Cartel de la visita
Domingo espléndido, sobre todo en las primeras horas de la mañana, luego densos nubarrones, afortunadamente al final del recorrido, dejaron caer un fuerte chaparrón. Eso sí frío, pero nos tienen tan asustados con tanta información que se olvida por los informadores que estamos en invierno. Cita en la Plaza Mayor, donde se ubica el Ayuntamiento. Allí estaba citado el personal que acudía de Hornachuelos y otras localidades, miembros de la Asociación Cultural Ibn Marwan. Frente lo que queda del castillo que no llegó posiblemente a serlo del todo y la muralla cuyos restos que rodean el Barrio de la Villa o Bajo. El torreón estaba en reparación. Está datado de finales del siglo XII, vigila la Plaza y antes tenía adosado el Ayuntamiento, construcción barroca con balcones y portada que ahora creo que es el Juzgado.
Panorámica de la Villa o barrio Bajo
Subida a la Villa, juzgado y torre
Foto del grupo, todavía faltaban (foto Óscar Morales)
Delante del Ayuntamiento actual y la fuente de dos caños de la Plaza Mayor, frente a lo que fue la Posada y una hermosa casa forrada de hiedra, que cruza la calle Agustín Palma, seguro que para colonizar otra vivienda. Nos recibió Carmen Jiménez Perdigón, la Técnico de Turismo que nos iba a acompañar para la visita. Propuesta de espera de "cortesía" al resto del grupo, no fue mucha afortunadamente, presentaciones, y ruego de cambio del sentido de la ruta, que iba a empezar por el Museo, para hacerlo por la Iglesia de la Asunción que, por problemas de horario nos afectaría después. Y así lo hicimos.
Plaza Mayor y Ayuntamiento
Óscar Morales y Carmen Jiménez, la Técnico de Turismo
Cuesta y Arco de medio punto
Sin más la escalera y la puerta de recodo con un arco de herradura, que parece ser fue la entrada al recinto. Ahora está tapiado y acoge una cruz con una placa recuerdo de los caídos en la guerra civil, seguro que una solución intermedia, para no quitar la cruz y el recuerdo de siempre a los causantes. Cruz para todos, aunque no fuesen cristianos muchos de esos caídos, pero así es este país. Se sigue homenajeando y respetando a los culpables de tanto dolor y muerte, que además le niegan el pan y la sal a las familias de los que aún están tirados en las cunetas. No ha habido bastantes años con cuarenta de dictadura fascista y otros cuarenta de "democracia". En fin.
Primitiva entrada a la Villa
Primera parada ante la muralla
Detalle de la muralla con los palomares tapados
Explicación del paño de muralla a continuación de la puerta citada, problemas en la misma con palomares de antaño, hoy tapiados, las palomas son un verdadero problema. Seguimos adelante, a la derecha una primera Ermita, la de la Concepción, que lo fue en el s. XVI. En 1927 debido a su ruina, la vende el obispo Pérez Muñoz, incluida la casa del santero. Fue después casa de labor y luego la adquiere el párroco Pablo Moyano, con el ánimo de abrirla, evidentemente con la ayuda siempre del pueblo llano y las instituciones, y poner en ella un museo de arte religioso. Ignoro si está ya en funcionamiento pues de eso no se nos dijo nada.
Puerta lateral de la Iglesia
Doble portada y nave central
Otra vista de la nave central
En el número 1 de la calle Iglesia, historia local de pasadizos secretos que tanto llaman la atención de la personas, lo oculto y misterioso siempre tiene tirón. Frente en el tacón entre la calle citada y la Concepción un centro de adultos y biblioteca, mejor. Plaza de la Iglesia, si miramos al sur vemos el cerro del Mazarro, de clara pinta ibera, si se excavara en su cima a lo mejor salían vestigios. Ahora la Iglesia de la Asunción, recuperada también de la ruina y recuperada, con las mismas ayudas citadas antes. Iglesia de estilo renacentista, del siglo XVI, de unas enormes dimensiones para el lugar, reconociendo evidentemente la riqueza de las familias del entorno.
Cúpula
Campana y Torre
Su magnificencia, posición geográfica, que permite verla desde muchos lugares, hacía que los santaellanos sacaran pecho enarbolando el dicho popular: "A capilla, campiña y campana, nadie nos gana". Basado en esa grandeza arquitectónica, a la riqueza de su territorio y a que la campana dicen se oía a veces hasta en Córdoba. Como estamos en una respetable manifestación de patria chica, pues eso. Es verdad que el nivel de ruido era mínimo en esos tiempos, pero estamos hablando de 37 km. en línea recta. Leyendas o no aparte, hay que manifestar que siempre vienen bien para la identidad de los pueblos. Si admitimos otras oficiales y semioficiales, porque no las populares.
Vista desde la calle Osario
Puerta de la Nave del Evangelio
Muralla del Adarve
Siempre me he preguntado el porqué de la necesidad de hacer grandes catedrales por los obispos de turno, dejando claro está, su escudo (firma) para que se les conozca como los evergetas del momento. Es cierto que la mano de obra sería semiesclava, más o menos como ahora, pero son obras enormes, largas y muy costosas. Bueno, no es pecado sólo de obispos, hoy en día podemos ver megaobras en ciudades, muchas no realizadas, con grandes cantidades pagadas a los proyectistas. Por citar una que me afecta El Palacio del Sur, del que nadie ha respondido por haber tirado ese dinero a la basura. Curioso a los malos gestores los ascienden. Y por qué no, otra de la que se está hablando ahora bastante, que también costó lo suyo. Sin olvidarme de algunas parecidas, Escorial, etc. Será una cuestión genética de los humanos.
Calle Antonio Palma - Portada del Museo
Patio de la Casa de las Columnas, Museo
No me extenderé en el recorrido interior de la Iglesia, primero porque he de manifestar que considero que, para mí exclusivamente ya que sólo hablo en mi nombre, no me interesa el tema religioso, sí, por otro lado, lo que tenga de histórico, arquitectónico, etc. pero no la cuestión de la historia del manto tal o cual, de aquella o esta imagen, de quien pagó la capilla o las salidas procesionales de otras. No quiero con esto en ningún momento "atentar a los sentimientos religiosos" -como se enarbola ahora con notable frecuencia- de aquellos que lo sientan fervorosamente, ni mucho menos, trato sólo de defenderme personalmente de tan abrumadora, para mí, reitero, influencia de una religión determinada en la vida. Sé que es imposible, pero por lo menos yo trato particularmente de minimizarlo, respetando, eso sí a los demás como he dicho.
Llamativo collage de residuos
Prehistoria
Prehistoria
Reconozco que hay manifestaciones populares que las justifican, diciendo que eso son beneficios para el lugar. Para eso tengo mi propia teoría y dudo mucho que el pueblo llano se beneficie de nada. Como muestra, el callejero de la ciudad dedica en su texto turístico: 50 renglones a la Iglesia; 22 al Santuario de Ntra. Sra. del Valle; 9 a la Ermita de la Veracruz, y sólo 3 al Museo, son evidentes las diferencias. Volvemos al paseo y dejamos las reflexiones personales. Hay que significar la dualidad de portada de la entrada, parece que obligada, según una de las teorías, por haber cedido en tijera la fachada principal, a causa del terremoto de Lisboa de 1755, que tanto afectó a muchas localidades de la provincia y capital. Luego está la llamativa orientación SO-NE, lejos de la habitual cristiana O-E, mirando el rosetón del que carece, al oeste y el altar a Jerusalén. Habría que preguntarle a Los Hernán Ruiz I, II y III, pero va a ser casi imposible.
Campaniforme
Leona de Santaella
Si el templo es impresionante interiormente, lo es aún más desde el exterior. Una enorme mole sin contrafuertes, de planta de catedral, con la nave de la Epístola a la que está adosada otra y un pequeño claustro o patio acristalado, y la del Evangelio que contiene las capillas y la torre. La torre del gótico tardío, obra de otro Hernán Ruiz, el I. Un volumen de sillería de los muros exteriores que llama la atención por su grandiosidad. Obra que acabaron otros, que no eran ya Hernán Ruiz, como Juan de Ochoa y Blas de Masabell, o Juan Francisco Hidalgo posteriormente. De destacar en su lado oeste la bellísima puerta del Evangelio que se abre a la calle Osario que, como su nombre indica fue el cementerio de la Villa, hasta que la modernidad, de mano de los franceses -no podía ser de otra manera, sin embargo los echamos, los de 'viva las caenas'-, obligó a que los cementerios salieran, de los patios de las iglesias al exterior de las ciudades.
Otra vista de la Leona de Santaella
Arco espectacular (Foto C.Carnago)
Posible biberón
Parada en calle San Antonio para explicarnos más detalles de la Semana Santa y sus grupos -reuniones de fervorosos ciudadanos al estilo de los cuarteles de Puente Genil pero con su propia idiosincrasia-. Salida a la calle Nueva para bajar al cuidado y hermoso Paseo del Adarve, con los lienzos de muralla almohade y los destrozos en el mismo, cuando no se cuidaba el patrimonio. Un hermoso lugar con vistas al norte y noreste donde se ubican, cinco de las siete fuentes, que alimentan la ciudad. La de la Mina y su subsidiaria del Santo, donde se ubicaba el convento desaparecido. Arriba a la izquierda de estas, la del Cañuelo. A la derecha la de la Pita y la de la Lágrima, para pasar al lado opuesto de donde estamos y ubicar la del Pilón, y más al sur la de la Cañada del Jardín.
León con un hombre bajo sus zarpas
Vitrina Hispano musulmán
Rodezno de molino
Salida a la plaza Mayor por Médico Alijo, en la esquina la torre del castillo, forrada. Ahora cuesta de Antonio Palma y visita de la Casa de las Columnas. Para mí la joya de la corona de Santaella, antiguo cuartel de la Guardia Civil, que ha cambiado su uso por el de contendedor de la riqueza histórica del territorio, desde la noche de los tiempos, estimada ésta por 1500 años antes de nuestra era. Una casa del siglo XVIII, propiedad de los hermanos Alcaide y Lorite, es hoy, debidamente reformada y con notable gusto, un extraordinario Museo Histórico Municipal de Santaella. Nos recibe una especie de collage, que nos hace pensar, nos demuestra los residuos de la civilización en todos los periodos cercanos, desde el terciario a nuestros días, y la de nuestros días es la más agresiva para la Tierra.
Diversas máquinas
Bomba de aceite y cántaros
Un precioso patio con columnas y una fuente enmedio, con dos mosaicos romanos, enfrentados entre sí, permiten el acceso a las distintas salas de la planta baja. Como curiosidad los mosaicos son de Córdoba, uno de la calle Jesús María y otro del nuevo Ayuntamiento, ambos en depósito. Una de las Secciones del Museo es la de Arqueología, la más amplia. Está dividida en varias salas, la Primera dedicada a la Prehistoria, útiles de piedra, cerámica lisa, campaniforme y utensilios de la edad de los metales. La Segunda pueblos prerromanos, rituales funerarios y instrumentos domésticos y la preside la singular escultura "Leona de Santaella", esta sala es espectacular con el arco sostén de la techumbre.
Útiles domésticos de dormitorio
Tocadiscos portatil
La Tercera la preside una escultura íbero-romana que representa a un león. Una amplia muestra de culturas, romana, visigoda y musulmana. Vidrios, cerámica sigillata, adornos, etc. Ladrillos estampillados y cerámicos. En un patio, una serie de elementos romanos como una conducción de agua, pavimentos en espiga, y parte de las tejas de un tejado, en otro lado una reconstrucción de una tumba. Me llamó la atención lo que estiman es un biberón cerámico de la época, pigmentos cosméticos, etc. Todo ello aderezado de un claro y detallado tinte didáctico.
Mignon Aeg
Pizarras y pizarrines
Arriba está la Sección de Etnografía, sinceramente una preciosidad, Nos recibe con un rodezno de un molino y dentro un huso de prensa de viga. En ella podemos ver una variada colección de utensilios de labranza, un dormitorio con los útiles habituales de una casa media, jarro, jofaina, escupidera, incluso un andador de madera. El clásico baúl, maletas y los sufridos arcones. Una cocina completa de un cortijo. Una heladora, de una casa con más posibles. Máquinas de escribir; una Mignon Aeg que es una joya; la Lexicon 80, de Olivetti, útil mío de trabajo de muchos años. Un tocadiscos portátil de manivela y bocina. Las huchas del Monte de Piedad. Cámaras fotográficas. Una espingarda con bonitos grabados en la culata. Pizarras y pizarrines del colegio de muchos. La ropa de viaje del Pernales, famoso bandido.
Ropas del Pernales y Calle San Cristóbal
El cielo había dejado de ser azul y su color amenazaba agua, quizás granizo pues el aire era muy frío. Ahora nos dirigimos a la calle Amaya Castellano, para ver en la esquina de la preciosa calle San Cristóbal, la portada de la reformada Ermita del Santo Cristo, Bajamos al Arenal y llegamos a la escultura de bronce, realizada por el artista local, Paco Luque, que se llama "Maternidad", y representa a Santaella como madre y a sus hijos, y los puntos cardinales sentados, sus hijos los santaellanos de aquí y los que se tuvieron que ir fuera -en Cataluña hay una nutrida colonia-, cariñosamente el gracejo popular le llama "la gorda". Y empezó a llover lo que nos hizo volver por Corredera amparándonos en sus salientes, a la Plaza Mayor, para la despedida oficial.
"Maternidad" de Paco Luque
La visita salvo la dosis de catolicismo, reitero siempre exagerada para mí, pues he de reconocer que un gran porcentaje de personas del grupo se veían satisfechas con ella, arrojó un saldo muy positivo. Santaella es un pueblo muy bonito, limpio y acogedor, las cuatro horas aproximadamente que duró la visita mereció sin lugar a dudas la pena. La técnico que dirigió la visita, Carmen Jiménez Perdigón, se desvivió para hacernos llegar lo máximo posible del programa previsto, con una notable profesionalidad. Merece hacer otra visita y realizar la ruta de las fuentes que se supone llamativa. Y para finalizar, agradecer a la Asociación Ibn Marwan de Hornachuelos, en la persona de Óscar Morales, su deferencia por la invitación para acompañarlos.
Fotografías y vídeo del autor, C.Carnago y Óscar Morales
Bibliografía del callejero y folleto del Museo.
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