El pasado miércoles 12 decidí bajar desde la Puerta Sevilla a la barbacana y foso del tramo de muralla, pasar por el Puente de los Sacos y recorrer muy temprano el antiguo Camino de la Alameda del Obispo o Alameda del Corregidor, en sentido contrario, es decir hacia la Albolafia que era su comienzo.
Para conocer sobre ese tramo de muralla bajomedieval que mejor que los textos de José Manuel Escobar Camacho, con planos adjuntos, autor que bebió de los textos de Vaca de Alfaro, y entre los dos nos dibujan el lugar. Lo primero que te encuentras es lo que fue una torre cuadrada en la esquina donde la muralla se dirige al norte. Luego otro pequeño saliente y la torre del Portero de la Inquisición.
Murallas de Señan, por arriba las lineas de telefonos
Construcción del adarve a la izquierda el puente nuevo
La casa de la Huerta primera torre desde arriba
La misma casa desde abajo
Al estar recrecida la base de las murallas para el paseo, hay que imaginar dos o tres metros más de muralla enterrada y pensar que tenía una altura considerable. En algunos planos señalan desde esta torre hasta la similar en ruinas de la calle Postrera, en realidad dentro de la huerta, un paño interior en línea recta.
Dice José Manuel Escobar Camacho:”Después, entrando en la alameda, estaba una torre de planta octogonal con vistas a todas partes, de labor morisca, donde vivía el portero de la Inquisición. A continuación, existían tres torres redondas de argamasa, siendo la primera el lugar donde los músicos, según Vaca de Alfaro, interpretaban sus canciones los domingos por la tarde por disposición del concejo de la ciudad y desde donde se podía contemplar la alameda y a los caballeros que en ella ejercitaban sus caballos, mientras que la segunda se encontraba próxima a la fuente real.
Seguidamente dos torres cuadradas la primera, mal conservada ya en el siglo XVII, que lindaba con la pared de la Huerta del Alcázar, poseía seis arcos altos y bajos, de los cuales tres tenían sus entradas mirando al río, y la segunda era una torre de la mencionada huerta. Por último, en la esquina de la pared meridional de esta huerta, se encontraban otras dos torres cuadradas y en el mismo mal estado de conservación que la ya mencionada, con un arco entre ellas, en donde existía una puerta, cerrada ya en el siglo XVII, que se conocía con el nombre de Puerta de los Sacos, por ser el lugar utilizado para entrar la provisión de harina molida al recinto del Alcázar.
En este lugar la muralla formando un ángulo recto, dejaba el río y se dirigía en línea quebrada hacia la Puerta de Sevilla rodeando al Alcázar Viejo. En este lienzo de muralla reconstruido recientemente que tenía, según Orti Belmonte, barbacana y foso por donde pasaba el arroyo, encontrábamos tres torres —las dos primeras cuadradas y la segunda ochavada— mientras que en la Puerta de Sevilla existía, en palabras de Vaca de Alfaro, una torre o castillo fortísimo que era fábrica del rey don Enrique, que no era sino una torre cuadrada construida fuera de la cerca como las demás torres albarranas realizadas”
En una de las torres se instalaba la música para deleitar a los ciudadanos que utilizaban el Camino de la Alameda del Obispo, o la Alameda del Corregidor, para sus paseos a la orilla del río. Viendo como después fue usada la muralla por personas sin techo, para poner sus tiendas y malvivir hasta la próxima riada. Mi primo Paco que bajó ahí en una ocasión me manifestó haberle dado miedo de las personas, me imagino que el miedo sería de la pobreza extrema.
Después los derribos cuando se construye la Avenida del Alcázar, la rehabilitación de algunas torres, como la erróneamente llamada Guadalcabrilla (con este nombre la de Posadas), vivienda del portero de la Inquisición (portería con derecho a torre), que estuvo visitable un tiempo. La realidad es que la rehabilitación del paseo que se llamó del Corregidor, con el recrecimiento del piso, instalación de bancos e iluminación dejó un lugar agradable para pasear.
Hubo un tiempo que la zona de la torre primera desde la Albolafia, se usó cuando el urbanismo desplazó a las prostitutas del Charco de la Pava en Vista Alegre a ese lugar. Y era también usado por los perseguidos homosexuales como lugar de cita. El progreso acabó obligatoriamente con esos usos. La prostitución de tercera división dejó la calle y la homosexualidad dejó de ser perseguida. Pero hay cuestiones que siguen igual, se reparó la rueda de la Albolafia, símbolo del escudo de la ciudad, se hicieron las fotos y se abandonó.
La fértil vegetación se ha hecho dueña de todo y eso que se tuvo una actuación hace unos años para tratar de dejar solo las especies autóctonas. Desde abajo del paseo pasamos por la fuente, que parece ser es del agua sobrante de los jardines del alcázar, que corre y que los vándalos parecen haber respetado. Un tramo de muralla protegido con vallas por el adarve, desde aquí está en la más absoluta ruina con el natural peligro. El río cercano invita a bajar a su orilla y corre a pesar de la sequía generalizada.
Puedes optar al llegar a la casa de lo que llamábamos la Huerta de Antoñita, que seguro era la del Alcázar, por aquello de ser más importante el Alcázar de los cristianos reyes que la casa de la hortelana Antonia, o entrar por al arco y subir las dos rampas, que resulta un poco aventura, o subir por la escalera con un rellano que no va a ninguna parte, o continuar hasta el final del paseo sobre casi la Albolafia. Mucha suciedad y abandono de todo y eso que en el fondo es un lugar agradable.
Seguro que si pusieran un “chiringuito” se llenaba en las noches de verano. Si al final se prolongan los jardines del Alcázar hasta el adarve anulando la Avenida (cosa que dudo), posiblemente ganaría el conjunto y la ciudadanía por la anulación de unos pocos vehículos a motor. Años cincuenta del siglo pasado como se puede ver en las fotografías, muchas de Ladis el testigo de cargo de ese tiempo, nos enseñan el antes y el ahora de un lugar recuperado cerca del río.
Fotografías de Ladis, AMC y autor
Bibliografía citada
No hay comentarios :
Publicar un comentario