Desde arriba del puente
Ayer di un paseo por el río, entre el Molino de Martos y el Puente del Arenal, está imposible pues se está construyendo un tanque de tormentas, aunque parezca, por el cambio climático una utopía, pues no llueve lo que debiera pero quién sabe. Llegué al Puente del Arenal, en el margen derecho río arriba, está lo que queda de un muro, que trataba de proteger la desaparecida Ermita de San Julián, que volcó una riada de las de antaño, y que estaba en la margen izquierda del río. En una palabra que la orilla derecha ahora era la orilla izquierda entonces. Los ríos en terrenos llanos son unos elementos más vivos de la cuenta, siempre se están modificando.
Plano de los diferentes cauces
Este nuestro atentaba, no sólo limar la campiña ampliando las llamadas “torronteras” en la margen izquierda, sino inclusive saltar por la Rinconada y dejar el tramo de la ribera seco, incluyendo el puente romano. Se proyectaron por ello una serie de defensas como pueden verse en el plano, que frenara el ímpetu del agua en esa orilla izquierda. Los ríos, como las calles con la cercanía al Ayuntamiento, tienen los pares a la derecha y los impares a la izquierda, los ríos en el sentido de su curso lo mismo con sus márgenes.
Defensas del río margen izquierda (Lolo Córdoba)
Por lo tanto lo que se trataba de protegerse era el margen u orilla izquierda, para evitar que en unos pocos años saltará por medio del meandro de la ciudad. Todo ello se ve en el plano de la cabecera, en que se señalan las distintas orillas en un margen de años corto, de 1770 a 1854 y la actualidad. En el primer tramo menos de cien años, y en el segundo menos. Teniendo en cuenta que al actuar el ser humano, listo por más señas, volando el Azud de Martos dejó el molino seco, al crearse un depósito de aluvión en el margen derecho (playa de Torrepelote) y permitir que las aguas fuesen más pegadas al margen izquierdo.
Bajada al yacimiento
Luego en nuestro corto tiempo por este valle de lágrimas, hemos visto desaparecer las defensas y el construir un muro que después se derribó, en ambos márgenes, para llegar a lo que tenemos ahora mismo. Todo en unos cuantos segundos del tiempo histórico o geológico. En unos años de la escala nuestra, más real y comprensible, de 2009 al 2024, es decir solo quince años, han pasado de respetar lo que queda del muro de San Julián, tendido como lo dejó la riada que lo tiró, al entrarle el agua por detrás, en su ubicación, después de haber estado en el fondo del cauce, en su periplo hacia el margen derecho, y al total abandono.
Bajada
Dormitorios enrejados
Un yacimiento de la historia local visitable, con luces, al que se podía acceder. Inundado en otra ocasión en la que el agua dijo aquí estoy yo, impensable de repetir en nuestra época. Hoy una jungla con muladar incluido, y muchos árboles -creo que son álamos blancos- que lo han colonizado, y sus raíces acabaran de destrozarlo. En una palabra, los árboles no pueden tener más edad que la transcurrida entre la primera entrada del blog en 2009 y ésta.
Jungla
Bajada al muladar
Lo que determina sin lugar a dudas que en quince años por la parte más corta, no se ha limpiado nada. Entiendo que allá por los finales de los noventa cuando se construyó el Puente del Arenal, posiblemente se le sacaría a la empresa constructora, la puesta en valor del yacimiento y hasta hoy -o mañana porque no hay visos de limpiar aquello-, que conllevaría talar unos árboles, que de seguro saldría alguien protestando por ello.
Lo poco que se ve del murallón
Otra no vista
Cuando bajé a la zona del muro de San Julián caído, vi en el rincón la “suite” de un señor o señora en un rincón enrejado con mucha porquería alrededor, y en la escalera de bajada más porquería aún. Me pareció ver también a Tarzán con su mona Chita, entre los árboles. Lo que vi muy mal, pues no se ven, son las piedras centenarias tapadas de vegetación.
Tablero del Puente del Arenal
No es que sea muy importante para la historia de esta ciudad, un trozo de muro de protección a una ermita que al final se la llevó el agua. Es verdad que no se puede comparar esto con las ruinas de Cercadilla, que los fastos del 92, Borrell y el beneplácito municipal con el “ruinacidio” destrozaron impunemente, quedando hoy un espléndido muladar también.
En 2009 y ya había vegetación
En 2010 piscina
Verdad que falta también educación cívica porque si los árboles y vegetación son culpa de la Naturaleza la porquería la llevan los humanos. Algunos alícuotamente y por pasiva somos también responsables. Con poco presupuesto se podrían adecentar, o dejarlos por lo menos como estaban, lugares que forman parte de la historia de la ciudad. Si no están perdidos del todo, como se perdieron los millones regalados (por dos veces) al arquitecto del Palacio del Sur, de los que nadie ha rendido cuentas, o por la promoción de aquella Capitalidad Cultural que nunca llegó.
Más detalles sobre el asunto:
Fotografías del autor, Lolo Córdoba y AMC
Bibliografía de la memoria cercana y varias fuentes
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