jueves, 26 de septiembre de 2024

APOSTATAR


De la R.A.E. Apostatar: Del latín tardío apostatàre. 1.-intr. Dicho de una persona: Abandonar públicamente su religión. (Sinónimos: Abjurar, renegar, retractarse) 2.-intr. Dicho de un religioso: Romper con la orden o instituto a que pertenece. Apostató de la orden y fue excomulgado. (Sinónimos: Abjurar, renegar, retractarse) 3.-intr. p. us. Abandonar un partido o cambiar de opinión o doctrina. (Sinónimos: renunciar, abandonar, desertar, repudiar, traicionar).”
Una comunicación de un miembro de Córdoba Laica me vino a recordar un asunto personal pendiente, apostatar, o lo que es lo mismo renunciar a pertenecer a la Iglesia Católica como miembro. Teniendo en cuenta que esta membresía se consigue por el bautismo, acto sobre el que nadie me preguntó antes de efectuarse. Yo nací un diecisiete de marzo de 1947 y fui bautizado un veintitrés de julio del mismo año, tenía pues cuatro meses y nadie podía preguntarme nada. Soy consciente que esta decisión que hace años debí tomar, es una decisión personal y libre. Aunque la tramitación administrativa está cargada de incongruencias, por ejemplo: te exigen un Certificado o Partida de Bautismo, cuando el Artículo 28.2 Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas. Dice: “Los interesados tienen derecho a no aportar documentos que ya se encuentren en poder de la Administración actuante.” Es una contradicción que te digan aportes una Partida de Bautismo que la expido yo porque la tengo yo, y además (en algunas parroquias) la cobro (En cada parroquia una tarifa distinta).
 
Partida de Bautismo con margen para notas

Un ejemplo: en San Pedro te dicen, que una nota de bautismo que refleja nada más que el libro donde estás registrado vale diez euros. A la petición de factura te dice el sacristán que el párroco ha puesto en el sobre el precio, pero que si es una Partida vale más (no pregunté cuánto), sin embargo en el Sagrario de la Catedral te dicen que es gratuita (te dan un certificado en toda regla, donde figuran todos los actores), eso sí, puedes dar un donativo según tu voluntad. Manifestar que el trato recibido en el Sagrario ha sido muy correcto. La certificación en papel de categoría, de color verde, tiene la curiosidad de poder conocer el nombre de los padrinos que fueron D. Francisco Rubio y Maria Rosa Rubio, la hija de D. Paco, vecinos y propietarios entonces de la finca La Calzada. De los familiares cercanos y su naturaleza. Y del ministro oficiante que en mi caso fue el Canónigo José María Padilla, vecino del barrio de la Judería, de la calle Deanes, luego director del Monte de Piedad (Impiedad) y Caja de Ahorros del Sr. Medina


Del nombre del padrino se desprende el del entonces “nuevo católico”, que entrecomillo porque salvo el hecho concreto de que con doce o trece años, yo estaba trabajando de aprendiz de joyero y aportaba un sueldo a la casa. Mi madre muy preocupada me dijo que yo no había hecho la primera comunión, que tenía que hacerla porque podrían encarcelar a mi padre por ello. Está cuestión no la comprendía ni compartía, pero como lo decía mi madre era suficiente. Confesé y comulgué, un domingo a las siete de la mañana, sin más acompañante que mi madre en la Real Colegiata de San Hipólito. Primera comunión, primera confesión (que el jesuita que la recibió no tuvo ninguna duda de que era la primera vez), y como yo no estoy obligado por el secreto de confesión, decir que hablamos del tema que me había dicho mi madre de la cárcel de mi padre, nada de pecados. Pero me aclaró a su manera que eso no era así. Los jesuitas han sido siempre muy listos. 


Luego buscamos un fotógrafo para la foto de recuerdo, a pesar de que yo no iba vestido de marinero o de almirante como los niños iban normalmente a ese acto. Mi madre me había arreglado una chaqueta y los pantalones eran los cortos normales. Como es lógico no había fotógrafo en la calle Capitulares a la que nos desplazamos, a esas horas de un domingo. No hubo fotografía pero mi madre compró jeringos en la Plaza del Salvador y vuelta para la Judería. La segunda vez que he comulgado en mi vida, y la última, fue cuando me casé, un 14 de octubre de 1973 (hace 51 años, después de un noviazgo de diez), creo que lo hice para no dar la nota, o simplemente porque me daba igual. No sé si esa segunda vez tiene valor pues no confesé previamente, y tampoco sé si estaba ya vigente esa norma de comunión sin confesión previa, antes hasta ayuno como al hacerte analítica, lo cierto es que no me importó mucho. 


Luego la asistencia a actos religiosos ha sido la habitual de bodas y entierros, procurando asistir con el respeto debido por el acto en sí y las personas que creían en ello. En el periodo de 1991 al 1995, en el que tuve una responsabilidad pública acudí a determinados actos religiosos obligado por el cargo. Hace unos años decidimos no asistir a actos religiosos en entierros, sólo el protocolo del pésame en el tanatorio o domicilio del finado. Hasta hoy. Por lo tanto mi vida a estas alturas no va a cambiar mucho, en materia religiosa por apostatar, pero si tendré una satisfacción personal por haber cumplido con esa asignatura pendiente. No comparto declaraciones de dirigentes católicos en muchos temas de la vida, y algunas me ocasionan vergüenza ajena. No comparto que tengan una emisora en la que le pagan una millonada a filibusteros por cizañar a la gente contra los gobiernos de izquierdas (bueno tanto como de izquierdas…), a la vez que incitar al odio. 


Luego está la pederastia y su gestión de protección de culpables y negación de la evidencia. En mi infancia que también la había, destacaba más el incumplimiento del celibato, parecía que el barraganismo no lo habían erradicado. En esto último yo he sido siempre partidario del matrimonio de los sacerdotes, pero lo que yo pensara tiene el mismo valor para el clero que este acto de Apostasía realizado. Institución misógina y con miedo a la mujer en el fondo. Y no quiero olvidar el hecho de las inmatriculaciones, que he criticado en todos los foros que he podido. Podría pluralizar porque hemos sido dos los apostatas, pero lo estoy singularizando por considerar esta acción estrictamente personal. En una palabra, soy consciente que poco va a cambiar mi vida por haber apostatado, aunque te queda en el haber el no compartir nada, oficialmente, con una Institución (también hay buenas personas, pues no tiene nada que ver el hábito) retrograda, hipócrita, y porque no muy facha, en España

Nota de Bautismo a 10 euros

Y también soy consciente que no me van a borrar al modo egipcio, con el cincel, de los sitios en los que esté, todo lo más me pondrán una nota al margen, si la ponen. Nota que no necesitó el párroco del Sagrario en los años cincuenta, cuando mi padre fue a pedirle una recomendación para una casa del Campo de la Verdad y le dijo que no se la daba porque no lo veía normalmente por la iglesia. Era verdad, él iba a otra iglesia, a los Dolores. Este párroco no necesitaba libro ni notas al margen. Estaba en su derecho desde luego, como aquellos que le subastaron la colcha de novia que empeñó mi madre, por no renovar los intereses, y la hicieron llorar por ello (Monte de Piedad o “Impiedad”), pero eran las normas. No sé tampoco si se van a comunicar conmigo para decirme si han modificado algo en los libros, o contestarme a la solicitud. La señora Margarita “Guerra”, perdón Robles, fue la ponente del Supremo que rectificó una sentencia favorable de la Audiencia Nacional, que dijo entre otras lindezas que los Libros de Bautismo no son fichas con datos de carácter personal. Lo importante es que algo hemos avanzado, pues en otras épocas hubieran sido quemados sin lugar a dudas, lo que osaran apostatar. Y para terminar, tanto si responden como si no, estoy satisfecho con haber realizado este acto administrativo.

Fotografías de Internet

domingo, 22 de septiembre de 2024

LA BIBLIOTECA PROVINCIAL GRUPO CÁNTICO

Biblioteca Provincial

La ciudad perdió una rosaleda, que se podía haber perdido también con las inclemencias del tiempo, además sólo era cuestión de sembrar nuevamente. Por contra se ha ganado una joya de Biblioteca. Con la perspectiva del paso del tiempo se ve que las negativas per se, o alinearse con alguna guerra, conllevan luego el reconocimiento de los errores. Pero más vale tarde que nunca. También sería aplicable el último párrafo al endémico retraso de todas las obras en la ciudad, acordémonos de la obra del murallón, que se lleva la palma. Ésta ha sufrido todas las vicisitudes inimaginables, y aún las sigue sufriendo por la evidente carencia de plantilla de personal.



Cuando decimos se ha ganado una joya -sin tener en cuenta el mayestático, que aplico con frecuencia-, es porque he escuchado esta misma expresión en más personas. Tiene una peculiaridad, si estás en las salas de lectura o estudio, es como si estuvieras dentro de los mismos Jardines Bajos, de la Agricultura, o popularmente de los Patos, a pesar de no haberlos ya. 


Como curiosidad desde la Biblioteca, de cualquiera de sus plantas vemos la ubicación de la antigua Biblioteca Séneca, clásica, con los restos destrozados de sus bancos circulares con azulejos llenos de pensamientos del filósofo cordobés romano. En su momento, década de los veinte del siglo XX, y junto con la Biblioteca Duque de Rivas, romántica, en la Pérgola, fueron el experimento cultural más importante de su tiempo.



Hablando con una señora trabajadora de la biblioteca me manifestó, respecto a la Biblioteca de Séneca que no había información sobre ella, que sólo había encontrado una en un Blog que se llamaba Notas Cordobesas. Le manifesté con satisfacción que el trabajo era mío de hace unos años, y comentamos sobre el sistema de esas bibliotecas, la clásica y la romántica, y la superación de estos templos almacenes del saber, por las nuevas tecnologías que permiten el acceso a la información desde tu terminal telefónico u ordenador en casa. Y seguro lo que nos queda por ver, pues la realidad siempre su pera a la ficción.



Según Wikipedia: “Por Real Decreto n.º 864/1984, de 29 de febrero (BOJA núm.57, de 8 de junio), su gestión fue transferida a la Comunidad Autónoma de Andalucía, a través de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Administrativamente se considera como una unidad dependiente de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura en Córdoba. La biblioteca nació al amparo de las comisiones científicas creadas para inventariar y agrupar todos aquellos fondos pertenecientes 



a los conventos, monasterios e iglesias que estaban siendo desamortizados durante los años 1835-1837. La Biblioteca Pública Provincial de Córdoba se crearía en 1842 por Orden de 12 de julio y sería Luis María Ramírez de las Casas Deza el encargado de inventariar dichos fondos. La relación de conventos, iglesias y monasterios de Córdoba de los que proviene el fondo de la biblioteca es la siguiente:



Convento de Carmelitas Descalzos./ Convento de Capuchinos./ Convento de San Agustín./ Convento de San Francisco Casa Grande./ Convento de San Pablo el Real./ Convento de los Santos Mártires./ Convento de la Santísima Trinidad de la Observancia./ Convento de Trinitarios Descalzos./ Convento de San Pedro de Alcántara./ Convento de San Pedro el Real./ Convento de San Francisco de Arruzafa./ Convento de Ermitaños de Nuestra Señora de Belén./ Monasterio de San Basilio del Tardón./ Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso./ Oratorio de San Felipe Neri./ Colegio de San Roque./ Iglesia de Nuestra Señora de la Paz (Córdoba).



La existencia de esta biblioteca comenzó marcada por el signo de la provisionalidad de su ubicación. Sus puertas se abrieron por primera vez al público en 1850 en el edificio de la Diputación Provincial situado en la calle Carreteras. Durante el periodo de 1864-1878 estuvo emplazada en la Plaza del Potro. En 1984 se produjo el traspaso de competencias de gestión del centro a la Junta de Andalucía como consecuencia de la constitución de la Comunidad Autónoma de Andalucía, inaugurándose ese año la nueva sede en el edificio contiguo al palacio Episcopal de Córdoba. El 7 de febrero de 2024 fue inaugurada la nueva sede en los Jardines de la Agricultura, más de 7000 m2, siendo renombrada como Biblioteca Grupo Cántico en honor a este grupo poético cordobés.  



La biblioteca cuenta con un fondo de alrededor de 180 000 documentos, de los que 150 000 son libros, más de 2600 son títulos de revistas, 11.000 grabaciones sonoras, 9000 videograbaciones, más de 3.000 CD-rom, y así como otros tipos de documentos-. Dentro de la colección, destaca un importante fondo antiguo, con 78 incunables y 647 manuscritos, aparte de una excelente colección de libros del siglo XVI. En total cuenta con más de 13 000 obras anteriores a 1900.



La biblioteca participa en varios proyectos de digitalización de su fondo antiguo. De hecho, la prensa y publicaciones periódicas anteriores a 1940, relativas a Córdoba, se encuentran digitalizadas en su totalidad y disponibles en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. También colabora con la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico para la que se han digitalizado obras antiguas. Asimismo las obras impresas en Andalucía o de temática o autor andaluz, se digitalizan para la Biblioteca Virtual de Andalucía.”




Como curiosidad, restos patrimoniales son el antiguo fielato del que queda el edificio, en la esquina noreste del recinto de los jardines, y por detrás las instalaciones del Servicio de Parques y Jardines (Vestuarios, comedor, oficina, etc). Desapareció el depósito en altura del XIX. Y como es historia local decir que, delante de la pared de la Rosaleda, que ahora es la hermosa Biblioteca Provincial, hubo un "servicio de meretrices", escalón más bajo, que era donde ubicaban desgraciadamente esas señoras mayores de venta de sexo callejero.


Foto de familia día de la inauguración

Venían empujadas por la construcción en Fleming y desaparición de su antigua ubicación en Vistaalegre (Charco de la Pava). El tiempo las desplazó al camino de las Margaritas al Brillante, lugar que se llamó popularmente “La Parilla Eléctrica”, por la inquietud de los actuantes.

Fotografías del autor y Diario Córdoba
Bibliografía de Wikipedia.

viernes, 13 de septiembre de 2024

LA CALLE MAGISTRAL GONZÁLEZ FRANCÉS ANTES DEL MESÓN DEL SOL

 
Desde el sur, a la derecha el comercio de Antón

Hoy toca una calle cercana al muro este de la Mezquita, la llamada Magistral González Francés, dedicada al intelectual Magistral del Cabildo. Es complicado abstraerse pues hay que considerar el tiempo como una complicación. Si pensamos en la romana Córdoba republicana no existía en ese tiempo en el sector nada, era el campo de la muralla hasta el río. 

La actual grada redonda

Podemos imaginar el desnivel de la meseta si mirasemos hacia Jerónimo Páez o Blanco Belmonte. Luego el cardo romano, ya en época augustea, que se supone era la calle Céspedes y su paso por debajo del que luego ha sido el Altar Mayor de la Catedral enquistada en la Mezquita, que entonces no existía, ojo en la Córdoba republicana. 

Vista desde el norte

Pero la consolidación de la calle, su creación definitiva, viene la ampliación de la Mezquita de Almanzor. Hubo que derribarse el Lavatorio, y lidiar con la señora de la palmera (a saber si esto no fue una leyenda), estimando que a Almanzor no le iba a parar el sentir de una señora, por muy respetable que fuese, salvo que fuese un familiar. 

Comercio en su parte superior

La calle y Puerta del Patio, de estilo churrigueresco, del siglo XVIII, se llamó también de la Grada Redonda,  por la redondez que tenía la lonja de la esquina noreste, hasta la Plaza de Santa Catalina con puerta al Patio de Naranjos con el escudo de la fábrica de la catedral, en el que está representado el minarete primitivo, y abrevadero, porque la fuente no es tal, es abrevadero y por ahí circulan fotografías con ese uso. 

La tortillería

Y de la plaza hasta el Caño Quebrado o calle de la Carrera del Puente y después Cardenal Gonzalez, calle del Mesón del Sol, establecimiento que estuvo funcionando hasta el 1977. Detrás la Alcaicería, o lo que iba quedando de las constantes mordidas urbanísticas; el nuevo Lavatorio; y pasados unos años el primitivo Hospital de San Sebastián

La curtiduria de Varo

Y la contemporaneidad personal que ya es pasado, por cuestiones generacionales. Primeras casas empezando por la Grada Redonda o esquina de la de Encarnación, fueron vivienda del abuelo de un buen amigo. Luego en la época dorada de los comercios de recuerdos para los turistas, tienda de D. Antonio el maestro director de San Eulogio, por lo menos yo así lo creía pues una profesora estuvo allí trabajando de dependienta. 

El escudo Fábrica de la Catedral

La Taberna de Santos, que lo entrevistaban como el comerciante o vecino de más solera (no sé si vive aún) Aunque para los que hemos sido habitantes del barrio tenemos otro punto de vista, había llegado a ese barrio mucho después que nuestras familias. Curtidos Varo, la tienda y quizás taller que luego se trasladó a la calle Alfaros, era muy significativa en la zona. 

El pilar de Santa Catalina

Santa Catalina, el ensanche de la plaza con la calle dedicada al músico Martínez Rücker; casa noble en lo que hoy es un hotel, y la casa de mi tía Encarna en el número siete. En la Plaza hoy día comercios de hostelería y el portal artesano de mi amigo Manolo Soriano, nieto de los últimos campaneros Manolo y Elena, e hijo de mi buen amigo Manolín, fallecido joven. 

El hotel de la plaza

Ahora en este sector debo dejarme llevar sin datos comprobados por mi memoria, porque recuerdo que tuvo casa la familia Adarve, y tengo imagen de la mujer de Adarve hijo, el detective privado, una señora extranjera que los bulos de la época decían se había casado de penalti, un clásico. Después tengo en mi memoria que tenía casa un anticuario. 

¿Casa de los Adarve?

Hoy un Self service y el hotel Conquistador en las casas lavatorio. Y lo más representativo de esa acera solitaria, era el portal de Juanito el Piconero. Carbón y picón, y más moderno petróleo. Cuando te mandaban a por picón para los braseros, si no hubiera sido por los dientes y los ojos no hubiéramos visto a Juanito en el fondo del negro carbón. 

El self service

La casa del Cabildo, donde se aloja la máquina o caldera del suelo radiante del Altar Mayor, y lo que fue el Mesón del Sol. Recuerdo haber entrado a ese patio con pilar y lavaderos, que está plasmado en alguna fotografía. El Mesón siempre asociado con la historia de la señora, hospedada allí, que tenía una foto de mi padre, a saber cómo, y su sobrino político Cándido Gallego y su amigo Julio Galisteo, actuando como en Misión Imposible, entraron en la habitación de la señora y recuperaron la foto antes de que Loles, mi madre, se hubiese enterado y pedido explicaciones. 

Hotel el Conquistador

Terminamos en la casa esquina propiedad de Antón y Victoria -fruto creo recordar de un premio de la Lotería Nacional-, la querida familia gitana de Medina y Corella 4. De juegos con sus hijas Julia y Victoria y su otro hijo y actual regente, Antón. El puesto de chucherías, en esa rincón raro de la calle, donde comprábamos; pastillas de leche de burra, sobres de harina de algarroba, o cigarrillos de matalahúva, 

Infiernillo de petróleo

nunca recuerdo el nombre de la señora que lo regenteaba. Una señora delgada vestida de negro, y le asocio una toquilla en invierno, pero no puedo acordarme del nombre. En la acera de la Mezquita la alta grada o lonja, las puertas reparadas por Velázquez Bosco en el muro este, y la columna que recuerdo rota, ahora nueva.  

Casas del Cabildo

Qué decía D. Teodomiro, consultado en el fichero virtual de la Biblioteca Municipal: “Descrita ya la parte correspondiente de la Carrera del Puente [Cardenal González] nos venimos a la del Mesón del Sol [Magistral González Francés], nombre que ostenta desde el siglo XVI, aunque sólo hasta llegar a la plazuela de Santa Catalina, porque de ese tiempo arrancan las memorias de la posada de igual título, 

Otra casa

un tiempo la principal de Córdoba y en la que se hospedaban todos los personajes más notables que visitaban ésta Ciudad, importancia que le ha durado hasta el primer tercio del presente siglo [siglo XIX], recordando entre otros de los huéspedes al célebre escritor francés vizconde de Chateaubriand y a otros muy distinguidos; 

El Mesón del Sol

dicha posada ocupa parte del terreno que fué Alcaicería y después hospital de San Sebastian. La casa morada del Sr. Conde de Cañete de las Torres, título posterior a la revolución de 1868, debió pertenecer a alguno de los mayorazgos de los Laras, toda vez que sobre el dintel de su puerta le hemos conocido siete cabezas de guerreros, hechas de piedra franca; en el interior dicen haberse encontrado una especie de sepulcro con una inscripción alusiva, que no hemos visto. 

Lo que fue el Mesón.

Antes de llegar a la calle del Mesón del Sol [Magistral González Francés] está la de la Grada Redonda, o sea el tramo desde la de la Encarnación a la espresada plazuela de Santa Catalina; ésta toma el nombre de la puerta de la Catedral así titulada, y aquélla de la grada o lonja que dicho edificio tiene hacia aquel lado: en el último arreglo se le dió a toda la calle el título del Mesón del Sol."

El comercio de Antón

Y continuaba, sobre el primer hospital de San Sebastian en la Alcaicería: “En el año 1363, se sufrió en Córdoba una de las epidemias más grandes que se han conocido, y de la cual nos ocupamos en el barrio de la Magdalena; entre los santos a que se hicieron mayores rogativas fué el mártir San Sebastián, en cuyo honor instituyose una cofradía, y se le erigió altar en el que actualmente ocupa el Santo Cristo del Punto, donde aún se ve la imagen de aquél: carecía ésta ciudad de hospitales, y la nueva hermandad acudió al Cabildo en demanda de protección, ayuda y local, a lo que accedió gustoso, reuniéndose en 27 de febrero de dicho año, tomando el acuerdo que copia el señor Bravo en su Catálogo de los Obispos, tomo primero, página 405; 

Rótulo de la calle

concediósele en él parte del solar de la Alcaicería y las casas llamadas del Lavatorio, propias de aquella Corporación, con la precisa condición de que si la cofradía dejaba de existir, fuese del Cabildo, tanto el hospital como todo lo perteneciente al mismo: este caso llegó, y todos los capitulares se esmeraron en sostenerlo, haciéndole diversas donaciones, las que con otras posteriores llegaron a nuestros tiempos, formando sobre treinta mil reales de renta anual, sin contarse el ingreso de parte de la ofrenda de los días clásicos, acordada en 22 de agosto de 1505, por haber quedado sin efecto. 

Como debieramos ver la calle

Por este tiempo se ocupó el Cabildo de la ampliación de éste hospital, y considerándola poco menos de imposible en aquel sitio resolvió en 13 de febrero [sic] de 1512 trasladarlo al sitio actual, denominado el Corral de Cárdenas, propio de la Mesa Capitular, si bien creemos sería parte de él, porque, según datos registrados por nosotros, éste debió ser inmenso, toda vez que dentro había distintas casas y aún palacios de diferentes dueños." 

Puerta de Jerusalen

¿Quién era el Magistral reseñado? Nació conquense, un 28 de febrero de 1842. Ingresó en el seminario con ocho años. Es un niño muy estudioso. En 1863 se licencia en Derecho Canónico con 21. Se doctora en Teología en Toledo. Es ordenado sacerdote en la ciudad de las casas colgantes en septiembre de 1864, con 22 años. Tres años después 1869 mediante oposición obtiene la Canonjía de Magistral de la Catedral de Córdoba, con 27 años. Fue un gran predicador. 

Vista del muro este de la Mezquita

Don Antonio Jaén Morente, historiador y diplomático, sin olvidar su republicanismo dijo de este personaje: “Fue llamado el Magistral por antonomasia, sin disputa el mejor orador que hubo en la ciudad, incluyendo a los forenses y a los políticos. Lo catalogan de orador sagrado y no fue eso. Su talento oratorio era para grandes multitudes, para pelea y combate, no para una cátedra sin contradictores. La demostración de ello está en sus escritos y en sus asomos al periodismo. Su temperamento de líder se anegó en el púlpito sagrado.”

El Magistral

Y el periodista Ricardo de Montis escribió:”En la segunda mitad del siglo último, esta ciudad tuvo la honra de contar entre su clero, en el Cabildo Catedral, a uno de los primeros oradores religiosos de España, el Magistral González Francés. Unía a su elocuencia excepcional, a una palabra avasalladora, vastísima erudición, conocimiento muy profundo de todas las ciencias y especialmente de la Teología, la Filosofía y la Historia.”

La placa en la fachada del colegio La Milagrosa

Se integró fácilmente en la sociedad cordobesa. Participó en el periódico La Tradición. Miembro de la Real Academia, desde 1886. Tiene en su haber libros como “Góngora racionero” y la “Virgen de la Fuensanta”. En la fachada del Colegio La Milagrosa una placa lo recuerda: “Al ilustre Magistral doctor Don Manuel González Francés, cofundador de estas escuelas-asilo y su primer director gerente; sabio y esclarecido varón, orador elocuentísimo y escritor insigne; tan célebre por su ciencia como respetado por sus virtudes. Prestó eminentes servicios a Córdoba hasta su óbito ocurrido el 31 de enero de 1901. ¡Honor y Gloria a la Caridad y al Genio! La ciudad agradecida tribútale este recuerdo.” El primer año del siglo XX, 1901, falleció, tenía 59 años. En su vida todo lo consiguió muy joven.

Fotografías del autor e Internet
Bibliografía de Paseos por Córdoba.