Ya arriba, recién entrados en el camino, a la izquierda había unas casas prefabricadas, que nos recordaban a los barracones militares de la guerra de Corea en en cine, ovalados de tejado ondulado. Nos llamó la atención que los caminos estaban empedrados, sobre todo el que se bifurcaba a la derecha hasta el enorme cortijo con torre cubierta, con una era a la izquierda y una cerca de piedras. Después recuerdo que a la izquierda había un complejo hidráulico, pozo y alberca (aún están las ruinas). Seguía el camino empedrado, de guijarro, en dirección oeste. A la izquierda el monte donde hoy están instalados todos los sistemas de comunicaciones televisivos y radiofónicos. En esa ladera noroeste retorcidos arbustos y viejos alcornoques, nos recordaban las películas de terror. No nos cruzamos con nadie. Aquello era demasiado para unos niños de once y trece años. Corría por tanto el año 1958. Parte de estos recuerdos ya los reflejé en alguna que otra entrada de este blog al final citadas.
Estaba entonces abandonado -no sé ahora si estará lo mismo- en la más absoluta ruina, servía de refugio a un gran rebaño de ovejas, pero la ruina de su fábrica no evitaba señalar lo que fue. Le pasaba como las artistas ya mayores que no se resisten a serlo. Otras veces, en él, he sufrido alguna molestia por algún desconsiderado ciclista –son los menos desde luego- que lo usaban en demasía y tal vez como pista de competición. También lo he recorrido con Conchi, mi mujer, que se aventuró también a hacerlo alguna que otra vez conmigo. Hoy los años y la enfermedad nos han limitado para muchas cosas.
Cortar un camino que siempre ha figurado como público en los planos antiguos no deja de ser una dura decisión, es como borrar el pasado de repente. Estimo que si el propietario actual, o arrendador si lo es, y si la normativa cinegética se lo permite, con razón legal evidente -en el supuesto que ese sea el motivo del corte el económico-, avise y procure que no pase nadie en los días de actividad deportiva. Si se puede llamar deporte a matar animales, aunque hay que tener en cuenta que en otras actividades el matarlos se llama arte, y en otras a racionales que piensen distinto salvar a la patria. Por otro lado, está que lleva muchos años de uso público, más de cien, sin que nadie haya dicho nada por ello, por lo que se podría aplicar aquello de otorgar con el silencio. Y aunque tuviesen razón que parece ser que no la tienen, aunque fuese de su propiedad, no debían cortar un camino de muchos años público por su uso continuado. A lo mejor en actas notariales o planos se encuentran datos más precisos, para que un juez pueda hacer una valoración justa del problema. Sería, estimo, hasta aplicable, además de con la razón, de los planos antiguos y la del tiempo de uso la "usucapión" del derecho.
“Que la posesión sea pública, pacífica, continuada y en concepto de dueño colectivo. La posesión pública y pacífica supone que sea ejercida de manera que pueda ser conocida, esto es, sin clandestinidad, y tampoco puede ser violenta. Así mismo, la posesión debe ser continuada (sin que concurra, por ejemplo, la reclamación del dueño o la pérdida del bien) y en concepto de dueño o con “animus domini”, es decir, ejerciendo como tal ante terceros.” En este caso el "animus domini" lo sería por parte de la Administración. Esto lo pienso ahora de mayor, a raíz de los carteles de prohibido, y de alguna velada amenaza en redes sociales. La realidad reitero, es que me parece apropiado que un uso continuado más de cien años sin reclamarlo nadie, sin entrar en el concepto concreto de propiedad, determine sea del pueblo por su uso sin abuso, o sea público, sin olvidar otros usos de los propietarios o arrendatarios del cortijo. Siempre “Más vale un mal acuerdo que un buen pleito.”
“La investigación, siempre somera, pues no entro en profundidades notariales, de legados y herencias, que es donde se pueden encontrar más datos, me lleva a planos y reseñas del siglo XIX. Las Ordenanzas Municipales de Córdoba de 1884, es un documento que nos señala el lugar en los caminos, abrevaderos y fuentes de nuestro entorno. El Camino vecinal y vereda pecuaria nº 32, o del Pretorio, que lleva del Pretorio a Guadañuno, cita: "de los Antas y de la Aduana a la Cuesta de la Traición, hasta la Puerta del Lagar de la Cruz, en donde se separa a la derecha para proseguir por tierras de la Conejera, Matriz Alta, EL Naranjo, los Arenales y las Peñas del Fraile a los puentes de Guadanuño".
Luego
el camino vecinal y vereda pecuaria nº 38, que dice: "continúa por tierra de las huertas del
Hierro y de la de Morales, de los lagares de San Cristóbal y de la Conejera,
atravesando este último y dirigiéndose después por tierras de la dehesa de los
Villares al abrevadero público de la fuente del Villar,". O
la Vereda pecuaria nº 64, que dice: "de aquí puntal arriba á la Cañada de la Monja y Cuesta del
Cambrón entre las dehesas de los Villares y de la Conejera, pasando por el
abrevadero denominado la fuente de la Encantada, y prosiguiendo por ultimo al
raso de la Malanoche en los Arenales, donde se incorpora al camino de
Villaviciosa".”
Siempre termina apareciendo alguien que quiere adueñarse de algo que nunca podría pertenecerle, y cierra caminos, cerca los campos, tala los bosques, contamina los ríos, caza los animales, y un etc. casi tan largo como la historia de la humanidad.
ResponderEliminarSaludos,
J.
José A. muchas gracias, es cierto pero lo del cierre de caminos debería tratarse con más firmeza por las autoridades, que muchas veces parece están más al lado del poderoso como en la edad media, que del lado de la lógica y la razón. Un saludo
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