YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO FENICIO GADIR BAJO EL TEATRO DE TÍTERES LA TÍA NORICA CÁDIZ

 

Yacimiento

Para ir al Yacimiento Arqueológico Fenicio Gadir, en los bajos del Teatro de Títeres de “La Tía Norica”, desde el Barrio de la Viña, optamos por la simpleza de las calles rectas. El entramado de las callejas de Cádiz es inmenso. La dos calles más largas de la ciudad, estimo son Sacramento y Sagasta, con 647 m. y 742 m. aprox.. La primera comienza en la Plaza del Falla y acaba en la de La Candelaria, y la segunda comienza en la Avda. Campo del Sur, esquina a Capuchinos, y nos lleva hasta el cruce con la Del Tinte, cerca de las Plazas de Mina y San Francisco. Ambas configuran una cruz en el plano. 

Partimos del Barrio de la Viña, por Sagasta hasta cruzarse ésta con Sacramento, ya que queríamos comprar unos minipestiños en la Pastelería Alameda, de la calle Sacramento, a 32 euros el kilo, caros pero riquísimos. Adquirimos la dosis de azúcar necesaria y seguimos Sacramento ahora descendente pues es el punto más alto de la ciudad. Torre Tavira y Museo del Carnaval a la izquierda en la calle Marques del Real Tesoro, y giramos a la izquierda más abajo por la calle de San Miguel para llegar al Teatro y Yacimiento Fenicio.

Tres mil años más o menos, yo creo que más, cuando los fenicios establecieron su base comercial al final del mundo conocido por entonces, tenían que pasar casi dos mil quinientos más para que el genovés se decidiera cruzarlo. Esta ciudad está catalogada como de las más antiguas de occidente, sin lugar a dudas y todas las civilizaciones han dejado en ella su impronta. La primitiva en la isla de Eritia y la romana mucho después, en la isla Cotinusa. Esa es la explicación de que la factoría de salazones, incluso este yacimiento estén en el centro de la ciudad actual, pero que antes estuvieron sin lugar a dudas a la orilla del canal Bahía-Caleta.

Llegamos a San Miguel, 16. Un grupo de personas, que habían solicitado cita para la visita guiada esperaban. Fue como lo de besar el santo. Nos preguntó la guía si éramos para el teatro o el yacimiento, como éramos para lo segundo nos incorporamos al grupo. 

Un pasillo estrecho y unas escaleras nos llevaron a una coqueta sala de proyección, una pantalla que descendió del techo, y un didáctico documental nos trasladó a la Gadir (castillo, fortaleza o recinto murado) fenicia, de aquellos comerciantes hoy libaneses. Nueve siglos de fenicios, tres o cuatro romanos, otros tantos visigodos, los siete árabes, y los ocho contemporáneos, nos traen al XXI.

¿Qué nos encontramos bajo el suelo del Teatro de Títeres? Entre otros restos una fachada de un edificio fenicio de finales del siglo VIII a.C. y principios del VI a.C.. Acumulación de cal sobrante de una obra. Mezcla de cal y arcilla, que era el elemento endurecedor de los muros. Una cocina de vivienda fenicia, junto a la puerta de entrada de la vivienda, aún con el hollín que dejaron los recipientes. Los restos óseos de un gato doméstico. Una cisterna romana, piedra ostionera y arcilla roja, ya de los siglos de su presencia, de la factoría de salazones. Había dos pero la otra está debajo de la calle actual.

Un almacén de vivienda fenicia, con grandes recipientes cerámicos para la conservación de alimentos y muchos restos de animales, dentro de los que destaca el cráneo de una vaca. Huellas de bóvidos, vacas o toros en la calle de piedra ostionera desmenuzada  y arena, con su capa de arcilla y cal. Un esqueleto de un varón fenicio, de 25 o 30 años, al que se le llamó Mattan. 

Según su ADN era de origen mestizo, de padre fenicio y madre indígena. Parece que tenía una malformación congénita del cerebelo, esto debió producirle vértigos y problemas al andar. Se estima que esto fue la causa de su muerte, cuando se produjo el siniestro, incendio, se cayó y fracturó el fémur, no pudo escapar y murió de asfixia. Pero se puede ampliar con la Web del yacimiento.

      

Web del yacimiento Fenicio

Fotografías del autor y web.

Bibliografía de la web del yacimiento