jueves, 10 de enero de 2019

ACTO SIMBÓLICO DE APERTURA DE FOSA DE CORDOBESES ASESINADOS POR LOS FASCISTAS EN LA CRIMINAL GUERRA CIVIL


Primer golpe de azadón, de lo que puede ser el punto de partida de la búsqueda de los restos de los ciudadanos cordobeses asesinados por los fascistas en la criminal guerra civil. Hoy que, nostálgicos de esos tiempos de crímenes impunes, tratan de reescribir la historia, parece que se vislumbra un hilo de esperanza en esa caja de Pandora que todos -unos más que otros-, hemos permitido que entreabran su tapa siniestramente. El acto, a pesar de estar enfocado a la reparación -algo es algo-, lo he visto más como un acto político fuera de tiempo. La pregunta que me he hecho ha sido: ¿Si llevamos cuatro décadas de democracia, muchos años de Ley de la Memoria Histórica del Estado (papel mojado), y otros tantos de la Andaluza, legislada a empujones al Gobierno de la Junta, por las fuerzas de izquierdas, por qué ahora, fuera de tiempo? Si hubo gobiernos progresistas con mayorías absolutas, por qué no se reparó el daño en su momento.


Más o menos, han venido a decirle a los familiares de los cordobeses asesinados por los fascistas en la criminal guerra civil: llevamos tiempo trabajando, pero no sabemos qué va a ocurrir ahora. Tanto nuestra Alcaldesa, como una Delegada de la Junta, en lamentable tiempo de descuento, posiblemente ambas con voluntad, han dicho que eso es lo que hay. Incluso se ha aclarado, en base a una pregunta de un familiar, que ni siquiera existe una base de datos del ADN de los familiares. Base de datos que debía estar hace tiempo confeccionada, porque la edad de muchos familiares directos no es normal que dé para muchos calendarios. Somos un país de improvisación continua y de eternos chapuces. Admito que las cosas no son fáciles, es verdad, pero lo son menos con poco interés en hacerlas, aun admitiendo las piedras en el camino. La verdad es que con los años que llevan estas personas reclamando un derecho inalienable y sobre todo de humanidad, ya se podía haber hecho algo más.


Hasta la apertura de algunas fosas, que encuentran solo dificultades en muchos ayuntamientos, en algunos lugares han sido pagadas por un sindicato de un país nórdico. Es una verdadera vergüenza para las instituciones españolas, algunas con servidores públicos de bandera enrollada al cuerpo y boca llena de la palabra patria. Las familias aguantando promesas y palabras vacías, y los huesos de sus familiares asesinados por los fascistas en la criminal guerra civil (hay que repetirlo hasta la saciedad, para contrarrestar la falsedad de los nuevos “historiadores”) dispersos en fosas y cunetas. La tibieza de esos que hablan de pasar página, seguro que es porque no tienen perdido a su padre, madre o hermanos, o a lo mejor porque la reparación pudiese destapar el robo y el expolio que también sufrieron los asesinados (mejor una redundancia que un sinónimo o eufemismo), y nos enteraríamos que la sangre de los asesinados por los fascistas en la criminal guerra civil, sirvió a su vez para regar el peculio de algunos.


Lo curioso de este asunto, es que muchas de estas “buenas personas y mejores católicos”, son de los que se golpean el pecho los domingos y fiestas de guardar. No es comprensible por tanto, que tengan tan poca humanidad y, a su vez, sean cómplices de esta crueldad. Pero trataré de ser positivo, menos da una piedra. Nos cabreamos por la actuación de quienes nos representan y al final decimos: esperemos que esta vez sea la definitiva. Nunca le retiramos del todo la confianza. La necesidad de que de una vez por todas, se resuelva este triste y negro episodio de nuestra reciente historia, es mayor que nuestro enfado. Es de justicia la reparación y que estas personas tengan a sus familiares, o lo que quede de ellos, en el lugar que decidan. Eso sería el verdadero pase de página del oscuro y sangriento libro de nuestra historia que nunca debió escribirse. 

Prensa

Fotos del autor.

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