miércoles, 7 de septiembre de 2022

EXPOSICIÓN LA BATALLA DE CERRO MURIANO DE GERDA TARO A ROBERT CAPA.

 

Portada

Esta mañana del siete de septiembre, hemos subido al bonito enclave de Cerro Muriano y Obejo (porque la muestra está en término municipal de Obejo), en la Oficina Municipal del Ayuntamiento de Obejo, el 44 de la calle Arces. Allí está la exposición. Está organizada por la Plataforma “Todos somos refugiados” (no solo los refugiados de privilegio actuales), “Cerro Muriano 5 de Septiembre” y “Culturmedia, Estudio de Patrimonio y Comunicación” y ha contado con la colaboración del Departamento de Memoria Democrática de la Diputación de Córdoba, el Ayuntamiento de Obejo, la Universidad de Córdoba, el Museo del Cobre, la Asociación Divulga Historia y el Colectivo de Fotografía Enfoco. Se llama: “La Batalla de Cerro Muriano: de Gerda Taro a Robert Capa”.




Además, según detalla Fernando Penco, no sólo se exponen las imágenes de la II República sino también de la parte golpista fascista. Los trabajos son de Gerda Taro, Robert Capa, Hans Namuth y George Reisner (que reflejan el dolor que trajo el fascismo a nuestra tierra); y de Juan José Serrano, corresponsal de ABC que recogió imágenes de los fascistas. Cuando ves las imágenes piensas cuanto tuvieron que sufrir esas personas, entre las que casi todos tenemos familiares cercanos padres y abuelos –cada vez menos pues hace 85 años de los asesinatos-, yo he visto fotografías de mi padre de la guerra incivil. En una de las fotografías se ve una cara de terror de una señora, y me vino a la memoria la del vietnamita quemado por el napalm de los “buenos”, corriendo por una carretera, en la expresión de horror de su cara hay pocas diferencias.



Esto no es Ucrania es Cerro Muriano

Fue lo más cerca que tuvimos la guerra en Córdoba, pues en la ciudad no la hubo, solo el terror de los asesinatos en las carreteras y tapias de cementerios, de más de cuatro mil personas, de las que una gran porcentaje, además de haberlas asesinado, condenaron a sus familiares de por vida, por la frase miserable y cómplice “hay que pasar página”, a no tener sus restos cuando menos. Por otra parte, las fotografías de los africanos, dan una idea el terror que significaba para las mujeres caer en manos de semejantes salvajes, alentados por el enterrado con honores de la Iglesia Católica (también una pata del banco), para cometer inimaginables abusos con ellas como voceaba por la radio. No entiendo como muchos de los “equidistantes”, buenísimos, pueden comulgar en su fe católica –pues la mayoría son católicos- y vivir tranquilos, sin que se les revuelvan las tripas. Seguro no tendrán ninguna sensibilidad y mucho menos humanidad.

La cara de horror y no saber dónde ir


El ejército africano

Pero protestan por acercar a sus casas a presos, y aliviar la condena de las familias, que no tienen culpa y siguen reclamando en ocasiones la pena de muerte, ese asesinato legal en algunos países todavía. Cuando las heridas no se cierran adecuadamente supurarán siempre. Son los resultados de un parcheado a la sombra de los sables –por buscar una excusa- y los resultados son los que son. En países americanos que llamamos bananeros, han depurado los crímenes de sus gobernantes, casi siempre militares, sin ningún problema. Es verdad que tienen muchas salidas, pero por lo menos si no van a devolver a la vida a los desaparecidos le dan una respuesta justa a los crímenes de los culpables. Venganza no, restitución y no olvidar nunca, como antídoto para que no vuelva a ocurrir, aunque viendo las tendencias, se comprende porque somos los animales que siempre tropezamos dos veces en la misma piedra. En España no perdió el fascismo se agachó y a la vista de los brotes actuales tenía fuertes raíces.


Fotografías y vídeo de la Exposición
Bibliografía de la prensa y exposición

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