Edificio del Silo (Foto Google)
No sé si han tenido que ver algo mis recomendaciones a Severiano Bajo sobre la necesidad de publicación de este excelente trabajo divulgativo, que descubre el simbolismo de un edificio que forma parte del horizonte visual oeste de nuestra ciudad. Edificio que por su altura, es visible desde el cruce de los antiguos Santos Pintados y que es el antiguo Silo del Trigo, contenedor actual del almacen arqueológico excedente de la parte expositiva, de Córdoba, no sé si entre archivos de legajos también. Le rogué al autor la redacción del trabajo que supongo él tenía entre notas y recuerdos y lo invité a que formase con ellas este artículo. Y ante su negativa en principio publiqué yo la anterior entrada, que no hubiera tenido razón de ser. Desde luego "nunca es mal año por mucho trigo". Afortunadamente tengo el honor de publicarlo en el Blog.
Fotografía aérea de 1965 (Archivo Cataluña)
"EL SILO DE CÓRDOBA Y LOS SÍMBOLOS
de SEVERIANO BAJO
Siempre me llamó la atención el Silo de Córdoba desde pequeño. Vivía también entonces relativamente cerca y en los años sesenta del pasado siglo era un gigante impresionante para esta ciudad y para todos sus habitantes.
He mantenido siempre cierto interés en este edificio y he leído después, con mucha más edad, algunos textos sobre el Silo a los que he podido tener acceso.
Este interés personal se acrecentó a raíz de observar hace unos años que en las fotos que tomaba con mi tele aparecía en el centro del rosetón central de la cara Oeste del Silo un hexágono regular. Por entonces, aún no sabía qué representaba el diseño de este rosetón, pero el hallazgo del hexágono central me dio la respuesta. Este rosetón, a primera vista, recuerda los rosetones de algunas iglesias y catedrales.
Desde el hexágono encontrado, no fue muy complicado pasar a ver la estrella de David que lo originaba. Fue este momento una sensación personal especial, como si conectara por vez primera con el Silo. La superposición de los dos triángulos equiláteros de manera invertida, como están en la estrella de David, produce esta figura central. Inimaginable pensar que allí había otra estrella de David.
Y ahí estaba la estrella, totalmente camuflada y disimulada a la vista desde el exterior. Ello despertó aún más si cabe mi interés por este Silo. Si la estrella hubiese estado visible de forma diáfana, como las dos frontales de la cara Este, seguramente no hubiese seguido observando ni mirando más despacio el edificio. Estaría todo más claro, pero eso no era posible cuando el Silo se construyó, razón por la que seguramente se disimuló su presencia.
Lo comenté con algunos amigos, de los que quiero omitir de momento su nombre: un profesor de Latín, un fotógrafo que me ayudó con su arte y bien hacer, un vecino profesor de Biología y otra de Literatura entre ellos. Más de un paseo dimos junto al Silo.
Lo compartía con ellos y solicitaba su opinión, a la par que les mostraba mis avances en la observación del edificio. Traté, con los años, de buscar más simbologías que pudiese contener el Silo; alguna otra cosa intuí y, en cierta forma, fui descubriendo poco a poco, aunque estoy convencido de que encierra muchos más detalles que no he logrado aún llegar a ni a ver ni a imaginar. Quizás pueda equivocarme con algún símbolo de los que planteo, pero los que aquí refiero los veo con bastante claridad y por eso los incluyo en este relato.
Leí el documentado trabajo de la profesora Jordano Barbudo, sobre el Silo que encontré en la web y que puede descargarse (1) y compré después el libro La Red Nacional de Silos, Catedrales Olvidadas (2), del arquitecto César Aitor Azcárate Gómez, que fue su tesis doctoral. Él visitó personalmente, avanzada la década de los años 90, todos los Silos de la Red Nacional: “que contabilizaban 667 silos verticales de 35 tipologías construidos entre 1949 y 1990”, según recoge su autor.
A él mismo me dirigí por mail hace ya más de 5 años y me contestó muy amable, asegurando que le hubiese gustado tener esta información antes de la edición de su libro para haber dejado constancia de ello. Me animaron mucho sus palabras.
También tuve acceso a otros documentos en la red que versan sobre este edificio. No soy especialista en estas materias, simplemente soy un cordobés que trata de informarse y mirar despacio en algunos lugares destacados de su ciudad, que a mi entender merecen una mirada más sosegada y continua de lo habitual.
Buscando en la web encontré también la reseña sobre el Silo (3) en el blog personal “Notas Cordobesas” de mi amigo Paco Muñoz que, por encima de toda la ingente cantidad información que nos ofrece en las diferentes entradas sobre asuntos interesantes e importantes de nuestra ciudad y provincia, nos da una valiosa y hermosa lección práctica de profundo amor por Córdoba ¡Enhorabuena Paco! Tus notas son muy importantes para todos los que amamos o queremos amar más a nuestra ciudad y provincia.
Un aspecto común que pude observar en relación al Silo es que nadie se refería por ningún lado a las dos estrellas de David de la portada Este, que son bien patentes y visibles incluso desde bastante lejos.
Paco Muñoz es el primero que leí que las nombra directa y muy claramente en su blog. Ha sido su entrada sobre el Silo y su persona un punto de encuentro muy grato e inesperado para mí que, en cierta manera, ayudan a que fluyan estas líneas. Sin su ánimo y ejemplo, a la par que su amable hospitalidad al acogerme en su blog, estas páginas no hubiesen salido. ¡Gracias, Paco Muñoz!
¿Por qué no se nombran las estrellas de David en otros textos? ¿No interesa a nadie desde algún punto de vista?¿No es correcto citarlas? ¿No lo era en su época? ¿Hay otras razones?
El caso es que esta falta de interés por las estrellas de David del edificio es un hecho, pero están ahí a la vista en la parte más sobresaliente del mismo, dos en el frontal de la cara Este, y la tercera disimulada, aunque visible, en medio del imponente rosetón de su cara Oeste.
Mas no existen la estrellas de David para muchos que hablan o escriben sobre el Silo, o al menos no las deben considerar importantes. Parece que no le interesan a nadie.
Pues aquí hay dos excepciones, a Paco Muñoz y a mí sí nos interesan, porque nos interesa el Silo y las cosas de Córdoba, fundamentalmente. Paco lo demuestra sobradamente con su blog; lo mío es un interés más puntual, de afición por los monumentos de nuestra ciudad. Desde estas líneas pretendo contribuir a ampliar la mirada al Silo y llegar a entenderlo mejor; no pretendo más.
De la tercera estrella de David, casi mejor no hablar, ya que, o no la han visto nunca, o nadie quiere verla. Alguna razón debe originar esto. Hoy no existe la censura que impida referirse a ella.
Paco sí habla ya en su blog de que hay una estrella girada en el rosetón de esa cara Oeste. Es totalmente cierto. Pero no existe para otros, al parecer; al menos, nadie la menciona. Pues está ahí a la vista y, además, camuflada o disimulada. Resulta increíble.
Como sólo es visible esta estrella de la cara Oeste desde la calle, es más complejo al principio poderla ver a simple vista, pero si se insiste y, sobre todo, si se sabe lo que se busca, entonces se encuentra con cierta facilidad. Es bien grande y está en un lugar muy destacado. La cámara de fotos y la pantalla del ordenador ayudan mucho al ampliarla y tenerla muy cerca de los ojos. Ahora bien, aparece camuflada con el diseño que la rodea y que la parte por la mitad, y eso dificulta su visión desde la calle.
La estrella está dentro del círculo más pequeño del rosetón y está girada a la 1 de la hora del reloj dentro de una circunferencia. Luego se trazó un segundo círculo que alberga al rosetón entero y se extendieron los seis lados de los dos triángulos de la estrella de David hasta tocar el círculo exterior; posteriormente se unieron esos puntos con una V muy abierta (que será el centro de una M) que toca con el vértice inferior el círculo pequeño y que, al unirse a las rectas en el punto donde tocan con el círculo superior, forman una M mayúscula en cada lado de la figura que se origina.
Coge un papel y un lápiz y dibuja siguiendo este proceso descrito y verás el diseño del rosetón. Una estrella de David girada y camuflada. Desde el interior es más fácil de detectar, ya que la mampostería exterior del rosetón y su junta vertical de dilatación parece que parte el rosetón por la mitad en su eje vertical, aumentando aún más su camuflaje. Para mirar desde dentro el rosetón, hay que subir a la última planta del Silo, tarea nada fácil, o tener una foto desde el interior a mano. (Foto 2)
El diseño de la parte exterior del Silo, adornos externos y símbolos que alberga, así como los materiales que se emplean, justifican el trabajo del arquitecto dentro del equipo técnico, ya que los Silos de la Red Nacional los diseñaron y construyeron Ingenieros Agrónomos. El arquitecto formaba parte del equipo y, en el caso de Córdoba, fue Ignacio Fiter Clavé, prestigioso arquitecto de la época, responsable técnico de “Regiones Desvastadas”. También estuvo el mismo equipo técnico de ingenieros y arquitecto a cargo del Silo de Málaga. (Tipo P).
El Ingeniero Agrónomo Jefe del equipo Técnico de la Red Nacional de Silos fue Carlos Ynzenga Caramanzana, fallecido con anterioridad a la finalización e inauguración del Silo cordobés, que lleva su nombre como recuerdo; así consta en la placa conmemorativa. (Foto 7)
La misión principal del arquitecto no era la construcción del Silo, asunto de los ingenieros como queda dicho. Su tarea era de tipo urbanístico y ornamental, teniendo como objetivo diseñar el exterior del mismo para favorecer la integración de este gigante en el paisaje urbano de la Córdoba de los años 50 del siglo pasado, de la manera más armónica posible.
Así, el Silo busca, con su diseño exterior, establecer un diálogo con la ciudad, recogiendo su historia y las diferentes culturas que por aquí pasaron y dejaron una huella que constituye, a modo de herencia de los tiempos, su esencia cultural. En Málaga, el resultado de su diseño exterior es muy diferente. Dicen que trataba de buscar un diálogo con la Catedral de Málaga, muy próxima al Silo, pero esa es otra historia de un gran Silo, que ya solamente existe en imágenes y en la memoria de los que tuvimos la suerte de contemplarlo.
Entre los 667 Silos de la Red Nacional no hay otro Silo igual al de Córdoba en su diseño externo, ni en los materiales utilizados en el exterior. Este Silo fue el primero que se inauguró y es de una gran belleza. Habla de la historia de Córdoba y trata de dialogar con ella. Técnicamente, es un Silo tipo TR, como los de Alcalá de Henares, Mérida, Burgos etc., pero es muy diferente a los otros TR. Hay, como ya sabemos, 34 tipologías más de estos edificios.
El Silo busca el diálogo con la Córdoba milenaria y con las culturas que por ella han pasado, integrando en su diseño parte de su historia y sus monumentos, tratando de integrarse en el paisaje urbano.
Es la tarea del arquitecto una cuestión urbanística, ajena sin duda a la función técnica del Silo tipo TR, que alberga una maquinaria alemana de ingeniería, muy avanzada para la época y que aún se conserva, aunque fuera de uso desde hace bastantes años. Muchos estudiantes alemanes de ingeniería durante largos años han pasado por este Silo en visita de estudios, según me comentaron en la Delegación de Agricultura.
En esa integración urbana aparece la clara intencionalidad, a mi juicio, de las estrellas de David, y otros posibles símbolos, más o menos claros o definidos, que enlazan con el pasado árabe, judío y cristiano de las diferentes épocas que convivieron en nuestra ciudad.
Los símbolos relacionados con la cultura judía son, desde mi punto de vista, un claro homenaje a una de esas culturas; y esto, en 1951, año de su inauguración, no era lo usual, sino todo lo contrario.
Traer al Jefe del Estado en junio de ese año a inaugurar el primer Silo de la Red, que tenía dos sellos de Salomón en el frontal de su cara Este y un tercero muy grande en forma de rosetón en la cara Oeste, podía ser algo impensable, pero sucedió.
Las estrellas frontales de la cara Este podrían explicarse fácilmente, ya que en la Facultad de Veterinaria no había dos sellos de Salomón, sino decenas de ellos, no iguales de grandes como estos dos, pero tampoco eran excesivamente grandes estos dos de esta cara Este que coronan las torres.
La estrella de David de la cara Oeste dentro del rosetón era, por su tamaño y situación destacada, algo más complejo de justificar. De ahí posiblemente que, por esta y otras razones que desconozco, se diseñara la forma de camuflar esta tercera estrella de David. La mano del arquitecto está ahí tan presente como en cualquier otro detalle del Silo. Si alguien apunta otras causas o razones, lo agradecería. No encuentro nada escrito sobre estos tres sellos, salvo lo que indica el blog de Paco Muñoz.
El rosetón no se nombra en otros textos, aunque en alguno de ellos se relaciona la cara Oeste con las ruinas de Medina Azahara. Creo que no era ese el objetivo ni la intención del arquitecto, su diseñador. Una estrella de David que preside la cara Oeste de forma tan destacada nada tiene que ver con las ruinas de Medina Azahara.
Quizás por eso, la gran estrella del rosetón se camufló. Recordar públicamente la cultura árabe y la cristiana no era un problema. Recordar la judía, por medio de símbolos en lugares destacados, no era lo usual en esa época. Ni siquiera hoy se hace, salvando la gran diferencia de épocas.
Tan cierto, como que casi nadie habla del tema y creo que es bueno poder comentarlo; entre otras cosas, porque estos símbolos son una realidad y algunos bien visible. Alguna explicación tendrían que darnos los expertos. Las dos estrellas de la cara Este no están escondidas, en absoluto. Un niño las ve; más de una vez oí a jóvenes preguntar reiteradamente por ellas. ¡Ay, los niños y sus preguntas!
También es interesante el uso del ladrillo en el Silo, algo inusual en estas edificaciones, estando en consonancia con el estilo neomudéjar presente en la Facultad de Veterinaria antigua, que dista del Silo aproximadamente un kilómetro en línea recta, y era, y sigue siendo, paso obligado para llegar al mismo, desde la Avenida de Medina Azahara. El pasado árabe de Córdoba está también ahí.
Evidentemente, el arquitecto conocía bien esta Facultad, sus sellos de Salomón y muchas cosas más y también conocía perfectamente la historia de Córdoba y supo dejar su impronta y su homenaje a la ciudad en este Silo único. Estoy convencido de que el arquitecto estuvo en la citada antigua Facultad más de una vez.
Compárese con el de Málaga que está realizado por el mismo equipo y época y de un tamaño parecido. Habría que hacerlo con fotos, ya que el de Málaga no existe. En la red puede verse el silo malagueño, ubicado en el puerto y demolido en el año 2006. Albergaba en su interior una maquinaria inglesa muy avanzada. La de Córdoba era alemana, como ya hemos dicho.
Otros asuntos observados:
-Aparece reiteradamente el número tres en el edificio, que ya está por duplicado en las tres estrellas al tener cada una dos triángulos equiláteros enfrentados (3+3, (6) el número perfecto más pequeño).
-Hay tres terrazas en el frontal de la cara Este, innecesarias para el funcionamiento del Silo y son, sin duda, otro símbolo (foto 1). Me han hablado de cenefas y adornos existentes en ellas que desconozco, ya que son imposibles de observar sin subir al edificio.
Es imposible acceder, aunque lo he intentado alguna vez. Evidentemente, las tres terrazas son un símbolo. Las tres etapas o estadios de perfección aparecen en varias culturas, así como las tres terrazas del templo. Creo que algo de esto puede ser la intención de la presencia de las tres terrazas en el Silo.
-Las ventanas superiores laterales de las caras Norte y Sur están agrupadas de tres en tres, a todo lo largo de las citadas caras. Las del lado Norte están todas abiertas y las del lado Sur, abiertas solamente las situadas en medio de cada trío de ventanas.
También las torres frontales están coronadas cada una con un castillete que tiene tres arcos por sus caras laterales Norte y Sur.
- En la cara Oeste, arriba y a cada lado de esta cara, hay tres ventanas cegadas, a modo de adorno y, en medio, hay tres arcos, siendo el central el mayor, donde se ubica el rosetón trasero. (Foto 4) También el número 3 continúa estando ahí, como en el resto del edificio. Las mismas estrellas de David la forman dos triángulos. La simbología que se relaciona con en número tres es la dueña del edificio, sin duda.
-El frontal del edificio tiene debajo de la primera terraza dos veces el número tres a la derecha e izquierda del centro marcado con ventanas cegadas en color claro que tienen un cuadrado debajo también cerrado. En medio hay siete ventanas abiertas con su cuadrado debajo. Ese número es nuevo, pero muy significativo en la cultura hebrea.
Yo veo ahí las siete lámparas de aceite del candelabro judío, llamada “Menorah” (Foto 1).
Es mucho ver quizás, pero estoy convencido de ello. No está ahí el número siete por casualidad. Es la única vez que aparece y está, además, situado de forma central en la fachada principal. Lugar muy importante para ponerlo ahí por casualidad. No. No es casualidad.
No está, pues, en cualquier sitio. ¿Qué hace ahí? Esta es mi respuesta, materializada en foto con la ayuda de mi amigo J. A. G. Perogil quien, con su montaje, deja bien patente lo que digo. Gracias, J. A., por tu ayuda.
Nada de lo que contiene el Silo es una casualidad: ni en el diseño exterior, ni en el edificio, ni en la maquinaria interior que alberga. Todo cumple una función y ha sido perfectamente planificado y diseñado.
No es casualidad tampoco los números empleados, ni los símbolos, ni los materiales que se colocan. Nada es casualidad en ninguna parte de la construcción de un edificio y, menos aún, en uno emblemático como este. Era el primero de una Red de 667 Silos, inaugurado el 6 del VI de 1951, acto solemne al que asistió en persona el mismísimo Jefe de Estado, según reza en la placa.
Cada detalle está escogido, cuidado y muy pensado, antes de decidirse a ejecutarlo.
No existe aquí la casualidad, aunque puedan aparecer hechos cuando menos curiosos (Foto 7) y difíciles de explicar, como la forma de datar la placa conmemorativa de la inauguración de este Silo, que reza así abajo a la derecha de la misma: 6-VI-51
Ahí parece que están los tres seis seguidos(6-6-6). Si se hubiese datado como 1951, esto no pasaría.
Más lógico y habitual es datar el año con las cuatro cifras, 1951, así nadie se llama a engaño (666 se coló ahí, puede pensarse, o ser puesta intencionadamente).
¿Hay una broma ahí? ¿Otra intención? ¿Un error del grabador?
Desde luego, nunca se data con las dos últimas cifras de un año, ya que carece de la precisión necesaria. Ni en la informática actual, en una época de prisa, se hace. Siempre es necesario poner las cuatro cifras del año.
Yo tengo mi opinión personal, pero no es relevante y me la reservo, pero no la atribuyo a un error del grabador, ni de nadie. No creo en las casualidades, aunque aparentemente se dan a veces.
Sí quiero decir que no veo a un hombre culto y de gran prestigio, como el arquitecto que acometió obras muy importantes por toda España y en Madrid, y con una agenda de trabajo por delante agotadora, preocupado por la datación de una determinada forma una placa conmemorativa para gastar una broma o incordiar directamente al que la descubre en el acto de la inauguración, ni a la misma autoridad que preside el acto. Seguramente, pasaría desapercibido este hecho en ese momento para la gran mayoría de los asistentes, pero alguno pudo darse sobrada cuenta de ello. A saber…
A mí me sorprendió cuando lo vi la primera vez. Y aquí dejo constancia de ello. De todas maneras, siempre genera dudas y comentarios estas cosas ¿Cómo no?
-En la cara Norte, en el costado más cercano al frontal del edificio, hay unas escaleras con ventanas al exterior. (Foto 7) Estas ventanas ofrecen la imagen externa de la escalera; y yo quiero ver ahí la Escala de Jacob. Es una posibilidad y, tal como lo vi en su día, lo digo ahora. Quizás sea ver demasiado para algunos; para mí fue espontáneo este pensamiento, desde que la vi desde el suelo, al costado del Silo. Y cada año que pasa me reafirmo en esta idea. No sé si me equivoco, pero creo que no difiero mucho de la intencionalidad de su diseñador.
¿Por qué hay tanta simbología judía en este Silo? No sé la respuesta.
Evidentemente, el arquitecto tomó esta determinación (y no me refiero a la placa de inauguración) Es cosa menor; me refiero al diseño exterior del Silo.
Pienso que el arquitecto trató de hacer un claro homenaje a la cultura judía, presente en la historia de Córdoba, así como a las otras dos culturas coetáneas, pero los símbolos relacionados con el pueblo judío tienen una representación inusual para la época de su construcción, e incluso para ahora, salvando la gran diferencia social y política entre 1951 y 2020.
Las estrellas de David ocupan lugares muy destacados y la aparición de la tercera en el rosetón de atrás, que siempre estuvo allí, marca definitivamente su clara intencionalidad.
En algunas culturas se afirma que puede ocurrir algo por casualidad, e incluso una segunda vez puede ser producto de la casualidad, pero nada que se repita tres veces es casual. Nunca. Al contrario, el número tres lo hace eterno.
Y ahí apareció la tercera estrella de David en la cara Oeste.
Los tres centros del hexágono de las tres estrellas de David del edificio forman también un triángulo, si unimos esos tres centros de los hexágonos con una línea imaginaria, estando la base del triángulo paralela a la fachada Este principal y el vértice apuntando al Oeste hacia Almodóvar del Río. Este triángulo imaginario se situaría en el plano superior bajo el techo, con toda la simbología que encierra el triángulo. De nuevo el número tres.
Solamente una personalidad del prestigio y conocimiento del arquitecto Ignacio Fiter Clavé se atrevería a hacer entonces este homenaje, con un marcado acento hacia la cultura judía. Sus razones tendría, pero no lo escribió con palabras. Lo dejó escrito en los muros del Silo, la ciudad de las Tres Culturas. Y ahí están las tres representadas, sin duda.
Córdoba también tenía sus razones para rendir este homenaje. Y ahí acertó el arquitecto, ya que la cultura judía, a veces olvidada, también estuvo presente en la Córdoba milenaria, donde aparece la destacada figura de RaMBaM, Moisés Ben Maimón, nuestro Maimónides, que puede ser una de las figuras que inspiraran al arquitecto Ignacio Fiter Clavé a inclinar la balanza hacia una de ellas.
Córdoba, a 28 de abril de 2020
Fdo.: Severiano Bajo Aguilar"
Documentos:
1. Jordano Barbudo, María Ángeles (2012). «El Silo de Córdoba, un ejemplo de arquitectura industrial». BSAA Arte LXXVIII (Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valladolid): p. 261-278. ISSN 0210-9573. Consultado el 4 de febrero de 2015.
2. Catedrales Olvidadas. La Red Nacional de Silos. ISBN 10: 8449109612 ISBN 13: 9788449109614
Editorial: MINISTERIO DE AGRICULTURA, 2010"
3. Muñoz, Francisco. http://notascordobesas.blogspot.com/2017/03/el-silo-del-trigo.html
Dibujo 1. Realizado por mí en 2008, con la idea de acercarme al Silo para comprenderlo mejor. Sirvió a su cometido, a pesar de ser yo un pintor malísimo. Con la llave que me proporcionó este dibujo, entré de otra manera en el Silo, ya que acceder físicamente es tarea muy complicada. De esta forma, pude pasear por donde y cuando quise, por dentro y por todos sus recovecos.
Es casi una caricatura del mismo, donde mezclo dibujos, palabras y leyendas: “Fiter Fecit”, con la F en el brazo de la Menorah. “Baitlejem”, aunque quizás debería decir “Bet- léhen”, o “Beit-lejem”, adaptando el sonido a nuestra grafía (‘Belén’, para nosotros). Es un añadido muy personal, que en árabe se traduce como ‘La casa de la carne’, pero que en hebreo es ‘La casa del pan’, según me informé. No conozco estas lenguas, pero el Silo sin duda es una casa, almacén más bien, del pan). Rabí Moshé ben Maimón (Maimónides) encabeza otros nombres ilustres de esta cultura. También añadí otros símbolos tomados de la web.
En definitiva, este dibujo es una versión muy personal del Silo, dibujado por un poco aventajado aprendiz de pintor, pero que me ayudó como llave de entrada al mismo.
Severiano Bajo 2008
Foto 1
Foto 2, Rosetón de la cara Oeste, visto desde dentro.
Foto3 Rosetón Cara Oeste, vista exterior.
Foto 4
Foto 5
Foto 6
Foto 7
Fotografías de Google Archivo Cataluña y de Severiano Bajo
Bibliografía la citada