Ayer bajamos por el valle que riega el arroyo llamado del Castillo, que vigilan las ruinas de la fortaleza de El Vacar, donde parece murió el Conde de Urgel, cuando vinieron a expoliar Córdoba, y generaron con su batalla el nombre de la Matanza en terrenos cercanos. El valle antes de desembocar en lo que ahora está bañado -es un eufemismo actualmente-, por las aguas del Pantano de Puente Nuevo, también lo vigila el cerro del Álamo, de 771 m.s.n.m., que da nombre a un bonito cortijo, que tuve la oportunidad de conocer en su tiempo, cuando me dedicaba a la instalación de sistemas de televisión y satélite. Por la margen derecha de ese valle, por su ladera media, caminaba antaño la vía del ferrocarril Córdoba a Almorchón, una vez pasados sus tres túneles y enfilado hacía la próxima estación de Alhondiguilla.
Antes del pantano, en el centro el puente
Foto de la red cuando estuvo lleno
Al fondo la sierra del Castillo
Desde la presa
Toda esta introducción viene al hilo para situar el territorio que hoy ocupa el pantano, y que es noticia por el bajo nivel de sus aguas. La página estatal chguadalquivir.es nos dice que la capacidad total del pantano es de 281.734 Hm3 y tiene 48.002 Hm3 embalsados, lo que significa un 17,04% de su capacidad, en una palabra casi seco. De este pantano se extrae el agua para potabilizarla Emproasa y servir a muchos pueblos del entorno, lo que supone que si la cosa sigue así habrá que racionar el preciado líquido.
Por tanto una llamada a aprovechar lo que se pueda y ahorrar agua. Dicho esto, el sentido de esta entrada es señalar el estado de la cuenca del Guadiato. Seguro que desde la Sierra del Castillo atalaya de la cabecera, se verá como los bajos niveles dejan ver su fondo y accidentes geográficos antiguos como los puentes que cruzaban el Guadiato. Y todavía seguirán negando el cambio climático algunos.
Fotografías del autor C. Carnago y Red.
Bibliografía de las páginas citadas
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