viernes, 13 de septiembre de 2024

LA CALLE MAGISTRAL GONZÁLEZ FRANCÉS ANTES DEL MESÓN DEL SOL

 
Desde el sur, a la derecha el comercio de Antón

Hoy toca una calle cercana al muro este de la Mezquita, la llamada Magistral González Francés, dedicada al intelectual Magistral del Cabildo. Es complicado abstraerse pues hay que considerar el tiempo como una complicación. Si pensamos en la romana Córdoba republicana no existía en ese tiempo en el sector nada, era el campo de la muralla hasta el río. 

La actual grada redonda

Podemos imaginar el desnivel de la meseta si mirasemos hacia Jerónimo Páez o Blanco Belmonte. Luego el cardo romano, ya en época augustea, que se supone era la calle Céspedes y su paso por debajo del que luego ha sido el Altar Mayor de la Catedral enquistada en la Mezquita, que entonces no existía, ojo en la Córdoba republicana. 

Vista desde el norte

Pero la consolidación de la calle, su creación definitiva, viene la ampliación de la Mezquita de Almanzor. Hubo que derribarse el Lavatorio, y lidiar con la señora de la palmera (a saber si esto no fue una leyenda), estimando que a Almanzor no le iba a parar el sentir de una señora, por muy respetable que fuese, salvo que fuese un familiar. 

Comercio en su parte superior

La calle y Puerta del Patio, de estilo churrigueresco, del siglo XVIII, se llamó también de la Grada Redonda,  por la redondez que tenía la lonja de la esquina noreste, hasta la Plaza de Santa Catalina con puerta al Patio de Naranjos con el escudo de la fábrica de la catedral, en el que está representado el minarete primitivo, y abrevadero, porque la fuente no es tal, es abrevadero y por ahí circulan fotografías con ese uso. 

La tortillería

Y de la plaza hasta el Caño Quebrado o calle de la Carrera del Puente y después Cardenal Gonzalez, calle del Mesón del Sol, establecimiento que estuvo funcionando hasta el 1977. Detrás la Alcaicería, o lo que iba quedando de las constantes mordidas urbanísticas; el nuevo Lavatorio; y pasados unos años el primitivo Hospital de San Sebastián

La curtiduria de Varo

Y la contemporaneidad personal que ya es pasado, por cuestiones generacionales. Primeras casas empezando por la Grada Redonda o esquina de la de Encarnación, fueron vivienda del abuelo de un buen amigo. Luego en la época dorada de los comercios de recuerdos para los turistas, tienda de D. Antonio el maestro director de San Eulogio, por lo menos yo así lo creía pues una profesora estuvo allí trabajando de dependienta. 

El escudo Fábrica de la Catedral

La Taberna de Santos, que lo entrevistaban como el comerciante o vecino de más solera (no sé si vive aún) Aunque para los que hemos sido habitantes del barrio tenemos otro punto de vista, había llegado a ese barrio mucho después que nuestras familias. Curtidos Varo, la tienda y quizás taller que luego se trasladó a la calle Alfaros, era muy significativa en la zona. 

El pilar de Santa Catalina

Santa Catalina, el ensanche de la plaza con la calle dedicada al músico Martínez Rücker; casa noble en lo que hoy es un hotel, y la casa de mi tía Encarna en el número siete. En la Plaza hoy día comercios de hostelería y el portal artesano de mi amigo Manolo Soriano, nieto de los últimos campaneros Manolo y Elena, e hijo de mi buen amigo Manolín, fallecido joven. 

El hotel de la plaza

Ahora en este sector debo dejarme llevar sin datos comprobados por mi memoria, porque recuerdo que tuvo casa la familia Adarve, y tengo imagen de la mujer de Adarve hijo, el detective privado, una señora extranjera que los bulos de la época decían se había casado de penalti, un clásico. Después tengo en mi memoria que tenía casa un anticuario. 

¿Casa de los Adarve?

Hoy un Self service y el hotel Conquistador en las casas lavatorio. Y lo más representativo de esa acera solitaria, era el portal de Juanito el Piconero. Carbón y picón, y más moderno petróleo. Cuando te mandaban a por picón para los braseros, si no hubiera sido por los dientes y los ojos no hubiéramos visto a Juanito en el fondo del negro carbón. 

El self service

La casa del Cabildo, donde se aloja la máquina o caldera del suelo radiante del Altar Mayor, y lo que fue el Mesón del Sol. Recuerdo haber entrado a ese patio con pilar y lavaderos, que está plasmado en alguna fotografía. El Mesón siempre asociado con la historia de la señora, hospedada allí, que tenía una foto de mi padre, a saber cómo, y su sobrino político Cándido Gallego y su amigo Julio Galisteo, actuando como en Misión Imposible, entraron en la habitación de la señora y recuperaron la foto antes de que Loles, mi madre, se hubiese enterado y pedido explicaciones. 

Hotel el Conquistador

Terminamos en la casa esquina propiedad de Antón y Victoria -fruto creo recordar de un premio de la Lotería Nacional-, la querida familia gitana de Medina y Corella 4. De juegos con sus hijas Julia y Victoria y su otro hijo y actual regente, Antón. El puesto de chucherías, en esa rincón raro de la calle, donde comprábamos; pastillas de leche de burra, sobres de harina de algarroba, o cigarrillos de matalahúva, 

Infiernillo de petróleo

nunca recuerdo el nombre de la señora que lo regenteaba. Una señora delgada vestida de negro, y le asocio una toquilla en invierno, pero no puedo acordarme del nombre. En la acera de la Mezquita la alta grada o lonja, las puertas reparadas por Velázquez Bosco en el muro este, y la columna que recuerdo rota, ahora nueva.  

Casas del Cabildo

Qué decía D. Teodomiro, consultado en el fichero virtual de la Biblioteca Municipal: “Descrita ya la parte correspondiente de la Carrera del Puente [Cardenal González] nos venimos a la del Mesón del Sol [Magistral González Francés], nombre que ostenta desde el siglo XVI, aunque sólo hasta llegar a la plazuela de Santa Catalina, porque de ese tiempo arrancan las memorias de la posada de igual título, 

Otra casa

un tiempo la principal de Córdoba y en la que se hospedaban todos los personajes más notables que visitaban ésta Ciudad, importancia que le ha durado hasta el primer tercio del presente siglo [siglo XIX], recordando entre otros de los huéspedes al célebre escritor francés vizconde de Chateaubriand y a otros muy distinguidos; 

El Mesón del Sol

dicha posada ocupa parte del terreno que fué Alcaicería y después hospital de San Sebastian. La casa morada del Sr. Conde de Cañete de las Torres, título posterior a la revolución de 1868, debió pertenecer a alguno de los mayorazgos de los Laras, toda vez que sobre el dintel de su puerta le hemos conocido siete cabezas de guerreros, hechas de piedra franca; en el interior dicen haberse encontrado una especie de sepulcro con una inscripción alusiva, que no hemos visto. 

Lo que fue el Mesón.

Antes de llegar a la calle del Mesón del Sol [Magistral González Francés] está la de la Grada Redonda, o sea el tramo desde la de la Encarnación a la espresada plazuela de Santa Catalina; ésta toma el nombre de la puerta de la Catedral así titulada, y aquélla de la grada o lonja que dicho edificio tiene hacia aquel lado: en el último arreglo se le dió a toda la calle el título del Mesón del Sol."

El comercio de Antón

Y continuaba, sobre el primer hospital de San Sebastian en la Alcaicería: “En el año 1363, se sufrió en Córdoba una de las epidemias más grandes que se han conocido, y de la cual nos ocupamos en el barrio de la Magdalena; entre los santos a que se hicieron mayores rogativas fué el mártir San Sebastián, en cuyo honor instituyose una cofradía, y se le erigió altar en el que actualmente ocupa el Santo Cristo del Punto, donde aún se ve la imagen de aquél: carecía ésta ciudad de hospitales, y la nueva hermandad acudió al Cabildo en demanda de protección, ayuda y local, a lo que accedió gustoso, reuniéndose en 27 de febrero de dicho año, tomando el acuerdo que copia el señor Bravo en su Catálogo de los Obispos, tomo primero, página 405; 

Rótulo de la calle

concediósele en él parte del solar de la Alcaicería y las casas llamadas del Lavatorio, propias de aquella Corporación, con la precisa condición de que si la cofradía dejaba de existir, fuese del Cabildo, tanto el hospital como todo lo perteneciente al mismo: este caso llegó, y todos los capitulares se esmeraron en sostenerlo, haciéndole diversas donaciones, las que con otras posteriores llegaron a nuestros tiempos, formando sobre treinta mil reales de renta anual, sin contarse el ingreso de parte de la ofrenda de los días clásicos, acordada en 22 de agosto de 1505, por haber quedado sin efecto. 

Como debieramos ver la calle

Por este tiempo se ocupó el Cabildo de la ampliación de éste hospital, y considerándola poco menos de imposible en aquel sitio resolvió en 13 de febrero [sic] de 1512 trasladarlo al sitio actual, denominado el Corral de Cárdenas, propio de la Mesa Capitular, si bien creemos sería parte de él, porque, según datos registrados por nosotros, éste debió ser inmenso, toda vez que dentro había distintas casas y aún palacios de diferentes dueños." 

Puerta de Jerusalen

¿Quién era el Magistral reseñado? Nació conquense, un 28 de febrero de 1842. Ingresó en el seminario con ocho años. Es un niño muy estudioso. En 1863 se licencia en Derecho Canónico con 21. Se doctora en Teología en Toledo. Es ordenado sacerdote en la ciudad de las casas colgantes en septiembre de 1864, con 22 años. Tres años después 1869 mediante oposición obtiene la Canonjía de Magistral de la Catedral de Córdoba, con 27 años. Fue un gran predicador. 

Vista del muro este de la Mezquita

Don Antonio Jaén Morente, historiador y diplomático, sin olvidar su republicanismo dijo de este personaje: “Fue llamado el Magistral por antonomasia, sin disputa el mejor orador que hubo en la ciudad, incluyendo a los forenses y a los políticos. Lo catalogan de orador sagrado y no fue eso. Su talento oratorio era para grandes multitudes, para pelea y combate, no para una cátedra sin contradictores. La demostración de ello está en sus escritos y en sus asomos al periodismo. Su temperamento de líder se anegó en el púlpito sagrado.”

El Magistral

Y el periodista Ricardo de Montis escribió:”En la segunda mitad del siglo último, esta ciudad tuvo la honra de contar entre su clero, en el Cabildo Catedral, a uno de los primeros oradores religiosos de España, el Magistral González Francés. Unía a su elocuencia excepcional, a una palabra avasalladora, vastísima erudición, conocimiento muy profundo de todas las ciencias y especialmente de la Teología, la Filosofía y la Historia.”

La placa en la fachada del colegio La Milagrosa

Se integró fácilmente en la sociedad cordobesa. Participó en el periódico La Tradición. Miembro de la Real Academia, desde 1886. Tiene en su haber libros como “Góngora racionero” y la “Virgen de la Fuensanta”. En la fachada del Colegio La Milagrosa una placa lo recuerda: “Al ilustre Magistral doctor Don Manuel González Francés, cofundador de estas escuelas-asilo y su primer director gerente; sabio y esclarecido varón, orador elocuentísimo y escritor insigne; tan célebre por su ciencia como respetado por sus virtudes. Prestó eminentes servicios a Córdoba hasta su óbito ocurrido el 31 de enero de 1901. ¡Honor y Gloria a la Caridad y al Genio! La ciudad agradecida tribútale este recuerdo.” El primer año del siglo XX, 1901, falleció, tenía 59 años. En su vida todo lo consiguió muy joven.

Fotografías del autor e Internet
Bibliografía de Paseos por Córdoba.


2 comentarios :

Julio Galisteo dijo...

Paco, muy interesante como siempre. En este caso no puedo evitar quedarme con la imagen de mi padre buscando la foto. De película. Supongo que sería muy joven.

Paco Muñoz dijo...

Julio cálculo sería el año 45 o 46, lo que no sé es si tu padre estaba ya casado. Es aprovechar que la señora salió de su habitación y entrar en ella, para el trabajo, pero eso es un delito. Yo no entré en detalles, el me lo contó riendose como una aventura. Como la tajá que cogió al llegar tarde a la fiesta de la boda (1945) y tener que ponerse al día con los otros. Eran muy amigos. Un abrazo Julio