Torreárboles
La enfermedad y el carnet de identidad nos limita cada día más. Ya no es sólo el cáncer del que afortunadamente vamos pasando los controles periódicos, son otros achaques accesorios, como la vista; incipientes cataratas, bloqueo cardiaco con crisis de arritmias cuando le parece, y otras cuestiones que por ser menores aparentemente no son menos. Y sumado a todo está la pérdida de vigor físico, esto culpa del DNI. Es inútil negarlo. Por eso subir al techo municipal, Torreárboles, significó el otro día una proeza senil. Coche hasta las Malagueñas y sendero por la linde de Villa Alícia hasta la cota máxima, hasta el vértice geodésico. La última vez que subí lo hice solo y estaba recién arada la linde por cuestiones normativas, que habían arrasado el bonito camino tunelado entre jara, labiérnago y otras especies.
Nos cruzamos, mejor nos adelantaron dos parejas, una seguro siguió por la vertiente oeste pues no la vimos más, y a la otra nos la encontramos arriba, esta fue la que nos fotografió, y nosotros a ellos. Luego después de disfrutar de las vistas, 360º de serranía, con las Huertas de Cabra en el cauce del Pedroches a nuestros pies, y contar la anécdota de aquella mañana casi de madrugada, en la que sentado en el borde mirando a Córdoba se dejó venir un parapente de la zona de los Villares, que casi rozó la cima, nos saludamos por la cercanía diciéndonos buenos días y luego él se alejó por la vertiente del arroyo más importante de Córdoba, en dirección a la ciudad.
En otra ocasión avisé desde allí arriba de un conato de incendio que afortunadamente no fue a más. Siempre me acuerdo de cuando siendo un niño, tendría doce años, subí con Julio Galisteo, un amigo de mi padre, con el que trabajaba, después de haber estado en Cerro Muriano un par de días. Conocimos todos los alrededores y subimos a Torreárboles a campo a través por los terrenos de Villa Alicia, que entonces no estaba bunquerizada. La anécdota es cuando Julio, corría que se las pelaba ladera arriba diciendo que le había mordido una víbora, afortunadamente fue una avispa terrera, que dolía tambien lo suyo. Ese año 1959 fue el de Planes de Estabilización del gobierno fascista y puesta en órbita de satélites americanos, que entonces le iban a la zaga del soviético, ah, y Bahamontes ganó el Tour de Francia.
Luego han sido más veces la subida al monte que vemos desde cualquier sitio de Córdoba, y que no deja de ser siempre un atractivo. Otra circularmente por el camino inferior, nacimiento del Arroyo de Linares, para subir por el lado oeste y bajar por el este. Encuentros con ciervos en la linde, con susto por ambas partes. Incluso una vez subí en Land Rover con unos amigos, José Antonio y Miguel, por el sendero interior de Villa Alicia, para reparar un sistema de radio en una caseta de la cumbre. Pedí bajarme en una gran pendiente, y así lo hice, porque me dio miedo de que volcara el vehículo. Luego la bajada fue peor.
Dos biólogos y un poeta
Otro día con otros amigos subimos a Torreárboles y a continuación a Pedro López también, los dos de una tacada. Claro algo más joven no mucho pero algo. Otra vez subí con un poeta excepcional y un par de excelentes biólogos y el perrillo de uno de ellos. La realidad es que todas las subidas han sido especiales. Una que lo hice desde la N-432, fui amenazado por un matón barato que manejaba un Quad en las cercanías de la Ermita. Los denuncié al cuartel de la Guardia Civil de Cerro Muriano, y lo de siempre: -No los podemos coger. Cuando muchos senderistas estamos hartos de coincidir con ellos y claro como no hacen ruido, pues por eso. La zona de Barrionuevo está destruida por sus ruedas. Y sin ir más lejos subiendo en esta ocasión, Conchi y yo nos vimos sorprendidos por tres motocicletas que bajaban por la vertiente este. Se dieron la vuelta a confrontar con nosotros. Y esta es la corta historia de la última subida al techo de Córdoba.
Un poco sobre el entorno:
Hoy seis pocillos mineros y un matón en quad amarillo
Bienvenido
el operativo policial que no se prodiga
Minas
por el camino de Capellanía
Torreárboles
el techo del término municipal
Torreárboles
arrasada su colonia de labiérnagos
Cuenca
del arroyo Pedroches y sus tributarios
Cortijo
de los Velascos, de Valero o San Antonio
Una
Subida científica a Torreárboles
Dos
cerros de más de seiscientos metros de una tacada, Torreárboles y Pedro López.
6 comentarios :
Bienvenido de nuevo Paco, me alegra comprobar que aún sigues siendo más fuerte que tus achaques. Gracias por contarnos tu "penúltima" subida al techo de Córdoba.
Me alegro mucho de leerte por aquí de nuevo, Paco, y de que a pesar de los años de que tanto te quejas volváis a hacer gestas como esa subida, que fácil no es 😉
Genial la foto de 1962, con ese tronco de torre que ya no existe, y la alegría que se aprecia en los tres!!!
Un abrazo para los dos!
Que alegría volver a leer sus Notas, un placer como siempre, deseo que la salud lo respete y poder así seguir disfrutando de sus conocimientos.
Rafahell, muchas gracias por tus buenos deseos, Un fuerte abrazo.
Querido amigo Paco "Canario", pero se va notando. Un fuerte abrazo.
Rafael Vera muchas gracias por su buenos deseos, aunque los conocimientos vienen asociados a DNI. Un fuerte abrazo.
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