La Caleta desde el Castillo de Santa Catalina
Hemos estado unos días en Cádiz, gracias al Consejo de Ministros de 27 de diciembre de 2022, y podremos seguir usando ese corredor a la ciudad milenaria hasta el 31 de diciembre de 2023 y, en espera que sea prorrogado ese acuerdo del Consejo de Ministros/as, cuando menos otro cuatrimestre más. Cádiz es una ciudad preciosa, preferentemente peatonal por su trama urbana de callejas estrechas, salvo en el tramo entre Puerta de Tierra y la Cortadura, con una población de lo más gracioso del mundo, pero que para no ser menos que otras ciudades andaluzas han reeditado en ella el gobierno de la derecha. Inconcebible con el nivel de paro existente, pero esto es una realidad incontestable.Con mi padre
En la playa de la Victoria
Después de los dos procesos oncológicos padecidos, que continúan con su tratamiento y control, y la pandemia, es la primera salida vacacional en unos años –cuatro-. No es la primera vez que visitamos esta hermosa ciudad, han sido bastantes las ocasiones. La primera mía fue en 1948 con mis padres. Una fotografía con cubeta y palita en la playa coloreada ha precedido siempre la pared de mi casa (de mis padres), sin olvidarme de otras con mi madre en la playa –mi madre era de secano como yo-, y con mi padre de la mano, pero en el agua metidos. Para no perder la costumbre tuve unos problemas estomacales que mi madre achacaba a haberme dado a beber agua de Cádiz a la que consideraba muy mala y culpable.
Con mi madre, Lola Carreras
Otra vez subimos a un barco que estaba en el puerto. Corría marzo de 1977, fue cuando el accidente aéreo en el aeropuerto de los Rodeos en Tenerife. Estábamos en una reunión de radioaficionados en el Puerto de Santa Maria, un reducido grupo visitamos el ferry Cádiz-Canarias, en una visita mercadeo de material de radio. La visita del barco fue muy llamativa, nunca había subido a un barco de esas características. El “contrabandista” sentado en la mesa del bar con tres transceptores encima de la mesa, el radioaficionado cordobés le decía: -Me interesa este, que precio tiene. –Vale equis –dijo el vendedor-. -De acuerdo me lo quedo, te expido un talón. –De talones nada, metálico. –¡Esto es increíble –dijo mi colega- dudar de mí que soy dos veces ilustrísima!. –Usted será las veces que quiera ilustrísima pero si no hay pesetas encima de la mesa no hay venta –sentencio el vendedor. Nuestro colega cordobés muy ofendido se retiró.
Un crucero
No entendí lo de las veces ilustrísima, lo asocie a lo que mi madre me contaba del citado colega, había sido alférez provisional -tipo Alfredo Mayo- en el golpe de estado contra la II República, y participaría seguramente de una condecoración militar colectiva. Entonces estaba de novio con la que después se casó, hija de un industrial del barrio. Ese viaje fue de frases que quedaron para la posteridad, la de “soy dos veces ilustrísima” y otra cuando nos quejábamos de la tardanza en servir la comida en el restaurante, que dijo la esposa del “ilustrísimo” colega –Vamos quejarse de la espera, cuando nosotros hemos esperado en Maxín, en París. Años después, cuando visitamos París, estuvimos en la puerta del famoso restaurante parisino, y recordamos la frase, nuestra economía no nos permitía la entrada.
Playa de la Caleta
Puente nuevo
Antes de ese viaje lo más cerca que estuvimos de Cádiz fue Jerez, verano de 1974, íbamos de vacaciones a Chipiona, ferrocarril Córdoba Jerez, y allí hicimos sociedad con una señora enlutada que iba con su sirvienta a Chipiona, alquilamos un coche a medias, estación de Renfe de Jerez-Hostal Regla de Chipiona, que era el destino. Buscando el yodo de sus playas que decían era bueno para los embarazos. Nos habíamos casado en octubre de 1973 y en el verano del siguiente año aún no había noticias de embarazo. Luego por cuenta y riesgo se puso Conchi, más preocupada que yo por tener descendencia, unas inyecciones de un producto recomendado por un familiar y en agosto de 1975 nació nuestro primer hijo.
Magnolio espectacular
Nunca supimos si el yodo de la Playa de Regla, los inyectables, el Espíritu Santo o la naturaleza tuvieron algo que ver. El ginecólogo nos dijo con bastante cordura, mire no le puedo decir si los inyectables han sido los causantes, pero de esas casualidades nos servimos muchos para obtener fama en la profesión. Lo importante es que hay embarazo y está todo bien. Estuvimos otra vez con unos amigos, sería también 1974. No encontramos alojamiento por ningún sitio desde Jerez para abajo, es verdad que eran fechas del trofeo Carranza, al final dormimos en el coche en la orilla del mar cerca del estadio. Después en la playa de Valdelagrana en el Puerto de Santa María, nos descuidamos, subió la marea y el cochecito de niño donde estaba alojado el más pequeño del viaje se quedó rodeado del agua de la bahía. No estábamos acostumbrados a esas subidas rápidas de la marea.
Teatro romano
Pasaje interior teatro romano
Otra vez recalamos en San Fernando, con nuestro Seat 850 cuatro puertas, en la casa de un amigo “desertor” de la platería que se había metido a policía armada. Con avería incluida del sensor de temperatura del coche que reparó otro agente de la ley en la puerta del cuartel. Todos los desplazamientos tenían vicisitudes dignas de mención. Luego las demás veces hemos visitado solos la ciudad. Hubo una semiprofesional en 1992, que fui con unos compañeros de trabajo y subimos a la torre de comunicaciones de Telefónica, invitados por un concejal de su Ayuntamiento. Yo me subí hasta el último tramo, una osadía, era lo más alto de la ciudad. Lástima que entonces no teníamos cámaras fotográficas y no quedó constancia del hecho.
Torre de Telefónica
Algunas veces más de visita a la ciudad, una alojados en una pensión cerca del puerto, otra en el hotel Playa Victoria, y otra tercera en la Residencia militar de La Cortadura, cuando por el empleo (funcionario civil del Ministerio de Defensa) teníamos derecho a utilizar esas residencias para el personal del ejército. Otra vez coincidió con una asistencia a un concurso en la Peña Flamenca Perla de Cádiz, al lado de Puerta Tierra. Lo que determina que, Cádiz como destino de vacaciones veraniegas o culturales ha sido muy habitual en nuestra familia. Ciudad que siempre nos ha sorprendido en cada una de nuestras estancias en ella. Sin ir más lejos esta última visita hemos descubierto cosas muy interesantes. Nunca hemos ido en carnavales, será porque no somos muy amigos de las bullas.
Fotos del autor y de José Muñoz
Bibliografía de los recuerdos
Hola Paco, por fin puedo poner cara a tu padre y lo digo por tus historias que nos contabas de cómo te llevaba por ahí en un sillín sobre la bici BH...jeje. Gracias por las fotos antiguas de la Fuensantilla del otro día, me encantaron, y hablando del agua...con esta sequía...este invierno pasado descubrí un venero detrás del antiguo Caipo, en las Quemadas. Se trata del venero del antiguo cortijo de Palomarejo, que no tiene nada que ver con el Palomarejo del otro lado del río. Ese venero es antiguo, puesto que tiene un surco de cauce en el suelo que da a parar a una antigua alberca abandonada (supongo que del antiguo y desaparecido cortijo). A día de hoy, tras el verano horrible y la sequía que padecemos, el venero sigue echando agua y llenando la antigua alberca. Increíble! A toda esa zona se la sigue llamando en los mapas "Palomarejo" y cuando vi tu entrada sobre Palomarejo me sentí decepcionado al ver que no era el Palomarejo que yo conocía sino el del otro lado del río...jeje. En algún momento me gustaría ver una entrada sobre el antiguo cortijo de Palomarejo de las Quemadas, ese que aún se puede ver en las fotos aéreas de 1956...un saludo y un abrazo, Paco.
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos. Que bien investigas. He estado buscando y recuerdo que por esa zona hay un cortado con gruesos muros, debajo de Caipo creo recordar, un día estuvimos mirando por ahí y había una alberca cercana a los muros. No sé si será las que tu citas. He mirado en los papeles míos y no he encontrado nada pero recuerdo haber hecho fotos por allí, fuimos tres personas.
ResponderEliminarSí, Paco, es esa Alberca. Yo la descubrí en un paseo el invierno pasado y no sabía qué era (no soy de campo...jeje). Fue un vecino el que me informó de qué era todo aquello. Al lado, con la espesa vegetación tan verde, aparece el cauce de agua del venero que no sé de dónde procede porque parece salir de debajo del Caipo (que hoy se llama Futuro Singular, por cierto). Estuve meses pasando por allí y comprobando que el agua nunca deja de manar y, por supuesto, en invierno, tras alguna lluvia, el cauce de agua prácticamente hace rebosar la alberca que no es pequeña y parece muy profunda. Al sur de ese lugar está el gran pozo de Palomarejo, casi tapado por árboles, y que tiene agua. Por suerte tiene una reja para que nadie se caiga por accidente. En fin, mucho antes estuve buscando Palomarejo, el cortijo, siguiendo las fotos aéreas de 1956 y al encontrarlo me puse a pasear por la zona. Por cierto, como curiosidad, al sur de esa zona está un muro de piedra enterrado (porque han removido mucho la tierra por allí con la autovía cercana) justo debajo de la hilera de árboles del antiguo camino de las Quemadillas...un muro que ahora aparece cuando la tierra cede y aparecen esas toscas piedras con argamasa...en fin, un lugar que aún hay que seguir investigando...ah, y según los documentos del ayuntamiento esa zona está "protegida" y pendiente de una excavación arqueológica porque se supone que allí hay un yacimiento romano!
ResponderEliminarCarlos buenos días, muchas gracias por la aclaración sobre la alberca y pozo de Palomarejo, repito te agradezco mucho tus comentarios e información que me facilitas, lo malo es que el contenido lo pones en entradas del blog distintas al mismo. Eso dificulta su consulta posterior. En una palabra los comentarios deben ser siempre relativos a la entrada, temas aclaratorios o críticos con el tema de la entrada, si son distintos difícilmente se pueden controlar o consultar a posteriori. Datos de Palomarejo en una entrada de cádiz, imposibles de consultar. Utilizamos un servicio de blog para comunicación que va mejor por correo. Puedes utilizar para comunicarnos, en lugar del espacio de los comentarios de Blog, mi correo electrónico info@notascordobesas.com que lo chequeo a diario. Considero que es mejor así. Un abrazo
ResponderEliminarTienes mucha razón, Paco. Perdóname. Ahora con el correo intentaré consultarte algunas cosas en privado.
ResponderEliminarMuchas gracias por comprenderlo. Saludos
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