El premio de los "no titulados"
Plaza de toros de Écija -que le queda lo justo-, yo estaba en un perol en un pueblo de la campiña, Baena, y decidimos ir a ver una corrida a la sartén que ahora es Montoro. De Baena a Écija a ver una corrida de toros. Ni soy ni era aficionado y menos en esa plaza que te clavaba las rodillas el de arriba, además de marearte con los humos de los cigarros puros. Antes de la corrida un plumilla local, que no pasó de eso, se nos acercó -más a quien con el que yo estaba que a mí-, y sacó una conversación de su interés. Yo inocente pensando que estábamos hablando de lo divino y humano, le dije al plumilla –Qué por qué muchas veces mentían para sacar verdades. Para qué dije eso, aquello que no dejaba de ser una tontería, me puso en la lista de personas no gratas para ese individuo. Que malamente le sentó.
El premio de "los titulados", como lo de Rodin pero en cacafú
Tenían algo de poder y comprobé al poco tiempo, como lo ejercían. Sacó el susodicho, una noticia que me afectaba con un titular falso y tendencioso, da igual el contenido, era falso. Al verlo di la orden que se suprimiera la suscripción a ese periódico si teníamos alguna en el ámbito de mi responsabilidad, creo recordar que el motivo era no pagar a un medio que miente. Aquello afectó y mucho. Ya era enemigo público. Ahora era la empresa, entraba en juego el jefe del plumilla el cual me puso como un trapo con calumnias, injurias y más mentiras, un par de números despues, pero se quedó sin suscripción, como el aquel torero que se quedó con la antena sin ajustar en su hermosa finca, porque no tenía dineros suficientes para pagar al técnico. Antes, algunos amigos del gremio, habían intentado hacerme llegar un mensaje de que debía de reconsiderar lo de las suscripciones, yo le dije que no pagaba un medio que mintiera. Y así se quedó.
Boulevard de Saint Michel
Otros colegas de la oposición, de buena fe, me dijeron; -Paco por qué te enfrentas a esta gente. Se vive mejor teniéndolos contentos. Yo le contesté –Te agradezco el consejo pero yo no voy a vivir de esto, que es transitorio, me la suda esta gente, todos no desde luego, porque sería injusto. Que hizo mi “jefe”, almorzar con quien me había puesto como un trapo, desde su cuarto poder –a mí me la seguía sudando-, y negoció publicidad institucional y buen trato para sus aspiraciones, y de defenderme naranjas de la china, así de claro y de crudo.
Esquina Rue de la Harpé con la Rue Saint Severin
Aquello pasó y me convertí en un maldito para una parte del gremio (bueno yo es que soy un "exagerao"), incluso me dieron un premio que era una mierda, si una mierda, porque eso parecía, era como el pensador de Rodin pero en mierda. Lo tomé con filosofía, no había mala intención, era un poco el muñeco de feria del momento. Luego está aquello que éstas personas escriben y, la mayoría de las veces, al otro día, lía pescado en la plaza, o se transfiere a los alrededores de un ano cualquiera y vuelve a su origen, lo que procede de ese origen desde luego. También hay verdaderos literatos que merece la pena leer, y comprometidos, pero al final todo va al mismo sitio señalado, es muy efímero.
Estado de abandono de la molesta plaza de Toros de Écija
Fui odiado por el jefecillo, aunque creo que es demasiada pretensión por mi parte, más bien despreciado, le dio coraje que un “mindundi” osara retarlo. Luego en un acto tuve la oportunidad de poner en un brete al jefe plumilla, que vivía del cuento revolucionario de un currículo personal, a saber. Le dije en público que yo no le guardaba rencor a nadie a pesar de los insultos recibidos y que mi mano estaba tendida si el susodicho quería estrecharla. Extendí la mano y se hicieron eternos los minutos hasta que subió el tal al escenario. Me dije, si no sube estaré toda la noche con la mano extendida, un poco como el que guiñó a la mujer del guardia civil, en un tren y se tiró todo el viaje guiñando, porque el bigotudo guardia lo vio, y le dijo que era un tic.
Una cordobesa en París
Le empujaron a subir, luego me lo contaron unos amigos: -No quería subir pero le dijimos que era peor porque quedaría mal ante todos. Subió. Respire, porque vamos, lo que me esperaba con la mano extendida. Me estrechó la mano, bueno hizo como que me la estrechó, vamos que no hubo propósito de enmienda. No me miró y dijo al micrófono: -Mi medio no insulta, informa. Nada más que esa frase y se bajó. Y una mierda lo de que no insulta informa, eso está escrito, y no existió ninguna defensa de ninguno de mis compañeros, en absoluto. Alguna cosa en "petit comite" pero públicamente nada. Aquello era como Juan Palomo. Ya se sabe las puñaladas más dolorosas las de cerca.
La misma cordobesa delante de Notre Dame
Bajé el brazo y di por terminado el asunto. No volví a rehacer la suscripción. Y tampoco sé si a mis espaldas se rehízo ordenada por otras instancias. No me importaba aquello, lo importante estaba hecho, el pulso al “cuarto poder”, echado. Y a la mierda todo. Unos años después iba con Conchi por París un atardecer. Nos habíamos bajado del metro en la Garé de Saint Michel, pasado la Rue de la Harpe, esquina a Rue Saint Severin, entrando al Barrio Latino, no había gente por las calles. Y al dar la vuelta de la esquina, nos dimos de cara con un matrimonio con unos niños que conocí en el acto, era el que “no insultaba e informaba”. Me dio alegría, hice ademán de decirle hola buenas noches, pues ver un compatriota en París casi de noche y cruzarme con una familia española era algo especial, pero tiró del niño para un lado y me volvió la cabeza. ¿Eso fue un desagravio? no en absoluto, me demostró que me la guardaba, que le había hecho la puñeta, que era un rencoroso y que se merecía que me olvidará de ese individuo y de su estirpe.
Y en las escalinatas del Sacre Coeur
Luego lo comenté con Conchi y dije, que pequeño es el mundo, París la ciudad de la Luz, entrada al Barrio Latino, buscando una música de acordeón al atardecer (que no oímos) y nos encontramos con esa situación. Sobrevenida desde luego por una observación a otro insignificante del reparto en una plaza de toros, incomoda e insalubre como es para mí, la de Écija y que le queda lo justo. La moraleja es que el mundo de la información es (ojo, siempre salvo honrosas excepciones que hay muchas) canallesco y sus personajes muchas veces insignificantes se creen que son poderosos, pero son unos sátrapas, su poder está basado no en el código deontológico, sino en prácticas poco recomendables (reitero que no todos por favor, que no se entienda un ataque a la profesión si no a aquellos miembros de la misma que hacen méritos para ello).
En la Torre Eiffel al fondo la torre de Montparnasse
¿Qué saqué en limpio? que una serie de periodistas no titulados, que se ganaban la vida con la información también, me dieran un homenaje, como desagravio, se consideraran mis amigos y me regalaran una bicicleta, de época y pequeñita, por aquello de la lucha contra el automóvil, durante una comida que, se celebró en un -vaya tela-, restaurante taurino. Si yo era enemigo del poder titulado, era amigo entonces de los no titulados. Así es la vida, la mayoría de las veces. Los caminos del Señor son inescrutables. Todo empezó y terminó en las cercanías del arte de Cuchares.
Fotografías del autor, de Internet y de Google.
Nota: Los personajes y hechos retratados en esta historia son casi ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales pueden ser una coincidencia.
Curiosa e instructiva historia, pero lo más bonito, las fotografías.
ResponderEliminarMuchas gracias querido amigo, se nota el cariño. Un abrazo
EliminarTe quedas corto no, lo siguiente. Solo hay que ver como está la prensa lo que miente y OCULTA, ¿QUIEN LA MANTIENE? Ahí está la respuesta y lo malo es que no tiene solución pues gente como tú con responsabilidad no hay. Nadie se quiere señalar
ResponderEliminarNo pones tu nombre poreso no puedo dirigirme a ti con él, ni tampoco te contestará enviando un mensaje el sistema del blog, al no tener una dirección de correo. Llevas razón es mucho peor que lo que se cuenta, esto es una ciudad de provincias, pero cuando quienes deben ser honrados cuando menos, por arriba no lo son no podemos exigir a los de abajo que lo sean, porque el modelo es de pena. Saludos.
ResponderEliminarNo toda la prensa es así. Ahora se puede leer prensa digital como: público.es, infolibre, diario.es en donde escriben periodistas no casados con el poder.
ResponderEliminarLumoto estoy de acuerdo contigo, hay alguno más, que yo leo pero llegan poco a la gente eso es así. Un abrzo
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