miércoles, 12 de junio de 2019

VEREDA DE TRASSIERRA DE LA GITANA AL CRUCE

Trazado en Wikiloc

Hacía más de un año que no subía por esta Vereda de Trassierra. La última vez que subí luego bajé por la Torre de la Siete Esquinas y Vallehermoso, para acabar en el punto de partida de hoy, el descansadero de la Huerta de la Gitana. Son 2,2 km de subida y otros tantos de bajada, pero el desnivel es considerable, casi un 10,5 % de media por lo que algunos tramos superan el 16% seguro, ya que la parte superior es un precioso llano, bueno casi. El descansadero está en la cota 217 m.s.n.m. y el cruce en los 446 m.s.n.m. es decir en 2,2 km subes 229 m.

Inicio de la Vereda después del descansadero

Los primeros tramos que son duros

Una piedra en el camino

No me he cruzado con nadie, pero si lagartijas soleándose, de rápido repliegue y una pequeña serpiente también esquiva, como es natural. Además hormigas, lo que denota que el territorio merece la pena para el mundo animal. Viendo las fotografías del vuelo de los “Bienvenido Míster Marsall” de 1956, serie B, se observa la aridez de todas las laderas, salvo el eucaliptal del arroyo de la Gitana, que hoy no suena, por lo que la sequía, aunque no nos demos cuenta, y opciones conservadoras lo nieguen -no sé por qué-, es aterradora. La vegetación hoy es distinta a la de 1956.

Primer empedrado

Otro sector de empedrado con la línea central visible

Pared y más empedrado

A 1,1 km del descansadero de la Huerta de la Gitana, nos encontramos un cauce de arroyo de fábrica, que protege el camino desviando sus aguas al del Arroyo de la Gitana, éste afluente parece que viene del cortijo de San José. Por la izquierda el sendero sigue hasta el roquedal pero no tiene salida, por lo que hay que subir por el cauce estrecho de ese afluente del arroyo principal que, afortunadamente sin agua permite, cómodamente, es un decir pues tiene mucho desnivel y piedras, además de las zarzas molestas, librar el roquedal citado de la izquierda. Siempre me he preguntado cuál sería el camino primitivo pues la vereda permitió la subida de carros. 

Otro tramo, este más deteriorado

Aquí no hay ni restos

Sin embargo aquí hay más, aunque distinto

Y pensando en la Vereda, es quizás la que tiene más empedrado de las que conozco, en la Cuesta de la Traición es una modesta muestra, hoy casi desaparecida. En la entrada a la Conejera hay otro -pero este muy tímido- empedrado. Sigo pensando y no recuerdo otros sectores. No puedo precisar por mis escasos conocimientos, si ese empedrado va más allá de los siglos XVI o XVII, lo más normal es que sea que sí. Por su hechura pudiera ser medieval, aunque también pudiera bajar en el tiempo a otras épocas. Sabido es que los romanos subían esa sierra, y las almunias árabes buscaban el fresco de la zona.

Y otro tramo igual al anterior

 El camino se estrecha y carece de pavimento

Más sendero

Se ve que la vereda no es habitual de un tiempo a esta parte, de ciclistas y senderistas, porque en determinados lugares la vegetación lo atestigua. Más arriba encontramos el depósito del venero y otra derivación de su rebosadero al arroyo principal. Cuando arreglaron para la foto, esta Vereda de Trassierra, se pusieron bancos y se hicieron varias desviaciones que protegían el piso del sendero. Afortunadamente resisten, sin embargo uno de los bancos sufrió el envite de una roca de considerables y está prácticamente destrozado. Su fábrica de ladrillo requiere un remozamiento casi completo. Lo mejor, que la roca no acabó en el camino.

Cauce de fábrica en el desvío

Lo que parece una madriguera es el sendero

En épocas mejores, el sonido del agua era la música de estos lugares. Más arriba el cartel de una llamada Fuente de los Perros que no se ve por la maleza, y a la derecha unos metros más un pilón sin agua con caño, casi tapado de hierbas y otro abrevadero más pequeño sin caño. Un puente de madera para salvar la juventud del arroyo de la Gitana, que cuando es mayor se le une el de Vallehermoso, de puente perdido, para seguir su curso, rozar la antigua pista de Aeródromo del Marques del Mérito, rodear los restos que allí existen, cruzar la carretera, luego Santa Marta, el Veredón de los Pinos y por la Felipa y después Santa Clara, tributar en el Río Grande de Andalucía.

 El cauce del afluente y sendero

 Nuevamente el sendero al aire

A la izquierda veo los poyetes de la carretera CO-3314, que acaba en el Lagar de la Cruz, que en el citado vuelo de 1956 no estaba aún. Por la derecha arriba siento el tráfico de la CO-3402 cuyo final después cuarenta kilómetros de un trazado sinuoso y serrano, tributa en la A-433 de Posadas a Villaviciosa, carretera del éxodo ciudadano de familias de Posadas y aledaños, huyendo del fascismo amenazador en la década de los treinta del siglo XX. 

El pilón con caño comido por la maleza

Depósito y caseta del motor

La Vereda ahora es estrecha pero el terreno cabecera del arroyo de la Gitana, es muy hermoso y agradable. Llego a la carretera y continuó paralelo a ella hasta el cruce con la CO-3402. He cambiado la redacción en tercera persona para quedarme en primera, claro la opción gramatical plural la uso porque subo con mi circunstancia, aunque la realidad es que voy sólo pues incluso la circunstancia hay momentos que me abandona. Claro ya sabemos mejor solo que…

La meseta de arriba

El puente sobre el arroyo

Ahora procede la bajada, hay que tener cuidado con la piedra suelta y el desnivel, una caída a estas alturas, del terreno y del carnet de identidad, no es aconsejable. El otro día cuando bajaba con el coche por la carretera de San Jerónimo, presencié una de las perspectivas más hermosas que tiene la ciudad de Córdoba al atardecer, lástima que allí no hay sitio donde pararse para plasmarla en unas cuantas fotografías. 

Bosque superior

Un señor pino piñonero

Habrá que aventurarse andando para conseguir ese ángulo ideal que permite ver el valle y la completa majestuosidad de nuestra ciudad abajo. Antes, mucho antes, te podías parar en el Balcón del Mundo, llenar la “damajuana” del agua de su fuente, o el bote de aluminio forrado de tela, para que estuviera más fresca, de la bicicleta, y apoyarte en su fina baranda, roja y blanca, colores muy de carretera, un metro o dos más arriba.

Casi arriba

Llegando a la CO-3314

Entre recuerdos, pero pendiente a las piedras del camino, veo ya la pared a la derecha de una de las casas que orillan la Vereda de Trassierra. Poco más abajo unos perros, molestos, ladraban justificando su salario, que por la fuerza de sus ladridos, denotaba que no tenían aún el contrato indefinido. Así es la vida, en el matrimonio pasa lo mismo por parte de ambos géneros, por eso es mejor que no haya papeles ni contratos por medio. Descansadero de la Gitana, a la izquierda arriba Vallehermoso, nunca mejor puesto el toponímico, de enorme riqueza hídrica, y patrimonial, que ha alimentado a la ciudad durante un tiempo, y si no directamente, si restando el caudal que consumían determinadas industrias. 

Indicador del Cruce

El banco destrozado por la piedra

Hasta un ramal del acueducto principal partía del valle, del que quedan unas muestras en una finca cercana. La Torrecilla, la Calzada -de la familia de mi madrina, Maria Rosa-, Laderas Altas y Bajas, Nogales, etc. y otros muchos, son los cortijos de los alrededores. Dentro de Vallehermoso casi todos en ruinas, el patrimonio hidráulico inmenso, aún se puede ver. Luego está el abancalado del terreno para aprovechar bien las laderas. Palmeras de las que ha dado buena cuenta el voraz picudo rojo y mucha historia enterrada entre sus bancales. Al final la ruta en Wikiloc, y un pdf del PR-A-343, con errores referidos al arroyo que dicen de Vallehermoso cuando es el de la Gitana, por citar un fallo evidente. Fin del paseo mañanero.



Fotografías del autor y Wikiloc
Bibliografía del autor

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