el trabajo de mi familia, de haber pasado la primera revisión quirúrgica, de haberme retirado los 25 puntos y la enorme cicatriz haber curado normalmente. De haberme cambiado la vida, porque no es lo mismo. De continuar con la pierna dolorida, que no me han tratado, sólo la fractura, el ciudadano que no me había visto, ni siquiera se ha dignado preguntar por como estoy, y vive dos o tres casas más arriba de la nuestra.
Radiografía control día 11 de abril
Piensen al pasar un paso de peatones que el que pierde es el que tiene derecho a pasar sobre el vehículo que pretenda hacerlo también. Hay que esperar a que nos vean y ante la duda de si nos han visto o no, dejarle pasar. Un vehículo es una pesada máquina que nos puede matar. Que es la diferencia máxima entre no pasar nada y fracturarte la cabeza de fémur, o algo peor. Salgo un poco con el carrito facilitado por la Seguridad Social, y hago algún que otro pinito con un paraguas como bastón, ando lo que puedo en casa, modificada, como dijo mi nieto al ver el apartamento como menos muebles para facilitar la movilidad. Y menos mal que no vivimos en el tercero sin ascensor por la falta de humanidad de la vecindad.
Fotografías de Gabriel Muñoz, Radiografías S.Social
Bibliografía de la memoria para olvidar
Animo y fuerza Paco, un traspiés del que seguro saldrá adelante, muy triste que una distracción de un conductor sea sufrida así de esa manera; seguro que estad en buenas manos y la recuperación será rápida, en poco podrá seguir disfrutando de los maravillosos paseos en esta amada ciudad que usted hace grande con sus espectaculares artículos, le envío un enorme abrazo; salud y republica.
ResponderEliminarPaco, espero y deseo que te recuperes lo mejor posible.
ResponderEliminarVaya Paco, no sabía nada. Ciertamente había echado de menos tus intervenciones en las redes, pero lo achacaba a algún viaje del IMSERSO o algo parecido (lastimosamente ya no hay tantas obras para que vayan los jubilados a mirarlas). Tienes toda la razón en lo que en un segundo te cambia la vida. En este caso te ha tocado a tí, es innegable que has tenido "mala pata" en el asunto (perdona pero no he podido resistirme al chiste fácil, aunque solo sea por animarte un poco...)
ResponderEliminarYa en serio, espero que te recuperes poco a poco y sin prisas ni pausas. Ya verás como dentro de un tiempo solo te quedará una cicatriz de recuerdo. Mucho ánimo y un fuerte abrazo.
Pero mala pata, querido amigo Manolo, le dije el otro día a otro amigo que parece que me ha mirado un tuerto. Me agarro a tú último párrafo, te mando un fuerte abrazo y muchas gracias.
EliminarJoder, Paco, ya me estaba extrañando a mí que tardaras en publicar. Te comprendo perfectamente, mi caída fue más simple, también más tonta, pero lo que me rompí fue el femur, aunque no la cabeza. Fue en mi casa y yo me tiré dos horas esperando la ambulancia, tirado en el suelo, porque el menor movimiento me producía un dolor insoportable. Primero llegó una ambulancia con un carrito, a pesar de que Lola había explicado como estaba, se tuvo que ir y volver con una camilla de esas que te meten en dos partes por debajo dos personas. Lo tuyo ha sido más aparatoso y más peligroso, pues el coche pudo hacerte mucho más daño. Es cierto, vivimos como si nada, pero la vida puede cambiarte en la fracción de un segundo, no sólo ahora que somos mayores, sino también a los más jóvenes que viven como si fueran invencibles. Yo siempre que salgo a tirar la basura voy con el móvil, no tengo que cruzar ninguna calle, pero puede aparece el vértigo, o caerme, porque muchas veces tengo una fuerte inestabilidad. En fin, espero que lleves bien la recuperación y que te recuperes por completo. Esa es la parte más pesada de este tipo de accidentes. Y tienes mucha razón: en un paso de peatones hay que cerciorarse de que el coche para antes de iniciar el cruce, más ahora, que los años no nos permiten dar un salto y salvar un posible atropello. Un abrazo fuerte y ánimo.
ResponderEliminarRafael Arjona, muchas gracias, yo me había caído dos veces en la casa antes, pero como apostatamos, seguro que el “ángel de la guarda” intentó volvernos a redil. Bromas aparte fue una suerte. Pero la inseguridad ciudadana no está en los que “te ocupan el piso cuando sales a comprar el pan”, sino en las calles, automóviles, patines, etc. Ahora el ir con un carrito por la calle te permite ver como nuestras ciudades no están hechas para disminuidos y viejos. Un abrazo para ti y Lola.
EliminarHola Paco, mira que lo estaba sospechando cuando vi que no había actividad en el blog y efectivamente, al ver una radiografía nada más cargar tu página mis sospechas se han vuelto realidad. Cuánta razón tienes al afirmar que la vida te cambia en un segundo y menos mal que ese coche iba despacio... En fin, mucho ánimo, mucha fuerza y un abrazo enorme para ti y para Conchi que la pobre se llevaría un susto tremendo.
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio. Pasado mañana hace un mes. La verdad es que el aspecto depresivo hace acto de presencia y acentúa el daño. La sobrecarga de trabajo familiar y la edad que tenemos también. Un fuerte abrazo querido amigo
EliminarRafael Vera muchas gracias por tus buenos deseos, se hará lo que se pueda pero es difícil porque la edad tampoco acompaña. Salud y República Un abrazo.
ResponderEliminarGracias amigo Julio Galisteo un fuerte abrazo.
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