Puede que hayan pasado cuarenta años o quizás más -porque dudamos de si ya éramos padres o no, y nuestro hijo mayor tiene cuarenta y cinco-, que fuimos por primera vez (hemos ido algunas más) a la Sierra del Castillo, nos llamaron mucho la atención todos esos almendros abandonados aparentemente, en la gran ladera abancalada. Los enormes cortados de la cara suroeste y el tajo de la cima, o las tres cimas. Creo que la cantera y los almendros pertenecían a la fábrica del cemento de Córdoba, por lo menos eso nos dijeron. Otras veces subimos sin preparación y sin calzado adecuado, por el collado que sube al castillo en ruinas de la cumbre, y que por el este baja a la Ermita de la Estrella. La sierra está orientada noroeste sureste, por lo que no es la cara sur propiamente dicha la de la escalada, sería suroeste. La otra zona, más de aspirantes, está en el sur junto al ferrocarril y pantano.
Perfil de la subida
Aljibe Castillo de Espiel (Foto Emilio "Vértice")
Palo indicativo en la cima (Foto Llafer)
Panorámica a medio camino (Foto Conchi)
Nunca, ni bajamos a la Ermita de la Estrella desde la sierra, ni subimos a las ruinas del castillo, del que quedan sólo unos muros, piedras esparcidas y restos de un aljibe (Fotos de Flick de Emilio "Vértice"). Otras veces íbamos por el macizo sur, zona más de escaladores principiantes, hasta una explanada desde la que se divisa la presa entera del pantano de Puente Nuevo. Sin olvidar el espectáculo de los escaladores subiendo por las escarpadas paredes, algunas de notable altura y dificultad. La última vez que estuve por los alrededores fue cuando visité con la sequía, el puente medieval emergido, después de una serie de vicisitudes para llegar a él, con caída incorporada, y que para evitar llegar a él desde arriba, desde la vía del ferrocarril, lo hice por el propia pantano seco.
Estribaciones oeste de la sierra del Castillo
Camino entre almendros
Parte noroeste de la serranía
Una senderista en el camino
Nuestro hijo menor, Gabriel, es de los usuarios del lugar, por su afición a la escalada, cuestión que si nos preocupaba al ver a los aficionados imagínense ahora cuando uno de ellos es tu hijo. Hoy estaban las cornicabras tomando color en sus hojas y sus bayas de rojo intenso. Los almendros con igual abandono que siempre, custodiados por la coscoja y el lentisco. Nos encontramos a tres “alpinistas” (no son los Alpes desde luego pues la cota máxima pasa en sesenta y siete metros a los setecientos), con los que charlamos un rato, como no llevaban mascarillas, se taparon con los jerséis. Tuvimos un intercambio de opiniones y después se perdieron no sabemos para dónde.
Una vista de la serranía
A la izquierda la cota máxima y a la derecha el collado
La senderista otra vez
El gran "tajo" en el centro
Buscando datos de la serranía caliza, he encontrado investigaciones en las que participaron amigos del G40 y una amiga, Gloria, arqueóloga y valiente espeleóloga, que recorrieron la serranía buscando cavidades que explorar, con notable éxito, encontrando una sima perdida en el tiempo, de la época dorada de la espeleología cordobesa, cuestión que me ha llenado de satisfacción, ya que yo he participado con ellos -estorbando más que otra cosa-, en alguna que otra ocasión. Extraordinario trabajo de estos amigos, pues gracias a ellos se conocen cuestiones que se quedarían para siempre en las entrañas de la tierra.
Una vista central del tajo de las cotas máximas
Vista del collado, a la izquierda sendero a la cima
Zona de escalada, aunque es zona toda la serranía
Vista general desde el oeste
Me llama la atención lo entrelazadas que están las cosas en la vida. También he podido ver unas fotografías de lo que queda del Castillo de Espiel ruinoso, de Emilio “Vértice”, un admirado amigo que seguro ha estado en todas las alturas conocidas del territorio cercano y no tan cercano, que dispone de una fototeca inmejorable de nuestro patrimonio. La Sierra del Castillo tiene tres cotas una de 756 m. una intermedia de 742 m. (el tajo) y la cercana al castillo de 767 m. que es la máxima. Luego está el collado en los 688 m. y la otra de 717 m. que vierte directamente a la vía del ferrocarril, línea férrea a la que le quedan los telediarios justos, porque hasta hoy estaba sirviendo de alimentación del carbón a la Central Térmica, y cuando ésta deje de funcionar el ferrocarril tiene los días contados. No quiero terminar sin felicitar a mí acompañante (o yo de ella) que da siempre la talla a pesar de los males que nos aquejan.
Vídeo de la Serranía del Castillo (Espiel)
Fotografías y vídeo del autor, Conchi, Llafer y Emilio "Vértice"
Bibliografía G40, citada
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