Portada del libro
Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro, son las tres cosas fundamentales que el saber popular encomienda al hombre, y digo yo a la mujer también porque deberían ser premisas neutras, para el género humano. Tener un hijo es fundamental para la supervivencia de la especie (y de las pensiones), plantar un árbol esencial para la supervivencia del mundo, para hacerle frente a los problemas ecológicos, y escribir un libro para evitar construir armas, aunque un libro sea la mejor se ellas… contra la ignorancia, pues bien, Antonio Jesús, un fotografo investigador, por lo menos dos de las premisas las ha cumplido, y sobre todo la tercera, con creces, lo del árbol no lo sé. Es un investigador nato de su profesión.
Arriba el cuadro de las Cabezas de San Pedro y San Pablo, antiguo altar
Vista de la exposición
A los que hemos jugado y correteado por la Mezquita y la Catedral de niños, destapado trampillas; extasiado con los colorines en el suelo de las vidrieras en la antigua Santa María; cabreados con el sonido y polvareda del vareado de las colgaduras para el monumento, quitarles el polvo de un año para otro; entremetidos entre el toro, que después supimos era de San Lucas y que no reventó; el colmillo de elefante, que también acarreó columnas, pero que fue un regalo, y muchos etcéteras que permite nuestro principal monumento, y digo nuestro porque es y será siempre nuestro, del pueblo, y no puede ser de ninguna institución, porque es como querer privatizar la historia que siempre será pública.
Otra vista hacía el norte
Vista de la Exposición desde el sur
Todos esos, que somos muchos, aunque el inexorable paso del tiempo nos va dejando en minoría, sentimos un algo especial cuando un nuevo libro ve la luz y sobre todo que verse sobre la Mezquita. Y si a ello, de esa minoría, ya que estamos algunos que nos llama la atención la fotografía, y más aún, la ciencia y la investigación, se nos ofrece un libro sobre fotografías de la Mezquita, pioneras algunas, inéditas otras, que además se llama El Laberinto de Columnas, el gozo es casi pleno. Para los niños de los pasados malos tiempos de los cuarenta y cincuenta del siglo XX, aún más.
Obra de la portada
Panel de la fotografía estereoscópica
Ninguno teníamos máquina fotográfica, ni pensábamos en eso (bueno yo era un afortunado, mi padre tenía una Kodak de box), cuando jugábamos a las bolas o al trompo en el Patio de los Naranjos, o nos revolcábamos en la arena, en el lugar dónde ahora hay polémica celosía, o caprichosa apertura de puerta, que no la había entonces. Sólo una pared desnuda y un lugar que era el almacén de materiales para que unos modestos albañiles, como los del mensaje en la botella en el tejado, con las mismas aspiraciones de cambio que ellos y que algunos tenemos todavía, en el noble ejercicio de querer un mundo mejor, con unos principios más justos para los que menos tienen.
Panel del Colodión húmedo
Desde la torre, 1863, Ernest Lamy
Esos niños, hoy señores respetables y señoras -para adaptarme al lenguaje actual de género destacado-, verán con sus ojos todavía infantiles de añoranzas, este libro como cuando mirábamos en la metálica caja de carne de membrillo de la abuela sus fotografías, que lamentamos no haber guardado a buen recaudo. Era la caja nuestra máquina del tiempo, junto con la memoria, que reactiva Antonio Jesús en su libro. Además esta maravillosa obra, que el Foro Osio, con buena vista, ha publicado, en su despegue hacia la cultura, nos permite conocer técnicas, fechas y autores, que eran polvo como el de las colgaduras del monumento, que Antonio Jesús “varea” con su sapiencia para que nos impregnemos de él.
La fotografía de la izquierda "Procesión de las Palmas calle Torrijos", circa 1875 (Autor desconocido) está tomada desde la casa de la familia Aparicio, propietarios de la finca La Palomera.
Puerta del Perdón, con las antiguas columnas y Patio de los Naranjos y torre
De casualidad me lo encontré la mañana anterior a la inauguración, cuando yo curioseaba entre las columnas buscando un altar desaparecido. Somos amigos desde hace tiempo y es un lujo tener estos amigos. Los logaritmos de Facebook, impiden conocer ahora muchas cosas, salvo las que el sistema quiera, y no conocía la exposición, por ello Antonio Jesús me hizo la invitación oral. Fiel a mis manías de estar con tiempo en los sitios, al día siguiente estuve media hora antes y allí estaba el autor, solo, con guantes blancos limpiando el polvo, que aún no le había dado tiempo a tener sus obras y puliendo los cristales protectores.
El parlamento del Deán
El parlamento del autor
Le pedí permiso para saltar el cordón y hacer fotos mientras el limpiaba y cuadraba los cuadros, cuando no hay gente, que es cuando se pueden disfrutar las exposiciones. Las hice una a una. Luego cuando la vorágine de público y posados políticos llegó, la satisfacción del cielo y el pesar del infierno, el alegrarte de ver caras queridas y el no alegrarte de ver a otras que lo son menos, o nada. Hipocresía, sinceridad, amigos, menos amigos, admirados y menos admirados, así son las bullas, y las inauguraciones a las que habitualmente no me gusta ir, y eso que no había copa. Reparto de libros, que merecen la pena estar en lugar preeminente y fácil porque lo son de consulta.
El mecenazgo y el arte
Entrevista al autor por la TVE andaluza
Un vulgar acaparador de instantes y a su izquierda un buen periodista (Foto AV)
Palabras leídas del Deán. Palabras sinceras del autor, con agradecimientos previos. Concejales en el acto sólo de la derecha de esta ciudad, no había representación del gobierno municipal. De la izquierda y la pseudo, ninguno, como unos ojos escrutadores de la noticia me apuntaron (¿Habrían sido invitados, no lo habrían sido, a saber?). De la Junta sí, pero la representación de la Junta es como de la casa, propuesta por el transfuguismo, como guiño a lo eclesial. Aplausos y mí huida con un buen amigo, aunque no me despedí de otros como hubiera querido. Felicidades fotógrafo investigador Antonio Jesús González por tu obra. Felicidades Foro Osio porque es una buena iniciativa.
Fotos del libro, del autor y una de AV
Bibliografía de la memoria del tiempo
Entrañable relato Paco, yo no me crié en la mezquita y mi primera cámara llegó bastante tarde, aún así disfruto con este tipo de actos en los que también me encuentro muchas caras amigas. Doble abrazo, de mi parte y de Carmen.
ResponderEliminarMuchas gracias Antonio y Carmen, llevas razón en tu comentario, teniendo en cuenta además que el libro es una obra muy interesante. Un fuerte abrazo para los dos.
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