Número uno de la revista de radio citada.
El mundo de la radioafición cuando yo empecé, allá por finales de los sesenta principios de los setenta de forma más o menos formal, antes había sido escucha y aprendiz de telegrafista desde mi niñez con mi tío Pepe, que era técnico de radio, era un sentir más o menos romántico científico. Luego fui entrando más de lleno en ese mundillo desde el punto de vista del “cacharreador”, una especie de técnico investigador del medio, y todo lo que rodeaba el mismo, que llevaba a las ondas sus trabajos, bien fuese en materia de antenas, emisores o receptores, pero todo desde un punto de vista aficionado.
Rafael Muñoz y Jose Posadillo fundadores del club
La realidad es que era una afición apasionante, conseguir contactar con una persona como tú o parecida, a miles de kilómetros -lo más lejos que lo hice fue con Nueva Zelanda, las antípodas-, con un transmisor construido por ti, con válvulas usadas de televisores, alimentadas incluso con un transformador que hasta lo habías bobinado tú, era un aspecto para sentirte orgulloso. Todo era fabricado con tu esfuerzo o con la ayuda inestimable de otros colegas. Había en la práctica de la afición bastante solidaridad, porque siempre había una cercana disposición de otro colega aficionado para ayudarte a poner una antena o colaborar en algún montaje.
Inauguración de EAJ24 Radio Córdoba
Federico Algarra director EAJ24
Las nociones de tecnología eran sacadas de múltiples libros o revistas que te permitían conocer los intríngulis de la radioafición. Y no quedaba solamente en la técnica, existía también, como he dicho, una filosofía solidaria en muchos temas. Es verdad que envidiabas a los pudientes que adquirían un transceptor comercial y tenían unas instalaciones aparentemente inaccesibles para ti, que al igual que el automovilista con posibles, o el ciclista con iguales medios te arrollaban, en sentido metafórico, con su poderío económico. Estos no sabían de técnica porque no era lo suyo, pero si te decían la potencia de sus transmisores, la marca y su procedencia, normalmente allende los mares, y sobre todo su coste.
Dos anuncios de radio
Mi interés por el medio me hizo hacer unos cursos de Formación Profesional en Electromecánica, en el que me sirvió mi dominio de las herramientas y conocimientos previos que llevaba adquiridos de mi tío Pepe, y después en Electrónica Industrial, dónde saque muy buenas notas, que luego me permitieron por un problema de salud del titular, ejercer durante unos meses como profesor suplente de esa materia, en el mismo Centro de Formación Profesional. Fue a primeros de los setenta, en esos cursos se practicaba la electrónica con unos medios técnicos muy modernos, y se obtenía una enseñanza de calidad. No todo fue malo en la dictadura fascista. Durante el periodo de profesor, fue cuando más aprendí pues los alumnos te forzaban a ir por delante de ellos, con sus problemas.
Antena de Radio Córdoba y mis antenas
En aquellos tiempos muchos usábamos unos kit de montaje de determinados receptores o transmisores que permitían experimentar en las ondas después, con poca potencia. Luego vino el conseguir el indicativo de Telecomunicaciones, la licencia y la instalación de una estación de radio que te permitía salir a las ondas sin problemas, legalmente. Mi primer indicativo fue EA7AFV. EA es el prefijo correspondiente a España, el número 7 está circunscrito a la región andaluza, y el sufijo la licencia personal, Luego lo sustituí por uno, que es el que mantengo, que se correspondía el sufijo con mis iniciales y es EA7FMC. Esa es mi licencia actual y se da la circunstancia de que la firmó como Jefe Provincial de Telecomunicaciones un buen amigo.
Manipulador vertical y horizontal de telegrafía
Frontal de mi transceptor
Había radioaficionados veteranos muy accesibles dentro de su propia idiosincrasia, con los que yo me llevaba bien y de los que aprendí muchas cosas. Uno de ellos, Andrés Téllez EA7FU, lamentablemente desaparecido por la lógica de la edad, que procedía del mundo de la electricidad, laboratorio de la empresa de suministro, me facilitó unos ejemplares de un boletín de un club que se creó en 1930, dedicado a la radioafición. Se llamó Micrófono y era el órgano del Córdoba Radio Club, lo fotocopie y hoy lo he digitalizado. Luego nosotros hicimos un club que se llamó Radio Club Córdoba (RCC), y tuvo un modesto Boletín Informativo. Ese club se federó con otros andaluces y se creó la Federación Andaluza de Radio Club (FAR), también con revista técnica que editó 12 números.
Mi licencia actual de radio
Cuando vemos los medios tecnológicos que disponíamos, los que disponían antes esos pioneros del Córdoba Radio Club, germen de las emisoras comerciales, concretamente de Radio Córdoba, EAJ24, de Federico Algarra, y los que dispone ahora mismo cualquier usuario con los sistemas móviles, lo último que podemos perder es la capacidad de asombro. Hablar y verse con el corresponsal, en cualquier lugar del mundo, con un pequeño y miniaturizado aparato, y compararlo con las emisiones en Televisión de barrido lento (SSTV), emisión de barrido lento en la que se emitía una imagen estática, por no poder hacerlo en movimiento, tardando lo suyo en enviarla. Eso en mis tiempos -en los de 1930 ni pensarlo siquiera-, y ahora con el 5G es todo verdaderamente increible como de ciencia ficción.
Anuncio de un receptor de radio
Si se lee el contenido de los ejemplares disponibles se verá como unos entusiastas fueron los que hicieron realidad las primeras emisiones, y como ellos fueron aquí en Córdoba los que impulsaron nuevas tecnologías. Sin tener en cuenta el futuro cercano, pues uno de ellos Muñoz Navas era hijo de un colaborador directo del golpe de estado de 1936, S. Muñoz Pérez, y además fue el que disparó el cañón contra la II República Española personificada en el Palacio del Gobernador Civil que estaba en el Gran Capitán el 18 julio del citado año. Este Sr. fue alcalde de Córdoba en tres ocasiones, entre enero de 1912 y noviembre de 1913; enero de 1916 y junio de 1917 y 19 de julio y 25 septiembre de 1936. En dos meses se ocupó de proponer nombrar “Hijo Maldito” a D. Antonio Jaén Morente y ser el culpable de la purga y asesinato de un buen número de profesionales de la enseñanza. Fue destituido por un problema de malversación de fondos, una joyita vamos. (1)
Revista de la Federación Andaluza de Radio Club
No es la pretensión de esta entrada hacer una tesis sobre la guerra civil, ni culpabilizar a los hijos de la vida de los padres, pero la historia es la que es. Ni sobre sobre la radioafición o la radio comercial, y muchos menos sobre sistemas de comunicación y sus artilugios, por eso he procurado pasar de forma somera por encima de esos aspectos. Ni tampoco del aspecto asociativo en esa materia que daría para cortar mucha tela dónde ha y mucho material. Sólo pretendo hacer una pequeña semblanza de una gente pionera en un medio muy cercano y de una revista del género, seguro que habrá algunos radioaficionados que recibirán con curiosidad y tratarán como una joya los números digitalizados de hace noventa y un años, que no están en ninguna de las bibliotecas consultadas. A ellos les dedico esta entrada nostálgica.
Un grupo de aficionados en una convención en el hotel Alay
NUMEROS DE LA REVISTA MICRÓFONO
(1)Según la web laguerracivilencordoba.es
Fotografías del autor y la Revista Micrófono
Bibliografía de la revista y Web citadas.
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