Un trozo de acueducto de dos mil años
Esta mañana he dado un paseo por el puente de Pedroches, el arroyo seco y la cantera que parece está entrando en valor nuevamente. Al nivel que se mueve la construcción se mueven las excavadoras en la cantera. El puente de Pedroches aguanta aunque la maleza se lo va comiendo poco a poco. Recordé el Sombrero del Rey por debajo de puente, ahora oculto, enterrado por la carretera, la venta, el lugar de peroles cuando el personal se iba de campo a Pedroches, en el día de la Candelaria. El cortijo el Majanillo que había al lado del arroyo, en su margen derecha, puente arriba, hoy solo restos de pavimento. La cuesta que se las traía subirla en bicicleta, si tenías la suerte de poder engancharte a un camión la subida era cómoda.
Otro trozo del acueducto espera caerse
Soportes de la antigua torre
Lo primero que vi al iniciar la cuesta es la piedra de acueducto, los dos mil años tirados debajo del sifón, no se la pudieron llevar, con la cal pegada aún de cuando circulaba el agua para saciar la sed de los cordobeses, romanos pero cordobeses. Era el tercer ramal el que venía de arriba de la meseta. Luego bajé al arroyo desde arriba de la cuesta, pasados los muros de la torreta de las vagonetas. Era un espectáculo verlas funcionar, mi padre me llevaba más de una vez a verlas, luego trataba de hacerlas en miniatura en la casa. En el camino de bajada del desaparecido cortijo Majano, tragado por la cantera, en él había una fuente que nunca he podido volver a verla.
Arriba en la meseta
Panorámica del Maimón y la sierra
La vegetación está exuberante en las orillas, y en los vacíes de material de la cantera, también ha crecido. Los fresnos de la orilla majestuosos y las adelfas brillantes. Por la ladera oeste, margen derecha, serpentean los otros acueductos, sabes dónde están pero se ven difícilmente. Duras las cicatrices de las motocicletas, horrorosas. Sobre la marcha decidí subir a la meseta, también destrozado el camino por los agresivos neumáticos. A partir de ahí el ruido de la maquinaría de la cantera y los camiones, y el pitido desagradable de la marcha atrás de la excavadora. Los camiones pesados suben la rampa y salen por debajo de la N-432, ignoro si van a descargar el material en la cabecera de la cinta transportadora.
La cantera
La cuesta de Pedroches
Una vez arriba del todo, rodee la cantera, para seguir por la cornisa pegada a la N-432, que se estrecha cercana a la carretera. Y bajé la antigua carretera, no quise trochar por un sendero que sale casi en la cinta transportadora. Nuevamente el arroyo abajo a la derecha. El nuevo tubo del agua potable el que era de presión, ahora parece son los tres. Luego los dos antiguos y su sifón. Ninguno de los accidentes hidráulicos importantes se ven por la vegetación que los cubre. De nuevo el trozo abandonado milenario debajo del sifón del canal de riego del Guadalmellato. Más de una vez se ha metido mi suegro a limpiar ese sifón, había que echarle valor, aunque fuera su trabajo.
El puente de Pedroches
La ruta
Puente de Pedroches, bonitas fotografías hay en la red del lugar, y del Sombrerillo del Rey con excelente agua. El progreso ha hecho que desaparezca todo, es lo normal. Antes desde el Molino de los Ciegos, desde el puente romano, se podía ver el Puente de Pedroches completo, robusto y el amplio llano que hacía allí el arroyo, y la venta a la derecha blanqueada de cal con su fachada a mediodía. No ha llegado a los cinco Km. el recorrido, pero me ha permitido recordar lugares y cortijos que ya no existen. Es la inexorable ley de la vida.
Fotos del autor.
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