No conozco personalmente a Carlos Serrano, aunque él sigue el Blog. Días atrás en una entrada que no era coincidente con lo que él expone publicó un extenso comentario, referido a un curso de agua, un arroyo que comienza cerca del actual Tanatorio de las Quemadas y desembocaba en el Rabanales cerca de la N-IV, que él ha bautizado -no podía ser de otra manera por su geografía-, como Arroyo de las Quemadas. Voy a transcribir literalmente el comentario de Carlos, que no tiene desperdicio, quitando unas lisonjas personales que considero inmerecidas y unas referencias a otras personas. Y aporto una serie de planos y fotografías que corroboran lo que él detalla.
“Este arroyo, cuyo nombre se lo doy por motivos que pronto entenderás, ha permanecido anónimo sin que haya podido encontrar ninguna referencia en libros, artículos o documentos oficiales. Y es un arroyo que cruzaba de este a oeste Las Quemadas. Bien, si uno se fija en las fotografías del vuelo aéreo de la USAF de 1956 y pone atención a la antigua dehesa de Las Quemadas, lo que hoy está ocupado por el polígono industrial, verá el cauce de un arroyo que parece nacer no lejos del arroyo de la Cuesta de la Lancha y corre hacia el Rabanales cruzando la dehesa para, justo antes de encontrarse con él, dar un quiebro hacia el sur y recorrer parajes limítrofes con el antiguo cortijo de Palomarejo (que luego se convertiría en el Caipo, hoy llamado "Futuro Singular"). Este arroyo que yo he llamado de Las Quemadas baja por las cercanías de Palomarejo hasta girar de nuevo hacia el oeste y buscar el Rabanales siguiendo en paralelo a lo que hoy es la autovía que se construyó décadas después. Así, este arroyo de Las Quemadas, es un afluente del Rabanales por su margen oriental que antes cruza casi todo lo que fue la antigua dehesa de Las Quemadas (llena de encinas y chopos que fueron erradicados por el polígono).
En las fotos de 1956 se ve claro el cauce de este arroyo que nadie menciona, pero el arroyo no parece que fuera una anécdota porque cuando se prepararon los terrenos para el futuro polígono de Tecnocórdoba tuvieron que embovedarlo al más puro estilo del Pedroches. Hoy día sigue ahí la desembocadura del embovedamiento de este arroyo, en la parte más al sur del polígono (al final de la calle Estonia) y reencontrándose con su antiguo cauce que sigue lamiendo los parajes de Palomarejo. Bien es cierto que el cauce está seco, pero sigue adornado de árboles y espesa vegetación verde en pleno verano que indica la riqueza en aguas subterráneas del lugar. Originalmente el cauce bajaba por Palomarejo, cruzaba el camino de Las Quemadillas y, girando hacia el oeste, buscaba el Rabanales. Hoy en día la marca de ese cauce desaparece tras dejar Palomarejo atrás y reaparece paralelo a la autovía llegando al Rabanales por su margen oriental, pero este tramo final del cauce también aparece seco aunque igualmente adornado de árboles y abundante vegetación que indica la riqueza de agua del subsuelo.
Sigo sin saber por qué hay un trozo de cauce que ha desaparecido misteriosamente, quizá ha sido por todas las veces que han removido tierras (sobre todo por las obras de la autovía en su momento, incluyendo un puente bajo la autovía, hoy en desuso, que fue excavado justo por donde pasaba este arroyo) en esta parte más occidental de Las Quemadillas, justo al sur de Las Quemadas. Pero lo que se sigue pudiendo comprobar es que el cauce existe y que tras las lluvias del pasado invierno la vegetación que adorna el cauce se ha extendido y renovado siendo la prueba palpable de que el agua sigue buscando este antiguo cauce. La desembocadura del embovedado se puede visitar y observar bastante bien pese a la abundancia de vegetación y lo escondida que está a los ojos de los que pasan por allí cada día cruzando lo que era el antiguo camino de Las Quemadas (no confundir con el camino de Las Quemadillas, más al sur). No he podido comprobar este invierno si llegó a salir agua por esa desembocadura, pero teniendo en cuenta cómo creció la vegetación por los alrededores supongo que temporalmente el arroyo recuperó algo de agua en su cauce.
A mediados de los años 70 se vendieron los terrenos de Las Quemadas (pertenecientes a la última condesa de Las Quemadas y que fueron vendidos por sus herederos en 1975) y se empezó a construir el polígono, lo que llevó a la desaparición de gran parte de este arroyo. Desde entonces, solo ha sido visible su cauce a partir de las inmediaciones de Palomarejo. Con motivo de la creación del polígono de Tecnocórdoba puede comprobarse por las fotos aéreas que se embovedó lo que quedaba del cauce bajo el polígono y ese embovedamiento desemboca al final de lo que hoy es la calle Estonia (para ver la desembocadura hay que llegar hasta el final de la calle que sigue hasta que se acaba de repente y te quedas mirando a un descampado). Por cierto, hace veinte años mi hermano y yo explorando la zona llegamos a localizar la salida del embovedado e incluso pudimos adentrarnos unos metros en su espesa negrura. Entonces no tenía ni idea de que aquello era el embovedamiento de un arroyo casi perdido y supusimos que era alguna clase de alcantarillado perteneciente al polígono. Eso sí, aquello por entonces parecía seco, sin rastro de agua por ningún lado, aunque quedaba claro que parecía la desembocadura de algún tipo de desagüe y que abundaba la vegetación alrededor.
En fin, Paco, no descubrí este arroyo por las fotos de la USAF, aunque por las fotos cualquiera podría localizarlo y preguntarse qué era ese cauce y si alguna vez tuvo nombre. Yo descubrí el cauce recorriendo el camino de Las Quemadillas y, cuando lo atisbé entre la vegetación, me pregunté qué era todo eso que parecía un cauce seco de algún arroyo extinto. A partir de entonces, hace como año y medio, he estado investigando, estudiando las fotos aéreas de 1956, 1977, 1985 y demás e intentando buscar alguna referencia a dicho arroyo en los libros, artículos o textos de autores expertos en Córdoba. Hasta el momento mi búsqueda de alguna referencia sobre este arroyo ha sido poco menos que inútil y no deja de sorprenderme un poco. Está claro que quizá no fuera el arroyo más importante de por aquí, pero creo que tiene la misma importancia, como afluente del Rabanales, que el de Ahoganiños y otros autores no hablen de este afluente. Lo digo porque paseando por su cauce y explorándolo llegué a recordar que en los años 90, de nuevo con mi hermano y siendo solo chavales, estuvimos por la zona y yo llegué a cruzar un cauce lleno de agua (y basura, lamentablemente) junto al Rabanales que era el que pertenecía a este arroyo.
Por ese lejano recuerdo sé que ese cauce que ahora está seco tuvo un buen caudal al menos hasta mediados de los años 90 (aunque supongo que solo en época de lluvias, como le pasa ahora al Rabanales). Eso sí, cuando perdía toda esperanza de encontrar alguna referencia sobre este arroyo me topé con el libro "Urbanismo de la Córdoba Califal. Tras las huellas de la Córdoba califal" de Antonio Arjona Castro, editado por el ayuntamiento de Córdoba en 1997, que es un libro donde colaboran expertos arqueólogos cordobeses. El autor dedica un último capítulo muy interesante a explorar la ubicación de la mítica Medina Zahira y cree encontrarla en Las Quemadas.
A pesar de este extenso y profundo capítulo sobre Las Quemadas y sus restos arqueológicos, no hace mención del arroyo (aunque sí a las aguas subterráneas del lugar que pudieron abastecer a Medina Zahira), pero en el anexo del libro se incluye un antiguo mapa desplegable de la Córdoba califal fechado en el siglo X donde sí aparece dibujado con toda claridad lo que yo he dado en llamar "el Arroyo de Las Quemadas" como afluente oriental del Rabanales. Es la primera y única referencia oficial que he encontrado sobre el arroyo en mi investigación, pero ahora al menos puedo comprobar que el arroyo era lo bastante importante para que los árabes de la época califal lo retrataran en sus mapas.
Bueno, Paco, esto es todo por ahora. No sé si podrás decirme algo o si te resultará interesante. Para mí, desde luego, es apasionante investigar algo así, aunque muy complicado sobre todo si no tienes un nombre de referencia con el que buscar información. Yo lo llamo, por ahora, el "Arroyo de Las Quemadas", pero quién sabe si tuvo algún nombre popular o varios, como sería lógico por otra parte. Supongo que si tuviera acceso a documentación sobre las obras del polígono de TecnoCórdoba podría encontrar referencias al embovedamiento que tuvieron que hacer sobre este cauce y quizá podría averiguar algún nombre, pero por ahora eso no ha estado a mi alcance. Espero algún día resolver todo el asunto de este arroyo casi perdido y aclarar lo que para mí es ahora un asunto bastante intrigante.”
Estimado Carlos, muchas gracias por tu colaboración. Dos folios completos conllevan tu aportación que considero muy interesante y que es muy difícil de contestar porque en el fondo tu investigación pregunta poco, aunque aporta mucho. Claro que me resulta muy interesante, ya lo había visto en los mapas, pero esa zona no era habitual de mis andanzas de chico, y de mayor ya está el Polígono y todos los cambios sufridos en la zona. Observé en su momento que ese “Arroyo de Las Quemadas” (le dejamos el nombre que tú le has puesto, porque además es lógico). Nace en el noreste cerca del Tanatorio, entre éste y la carretera N-IV, porque más lejos te irías a la Cuesta de La Lancha y los arroyos no suben cuestas. Delante del Tanatorio siempre hay una zona que se encharca en el invierno, por lo que estimo es el punto de partida, además en ella termina un canal o acequia capilar de la gran arteria que es el canal de riego del Guadalmellato. Desde ahí a su encuentro con el Rabanales hay 3,460 km.
En las minutas de 1915-1950 está todo su curso entero. Por lo tanto era, o el final de un desagüe del canal que podía ser aliviadero, o que regaba la zona del Polígono de las Quemadas cuando era rural en su totalidad. Por eso no considero que sea de época califal aunque también existiera ese cauce en ese tiempo. El Arroyo de Rabanales viene con su Pradillos y el Ahoganiños, de más categoría que el de “Las Quemadas” que nos ocupa. Abajo cerca de la autovía se entiende que ésta se lo ha cargado y ese es el tramo perdido, aunque la naturaleza cuando llueva dirá que su cauce es su cauce y formará el follón buscándolo. En las minutas se ve todo el cauce como se ha dicho y entonces solo existían los cortijos del Fontanar de Valdelechas y Palomarejo.
Bibliografía de los comentarios de Carlos Serrano
6 comentarios :
Buenos días, Paco.
Vaya, me has dado una muy agradable sorpresa con esta entrada! Antes que nada muchas gracias por las imágenes y mapas que aportas que para mí son muy interesantes y de gran valor. No sé cómo agradecértelo (está claro que yo soy un investigador mucho más torpe). Y has logrado disipar muchas dudas que yo tenía sobre el asunto. El otro día me di un paseo por la desembocadura del embovedamiento al final de la calle Estonia y comprobé que casi está tapada por la espesa vegetación, de un lustroso color verde, en plena ola de calor. En fin, muchas gracias por este detalle. Por cierto, aprovecho para preguntarte una duda.
En una de tus entradas de tu blog hablabas de un topónimo que me intrigó. Se trata del "bosque de los polvorines" junto al cuartel de Lepanto. Lo mencionabas a propósito de una fotografía fechada en 1969 de la entonces incipiente urbanización del polígono de Levante. Supuse que con el "bosque de los polvorines" te referías a la arboleda que existía junto al cuartel de Lepanto, más o menos por donde ahora se ubica la piscina municipal y que, si mal no recuerdo, aún sobrevivió a lo largo de los años 80. He intentado buscar referencias sobre el nombre que le das, pero no he encontrado ninguna. Manuel Estévez escribe a propósito de otra fotografía, fechada a principios de los años 50 retratando la avenida de Rabanales cuando solo era un camino de tierra, y habla del lugar y lo describe minuciosamente, pero cuando llega a la arboleda de Lepanto solo la menciona como una "zona de eucaliptos". Ninguna referencia al "bosque de los polvorines". Así que me queda la duda y me gustaría saber si podrías resolvérmela. ¿Qué era el bosque de los polvorines? Por cierto, visitando de nuevo la zona hoy día veo que al camino que ahora une la avenida de Rabanales con Sagunto, le han puesto el nombre de "Pasaje Calerín de Eloy". Estévez relata en su texto que pasando la zona de eucaliptos estaba la "plaza de los calerines" (supongo que donde hoy se encuentran los bloques de pisos pegados a la parroquia y colegio de Santa María de Guadalupe) y señala la ubicación, a la derecha, del calerín más popular del lugar: el de Eloy. Teniendo en cuenta que la zona ha quedado hoy irreconocible comparándola con los años 50 (aunque creo que se han salvado tres inmensos árboles de entonces que siguen frente a la piscina), me alegra de que al menos alguien haya tenido el detalle de dejar un recuerdo sobre el popular calerín de Eloy. Por cierto, y para más intriga, a lo largo de ese pasaje se conserva una hilera de almezos (no eucaliptos) y me pregunto si tienen algo que ver con la llamada huerta de los Treinta Almezos que Lope de Amo menciona en su libro "Las Aguas de Córdoba" y que sitúa en la zona del Marrubial. Muchas gracias de antemano y un abrazo, Paco.
Carlos intentaré contestarte. Lo que hoy es la piscina e instalaciones de Lepanto eran, pegados a la calle una viviendas de suboficiales, e interiormente los Polvorines del Cuartel, en el 1968/69 yo era el cabo responsable de los mismos, mantenimiento, refresco por las noches de verano con riego, y sobre todo recuento de municiones y elaboración de los documentos correspondientes de toma de temperaturas máximas y mínimas diariamente. Antes en los cuarteles había una dotación de seguridad que eran las municiones mínimas, luego estaba la dotación permanente que en ese tiempo estaba en el Blanquillo, bajando la Cuesta de los Visos, y hoy están en el Polvorín del Vacar. Esas viviendas de suboficiales antes fueron instalaciones de un hospital de coléricos. Como no me has facilitado una dirección de correo no puedo mandarte fotografías de los polvorines. Respecto a las huertas que cita López Amo no figuran en el catastro, sólo la de La Palma. Pero puedes mirar las huertas de la zona que están publicadas https://www.notascordobesas.com/2020/06/donde-estaba-la-huerta-de-la-palma.html, aunque estimo deberían estar más cercanas al Arroyo de Pedroches del que tomaban el agua. Un saludo.
Hola, Paco.
Gracias por la información y los links. Lo de las viviendas de los oficiales lo sabía y lo de los polvorines me lo imaginaba, pero ahora ya sé gracias a ti la información precisa sobre el asunto (yo de niño viví en Puerta Plasencia, frente a la cuartel y desde mi casa veíamos las literas de los reclutas acostándose por la noche!). Por cierto, me lo he pasado muy bien localizando y estudiando un libro de gran formato de la Gerencia de Urbanismo de Córdoba titulado "Cartografía y fotografía de un siglo de urbanismo en Córdoba. 1851/1958". Entre las muchas cosas curiosas que ofrece y que desconocía, unas fotografías aéreas de la ciudad fechadas en 1930 y 1936. Yo, en mi ingenuidad, pensaba que no habría nada anterior a 1956.
Entre las muchas cosas que me llamaron la atención del libro está el arquitecto municipal José Rebollo Dicenta que sin duda estuvo muy ocupado mientras ejerció su cargo. Entre sus muchos planes y diseños para la ciudad resulta curioso un "plano de ordenación del casco urbano" de 1955 donde le dio por ubicar un campo de fútbol en la orilla oriental del arroyo Pedroches a la altura de Fátima (cuando Fátima aún no existía, claro). No deja de ser un rincón curioso para ubicar un campo de fútbol. Ni falta hace decir que fue uno de sus muchos proyectos que jamás se llevaron a cabo (ya fuera porque no logró convencer o por falta de recursos). Dicenta fue el autor de todos los planes de ordenación urbana del distrito de Levante. Otra curiosidad es que originalmente, en el primer plan para la zona, no se le denominaba "polígono de Levante" sino simplemente "polígono del Este". Dicenta fue haciendo y rehaciendo planes en 1959, 1962, 1972 y 1973, aunque acabo de descubrir que también logró que se aprobara un último plan diseñado por él en marzo de 1978 para Levante, pero que según se dice tuvo poco impacto (supongo que porque llegó en poco tiempo el primer ayuntamiento democrático, ayuntamiento que no presentaría un nuevo plan de ordenación urbana hasta 1986, ya bajo mandato de Herminio Trigo que, entre otras cosas, trataba de frenar el caos especulativo que se había desarrollado en el barrio de Cañero). Hablando de planos, el de Casañal de 1884 señalaba el charcón junto al cuartel de Lepanto formado por una bifurcación del arroyo de las Piedras tras unírsele el de la Hormiguita, como creo que ya sabes. Bien, he localizado en el libro un plano de 1910 donde sigue apareciendo ese charcón que debió ser importante. Como ya sabes, en las fotos aéreas de 1956 el charcón ya no existe, supongo que por las obras de embovedamiento del arroyo bajo la ampliación de Lepanto. También es interesante lo que se comenta en el libro sobre los años 50 y de las "iniciativas privadas para la vergonzosa parcelación, hasta extremos insospechados, de huertos donde implantar chozos y chabolas con el ánimo de lucrarse de las miserias ajenas, tales como fueron los casos de Miraflores y Zumbacón". Esto me toca de cerca porque mis abuelos paternos vivieron en chozos del Zumbacón hasta que pudieron mudarse al Sector Sur (entre tanto, mi abuelo guardaba cabras en el cortijo del Molino de los Ciegos y mi abuela cargaba piedras en la antigua cantera de La Mica, casi ná). Otra curiosidad es saber que entre los años 20 y 40 existió de forma oficial y efímera un "Barrio del Marrubial" que consistía en el grupo de casitas baratas edificadas por La Solariega alrededor de la calle Álvaro Paulo. Poco después este "barrio del Marrubial" quedaría asimilado por el de La Viñuela.
En fin, un libro muy interesante para saber un poco o un mucho más sobre la historia de Córdoba.
Me dijo el otro día Manuel Estevez lo siguiente: "dile a Carlos Serrano, (que hablaba del arroyo las quemadas), que tanto mi hijo como yo estamos bien, y que en referencia al artículo de la Alameda del Tiritar, yo lo publiqué desde el punto de vista que era un paraje a donde íbamos a bañarnos, por ello no citada para nada el arroyo que el menciona." Es muy complicado contestar a tus largos comentarios, lo siento Carlos. Un abrazo.
Ah, pues me alegro mucho de saber de Manuel Estévez y familia. Guardo sus textos como oro en paño y por supuesto me leí su libro "La Córdoba que se nos fue" (aunque ya tenía leído esos textos que seleccionó de su blog...jeje). Gracias a Estévez y tantos otros al menos no hemos perdido del todo la memoria de la Córdoba que se nos fué para siempre. Y en fin, siento lo de mis comentarios largos y extensos, supongo que soy demasiado apasionado y me lío a escribir...y no paro. Mis disculpas. A partir de ahora me reprimiré. Un abrazo.
No te preocupes Carlos, lo que pasa, es que es complejo contestar un texto largo y sin preguntas concretas, y si hay algo que merezca la pena enviarte no hay una dirección de correo para hacerlo. Pero no hay problema. Un saludo.
Publicar un comentario