Foto del frontal (Foto ABC)
En diciembre de 2009 publiqué una entrada sobre la antigua Ermita de San José en la Plaza de la Magdalena, que ya dibujó Wingaerde en su dibujo del siglo XVI. Se desacralizó y fue propiedad de un platero cordobés de solera. Luego cuando la Universidad de Educación a Distancia (UNED) dejó el edificio de la calle del Caño, ocupó parte de este para su nueva sede. He de reconocer que nunca entré en él, veía el precioso patio por la ventana de la plaza. Yo fui estudiante de la UNED años antes de venirse de la sede citada por esa razón seguramente sea uno de los múltiples motivos de no haber entrado en ella.
Avatar de Manuel "Harazem"
La antigua ermita es ahora la biblioteca de la UNED. En los comentarios de la citada entrada en el Blog referida a la Ermita de S. José, mi malogrado amigo Manolo Harazem con su habitual ironía anticlerical me decía referido a la entrada de 2009: “En el plano catastral se nota que la ermita se añadió a la posesión nobiliar y que no formó parte del solar original. Hubiera estado bien que consiguieras haber entrado en la ermita, más que nada para consolidar la información (fidedigna, por otro lado) de que Don Miguel le había hecho un enorme bujero suficientemente grande como para acoger su voluminoso cuerpo cuando le llegue la hora de la espera del Gran Juicio (¿llevará abogados como suele?) arrullado por el sorbeteo primaveral del puesto de caracoles de enfrente.”
Sepulcro detrás de la estantería (Foto Cordópolis)
Le contesté: “Si es cierto Manuel. Lamentablemente no sé lo del "bujero", ni creo que eso fuese legal, creo que fue el modernismo francés de primeros del diecinueve el que sacó los enterramientos de la ciudad, aunque si la "voluminosidad" se queda reducida a ceniza a lo mejor sí, pero ya puestos mejor hablar con D. "Bene" que le deje un "sitito" en su pisito romano, que en el modesto habitáculo de Doña Mayor Martínez.”
Y el volvió a decirme: “Mira ya que sacas el tema podrías hacer un post sobre eso. Investigar un poco. Yo te aseguro que don Miguel se ha hecho un bujero en esa capilla y no precisamente para meter un bote del tamaño de uno del colacao. Y te aseguro otra cosa además. En la Mezquita se sigue enterrando gente. Gente no eclesiástica. Miembros de familias que poseen capillas privadas. A los musulmanes siempre les dio mucho asco eso (bueno, salvo si el muerto era santo, claro) y de hecho, como los romanos, siempre hicieron los cementerios en las extramuros. Aquí no se prohibió enterrar intramuros, en los cementerios de las parroquias, hasta el XVIII, que es cuando se construye el cementerio de la Salud.”
Hoss Cartwright
Los angeles en Castro del Río (Foto Cordópolis)
Hoy 14 de enero de 2023 una nueva noticia de Cordópolis decía que había un acuerdo a cuatro bandas: “El escultor Marco Augusto Dueñas, la Diócesis de Córdoba, la Fundación Cajasur y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han acordado que este último espacio exhibirá de forma íntegra el sepulcro que le encargó el constructor Rafael Gómez alias Sandokán para la tumba, cuando falleciese, del conocido como cura banquero, Miguel Castillejo Gorráiz.” Lo que es llamativo es que el platero-constructor le regalara al cura-banquero un sepulcro por nada, de esa enorme cantidad de dinero. Que el cura-banquero que incumplió todos los pecados capitales de su empresa es seguro, y en un ejercicio de soberbia tenía previsto hasta el “bujero” para el sueño eterno.
Ziryab; Wallada y Juan de Mena (Foto Cordópolis)
De todas formas el “prócer” mecenas Rafael Gómez había encargado para la “Córdoba 2016”, 50 estatuas de 50 cordobeses ilustres, cuya lista puede verse pulsando aquí. Hay que reconocer la de cuestiones enlazadas que existen y todas parece giran alrededor del dinero, el amiguismo, y otras cuestiones que seguro se nos escapan. Esta entrada me ha servido para revivir el intercambio epistolar en modo comentarios en el Blog, con mi añorado amigo Manolo Figueroa (Harazem), de afilada pluma, anticlerical y crítica, y sobre todo constatar que llevaba razón con lo del “bujero”, pero nos quedamos sin saber cuál fue la razón de que el cura-banquero no llevara a efecto su deseo para la espera del juicio final en ese lugar. Y la de sineros tirados en excesos que podían servir para nobles causas.
Fotografías del autor, Cordópolis y ABC
Bibliografía del Blog y Cordópolis