En el bonito claustro oeste de la Facultad de Filosofía y Letras, patio de Antonio del Castillo, puede verse la exposición organizada por FUDECA, “Julio Romero de Torres, insigne trabajador, eminente obrero del arte”, compuesta doce láminas con fotografías muy interesantes:
“Europa y España”, “Córdoba de la época”, “La familia Romero de Torres”, “Una familia con conciencia social”, “Pintura social”, “La Casa del Pueblo de Córdoba”, “Ellos”, “Ellas”, “Julio Romero de Torres" y su relación con otras artes”, “La muerte de un pintor”, “El monumento a Julio Romero de Torres” y “el Museo”, son sus títulos.
La categoría de los colaboradores, empezando por la UCO, el AHPCO, el AMCO, Francisco Acosta, Antonio Barragán, Fuensanta Garcia, Manuel García, María Dolores Garcia, Maria del Mar Ibáñez y María José Ramos, es sinónimo de calidad, por lo tanto el aporte de estos intelectuales e instituciones garantiza el contenido sobradamente, sin olvidar el marco que merece la pena.
Dice una lámina: "El pintor cordobés Julio Romero de Torres no solo fue un maestro en capturar la esencia de la mujer, fue también un artista profundamente vinculado con la realidad de su tiempo y la clase trabajadora. Aunque durante años se ha asociado con un folklorismo conservador vinculado al franquismo, su sólida formación, influencias europeas y relaciones personales revelan una figura mucho más compleja y profunda.
Esta exposición tiene como objetivo revelar la dimensión más social, íntima y comprometida del pintor. Para ello, analizamos el contexto político, social y cultural en el que desarrollo su obra, marcado por las tensiones en la España de finales del XIX y principios del XX, nos adentramos en su entorno familiar, donde el compromiso social era una constante y exploramos su activa implicación en la vida cultural cordobesa y madrileña.
Además se destaca su relación con la clase obrera, reflejada tanto en sus obras como en su vínculo con la Casa del Pueblo de Córdoba, donde era querido y respetado como “obrero del arte”.
Esta exposición nos permitirá comprender a Julio Romero de Torres como un artista integral, cuyo legado va más allá de su obra pictórica convirtiéndose en un referente de la cultura y el compromiso social.”
Quienes por “las nieves del tiempo tenemos blanqueadas suficientemente las sienes”, y hemos conocido el lugar como Hospital de Agudos, del que fue capataz de obras mi tío abuelo Antonio Carreras, “el cojo”, nos acordamos de su orondo portero, y la enorme afluencia de personas para recuperar la salud en el hospital antiguo palacio del Cardenal Salazar.
También el contraste con el establecimiento de enfrente, antes Hospital de Incurables de San Pedro Alcántara, donde las escabrosas historias, nos contaban que había personas con esa enfermedad bíblica que era la lepra. Todo ello es un plus especial para mi memoria personal que hace la visita a la hoy Facultad mucho más atractiva, evadiéndonos si podemos, eso sí, del turismo invasor.
Fotografías del autor
Bibliografía de las láminas expositivos
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