Wikiloc Acantilados del Patriarca
Me quedaba en cartera los Acantilados del Patriarca, esa lengua pétrea de caída vertical de colosales rocas, erosionadas con el tiempo y que se adentra en un escalón del antiguo mar de Tetis, cuyas biocalcarenitas de las “playas” están cuajadas de fósiles, similares -guardando las distancias- a las del yacimiento de Hornachuelos, pero geológicamente muy parecidos, no desde luego en la calidad y número de los fósiles de los melojos.
Aparcamos el coche en la calle Camino del Patriarca y desde allí comenzamos el recorrido. Fuimos directamente al lugar que ocupaba el cortijo primitivo, del que solo quedan los restos esparcidos por un amplio territorio sin árboles, de pasto. La pequeña alberca restaurada y el complejo hidráulico del este del antiguo cortijo, sin actuar sobre él, y el aprisco más moderno, con mesas y asientos para las merendillas o peroles.
De allí directamente al llano que contiene las colmenas, el colmenar o apiario, y veíamos movimiento en ellas, estando como están los campos de girasoles cercanos en flor parecía extraño. De todas formas no comprobamos si estaban, haciendo caso de los avisos de “Peligro abejas”, aunque en otros lugares ponen “Abejas trabajando”. Rodeamos el colmenar por el este y a la izquierda se nos presentan los inmensos bloques algunos en delicado equilibrio por la erosión. En ellos hay fijados presas de escalada por los aficionados a ese deporte.
El roquedal no llega a ser la Ciudad Encantada de Cuenca, ni el Torcal de Antequera, pero son espectaculares y emocionalmente nuestros. Las fotografías de rigor y luego los rodeamos para subir arriba de los mismos. La explanada que configuran en su azotea es un mirador natural que permite asomarse al Parque y al valle con la ciudad cercana.
El edificio Torre del Agua recorta el horizonte urbano, compitiendo en altura con el de Hipercor más al sur, y nos preguntamos qué pasa con él y que problemas tiene. Pensamos será lo mismo que en los pisos de al lado de la antigua Piscina del Fontanar, que llevan casi terminados una serie de años. Problemas burocráticos o de gestión.
Comienza a llover tímidamente, algo es algo. Bajamos al Arroyo de las Víboras, en el ánimo de seguir su cauce seco y su bosque de ribera hasta uno de los caminos principales, para la vuelta. Es una verdadera joya lo que tenemos los cordobeses/as a un tiro de piedra de lo urbano. Todo ello vigilado desde arriba por el Cerro de la Cárcel. Desde cualquier claro mirando al noroeste, nos observa su majestuoso monumento. Siguen trabajando en la señalización del Parque del Patriarca, algunos postes señalan o bien El Alcornocal, Las Víboras, o el Camino Bajo.
Este último nos lleva al automóvil y la temperatura sigue siendo de primavera a pesar de que hoy comienza el verano oficialmente, por lo que aprovechamos para desear un feliz solsticio de verano a todo aquel que lo celebre. Antes unos frutos secos para reponer fuerzas y agua para hidratar. Un “patriótico” can con collar con banderita se nos acerca juguetón, pero no hay que perderlo nunca de vista, puede ser un suavón y mi madre decía que debía de guardarse uno de los suavones, sobre todo cuando te rodea silencioso. La dueña ensimismada con su teléfono no echaba cuentas del patriota.
Fotografías de CCC y del autor
Pues por poco no hemos coincidido Paco, esta mañana le he estado enseñando a Araceli el estado de las obras, creyendo que haría fresquito aunque hacía un calor húmedo, supongo que porque antes habría caído esa llovizna que comentas y nosotros llegamos más tarde.
ResponderEliminarAl estar cortado el acceso a la zona de aparcamiento por las obras hemos accedido por el Este y recorrido la zona por donde entrasteis y luego el sendero circular, lástima no haber coincidido, un saludo!
Que lástima amigo Paco, me hubiera gustado veros. Seguro sería ese chaparrón o la hora. Saludos para Araceli. Y un abrazo para ambos.
ResponderEliminarEste camino lo hago de vez en cuando. Está bien verlo con otros ojos.
ResponderEliminarLos senderos son preciosos Bubo. Un abrazo.
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