Meseta Blanca desde el Sur
La primera vez que subí a la Meseta Blanca lo hice con Gloria, Abén y Emilio. Subimos por la estación de los Pradillos evitando la jauría que por lo menos hace ruido en las casas cercanas a la antigua estación, dimos un rodeo para bajar por lo que llaman la Fajarda y luego subimos a la Meseta. He de reconocer que desde la Fajarda hasta arriba me costó lo mío, cinco años menos eran sesenta y ocho en aquel dos de diciembre de dos mil catorce.
Estación de los Pradillos
La Fajarda llamaron al lugar
Gloria y Emilio
La impresión que me causó aquella gran explanada sin arboles fue extraña, bueno me parece que hay un solo árbol. Había un zumbido generalizado de las abejas que trabajaban en los botones dorados. El valle de Barrionuevo tenía desde allí una perspectiva especial, los grandes roquedales calizos configuraban la cornisa de ese gran transatlántico con la proa al sur, que asemeja la Meseta. Cornisa que estaba repleta de fósiles marinos, lo que justifica que había sido fondo del mar desaparecido de Tetis. Doy por hecho que todo el mundo sabe dónde está el lugar, pero seguro que muchos no lo saben: 37°56'36.6"N- 4°46'31.4"W
Vista desde el noroeste
La enorme planicie
La cornisa oeste y el Valle del Barrionuevo
Una serie de aljibes tallados en la caliza nos llamarón la atención. Visitamos una cueva de la cornisa, y nos dejamos para otro días la más importante, luego bajamos por el costado este, hasta un vado del Pedroches, para subir por donde cayó un tren que bajaba sin frenos, antes de hacer la trinchera de frenada, visitamos una fuente que existe cerca de la vía del ferrocarril, y bajamos por el derruido cortijo de los Pradillos, para llegar a la N-432 y dar por terminado el paseo.
Una cueva de la cornisa este
Abén, Gloria y Emilio en la carretera de los Pradillos
¿Por qué he rememorado ese día? No lo sé, sería porque al estar reorganizando fotografías me he dado con algunas de ese momento, todas espectaculares y porque recuerdo muchas cosas de esa subida, incluso las conversaciones que tuvimos y, sobre todo, el impacto del lugar. Luego ha habido más veces las que he intentado subir pero siempre surgía un inconveniente, pero ahí queda el recuerdo.
Fotografías del autor y Google
Bibliografia del recuerdo
Paco que buenos recuerdos me traen estas fotos parece mentira como pasa el tiempo ,fíjate hoy como estamos, creemos que todo es igual y en unos años todo es distinto,es el camino de la vida que hay que andarlo..aunque a veces se ponga tan cuesta arriba,como la de la subida a la meseta,recuerdo la sorpresa de verte subir como un jabato,y hacer "cima" ,las vistas y el entorno como ya sabes lo merecían la jornada exploratoria valió la pena,recuerdo la anécdota de la pija al cruzar el rió que nos contastes con el marido,y el poder disfrutar de todas esas experiencias y curiosidades entre Gloria,Aben y Tu,son días imborrables,esperemos poder pronto volver a repetir en cuanto se pueda...
ResponderEliminarUn abrazo..!!
Buena memoria si, nos contaste un incidente que tuviste en la cornisa, nos enseñaste los aljibes y los fósiles, me di en la cabeza en la cueva, y subimos a la vía pasando antes por la fuente que tú conocías, y la pija (era buena persona, a mí me caía muy bien, y es que estaban recién casados) y le dijo: Cariño eres quien mejor ha cruzado el arroyo. Hoy le diría venga que cada vez estás más torpe. Emilio muchas gracias, un abrazo.
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