Día 4 de julio, el día de la fiesta nacional de los yanquis, la firma de la Declaración de Independencia que tuvo lugar en 1776. En esa misma fecha el país separó formalmente del Imperio británico. Nació este país de emigrantes, con una guerra y han exportado ese método por el mundo, causando millones de muertos, y siguen como el muñequito de las pilas. Salgo de Santa Ana de la Albaida a realizar el tramo primero del Anillo Verde de la ciudad de Córdoba.
Tendrán que pasar muchos años para que la sombra proteja este primer trazado, muchos plantones sin la protección plástica, quiero pensar que son los animales y no los cafres, los causantes del deterioro de los plantones. De los muchos barandales de madera bien tirados por el suelo o perdidos, no creo que sean culpables los animales, entramos en un problema de mantenimiento, aparte del salvajismo. Lo primero que nos encontramos son las canteras de Santa Ana de la Albaida, romanas y califales después, un rincón espectacular, con cortados de más de veinte metros, que suponen millones de sillares de calcarenita extraídos a lo largo del tiempo.
Es como las incomprensibles distancias astronómicas, pensar en la almejita contenida en el metro primero de la cantera, cuántos millones de años para taparse con el metro veinte de sedimentos marinos y luego solidificarse. Un pelado y zigzagueante sendero con un ancho uniforme y “arcenes” reglamentarios donde están los plantones. Cruza el sendero el arroyo que viene de la Fuente de la Tinajita, lugar de peroles también, agua sombra y serranía eran los condimentos del día de campo o perol.
Primer cruce, la carretera CO-3402, Córdoba a Trassierra, una recta que permite visibilidad, pero no olvidarse que es cruzar una carretera de velocidades elevadas. No distraerse ni pensar que podemos cruzar, preferible esperar. Un olivar intensivo, enorme, que lo veo como estrujar la tierra, los acuíferos y acabar con los pocos jornales. Caminamos desde Santa Ana, por el margen derecho del arroyo de Valdegrajas. Ahora otro cruce, el acceso al abandonado matadero de Icossa.
Como lo dejaron caer, mala gestión, corrupción, seguramente ambas cosas, lo cierto que es un enorme fantasma esperando su ruina total. Ahora se le une al Valdegrajas el arroyo que viene del Rodadero de los Lobos, arriba de Piquín. El no explotar las canteras, ha conseguido que la vertiente pelada, sin vegetación, como consecuencia de caer por ella los cortantes guijarros, esté colonizándose de esperanza a marchas forzadas.
Donde se unen ambos arroyos, pero en el margen izquierdo, un centro de ocio ecuestre. Ahora cruzamos la Vereda de Trassierra, ancha, y el canal de riego del Guadalmellato que viene ahora de San Rafael de Navallana, lleva muy poca agua. Turruñuelos, Huerta de Lubián, Cortijo de los Nogales, buena gente tanto padre como hijo, La Gitana, Casilla del Aire, la Calzada de D. Paco, mi padrino, también con canteras de calcarenita, son nombres cercanos.
Cruzamos el puente del canal, la vía de servicio del mismo, la Vereda de Trassierra y el Anillo Verde que lo señalan como Cañada Real Soriana, será que voy en esa dirección, porque los topónimos no son de fiar, son los ramales que se distribuyen. Agua en el camino y lo primero que pienso es que es de filtración del canal. Esta conducción derrocha más de la que sirve, si se arreglará seguro que el ahorro sería considerable.
Este tramo de arroyo le llaman Cantarranas, pero es Valdegrajas. Más agua cruza el camino, a unos metros a la derecha sigue el canal de riego y seguro son sus pérdidas infinitas, es posible que por lo rectilíneo de su trazado pudiera ser un antiguo canal de riego, un capilar de la arteria mayor. Se me está haciendo largo el sendero. La barriada de Miralbaida y la de Las Palmeras es la referencia de la vuelta. Ahora el Arroyo de los Nogales se incorpora, siempre todos por la derecha y el trasiego de vehículos por la A-431 señalan el comienzo y fin para mí del Anillo Verde Tramo I.
Un final o comienzo poco ortodoxo, el carril bici, un cruce de caminos y un derrame de asfalto sobrante es el inicio y mi final. Ahora la vuelta, no tenía un sombrero, estimo que producto de un fuego, que hacía de filtro al sol, ahora, aunque no te daba de cara apretaba. Ración de agua y en marcha. Las vueltas siempre parecen más cortas que las idas, si las realizas por el mismo camino, esta tiene 3,125 km. Pienso lo mismo al cruzarme con el agua en el camino.
Aprovecho las sombras que concede la vegetación del arroyo. Me detengo en los destrozos en el cruce de la Vereda de Trassierra, de las barandas, alguna está en el suelo pero otras se las han llevado. No llevo los clavos largos y el martillo para reponer las que están tiradas. Por este tramo del Anillo Verde desde el canal a la A-431 pasaron tres coches, no está por lo que se ve prohibido el paso de vehículos a motor, y uno fue policial.
Bueno pues ya está documentado el tramo desde la A-431, carretera de Palma del Río, hasta la Cuesta de la Traición, Fuente de la Raja (salvo el trozo que discurre por encima de la Aduana), el de abajo con el guarda grosero, ordinario y maleducado ya lo soporté. Vaya personajes de la novela de Delibes, pero estos no son inocentes ni mucho menos, son serviles e indocumentados. Hasta llegar a las cercanías de la Universidad Laboral quedan metros. Pero en Córdoba sabemos lo que fue la Obra del Murallón, no nos pilla desprevenidos.
7 comentarios :
Y hoy (5/07/22) ¿es posible que lo haya visto parado con otro compañero para cruzar el canal por carretera de Trassierra? Temprano, sobre las 8:30
No, Bubo, hoy a esa hora iba para el notario, esas profesiones que ganan el dinero a espuertas, solo con firmar en un papel. Un abrazo.
Hola, Paco.
Antes de nada, gracias por tu blog y tus esfuerzos y desde aquí declaro mi admiración por tu trabajo dedicado a Córdoba. Hay una duda que me intriga y puesto que a estas alturas parece imposible contactar con Manuel Estévez o Laurentino, cuyos blogs parecen inactivos desde hace tiempo, me dirijo a ti para hacerte partícipe de un descubrimiento o re-descubrimiento de lo que he dado en llamar "arroyo de Las Quemadas". Este arroyo, cuyo nombre se lo doy por motivos que pronto entenderás, ha permanecido anónimo sin que haya podido encontrar ninguna referancia en libros, artículos o documentos oficiales. Y es un arroyo que cruzaba de este a oeste Las Quemadas. Bien, si uno se fija en las fotografías del vuelo aéreo de la USAF de 1956 y pone atención a la antigua dehesa de Las Quemadas, lo que hoy está ocupado por el polígono industrial, verá el cauce de un arroyo que parece nacer no lejos del arroyo de la Cuesta de la Lancha y corre hacia el Rabanales cruzando la dehesa para, justo antes de encontrarse con él, dar un quiebro hacia el sur y recorrer parajes limítrofes con el antiguo cortijo de Palomarejo (que luego se convirtiría en el Caipo, hoy llamado "Futuro Singular"). Este arroyo que yo he llamado de Las Quemadas baja por las cercanías de Palomarejo hasta girar de nuevo hacia el oeste y buscar el Rabanales siguiendo en paralelo a lo que hoy es la autovía que se construyó décadas después. Así, este arroyo de Las Quemadas, es un afluente del Rabanales por su margen oriental que antes cruza casi todo lo que fue la antigua dehesa de Las Quemadas (llena de encinas y chopos que fueron erradicados por el polígono)
En las fotos de 1956 se ve claro el cauce de este arroyo que nadie menciona (ni Francisco Carrasco, ni Manuel Estévez cuando habla del Rabanales y la Alameda del Tiritar), pero el arroyo no parece que fuera una anécdota porque cuando se prepararon los terrenos para el futuro polígono de Tecnocórdoba tuvieron que embovedarlo al más puro estilo del Pedroches. Hoy día sigue ahí la desembocadura del embovedamiento de este arroyo, en la parte más al sur del polígono (al final de la calle Estonia) y reencontrándose con su antiguo cauce que sigue lamiendo los parajes de Palomarejo. Bien es cierto que el cauce está seco, pero sigue adornado de árboles y espesa vegetación verde en pleno verano que indica la riqueza en aguas subterráneas del lugar. Originalmente el cauce bajaba por Palomarejo, cruzaba el camino de Las Quemadillas y, girando hacia el oeste, buscaba el Rabanales. Hoy en día la marca de ese cauce desaparece tras dejar Palomarejo atrás y reaparece paralelo a la autovía llegando al Rabanales por su margen oriental, pero este tramo final del cauce también aparece seco aunque igualmente adornado de árboles y abundante vegetación que indica la riqueza de agua del subsuelo. Sigo sin saber por qué hay un trozo de cauce que ha desaparecido misteriosamente, quizá ha sido por todas las veces que han removido tierras (sobre todo por las obras de la autovía en su momento, incluyendo un puente bajo la autovía, hoy en desuso, que fue excavado justo por donde pasaba este arroyo) en esta parte más occidental de Las Quemadillas, justo al sur de Las Quemadas. Pero lo que se sigue pudiendo comprobar es que el cauce existe y que tras las lluvias del pasado invierno la vegetación que adorna el cauce se ha extendido y renovado siendo la prueba palpable de que el agua sigue buscando este antiguo cauce.
(Continuo) La desembocadura del embovedado se puede visitar y observar bastante bien pese a la abundancia de vegetación y lo escondida que está a los ojos de los que pasan por allí cada día cruzando lo que era el antiguo camino de Las Quemadas (no confundir con el camino de Las Quemadillas, más al sur). No he podido comprobar este invierno si llegó a salir agua por esa desembocadura, pero teniendo en cuenta cómo creció la vegetación por los alrededores supongo que temporalmente el arroyo recuperó algo de agua en su cauce.
A mediados de los años 70 se vendieron los terrenos de Las Quemadas (pertenecientes a la última condesa de Las Quemadas y que fueron vendidos por sus herederos en 1975) y se empezó a construir el polígono, lo que llevó a la desaparición de gran parte de este arroyo. Desde entonces, solo ha sido visible su cauce a partir de las inmediaciones de Palomarejo. Con motivo de la creación del polígono de Tecnocórdoba puede comprobarse por las fotos aéreas que se embovedó lo que quedaba del cauce bajo el polígono y ese embovedamiento desemboca al final de lo que hoy es la calle Estonia (para ver la desembocadura hay que llegar hasta el final de la calle que sigue hasta que se acaba de repente y te quedas mirando a un descampado). Por cierto, hace veinte años mi hermano y yo explorando la zona llegamos a localizar la salida del embovedado e incluso pudimos adentrarnos unos metros en su espesa negrura. Entonces no tenía ni idea de que aquello era el embovedamiento de un arroyo casi perdido y supusimos que era alguna clase de alcantarillado perteneciente al polígono. Eso sí, aquello por entonces parecía seco, sin rastro de agua por ningún lado, aunque quedaba claro que parecía la desembocadura de algún tipo de desagüe y que abundaba la vegetación alrededor.
(sigo continuando) En fin, Paco, no descubrí este arroyo por las fotos de la USAF, aunque por las fotos cualquiera podría localizarlo y preguntarse qué era ese cauce y si alguna vez tuvo nombre. Yo descubrí el cauce recorriendo el camino de Las Quemadillas y, cuando lo atisbé entre la vegetación, me pregunté qué era todo eso que parecía un cauce seco de algún arroyo extinto. A partir de entonces, hace como año y medio, he estado investigando, estudiando las fotos aéreas de 1956, 1977, 1985 y demás e intentando buscar alguna referencia a dicho arroyo en los libros, artículos o textos de autores expertos en Córdoba. Hasta el momento mi búsqueda de alguna referencia sobre este arroyo ha sido poco menos que inútil y no deja de sorprenderme un poco. Está claro que quizá no fuera el arroyo más importante de por aquí, pero creo que tiene la misma importancia, como afluente del Rabanales, que el de Ahoganiños (del que sí hay bastantes referencias por parte de Francisco Carrasco, Manuel Estévez, etc). Me sorprende mucho que Manuel Estévez, en su extenso artículo sobre la Alameda del Tiritar, no hable de este afluente. Lo digo porque paseando por su cauce y explorándolo llegué a recordar que en los años 90, de nuevo con mi hermano y siendo solo chavales, estuvimos por la zona y yo llegué a cruzar un cauce lleno de agua (y basura, lamentablemente) junto al Rabanales que era el que pertenecía a este arroyo. Por ese lejano recuerdo sé que ese cauce que ahora está seco tuvo un buen caudal al menos hasta mediados de los años 90 (aunque supongo que solo en época de lluvias, como le pasa ahora al Rabanales). Eso sí, cuando perdía toda esperanza de encontrar alguna referencia sobre este arroyo me topé con el libro "Urbanismo de la Córdoba Califal. Tras las huellas de la Córdoba califal" de Antonio Arjona Castro, editado por el ayuntamiento de Córdoba en 1997, que es un libro donde colaboran expertos arqueólogos cordobeses. El autor dedica un último capítulo muy interesante a explorar la ubicación de la mítica Medina Zahira y cree encontrarla en Las Quemadas. A pesar de este extenso y profundo capítulo sobre Las Quemadas y sus restos arqueológicos, no hace mención del arroyo (aunque sí a las aguas subterráneas del lugar que pudieron abastecer a Medina Zahira), pero en el anexo del libro se incluye un antiguo mapa desplegable de la Córdoba califal fechado en el siglo X donde sí aparece dibujado con toda claridad lo que yo he dado en llamar "el arroyo de Las Quemadas" como afluente oriental del Rabanales. Es la primera y única referencia oficial que he encontrado sobre el arroyo en mi investigación, pero ahora al menos puedo comprobar que el arroyo era lo bastante importante para que los árabes de la época califal lo retrataran en sus mapas.
(y termino por fin) Bueno, Paco, esto es todo por ahora. No sé si podrás decirme algo o si te resultará interesante. Para mí, desde luego, es apasionante investigar algo así, aunque muy complicado sobre todo si no tienes un nombre de referencia con el que buscar información. Yo lo llamo, por ahora, el "arroyo de Las Quemadas", pero quién sabe si tuvo algún nombre popular o varios, como sería lógico por otra parte. Supongo que si tuviera acceso a documentación sobre las obras del poligono de Tecnocórdoba podría encontrar referencias al embovedamiento que tuvieron que hacer sobre este cauce y quizá podría averiguar algún nombre, pero por ahora eso no ha estado a mi alcance. Espero algún día resolver todo el asunto de este arroyo casi perdido y aclarar lo que para mí es ahora un asunto bastante intrigante.
Sin más tiempo para aburrirte, te agradezco de antemano cualquier cosa que puedas decirme sobre el asunto y te envío un saludo lleno de admiración.
Posdata: Puesto que creo que te ha interesado mucho todo lo relativo a la huerta de la Palma junto al Pedroches, te hago saber que rebuscando entre documentos oficiales del ayuntamiento me encontré con una información que me pareció curiosa y es la siguiente: en 2006, con motivo de las obras de remodelación del cauce del arroyo Pedroches, el ayuntamiento de Córdoba compró o expropio la última parcela que quedaba intacta de la antigua huerta de la Palma. En el mismo documento también habla de parcelas del antiguo cortijo de Molino de los Ciegos y otros tantos, pero me llamó la atención lo de la huerta de la Palma y que en pleno siglo XXI aún quedara una parcela intacta, sin urbanizar, de dicha huerta. Igual te parece tan curioso como a mí.
Estimado Carlos, muchas gracias por tu colaboración. Dos folios completos conlleva tu aportación que considero muy interesante y que es muy difícil de contestar porque en el fondo tu investigación no pregunta nada, aporta mucho. Claro que me resulta muy interesante, ya lo había visto en los mapas, pero esa zona no era una zona de mis andanzas de chico y de mayor ya está el polígono y todos los cambios sufridos en la zona. Observé en su momento que ese arroyo “de Las Quemadas” (le dejamos el nombre que tu le has puesto, porque además es lógico). Nace en el norte cerca del Tanatorio, entre éste y la carretera N-IV, porque más lejos te irías a la Cuesta de La Lancha. Sería un venero. Delante del Tanatorio siempre hay una zona que se encharca en el invierno, por lo que estimo es el punto de partida. Desde ahí a su encuentro con el Rabanales hay 3,460 km. En las minutas de 1915-1950 está todo su curso entero.
El Rabanales viene con su Pradillos y el Ahoganiños, de más categoría del de Las Quemadas que nos ocupa. Si en lugar de poner un comentario tan extenso, por aquí, que no casa con la entrada del Anillo Verde, me hubieras enviado el texto por correo electrónico, te habría podido enviar todos los planos al respecto: Minutas, planimetrías, topográfico 1ª edición, Topo 1:25000, vuelos 1956,1977, 1984, 2000, y 2010. Abajo cerca de la autovía se entiende que ésta se lo ha cargado y es un tramo perdido, aunque la naturaleza cuando llueva dirá que su cauce es su cauce y formará el follón buscándolo. En las minutas se ve todo el cauce como te ha dicho y solo había el Fontanar de Valdelechas y Palomarejo.
Puedes escribir a info@notascordobesas.com y te mando las fotografías. Respecto a lo que comentas de Laurentino y Manuel Estevez, no sé qué les pasará. Para tu conocimiento te diré que son familia muy cercana ambos. Interesante también tu observación sobre la Huerta de la Palma, que estuvo surtiendo de agua a Córdoba durante bastante tiempo. https://www.notascordobesas.com/2020/06/donde-estaba-la-huerta-de-la-palma.html https://www.notascordobesas.com/2020/05/el-nacimiento-del-venero-de-la-palma.html En ella había un depósito que se alimentaba del venero.
Un fuerte abrazo y nuevamente muchas gracias.
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