sábado, 22 de agosto de 2020

FIN DE UN CICLO DE CASI CINCUENTA AÑOS

Torre y los sistemas radiantes desmontados

Ahora sí que se ha acabado un ciclo, quedaba el desmontaje de los sistemas radiantes. El regalar a un amigo la torre telescópica con obligación de desmontar todo, ha puesto fin a un periodo de radioafición que ha durado casi cincuenta años, quizás más, porque ya hacía mis pinitos con la telegrafía y escucha de emisoras con mi tío Pepe, en la década de los cincuenta, concretamente en 1957, que me permitieron escuchar los pitidos del primer ingenio espacial que circuló por el cielo, el Sputnik I. Luego la construcción de un transmisor con las válvulas de un televisor viejo, una EL84, con altas tensiones en placa, procedentes de una fuente de alimentación que hasta el transformador había sido bobinado por mí, y una ECC82, como oscilador y preamplificador de micrófono, cuyos esquemas tengo guardados como oro en paño.

La instalación en activo

La instalación pendiente del chatarrero

La antena fue primero un dipolo con trampas para la banda de 10, 15, 20, 40, 80 y 160 metros. Cuando podías hablar con ese artilugio, con un corresponsal de Nueva Zelanda, para ser más exactos, ya que la limpieza de la atmósfera era tal que las señales llegaban con calidad. El receptor era un kit que permitía batir las señales del transmisor para ponerte en frecuencia. Luego el salto a los transistores con otro kit en la banda de 10 metros, que con 3 w de potencia y tensiones de 12 voltios, aprovechando los ciclos solares adecuados, permitía saltos espectaculares. La antena era una vertical de media onda y 75 ohmios de resistencia.

 La torreta pendiente de la bajada

A partir de ahí ya era necesario entrar en lo comercial. Un FT101E de Yaesu (que vendí), y uno de sintonía variable que se llamaba Electosa en VHF, con un transistor en la etapa de recepción que era mantequilla, cuando había tormenta eléctrica había que sustituirlo porque se quedaba sordo, se destruía. Antes receptores y transmisores a crista de cuarzo. Luego el paso al Yaesu 901 DM que aún poseo, con el conversor U-VHF, FTV-901R, y un amplificador lineal de 1Kw. el FL2100Z. a todo ello añadía una serie de transmisores de VHF, como el Estándar C8800 en FM en VHF, un Yaesu FT708R en UHF, y un Yaesu FTL702 también en UHF, además de un scanner Jupiteru MVT 5000 toda banda. También tuve un receptor toda banda que era una maravilla. Las antenas, las que hemos visto en el suelo de la azotea Un dipolo de toda banda, la direccional de tres elemento Hy-Gain TH3MK3, una direccional de VHF polarizada vertical, y una de UHF con la misma polarización.

El hueco de la torreta, siempre queda un hueco

Una discono toda banda para el receptor. Una giro de VHF, vertical, otra de UHF, y una bibanda V-UHF. También tenía un pequeño dipolo de andar por casa, y dos parábolas, una apuntando al Astra y otra con un rotor casero y un conversor Drake, que me cubría todo el espectro de satélites abiertos que había en ese momento el la eclíptica. Todas las antenas acabarán en el chatarrero, así le echo una mano a un vecino que no tiene una economía muy boyante. No hay radioaficionados o grupos que tengan necesidades por lo que se ve. He tanteado primero vender y luego regalar, y ni lo uno ni lo otro, bueno algunas cosas si como ya he dicho la torre, con el acuerdo de desmontar las antenas y el rotor con el control se lo ha llevado otro amigo, así como un acoplador de antena casero.   

Las parábolas que quedan, están en activo

Sé que esta entrada es para personas versadas en esta afición de la radio, por lo que sonará a chino a los demás lectores, a los que pido paciencia y clemencia, por la importancia que supone dejar constancia del cierre del ciclo para mí. Todo el que me conoce sabe lo activo que he sido en la materia, y lo que es más importante “cacharreador”. Siempre dispuesto a probar todos los sistemas, como comunicación con los satélites, Meteor Scatter, Amtor, RTTY, SLTV, etc. Sin olvidar el mundillo de los repetidores en V y UHF en Córdoba. Dos equipos viejos una como receptor y otro como transmisor enlazados entre si, con unos filtros resonantes de más de medio metro de altura. Otro el de UHF lo construimos con unos transmisores portátiles que un joyero trajo de Japón. O el primer Radio-Packet que se instaló en Córdoba, comprado en Gibraltar. Más de cincuenta años años dan para mucho, pero la edad me obliga a dejar desmontados todos los sistemas, que yo no puedo mantener.

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