El miliciano
Espejo fue la Ucubi romana, que se vio envuelta en los problemas de la guerra de César contra Pompeyo, y que luego fue frente republicano en la Guerra Incivil que provocada por el golpe de estado fascista de 1936, que nos trajo muchos muertos a España y dolor que aún sigue para muchas familias. De este último horror nos queda una fotografía que fue símbolo mundial de las guerras. Alumbró el periodismo de guerras, una obra de arte, compuesta o no, de Capa, el intrépido periodista fallecido años después en la guerra de Vietnam al pisar una mina.
Espejo desde el Haza del reloj
Mis primeros recuerdos de Espejo datan de la década de los cincuenta, yo trabajaba de niño en una platería en la calle Almanzor, en esa casa vivía Antonio un señor mayor, espejeño, con el que hablaba de política. Un hombre que estaba al tanto de la política nacional (que no existía en la calle) y de la internacional. Y me hablaba de su pueblo, y comprendí la tradición de izquierdas de Espejo, y las inquietudes de ese pueblo de la provincia, por las historias que compartía conmigo. Seguro por problemas de próstata, tenía que sondarse y lo hacía todos los días un par de veces. Muchas veces lo he visto subir a su casa con las sondas en la mano. Su hija era una de las mujeres más guapas del barrio.
Otra vista del monumento
Esa es mi primera relación con Espejo. Otras de pasar por allí con la bicicleta, o camino de Castro del Río a visitar a mis tías Mercedes y María, y bañarme con mis primos en el río del pan, el Guadajoz, con camino de huertas incorporado para llegar al baño, y olores característicos. Espejo se ve desde muchos sitios, incluso desde nuestra serranía por su castillo, y más cuando lo iluminan, aunque al precio que le ponen los ladrones a la energía eléctrica, para pagar directivos que los favorecieron antes y enriquecerse ellos más, poco se puede iluminar. Después mi relación con Espejo fue política, colaboramos con compañeros en distintas elecciones municipales y generales.
Acceso al monumento
Luego las visitas turísticas, con la asignatura pendiente de visitar el castillo por dentro. Las paradas a degustar chorizo y morcilla, de vuelta de Granada, eran habituales, o ir exclusivamente a ello desde Córdoba. La última visita fue el domingo 19 a disfrutar de la panorámica desde el cerro de la Haza del Reloj, y el monumento al miliciano de la fotografía de Capa, relacionada conmigo por partida doble, el descubridor de la ubicación y las peripecias sufridas, plagio incluido, Fernando Penco, amigo, y el extraordinario artista José María Serrano Carriel creador del monumento, otro admirado amigo.
Con Espejo al fondo (Fotografía Conchi)
Dejamos la N-432 y entramos en la calle de San Roque, antigua CP-155 con coordenadas 37.6791248, -4.4548364 a 397 m.s.n.m. A 468m. desde la N-432, pasado el cuartel de la Guardia Civil, con un desnivel medio del 7,40 % y los últimos 280 m. de casi el 10%. Doy estos datos porque no hay señales de cómo llegar, parece que dan por hecho que todo el mundo debe conocer el Haza del Reloj y su ubicación. En la Web municipal aún no han puesto referencias. Pero bueno no es mal año por mucho trigo y mejor que sobren datos que falten. El mirador privilegiado, la señalética precisa y el miliciano real, aunque no ha tirado de mucho realismo el autor, (que le sobra) buscando a lo mejor el esfuerzo del observador. Recomiendo buscar detalles en el fusil del miliciano. Las Subbéticas con el anticlinal de Cabra, la Tiñosa, la serranía cordobesa por el oeste, al fondo, al castillo de Montilla por el Sur, el Ahillo por el este y la Sierra del Segura más lejana. Todo un lujo.
De la revista LIFE
“Muerte de un miliciano
La impactante fotografía, conocida como “Muerte de un miliciano” o “El Soldado caído”, icono de la contienda civil española y obra cumbre del periodismo de guerra. Calificada por los expertos como una fotografía “imperfectamente perfecta”, presenta una significativa carga simbólica acompañada de gran fuerza y dinamismo. La polémica imagen fue difundida por primera vez en el número 447 de la revista francesa VU, el 23 de septiembre de 1936, revien iniciada la contienda bélica, pero la mayor relevancia la obtuvo al ser publica en la revista LIFE el 12 de junio de 1937 en un reportaje titulado Death in Spain: the civil war has taaken 500.000 lives in on year (Muerte en España: la guerra civil ha segado 500.000 vidas en un año). “El miliciano muerto” muestra el momento del desplome de un soldado ante el “supuesto” impacto de una bala enemiga. Este instante fugaz queda detenido en el preciso momento en que el miliciano, con los pies sobre el terreno inclinado de una colina y sus largas piernas en escorzo, se desprende de su fusil.
Comprobación del horizonte
El protagonista que tiene los ojos cerrados y su rostro difuminado ofrece una expresión serena enmarcada sobre un paisaje rural en el que podemos apreciar al fondo hasta dos cadenas montañosas. Tomada en 1936 en el frente de Córdoba, la fotografía que muestra al soldado de camisa blanca cayendo hacia atrás supuso fama inmediata para el fotógrafo húngaro quien se convirtió en un símbolo de la lucha contra el fascismo. Sin embargo a lo largo de los años han aparecido dudas sobre se veracidad y algunas voces sugieren que estaba preparada. El propio Capa dio pocas pistas sobre las circunstancias en las que se tomó. Robert Capa llegó a España en agosto de 1936 con su compañera Gerda Taro para informar sobre la guerra civil española, que había estallado un mes antes tras el levantamiento militar de Francisco Franco.”
Fotografías del autor y Conchi
Bibliografía de la señalética del monumento
Bibliografía de la señalética del monumento
No sabía que existía este monumento. Más allá de la historia detrás de la foto, recordar a los caídos en la Guerra Civil nos ayuda a no olvidar, y, en lo posible, a no repetir.
ResponderEliminarSaludos,
J.
José A. estoy de acuerdo contigo, lo de alrededor es accesorio, el motivo principal fue la miserable y dañina guerra incivil. Un abrazo.
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