Una nube de langostas
Memorial de la Hermandad de San Rafael por la Plaga de la Langosta
Del archivo de la parroquia de San Andrés, que ha ejercido siempre de secretaría de la Universidad de los Beneficiados, constituida por los rectores o curas, una curiosa acta llama la atención del año 1755. En la que la rareza estriba en los ritos para pedir que se acabara la plaga de langosta que asoló la ribera del Guadalquivir desde Almodóvar a Alcolea. En otra plaga era la cabeza de un santo, San Gregorio Obispo de Ostia, que mojaban y era el insecticida para la langosta, hisopando los campos. Ignoro si olería la cabeza del señor y ese era el motivo. Una cosa, nunca me entra en la cabeza realicen estos ritos Sres. de una cierta cultura, y la otra es que hablan que las moscas, tamaño de las langostas, suponían 8.198 fanegas y pico, que traducidas al métrico decimal son casi medio millón de kilos a 55,5 por fanega y el costo de su soterramiento en el Campo de la Merced, fue de 195.268 reales. Es verdad que ese lugar en la afueras de la ciudad era un lugar que en algunos planos de antaño figuraban zonas de barrancos, pero no deja de llamar la atención que se enterraran allí, desde los lugares citados de la plaga, tan distantes entre sí. En México los chapulines son un manjar. En la redacción del acta pueden parecer raras algunas palabras pero es como están escritas, es el (sic). La fuente de ambas actas son los Paseos por Córdoba de D. Teodomiro Ramírez de Arellano.
Del archivo de la parroquia de San Andrés, que ha ejercido siempre de secretaría de la Universidad de los Beneficiados, constituida por los rectores o curas, una curiosa acta llama la atención del año 1755. En la que la rareza estriba en los ritos para pedir que se acabara la plaga de langosta que asoló la ribera del Guadalquivir desde Almodóvar a Alcolea. En otra plaga era la cabeza de un santo, San Gregorio Obispo de Ostia, que mojaban y era el insecticida para la langosta, hisopando los campos. Ignoro si olería la cabeza del señor y ese era el motivo. Una cosa, nunca me entra en la cabeza realicen estos ritos Sres. de una cierta cultura, y la otra es que hablan que las moscas, tamaño de las langostas, suponían 8.198 fanegas y pico, que traducidas al métrico decimal son casi medio millón de kilos a 55,5 por fanega y el costo de su soterramiento en el Campo de la Merced, fue de 195.268 reales. Es verdad que ese lugar en la afueras de la ciudad era un lugar que en algunos planos de antaño figuraban zonas de barrancos, pero no deja de llamar la atención que se enterraran allí, desde los lugares citados de la plaga, tan distantes entre sí. En México los chapulines son un manjar. En la redacción del acta pueden parecer raras algunas palabras pero es como están escritas, es el (sic). La fuente de ambas actas son los Paseos por Córdoba de D. Teodomiro Ramírez de Arellano.
Misa de San Gregorio de Durero
"Memorial de la Cofradía de San Rafael, por la plaga de la
langosta."
Acta:
“Lunes cinco de Mayo de mil setecientos cincuenta y cinco años, dia de letanías, estando en la sacristía de la parroquial de San Pedro el señor Prior y los demás Sres. Beneficiados que vinieron con la letanía, Yo el infrascripto Secretario leí un memorial presentado á este Cabildo por la hermandad del glorioso Arcángel San Rafael Custodio de esta ciudad, en que suplicaba, que respecto á que el Miércoles inmediato, en que se celebraba dicho Arcángel, se principiaba un novenario de fiestas en su hermita con Santísimo manifiesto, sermones, música y otras circunstancias de solemnidad, costeadas por varios devotos, para implorar la misericordia de Dios por la intercesión del Santo Arcangel, así para la lluvia que se deseaba para asegurar la buena cosecha que ofrecían los sembrados, como para que se estinguiese la grande plaga de langosta (es otra de las mas de las riberas del Guadalquivir por toda la Andalucía) que inundaba desde la hacienda que llaman de las Cuevas, hasta las Ventas de Alcolea,
D. Francisco Solís Folch de Cardona, el obispo
en cuyo distrito (sin tocar á las campiñas) se habian ya recogido y enterrado en el Campo de la Merced, mas de tres mil y quinientas fanegas de dicha langosta (que aun estaba poco mayor que moscas) gastados mas de nueve mil pesos en recogerla, á razón de tres reales el celemin, haciéndose al mismo tiempo rogativas públicas, y habiéndose bendecido los campos y conjurádose dicha plaga el dia veinte y cuatro de Abril á las cinco de la tarde en el castillo de la Alvayda por el Ilmo. Sr. Arzobispo, Obispo de esta ciudad el Sr. D. Francisco Solis Folch de Cardona, con asistencia de Diputaciones dobles de los dos Cabildos Eclesiástico y Secular, con la forma solemne de Pontifical, que en su tomo undécimo prescribió Ntro. SSmo. Padre Benedicto XIV. Papa Reynante, y dice haber practicado, non semel, el Sr. Benedicto XIII., estando á la misma hora en todas las parroquias y conventos de esta ciudad manifiesto el SSmo. Sacramento y haciendo todos rogativa á Dios por dicho fin;
El Campo de la Merced en 1752, años antes del entierro de las langostas
por esto mismo pedia dicha cofradía, que en atencion á que el Viernes inmediato habia de cumplir este Cabildo en la referida hermita, la fiesta dotada por la memoria del Sr. D. Luis Antonio de Paredes, se sirviese su señoría suplir graciosamente y de limosna los gastos de cera, y música, que para manifestar al Señor y corresponder á la solemnidad de las dichas fiestas fueran precisos; lo que oido y entendido por dichos señores, unánimes y conformes, determinaron que se diera comisión al Sr. D. Francisco de Orgaz, Beneficiado de San Lorenzo, para que corriera por su cuenta la correspondencia de dicha fiesta, avisándolo al predicador, para que tocase el asunto, y que despues diera razón de los gastos, y se le abonaran por nuestro administrador, y á mí el insfrascripto Secretario se me mandó por dichos señores que para noticia de lo venidero y para los efectos que pudieran ofrecerse, lo escribiese así con toda individualidad; y en fee de ello lo firmo en dicho dia mes y año. — Gabriel Vicente Jurado, Secretario.
San Gregorio el encargado
ADVERTENCIA. — Desde el dia 15 de Abril de 1755 hasta 8 de Junio del mismo (en que cesó) se soterraron en el Campo de la Merced 8198 fanegas, 11 celemines y 2 cuartillos de langosta, y con todos gastos tuvo de costa 195.268 rs. y medio segun la relacion que se remitió á Madrid, habiéndose pagado al principio cada celemín 3 rs. segun era como moscas, despues á 2 rs., luego á un real, y últimamente á cuatro cuartos. De la langosta que quedó viva así en esta ciudad como en los lugares de Hornachuelos, Posadas, Palma, y mas en Estremadura, se vino gran multitud volando por Julio á estos redores, haciendo daño solo en las hortalizas de fontanares y huertas, y algo en viñas, pero nada ó casi nada en el trigo, de lo que, y de cebada, como de los mas frutos fué un año tan abundante, y general, que ni los que vivían hacian memoria de otro igual, ni en los libros de contadurías de diezmos se halló semejante. La langosta se murió toda luego que llegó Santa María de Agosto, en cuyo mes á 29 lo escribí y firmé. —Jurado.”
Y la otra:
Procesión al Campo de la Verdad con la Cabeza de San Gregorio,
Y el domingo 23 de enero de 1757, ya había pasado el fatídico y destructor terremoto de Lisboa llegaron tres religiosos y un secular, sin aviso previo, con la cabeza de San Gregorio, Obispo de Ostia, pues estaban haciendo un recorrido por las principales capitales del reino, para que pasaran agua por la cabeza y con ella bendijeran los campos, para exterminar la semilla de la langosta, por ser el obispo citado, un abogado para ello. Entraron por la puerta de los Deanes y entregaron la cabeza al Maestre Escuela que la depositó en la capilla de Santa Teresa o del Cardenal, aun no estaba terminada la catedral pues el Altar mayor estaba en la Santa Maria, en la Capilla de Villaviciosa. Una misa y después la cabeza al Patio de los Naranjos, cuyo pilón habían limpiado bien y llenado de agua. Se bendijo la Fuente del Olivo. Nuevamente la reliquia de la cabeza de San Gregorio al altar mayor de la capilla de Villaviciosa. Al día 25, todo el cuerpo eclesiástico salió en procesión por la puerta de Santa Catalina y bajaron por la calle del Sol hasta la Iglesia de Espíritu Santo del Campo de la Verdad, donde habían montado un tablado.
D. Martín de Barcia -este obispo es el que le dio nombre a la quinta de retiro de la Alameda del Obispo-, de media gala, cantó la letanía y la propia del santo, exorcizo la la langosta, bendijo el agua pasándola por la cabeza del obispo, y la lanzó hacia los cuatro puntos cardinales, bendición y canto de los cuatro evangelios. Salida de la procesión nuevamente, que entró por la calle de palacio (actual Torrijos), luego la de la Puerta del Perdón (Cardenal Herrero), para entrar por Santa Catalina. Se disolvió la procesión pues ya era de noche, y en secreto sacaron la reliquia y la llevaron al Convento de San Francisco donde estaban hospedados los conductores de la misma. A la mañana siguiente salieron para Sevilla, cuyo viaje había costeado el Rey y las ciudades el hospedaje. Cincuenta doblones de limosna al santo por parte del Cabildo y treinta por parte de la ciudad. Luminarias nocturnas las tres noches y repiques. Y se reflejó en un acta que Gabriel Vicente Jurado, como secretario firmó en 28 de enero de 1757.
“Domingo veinte y tres de Enero de mil setecientos cincuenta y siete años por la tarde, salio Diputacion de la Ciudad á recibir tres Eclesiasticos y un Secular, que de orden del Rey, traían la Cabeza del glorioso San Gregorio Obispo de Hostia (de quien hacen mencion las lecciones de Santo Domingo de la Calzada) por todas las Capitales del Reyno, para que bendita agua, y pasando parte de ella por la misma Cabeza, se bendigeran con ella todos los campos, para el esterminio de la semilla de la langosta, por ser dicho Santo especial abogado para ello. Entraron en la Ciudad, y encaminándose á la Catedral llegaron á la puerta que llaman de los Deanes, á donde (por haber llegado la noticia de improviso) salió una Diputacion doble con capas de coro y con luces á recibir dicha reliquia, la que tomó el Maestre Escuela, y en procesión la llevaron á la Capilla que llaman del Cardenal y la colocaron en el altar de Sta. Teresa, donde quedó á la veneracion del pueblo, hasta el dia siguiente por la tarde que acabada Nona, la llevo todo el Cabildo al altar mayor (que era aun en Villaviciosa) y cantadas Visperas de musica con la mayor solemnidad, el dia veinte y cinco siguiente por la mañana, se le cantó con la misma, Misa votiva del Santo con Gloria y Credo; y retirado el concurso al medio dia, un Canónigo y un Racionero Diputados con el Sacristán Mayor pasaron con la reliquia al patio de los Naranjos, donde limpio el pilon grande, y lleno de agua con sus cinco caños, se le taparon, y entonces se bendijo dicho pilón, y agua en sus cuatro ángulos, y restituida la reliquia al altar mayor,
á la tarde al acabar Completas se formó una procesión general de Cabildo, Clero, Religiones, y Cofradías; saliendo por la puerta de Santa Catalina, se dirigió al Campo de la Verdad, donde á la parte occidental de la parroquia del Espiritu Santo, avian formado un tablado capaz para ambos Cavildos, y Clero, con su altar, luces, y aparadores, en el cual, tomados sus asientos los Cavildos, Preste y Diáconos, el Sr. Obispo D. Martin de Barcia se vistió de medio pontifical, D. Iñigo Morillo y D. Bartolomé de Quesada, Canonigos, de Diaconos, Dean, y Tesorero de asistentes, y D. Francisco Argote, y D. Nicolas Moyano, Racioneros, de mitra y báculo. Su Iltma. acabada la letania de los Santos que se fue cantando, y sus Preces (no todas las oraciones) cantó la propia del Santo con otras especiales para el caso; despues Exsorcizo la langosta, y bendiciendo agua, pasando parte por la Cabeza del Santo, bendijo con ella los campos hacia las cuatro partes del Orbe; y inmediatamente el Diacono con su bendicion, y la del incienso, cantó los cuatro evangelios: Cum natus esset Jesus; miscus est Angelus Gabrieli; el de la Asuncion; y el imprincipio erat verbum, dichos adquatuor plagas mundi, conforme se hizo en la Albaida, y está dicho al folio 52 de este libro;
concluido esto con el mote ó veré Deus por la música, se desnudaron, volvió á formar la procesión, que entrando en la Ciudad se dirigió por la Calle de Palacio, y dando vuelta á la Iglesia entró por la misma puerta de Sta. Catalina, por donde habia salido; y depositada la reliquia en el Altar mayor, estando la Iglesia iluminada con los faroles, por ser ya la oración, se retiraron todos, y despues pasaron en secreto la reliquia al Convento de San Francisco donde estaban hospedados los que la conducian, los que al dia siguiente muy de mañana salieron para Sevilla, costeandoles el Rey la caminata, y las Ciudades su hospedage y mantenimiento mientras estaban en ellas. El Cabildo dio de limosna al Santo cincuenta doblones, y la Ciudad treinta. Las tres noches hubo luminarias generales, y repique lo mismo. Asisti á todo ello con este Cabildo de Sres. Beneficiados llevando todos sus cirios, y para lo que pueda ocurrir en lo futuro, se me mandó por dichos Sres. Prior y Beneficiados que lo escribiese aqui; y en fee de ello lo firmo en Córdoba á veinte y ocho de Enero de mil setecientos cincuenta y siete años.— Gabriel Vicente Jurado, Secretario."
Parroquia de San José y Espíritu Santo (Campo de la Verdad)
Y la otra:
Procesión al Campo de la Verdad con la Cabeza de San Gregorio,
Y el domingo 23 de enero de 1757, ya había pasado el fatídico y destructor terremoto de Lisboa llegaron tres religiosos y un secular, sin aviso previo, con la cabeza de San Gregorio, Obispo de Ostia, pues estaban haciendo un recorrido por las principales capitales del reino, para que pasaran agua por la cabeza y con ella bendijeran los campos, para exterminar la semilla de la langosta, por ser el obispo citado, un abogado para ello. Entraron por la puerta de los Deanes y entregaron la cabeza al Maestre Escuela que la depositó en la capilla de Santa Teresa o del Cardenal, aun no estaba terminada la catedral pues el Altar mayor estaba en la Santa Maria, en la Capilla de Villaviciosa. Una misa y después la cabeza al Patio de los Naranjos, cuyo pilón habían limpiado bien y llenado de agua. Se bendijo la Fuente del Olivo. Nuevamente la reliquia de la cabeza de San Gregorio al altar mayor de la capilla de Villaviciosa. Al día 25, todo el cuerpo eclesiástico salió en procesión por la puerta de Santa Catalina y bajaron por la calle del Sol hasta la Iglesia de Espíritu Santo del Campo de la Verdad, donde habían montado un tablado.
D. Martín de Barcia, el obispo en 1757
D. Martín de Barcia -este obispo es el que le dio nombre a la quinta de retiro de la Alameda del Obispo-, de media gala, cantó la letanía y la propia del santo, exorcizo la la langosta, bendijo el agua pasándola por la cabeza del obispo, y la lanzó hacia los cuatro puntos cardinales, bendición y canto de los cuatro evangelios. Salida de la procesión nuevamente, que entró por la calle de palacio (actual Torrijos), luego la de la Puerta del Perdón (Cardenal Herrero), para entrar por Santa Catalina. Se disolvió la procesión pues ya era de noche, y en secreto sacaron la reliquia y la llevaron al Convento de San Francisco donde estaban hospedados los conductores de la misma. A la mañana siguiente salieron para Sevilla, cuyo viaje había costeado el Rey y las ciudades el hospedaje. Cincuenta doblones de limosna al santo por parte del Cabildo y treinta por parte de la ciudad. Luminarias nocturnas las tres noches y repiques. Y se reflejó en un acta que Gabriel Vicente Jurado, como secretario firmó en 28 de enero de 1757.
Fuente del Campo de la Verdad y la Iglesi de Espíritu Santo
"Procesión general al Campo de la Verdad con la Cabeza de San
Gregorio, por la langosta."
El acta:
“Domingo veinte y tres de Enero de mil setecientos cincuenta y siete años por la tarde, salio Diputacion de la Ciudad á recibir tres Eclesiasticos y un Secular, que de orden del Rey, traían la Cabeza del glorioso San Gregorio Obispo de Hostia (de quien hacen mencion las lecciones de Santo Domingo de la Calzada) por todas las Capitales del Reyno, para que bendita agua, y pasando parte de ella por la misma Cabeza, se bendigeran con ella todos los campos, para el esterminio de la semilla de la langosta, por ser dicho Santo especial abogado para ello. Entraron en la Ciudad, y encaminándose á la Catedral llegaron á la puerta que llaman de los Deanes, á donde (por haber llegado la noticia de improviso) salió una Diputacion doble con capas de coro y con luces á recibir dicha reliquia, la que tomó el Maestre Escuela, y en procesión la llevaron á la Capilla que llaman del Cardenal y la colocaron en el altar de Sta. Teresa, donde quedó á la veneracion del pueblo, hasta el dia siguiente por la tarde que acabada Nona, la llevo todo el Cabildo al altar mayor (que era aun en Villaviciosa) y cantadas Visperas de musica con la mayor solemnidad, el dia veinte y cinco siguiente por la mañana, se le cantó con la misma, Misa votiva del Santo con Gloria y Credo; y retirado el concurso al medio dia, un Canónigo y un Racionero Diputados con el Sacristán Mayor pasaron con la reliquia al patio de los Naranjos, donde limpio el pilon grande, y lleno de agua con sus cinco caños, se le taparon, y entonces se bendijo dicho pilón, y agua en sus cuatro ángulos, y restituida la reliquia al altar mayor,
El ritual del agua
á la tarde al acabar Completas se formó una procesión general de Cabildo, Clero, Religiones, y Cofradías; saliendo por la puerta de Santa Catalina, se dirigió al Campo de la Verdad, donde á la parte occidental de la parroquia del Espiritu Santo, avian formado un tablado capaz para ambos Cavildos, y Clero, con su altar, luces, y aparadores, en el cual, tomados sus asientos los Cavildos, Preste y Diáconos, el Sr. Obispo D. Martin de Barcia se vistió de medio pontifical, D. Iñigo Morillo y D. Bartolomé de Quesada, Canonigos, de Diaconos, Dean, y Tesorero de asistentes, y D. Francisco Argote, y D. Nicolas Moyano, Racioneros, de mitra y báculo. Su Iltma. acabada la letania de los Santos que se fue cantando, y sus Preces (no todas las oraciones) cantó la propia del Santo con otras especiales para el caso; despues Exsorcizo la langosta, y bendiciendo agua, pasando parte por la Cabeza del Santo, bendijo con ella los campos hacia las cuatro partes del Orbe; y inmediatamente el Diacono con su bendicion, y la del incienso, cantó los cuatro evangelios: Cum natus esset Jesus; miscus est Angelus Gabrieli; el de la Asuncion; y el imprincipio erat verbum, dichos adquatuor plagas mundi, conforme se hizo en la Albaida, y está dicho al folio 52 de este libro;
La reliquia de San Gregorio que andó por toda España
concluido esto con el mote ó veré Deus por la música, se desnudaron, volvió á formar la procesión, que entrando en la Ciudad se dirigió por la Calle de Palacio, y dando vuelta á la Iglesia entró por la misma puerta de Sta. Catalina, por donde habia salido; y depositada la reliquia en el Altar mayor, estando la Iglesia iluminada con los faroles, por ser ya la oración, se retiraron todos, y despues pasaron en secreto la reliquia al Convento de San Francisco donde estaban hospedados los que la conducian, los que al dia siguiente muy de mañana salieron para Sevilla, costeandoles el Rey la caminata, y las Ciudades su hospedage y mantenimiento mientras estaban en ellas. El Cabildo dio de limosna al Santo cincuenta doblones, y la Ciudad treinta. Las tres noches hubo luminarias generales, y repique lo mismo. Asisti á todo ello con este Cabildo de Sres. Beneficiados llevando todos sus cirios, y para lo que pueda ocurrir en lo futuro, se me mandó por dichos Sres. Prior y Beneficiados que lo escribiese aqui; y en fee de ello lo firmo en Córdoba á veinte y ocho de Enero de mil setecientos cincuenta y siete años.— Gabriel Vicente Jurado, Secretario."
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Bibliografía Paseos por Córdoba.
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