jueves, 28 de febrero de 2019

EL BAR BOLERO

Actuación de Maruja Pereira, julio de 1944

La Córdoba de los cuarenta, recién terminada la guerra, con el dolor que generaba a diario, por la eliminación sistemática de todo aquel que significara algún peligro para el sistema, no era un tiempo para la diversión. Pero hay que reconocer que cuando hay vencedores y vencidos, los vencedores no tenían problema alguno en dotarse de las diversiones que quisieran. Juan Rodriguez Redondo nacido en Pozoblanco fue el promotor del local que se vino a llamar “Bar Bolero”. Su ubicación fue en la casa número 2 de la calle de San Álvaro, esquina de la calleja donde en los sesenta había unos billares, y un taller de carpintería, en esa misma acera estaba también la Taberna de Salinas, en la que he estado con mis padres en los salones superiores y, más hacia las Tendillas, Almacenes Pedregosa donde trabajó mi primo Cándido y creo que una amiga de la infancia.

Casa Salinas y Almacenes Pedregosa

Calle San Álvaro y Casa Salinas

Un buen amigo de noventa años, con una mente prodigiosa, es siempre mi memoria de esos tiempos, pero en este caso se marchó a Granada en el 1943 y dice no haber entrado al "Bar Bolero". Esa década y posteriores cincuenta, que los recuerdo, era tiempo de enredos y corruptelas, de Cartillas de Racionamiento, de estraperlo, de tráfico de Penicilina, empeños -recuerdo el de la colcha de novia de mi madre, que le vendieron por no renovar la papelilla o llegar tarde a la renovación-. El repertorio musical de ese tiempo era muy amplio y se basaba básicamente en la copla: “Ojos Verdes”, “La Niña del Fuego”, “Mi jaca”, y yo me atrevería a citar “Maria Cristina me quiere gobernar”, e incluso “La Raspa”, “Dos Cruces”, “Tres Veces guapa” de Jorge Sepúlveda, etc. El "Bar Bolero" tenía mobiliario de estilo sevillano. En la fotografía puede verse el ambiente andaluz de su patio.

Cartel de Estrellita Díaz y Norita Pereira

Hay un trabajo muy interesante del que tomo referencias, de José Rafael Solís Tapia, que dibuja como buen conocedor al "Bar Bolero". Habla de la variada clientela según los horarios, incluidos los prohombres del fascismo, como no podía ser de otra manera. La plantilla de empleados del bar, gente joven y agradable. Pepe Ponce y Domingo Ponce, Adame, Gabriel y Arroyo. En la barra Sebastián Pedraja Alonso y Arranz. En la cocina “Faroles”, y el complemento limpia botas y lotero el “Habichuela”. Juan Rodríguez ayudaba en la faena algunas veces cuando el trabajo lo requería. Estrenó una obra de teatro titulada “Los hijos de Hoy”, creó una bebida dedicada a la escultural supervedette alemana, Gertrude Bauer, "Trudi Bora" o "Huracán Trudi Bora".

Antonio Machin

El "Bar Bolero" iba viento en popa, aunque las cercanas Granja Royal y La Perla, le echaban el aliento en el cogote. Éstas inauguraron orquestas e incluso atracciones. Este empuje obligó a Juan Rodríguez a montar la suya, un tablado y contrata a un cantante que se llamaba Ángel Jornet. Pero el éxito se presenta cuando contrata a la Orquesta Orozco, compuesta por Pedro Orozco, José Báez, Manuel Manjón, Rafael Ramírez, Andrés Prior, Alfredo Nogales, Miguel Borrego y Manolo Solís –hermano del autor del artículo referencia de Cordobapedia-. Una necesaria reforma en 1943, lo dota de dos entresuelos y un aumento del número de mesas. Los vocalistas: Lolita Garrido, Teresita Arcos, Luz Mary, Rina Celi, Mery Morgan, Lya-Derby, Pilar Lorengar, etc. etc. Pero la mayoría de los que vivieron ese tiempo tienen asociado su recuerdo con la presencia de un Antonio Machín que empezaba. Se hablaba que el contrato incluía la comida. 

José Rafael Solís Tapia, autor 
del artículo de Cordobapedia

Se acopló muy bien a la Orquesta Orozco y se empezó a hablar de canciones como, “Angelitos Negros”, "Madrecita", "Dos Gardenias", "Navidad", "El Manisero", "Mira que eres Linda", ”Isabel”, etc. Sin dejar de tocar sus maracas. Manolete el torero, en ocasiones era cliente cuando estaba por Córdoba. Antonio Machín empezó a destacar y a ofrecerle otros contratos que Bolero no podía igualar y se marchó de Córdoba. Igualmente le pasó a la Orquesta Orozco que destacó y los famosos Circuitos Carcellés la ponen en plantilla y eso significó el despegue artístico y económico de los músicos. Al final las dificultades significan el cierre del “Bar Bolero”. Una tienda de confección ocupó los locales y en 1980 se derriba la casa y se levanta el actual bloque de seis plantas. Los propietarios se encargaron de la “Cafetería Machín” en Madrid.

Fotos de Internet y Cordobapedia
Bibliografía artículo de José Rafael Solís Tapia, en Cordobapedia

miércoles, 27 de febrero de 2019

LOS LIBROS DE MANOLO HARAZEM

Los libros de Manolo Harazem

El otro día “gracias” a problemas de salud, que nos rondaban a mí con un catarro que aún no se ha marchado, y a Manolo con una lumbalgia que según él lo tenía alcayatado, tuvimos el honor Conchi y yo de que el autor de las “Tribulaciones de Monsieur Pegaux y otros textos cordobestias”, “Catedral antes muerta que Mezquita, La iglesia contra Al Andalus” y “La Odisea de los Rabadíes, El primer exilio hispano” viniera a nuestra casa a regalarnos un ejemplar, de cada uno de ellos y a dedicárnoslos in situ. Es un verdadero honor y un lujo que nos ocurran estas cosas. Hace más de diez años que nos conocemos, cuando ambos frecuentábamos la extinta plataforma crítica, “Calleja de las Flores”, que acabó por la intransigencia -no fue cuestión económica-, de la caspa de esta ciudad, era simplemente porque molestaba al “poder”. 

Portada

Los comentarios de Manolo siempre nos causaban admiración por su dominio del lenguaje, la creación de palabras nuevas, acopladas a los temas que iban surgiendo, y sobre todo por su cómica y fina ironía para las cosas, y más que todo su lucha contra una maquinaria histórica como es la Iglesia, y su cohorte de adictos, algunos de cierto peligro. Luego cuando la "Calleja de las Flores" desapareció, se creó "La Colleja", entre tres compañeros, no sé aún porque no se permitió que entráramos más en la colaboración de mantenimiento, y al poco tiempo cerró también. Las nuevas redes sociales, como Twitter y Facebook, permitieron seguir publicando sus artículos, sin olvidar el Blog Supersticiones que está en el aire desde 2005. Yo escribí un texto relacionado con una crítica por entregas, a un movimiento de reescribir la historia por el Cabildo, que Manolo titulaba la “ Segunda Desislamización de la Mezquita de Córdoba” y que a Conchi y a mí nos gustaba leer en pareja. Lo titulé "Crónica de una Lectura Marital":

Portada

“Hacen 38 grados a la sombra, a pesar del ventilador del techo que lo único que hace es irradiar el calor, que han almacenado todo el día las petacas de la azotea, al centro de la habitación. Calor que se acrecienta por el que despide la fuente de alimentación de la máquina informática. -¡Conchi, ha salido la segunda entrega de la Segunda Desislamización de la Mezquita de Córdoba, de Manolo Harazem! –le informé de lejos, a voces, a Conchi. -Voy enseguida. –me contestó desde su sala de lectura, en el saloncito (todo tiene en casa el diminutivo ito) donde hace algo más fresco, por mor de un “atapuerquiano” aparato refrigerador y desvencijado ventilador de suelo. Comienzo la lectura, después de incorporarse Conchi al pequeño cuartito informático. La comienzo yo por dos razones: primera porque es importante que te entre también el texto por el sentido del oído y a la vez presumir de oratoria ya que el texto lo permite, y segunda porque al tener la letra tan pequeña la pantalla, es difícil y molesto desde la distancia, leerlo cómodamente.

Portada

“por muy extraño que parezca este monumento fue levantado bajo las corrientes artísticas del arte grecorromano y bizantino para la oración islámica, pero es un ornamento prestado que tomó el Islam”. -¡Pero hay que ver la desfachatez de esta gente! ¡Es el colmo! -dice indignada la oyente. Continúo leyendo el texto como improvisado orador-conferenciante, no sin antes hacer alguna parada respiratoria, no por ausencia de comas, sino por querer entonar y pronunciar adecuadamente y no tener edad para discursos prolongados. “Lo jodido de esta solemne soplapollez histórica cómico taurino filantrópica es que no ha sido contestada en el ámbito intelectual de esta ciudad por nadie” -Lo de siempre. Que poca vergüenza. Nadie da la cara para nada que no sea su propio interés. –coincidimos maritalmente. Reanudo la lectura.

              Dedicatoria del libro "Las Tribulaciones de Monsieur Pegaux"

“La página se llama, La Mezquita Catedral de Córdoba, Símbolo de Alianza de Civilizaciones y viene perfectamente bendecida por los caudales de la Junta, el Ayuntamiento, los Fondos FEDER y el Patronato Provincial de Turismo de Córdoba, amén de por algunos vendedores de flamenquines y salmorejo” -¡Leche (1), los hosteleros de las “pernoctasiones” también colaboran! –añadió en una nueva parada oxigenadora mía. “Y digo yo que por qué no un centro ceremonial chichimeca y así conseguía también subvención de la Revolución Bolivariana de Chávez” -Claro en materia económica no le hacen ascos a nada esta familia. –dijo. -¿Sabes quién es L.R.M.? –le pregunté. -Sí, el individuo que me señalaste en cierta ocasión. –me contestó.

Dedicatoria del libro "Catedral antes muerta que Mezquita"

–Efectivamente ese hombrecillo bajito, de siniestro porte siciliano-aznariano, que no se besa porque no se alcanza y que, en cierta ocasión, ¿Te acuerdas, cuándo vinieron los amigos canadienses, se soltó una perorata en árabe cantado delante del Mihrab sin saber por qué? –le recordé. A saber que nos dijo, porque ninguno sabíamos más allá del “sala malecum”-, y que hizo que nos miráramos unos a otros preguntándonos a que venía esa demostración arábigo-cordobesa-casposa. Fin de la segunda entrega, no sin antes hidratar abundantemente, con agua a casi temperatura ambiente, lo que quiere decir caliente de cojones, la cavidad parlante del orador improvisado que suscribe. -¡Hay que ver que nadie se atreve a llevarle la contraria, a determinados gilipollas con sotana, y claro así siguen manipulando y tergiversando la historia! –sentenció.

Dedicatoria del libro "La Odisea de los Rabadíes"

-Creo que podemos, ya que estamos criticando lo que es una cruzada del siglo XXI, de esta gente del lince, Rouquera, y del “chapetas” Camino, iniciar nosotros la nuestra, casera pero nuestra, y sobre todo digna. Propongo que, a partir de este momento acordemos no volver a llamar en ninguna conversación que tengamos, o reflejar en papel en el que escribamos, la palabra Catedral al referirnos al feudo cordobés de esta familia. La llamaremos siempre Mezquita, y al barrio de su alrededor de la Mezquita. Y procuraremos incidir en ello delante de nuestra familia, hijos, nietos y amigos del ámbito de nuestra influencia. De esta forma, pondremos nuestro granito de arena para contrarrestar, la manipulación, burda, absurda, gurda, palurda, fruto de la curda, que nos quieren meter. ¿De acuerdo? –pregunté. -De acuerdo, pero sin que sirva de precedente. –me contestó. Y lo acordamos sin acta que mediase lo propuesto, sólo con la palabra dada. Después de sellar el acuerdo oscularmente, cada uno siguió con lo suyo y… a esperar la tercera entrega. (1) Dijo Coño.”


Dice el texto de la contraportada del primero de los libros “Tribulaciones de Monsieur Pegaux y otros textos cordobestias”, 2015, que transcribo para evitar que se me vea el plumero cargando la tinta, y dejando al lector la posibilidad de que le interese y lo adquiera, en cualquiera de las formulas que tienen para tenerlo. "Colección de relatos y ensayos heterodoxos de temática cordobesa, pero de interés universal. "El que da título al libro refiere la historia del legendario personaje de cuyo nombre proviene la palabra cordobesa por antonomasia, "pego", una de las señas de identidad lingüística de la ciudad de la Mezquita, por cuyo uso puede detectarse fácilmente a un nativo. El relato está ambientado en la primera mitad del siglo XIX desde el inicio de la Guerra de la independencia hasta el primer año de los años 60 y proporciona, 


por boca de aquel frustrado francés que llegó para hacer la Revolución del Esclarecimiento siendo un muchacho, un vívido fresco de aquellos acontecimientos históricos a través de los cuales puede comprenderse el origen del atraso secular que la ciudad arrastra desde entonces. Y envolviendo ese relato otro en el que se narra la aventura del primer viaje en globo aerostático que sobrevoló la ciudad. El segundo relato trata de la búsqueda de la reliquia de una parte del cuerpo del célebre polígrafo cordobés Ambrosio de Morales perdida desde hacía un siglo. El de la Corredera es un ensayo heterodoxo sobre la historia y el carácter de la plaza más hermosa de la ciudad decorado con suaves pinceladas biográficas del autor. Termina el libro con dos cuentos cortos de impactantes finales."

Manolo Harazem cabreado

El segundo de 2016 es “Catedral antes muerta que Mezquita, La iglesia contra Al Andalus” dice:"La intención principal de este libro es aportar datos y fuentes que demuestren que la propiedad de la Mezquita Catedral de Córdoba fue secularmente pública y denunciar las maniobras de apropiación ilegítimas de la Iglesia Católica usando leyes que la dictadura franquista diseñó especialmente para ella como pago por su colaboración, sancionadas y ampliadas por gobiernos postconstitucionales pero hijos de la misma tradición autoritaria y no denunciadas cobardemente por los gobiernos socialistas cuando tuvieron oportunidad de hacerlo. Además de aportar estudios historiográficos, arqueológicos y jurídicos, este ensayo entrevera entre sus tesis multitud de informaciones sobre el sentido de lo histórico, de la memoria mutilada y de los fracasos modernizadores de las sociedades españolas desde la limpieza étnica de los siglos XVI y XVII hasta la fallida de la II Restauración Borbónica. Del olvido de lo mejor de su pasado, de lo integrador y mestizo, y el enaltecimiento por contra de lo peor, de lo excluyente y castizo. Contiene el estudio de varios mitos nacionalcatólicos que rondan el asunto de la manipulación del ADN islámico de la Mezquita, el de la fantasmagórica basílica de San Vicente y el de los mártires suicidas organizados para dinamitar la razonablemente pacífica convivencia del estado emiral omeya."

La santa Grúa del Cabildo (artículo en Paradigma)

Y el tercer ejemplar “La Odisea de los Rabadíes, El primer exilio hispano” dice: "En marzo de 2018 se cumple el 1.200 aniversario de un suceso ocurrido en Córdoba que, a pesar de permanecer como desconocido para la mayoría de sus habitantes actuales, tuvo una crucial importancia en la ciudad, en la península y en lejanos lugares de África y el mediterráneo oriental. La revuelta del arrabal de Saqunda, su total destrucción por el emir al-Hakam I y la expulsión de los vecinos sobrevivientes de la brutal represión subsiguiente tiene el honor, heróico, por un lado, pero triste por otro, de haber sido la pionera de dos constantes en la historia de los pueblos peninsulares: las revueltas populares inscritas en la lucha de clases y los exilios por causas políticas. Una tierra que sería pródiga en ellos desde entonces hasta hoy. Las consecuencias para lejanos lugares serán la colonización por aquellos exiliados de una de las ciudades más importantes del mundo islámico, Fez; la efímera, pero impactante, constitución de una república independiente en Alejandría y, sobre todo, la creación de un próspero emirato andalusí en la isla de Creta que perviviría durante 130 años haciendo frente a los ataques del Imperio Bizantino y a lo largo de los cuales sus soberanos mantendrían el título de cordobeses con un pertinaz orgullo." 

El autor Manolo Harazem

"Manuel Harazem nació en Córdoba, vive en Córdoba y, lo que es más interesante, respira en Córdoba, una ciudad que, como todas las demás es un compendio y resumen del mundo y a la que ha dedicado sus mejores esfuerzos literarios. Además de las más de mil entradas de su blog "SUPERSTICIONES", es autor del ensayo  “La Odisea de los Rabadíes, El primer exilio hispano” (2017), del volumen de relatos "Las tribulaciones de Monsieur Pegaux y otros textos cordobestias" (2016) y del ensayo sobre la titularidad de la Mezquita-Catedral CATEDRAL antes muerta que MEZQUITA (La Iglesia contra Al Andalus) (2015)." La primera denuncia sobre lo que él llama la Segunda desislamización de la Mezquita. Ahora está trabajando en otra obra sobre Al-Andalus. (para adquirir los volúmenes pulsar sobre cada uno de ellos)

Fotos del autor Facebook y Twitter de Harazem
Bibliografía de los textos de los volumenes.

sábado, 23 de febrero de 2019

SALA CAPITULAR DE LA CATEDRAL DE CÓRDOBA

Sala Capitular (Fotografía Web Cabildo)

Hay un lugar en la Mezquita que siempre me ha llamado la atención, y nunca he podido visitar (no es visitable), y cuando pude hacerlo no tenía las inquietudes actuales. Es un lugar que conocen todos los periodistas, pues en él se hacen ruedas de prensa y toda esa nueva plantilla de guías turísticos, cuyo mayor número son mujeres, lo conocen, porque creo que allí fue su toma de posesión o cuando menos fue una visita obligada. Me estoy refiriendo a la Sala Capitular donde se reúne el Cabildo catedralicio, que está debajo de la Capilla del Cardenal o Santa Teresa y se pensó para hipogeo de la familia de Pedro de Salazar. 

Pedro de Salazar (Foto libro La Catedral de Córdoba)

Como decimos, fue en principio construida para la cripta de poderoso Cardenal Salazar, cuando construyó su capilla octogonal, pensó en ese lugar para que reposaran sus restos. Las fotos que dispongo del lugar son de los libros editados. Las reseñas de sus autores. El otro día estaba la puerta abierta e intenté asomarme por si podía visitar el lugar. Imposible, con una amabilidad no habitual, se me paró y explicaron los motivos de la no posibilidad de visita. Eso dio pie a que intercambiara con el responsable una conversación, en la que le pregunté por una serie de dudas arquitectónicas que me asaltaban desde hace tiempo, y que reitero, con mucha amabilidad me contestó. 

Entrada a la Capilla de Santa Teresa

Vista general de la capilla

El lugar fue motivo de un episodio que me llegó de primera mano, hace más de un cuarto de siglo, incluida grabación magnetofónica –entonces el torero de la carpeta y gorra, Villarejo, sería un simple guardia de a pie-, sobre un presunto hurto de un cáliz que no trascendió a más y del que no se cursó denuncia, pero que concluyó con el finiquito de uno o varios trabajadores. Si observamos el capítulo “Hurtos, alhajas consumidas y expolios”, del libro “La Catedral de Córdoba”, del Sr. Nieto Cumplido, veremos que a lo largo de la historia, estos episodios han sido muy corrientes. Acordémonos también de las famosas vigas, teniendo en cuenta además, que posiblemente fuesen sólo la punta del iceberg.

Cúpula de la Capilla

Santa Teresa, de Mora

Plano de "arteencordoba" con la posición de las obras

Dice el libro citado “La Catedral de Córdoba”, del Sr. Nieto Cumplido, sobre la Capilla de Santa Teresa o del Cardenal y Sacristía Mayor, que es la cubierta de la Sala Capitular, lo siguiente: “En la primer mitad del solar de esta capilla –anchura y profundidad del vestíbulo de la qibla- se asentaban, desde comienzos del segundo tercio del siglo XIV, las capillas de San Martín y de San Andrés.”. “Por extinción del patronato de la capilla de San Martín y en virtud de los derechos que ostentaba sobre la de san Andrés, sus solares fueron dados por la Fábrica de la Catedral al cardenal Salazar para la construcción de su capilla de Santa Teresa y de su panteón, que, a la vez, tendría uso y nombre de Sacristía Mayor de la Catedral por aprovecharse también del espacio que desde la Dedicación de la Catedral servía de sacristía de la misma, conservando así parecidos usos a los que tuvo este lugar durante el periodo musulmán.”

Sepulcro del Cardenal Salazar

“El cardenal Salazar (1630-1706), obispo de Córdoba desde 1686, encargó a Francisco Hurtado Izquierdo (1669-1725), maestro mayor de las obras de la Catedral desde el 17 de marzo de ese año, el proyecto de su capilla. En esta obra, escribe R. Taylor, de forma octogonal, el arquitecto introdujo por primera vez en Córdoba el tipo de decoración, caracterizado por el empleo de la clásica hoja de acanto en exuberante profusión, que ya había utilizado en los retablos de San Pedro de Priego. Las yeserías del cuerpo de luces y de la media naranja se terminaron en 1703, según consta en una cartela del interior.” La mayoría de los textos, hasta ahora son de la capilla pero pocos hay del hipogeo.

 
Texto del manuscrito Catálogo de Monumentos de R. Ramírez de Arellano

“Tiene forma ochavada y consiste en una hermosa cripta, en la que el arquitecto hizo alarde de su gran pericia constructiva, y en la sacristía propiamente dicha, unidas entre sí por una escalera de tres tramos en mármol rojo de Cabra, situada tras la antigua capilla de la Cena.”. “La ejecución de las yeserías de la cúpula estuvo a cargo de Teodosio Sánchez de Rueda a partir de 1702. EN 1705, Teodosio Sánchez talló el primer retablo de Santa Teresa frente a la entrada, sustituido posteriormente por el actual, de estilo neoclásico y estucado finísimo, y le fueron encargados los dos retablos-relicarios de la cripta.” 

Fotografía de la sala del libro de Salcedo Hierro citado, con la diferente mesa

“En el año siguiente (1703) se dedicó a terminar la decoración de esta última pieza. Ejecutó por este tiempo la talla de los ocho compartimientos de la bóveda, cada uno con un diseño distinto, los marcos para los cuatro cuadros que pintó el violinista Juan Pompeyo, así como también las figuras en madera de los Doctores de la Iglesia sobre sus respectivas repisas (R. Taylor). La decoración de la cripta se completó con otros cuatro retablos más con lienzos de Juan Pompeyo, que representan a San Eulogio, la Aparición de Nuestra Señora de la Merced a Jaime I, la Transverberación de Santa Teresa y el Martirio de San Zoilo.”

Plano de planta del libro "De lo original a lo auténtico" de Sebastián Herrero

La habitación que se utilizó para el hueco de escalera, es la que en la Mezquita contiene la llamada puerta del Tesoro, macsura izquierda del Mirhab. Se accede por la capilla del Cardenal por una puerta que hay inmediatamente después de su mausoleo a la derecha de la sala. Es la puerta opuesta a la actual del Tesoro catedralicio. Menos cita Miguel Salcedo Hierro en su libro La Mezquita Catedral de Córdoba: “Los dos accesos mencionados anteriormente, a izquierda y derecha, nos llevan a la Cripta y el Tesoro respectivamente. La Cripta concebida para el enterramiento de la familia del Cardenal, fue cubierta por una bóveda decorada con yeserías, y sus paredes cubiertas con lienzos del pintor Juan Pompeyo: “Aparición de la Virgen a San Fernando”, “El martirio de San Zolio”, “San Eulogio” y “La transverberación de Santa Teresa”.

Ventana a ras de calle que coincide con la pared de la Sala Capitular

Pero más escueto y parco fue Rafael Ramírez de Arellano, en su Catálogo de Monumentos, no menciona el hipogeo y desmerece la capilla de Santa Teresa: “187.- Capilla de Santa Teresa vulgo del Cardenal. Arquitectura. El fundador fue el cardenal obispo de Córdoba D. Fr. Pedro de Salazar. El arquitecto D. Francisco Hurtado Izquierdo y la obra se acabó en 1705. Es ochavada de muy mal gusto churrigueresco. No vale la pena de hacer la descripción y el estudio. La embellecen obras de pintura y escultura de Palomino y Mora que ya van catalogadas en sus lugares correspondientes.” Bien que se despacha D. Rafael.

Una viga expuesta en la galería norte del patio

Y la web del Cabildo dice de la Sala Capitular: “La Sala Capitular, sin ser un lugar visitable, es un sitio de gran importancia en el desarrollo de la vida de la Catedral, ya que en ella se reúne el Cabildo. Originariamente fue concebida como la cripta de la capilla del Cardenal Salazar, localizándose en el subsuelo de este enclave. Nos encontramos ante un espacio octogonal con cúpula rebajada y decorada por yeserías. En él se custodian algunas obras de arte de interés, como es el caso de la escultura “Agnus Dei” de Pedro de Mena, o una serie de cinco óleos atribuidos a Juan Pompeyo.” Llamativo que las dos fotografías que he encontrado de la sala tienen mesas centrales distintas, la del libro de Miguel Salcedo es una tabla redonda completa y la de la Web del Cabildo, más actual, abierta con otra mesa central. Ningún texto habla de una ventana que a ras de calle existe y debería tener el hipogeo interiormente.

Fotografías de los libros "La Catedral de Córdoba", de Nieto Cumplido, "La Mezquita Catedral de Córdoba", de Salcedo Hierro y del autor.
Bibliografía de los libros citados, de la Web del Cabildo y del Catálogo de Monumentos de R. Ramírez de Arellano.

jueves, 21 de febrero de 2019

EL SANSÓN DEL SIGLO XX

En la Plaza de los Tejares 1959 (Foto Ladis)

En 1959 yo había dejado la escuela, pues le había propuesto a mis padres ponerme a trabajar. Decidí ir a hacerlo con un amigo de la familia, que era uno de los mejores orfebres que ha tenido está ciudad, Francisco Díaz Roncero, “Paco el de la Luisa” -se llamaba como un locutor de Radio París de aquel tiempo-. Habíamos vivido juntos en Medina y Corella 4, la calle de la Convalecencia, a la que después y hasta hoy, se le llama con el nombre del fundador del Monte de Impiedad. Me presenté en su casa de Fernández Ruano y le dije que si me podía ir allí de aprendiz. Entonces los contratos eran verbales, bueno vente aquí, me dijo, y ya fui el nene de los mandados, y en el tiempo libre aprendía el cincelado. 

Rotura de la piedra en el pecho

Arrastre de personas con cuerdas

Transcurrió la primera semana y al final me dio una gratificación de seis pesetas, mi primer sueldo, que significaba veinticuatro al mes. Inmediatamente llegué a mi casa y se las di a mi madre, y ella me dijo que me quedara con ellas. Seis pesetas, una fortuna, cuando lo que manejábamos eran perras gordas y chicas, 10 y 5 céntimos respectivamente de peseta. Mil novecientos cincuenta y nueve era un año, como los anteriores y posteriores, de una época que, si no fuera por la nostalgia de la infancia, tenía poco de que acordarse, y menos de lo que reírse. Federico Martín Bahamontes el “Águila de Toledo”, antes el “Lechuga”, había ganado el Tour de Francia y la Montaña. Y en Córdoba en la desaparecida Plaza de los Tejares actuaba el “Sansón del Siglo XX”.

Cuelgue de personas de la boca

Sebastian Llull levantando peso

Pues seis pesetas fue lo que me costó la entrada para ir a ver al forzudo, mi primer sueldo. Sebastian Llull, un mallorquín nacido en 1930 y fallecido 77 años después, en 2007. Tenía en 1959 veintinueve años. Arrastraba un camión con el pelo, Se colgaban unos hombres de una barra que sujetaba con los dientes, también tiraba de una furgoneta con ellos. Doblaba barras de hierro dándose golpes en los bíceps y en los muslos, levantaba 125 kilos con una mano, le rompían a golpes una piedra que se ponía en el pecho… etc. vamos un espectáculo. Invitaba a la gente a que hiciera lo mismo por dinero. Coger una barra de hierro con las dos manos, levantar la pierna y darse con ella en el muslo y doblarla.

Con tres personas encima

Cartel del Price

El chiste era una cola de aspirantes para el premio, y ninguno pudo, sólo quedaba un escuchimizado espectador, y la gente decía déjalo que lo intente. El enclenque con mucha diligencia cogió la barra con ambas manos, levantó la pierna y la dejó caer con toda su fuerza en su pierna, se oyó un chasquido seco y dijo: -¡Ya está! –¿Ya está qué? le preguntaron. –La pierna partida. contestó. Lo cierto es que con y sin chistes, la gente se distraía, con esas diversiones de circo. Que si la barras de hierro estaban recocidas para que fuesen más dúctiles, que si tal que si cual. Siempre tratando de sacarle púa al trompo. Lo cierto es que era un forzudo señor, gordo eso sí, nada de culturista. Creo que había actuado ya el año anterior. 

Arrastrando una furgoneta del pelo

En la última etapa de su vida

Luego surgió en el escenario del espectáculo una amiga a la que promociono, y que llamaban la "Mujer de Hierro", Linda Baker, como nombre artístico, y que la gente llamaba la "Sansona del Siglo XX". No se pueden contar los chistes, ni señalar con lo que los graciosos decían que partía los cocos, después de miccionar. Lo cierto es que era una señora de armas tomar, y hacía similares exhibiciones de fuerza que, si para un señor eran normales, para una señora eran una cosa muy especial. Una Córdoba de hace sesenta años, en los que la entrada a los Tejares costaba seis pesetas, o lo que  es lo mismo, 0,0359 de euro, y que a mí me costó mi primer sueldo semanal.

Fotos de Internet de autores desconocidos y de Ladis
Bibliografía de Internet

miércoles, 20 de febrero de 2019

LA CALLE DE SÁNCHEZ GUERRA

La calle de Sánchez Guerra 1922

Unas bonitas fotografías de la desaparecida calle Sánchez Guerra, de 1922, hacen reflexionar como cambia la ciudad sin apenas darnos cuenta. Esta calle estaba dedicada a un político cordobés, nacido en Córdoba el 28 de junio de 1859, que fue varias veces ministro y Presidente del Consejo de Ministros con Alfonso XIII, luego después de la dictadura del General Primo de Rivera, contra la que luchó, se declaraba monárquico pero no Alfonsino. Fue primero miembro del Partido Liberal y luego del Conservador. Como hemos dicho fue Ministro de Fomento y de la Guerra, Presidente del Consejo de Ministros, Diputado a Cortes y Presidente del Congreso de los Diputados. Era D. José Sánchez Guerra y murió en Madrid un 26 de enero de 1935.

La calle Sánchez Guerra de oeste a este 1922

La calle de Sánchez Guerra de este a oeste 1922

La calle según la fotografía, y el plano de 1900, iba desde la esquina del edificio de Telefónica (1925) en la esquina de Diego León -en una de la fotografías podemos ver la puerta del Colegio-, hasta la esquina de Málaga (perdón, Cruz Conde, por poco tiempo, en casa siempre la llamaban Málaga). Cuando fue derribado el Hotel Suizo, que ocupaba el centro de la plaza, la calle no tuvo razón de ser. Se remodeló esa acera, con el edificio citado y el hermoso de la Unión y El Fénix, modelo repetido por la compañía de seguros en varias de sus sedes por toda España. Fue un momento de grandes transformaciones de la ciudad, con bellos edificios, maravillas arquitectónicas que desgraciadamente nadie mira, pues nadie levanta la vista de la altura de los escaparates.

Plano de Casañal de 1884

Plano de 1900

Como podemos ver en el plano de Casañal de finales del XIX (1884), la calle Duque de Hornachuelos se llamaba Paraíso; Sevilla Leones, y la actual Málaga de Los Siete Rincones; Morillos Marqués de Boíl, y la Plata hoy Victoriano Rivera, desembocaba en la pequeña plaza de la Tendillas, junto con San Álvaro, Morería y Conde de Gondomar. Por el oriente, desde Mármol de Bañuelos, Diego León, que antes fue Asunción, buscaba la del Paraíso y la calle Nueva (Claudio Marcelo) aún no llegaba al centro de la ciudad. Sirva esta entrada para recordar un cordobés de importancia de la primera mitad del siglo XX y finales del XIX, y la transformación de la ciudad en uno de sus lugares emblemáticos, primero fue Tendillas, luego Cánovas del Castillo y, durante la inacabable dictadura fascista, José Antonio Primo de Rivera (no preguntaron a los ciudadanos como ahora para los cambios), y actualmente Tendillas.

Una vista actual de Google

Una vista de la Unión y el Fénix Español

Fotografías del autor, de Internet y Google
Bibliografía de Cordobapedia

martes, 19 de febrero de 2019

NADAR EN LA MIERDA

Maderas de Oriente, la colonia de mi madre

Allá por el 1968 -hace más de medio siglo- yo estaba “marcando el caqui”. Como era pernocta, es decir como dormía en mi casa, no en el cuartel, por la mañana debía entrar a la 7ª Compañía -una enorme nave dormitorio, que pinté con otro en un día porque a un desalmado se le antojó- para ponerme el traje de faena y quitarme el de "bonito". La compañía contenía el resto de los compañeros soldados hasta los doscientos cincuenta que tenía cada compañía; tres secciones de fusiles y una de armas de apoyo. Hay que ver como te graban a fuego estas tonterías logísticas. La 7ª Compañía del 2º Batallón, del Regimiento, es la hoy nave de segunda planta de la Biblioteca de Lepanto.

 Puerta principal de Lepanto

Puerta Falsa de Lepanto

Todos, como es lógico, no eran aseados, luego estaban los calcetines y botas, con su olor característico, ropa interior, que muchos verdaderamente usaban bastantes días sin cambiarla. Luego estaban los olores tipo lejía de los desahogos genitales nocturnos. En suma, que el olor a humanidad, mezcla de todos los perfumes, nada más traspasar las puertas de la enorme nave y eso que tenía grandes ventanales y altos techos, era denso y agobiante, y la mayoría de las veces incitaba a la nausea.

Patio de carruajes

Patio de caballerías

Pues bien, yo impregnaba la gorra por dentro con colonia, "Maderas de Oriente" de Myrurgia, que era la que usaba mi madre, y al entrar en la compañía, con ella me tapaba la cara, imitando una máscara antigás. Pasaba la nave y llegaba al fondo, una vez allí no había escapatoria tenías que quitarte la gorra y respirar ese ambiente denso y putrefacto. Y he aquí el milagro de la naturaleza, te quitabas la gorra y el olor era normal, te habías acostumbrado al mal olor, formabas parte del mal olor, ya eras mal olor también y como lo que es igual no es ventajoso, pues eso.

Polvorines de Lepanto de los que yo tomaba la temperatura

Si un partido político nada en la mierda, no la huele, forma parte de esa mierda y es incapaz de determinar dónde está la limpieza. Esto no es una disculpa, en absoluto, es la confirmación de un experimento científico. El que nada en la mierda, se siente como en su hábitat natural, no se da cuenta de los vapores que lo envuelven y se transforma, forma parte de ellos. Y los que votan a partidos políticos que nadan en la mierda, han entrado en la compañía y se han quitado la gorra.

Fotos de Internet una de todacoleccion.net