Medina y Corella, al fondo donde estaba el Hospital de la Convalecientes
La calle de la Convalecencia es la actual Medina y Corella. Comienza en la calle Manríquez y termina en la de Torrijos, o viceversa, la norma del comienzo es la boca más cercana al consistorio, pares a la derecha e impares a la izquierda, aunque no siempre así. El nombre de Convalecencia lo toma del Hospital de Convalecientes que estaba en las casas frontales de la plazuela que tiene el mismo nombre de la calle. Este hospital fue después Colegio del Ángel para los niños del Coro y luego se incorporó a la Casa de Expósitos, o Casa Cuna, u Hospital de San Jacinto, o Maternidad.
Aérea Medina y Corella
Catastro actual Medina y Corella
Como consecuencia de la escasez de camas en los muchos hospitales de la ciudad, eran hospitales de pocas camas y sus casi nulas posibilidades económicas, daban de alta a los enfermos cuando aún estaban convalecientes, eso significaba una natural recaída que cerraba un círculo vicioso. Volvían en peor estado al hospital y suponía un problema el poder recuperar a tanto convaleciente. Parece que el veinticuatro de Córdoba, Francisco de las Infantas y Aguayo, se identificó mucho con el problema y en su testamento, fechado en 23 de diciembre de 1616, fundó el hospital de Convalecientes San Francisco de Asís, así trataba de ayudar y ayudarse, porque en el fondo temían por su alma en el más allá.
Antigua número 4 de Torrijos
Actual número 4 de Torrijos
El patronato del Hospital quedó en manos del Cabildo Eclesiástico, como no podía ser de otra manera, pero fue en 1664, cuando Doña Leonor Galindo, la viuda de Francisco de las Infantas, activó la fundación, compró la casa y puso en marcha el Hospital de Convalecientes. Duró poco más de cien años el hospital en activo. Como todavía estaba pendiente el proyecto de creación de un colegio de Infantes de Coro, idea del Cardenal Salazar, a la que se renunció para la creación del Hospital de Agudos o del Cardenal, que aglutinara todos los hospitales distribuidos por la ciudad, cuando se declaró la gran epidemia, se creó allí el colegio del Santo Ángel de la Guarda para enseñar a cantar a catorce niños.
Casa número 6 de Torrijos
Casa número 1 de Medina y Corella o "del Monte"
Pocos años coincidieron el colegio de niños cantores y hospital. Los patronos adquirieron terrenos al lado del Hospital del Cardenal y allí implantaron el Hospital de los Convalecientes. Pudiera ser el que después conocimos como el Hospital de Incurables de San Pedro Alcántara, o de Dementes en algunos textos. Es el único establecimiento médico cerca del Hospital del Cardenal o de Agudos. El colegio de los niños cantores del Coro, se cerró con la dominación francesa. Luego se abrió nuevamente en mayo de 1825 y duró nuevamente hasta mayo de 1848, año en el que el edificio se transformó en casa de vecinos. La junta provincial de Beneficencia la compró para ampliar la Casa de Expósitos.
Casa número 4 de Medina y Corella (de vecinos)
Puerta de Maternidad hoy Filmoteca
Hasta aquí es un poco lo que refleja D. Teodomiro Ramírez de Arellano -evidentemente él de una forma más académica y literaria-, en el Paseo del Barrio de la Catedral, de su libro Paseos por Córdoba. Luego está lo que ocurría en esa calle en el siglo XX y su segunda mitad, sobre todo en mi percepción personal, que es la que empleo, como espectador privilegiado. Ya no se llamaba de la Convalecencia, le habían cambiado el nombre hacía un tiempo por el del fundador del Monte de la "Impiedad"(1), el Sr. Medina y Corella. José Medina y Corella nombra en su testamento a su hermano Manuel, el Conde de Zamora de Riofrío heredero universal, con el encargo de fundar una Obra Pía con un legado de 300.000 reales, a la muerte de Manuel. Entidad que gestionaría el Cabildo. Como curiosidad, también hereda el Conde de Zamora, la finca El Caño de Escarabita, de 319 fanegas.
Antigua número 6 de Medina y Corella
En la azotea de Medina y Corella 4, mi padre, yo y una vecina
El Monte se crea en 1864 y en 1995 se llamó Cajasur, creo recordar que su primer director
(1948-1977), fue José María Padilla, un Deán del Cabildo. Después conocemos el incumplimiento de algunos pecados capitales en la etapa Castillejo
(1977-2006) (soberbia, avaricia, ira, no sé si lujuria y por descontada la gula) y por culpa de segundo citado, al final se dilapidó la institución y en 2010 lo compró Kuxabank. El comentar esto es para documentar el nombre actual. Dos grandes casas ocupaban ambas aceras entrando por Torrijos, el nº 4 y 6. A la izquierda el 6, que fue propiedad de
Duncan Shaw el magnate del plomo y después de la de la familia Baquerizo que, en 1914 estaba encabezada por Manuel Baquerizo Barranco, (abogado) de ahí el apellido de
D. Enrique Barranco Luna, citado en otras entradas, el hombre que era un
"acumulador eléctrico". Los Baquerizo eran los propietarios de la incompleta manzana, desde Torrijos, 6 hasta el nº 4, de la calle Medina y Corella y creo habría de sumarse también,
la casa que construyó Azorín, la 8 de Torrijos.
El niño yo y el soldado que lo tiene en sus rodilla Javier Baquerizo
Fachada donde estaba la cochera del número 4 de Torrijos
Luego uno de los Baquerizo, Ángel
-que creo que fue profesor de Filosofía-, se casó con la Señorita Margarita Poli y de ahí la estirpe que yo he conocido. Manolo, Luis, Ana María, Ángel, Fernando, Alfredo, Javier y Pepe, eran los vástagos. Yo trabajé en la joyería de Álvaro y en la foto estoy allá por el 1950, con la gorra de soldado de Javier, en la patrona de Intendencia, él hacía allí la
"mili". En la otra acera, con entrada por Torrijos 4, del matrimonio Isidro Barbudo Sanz y Carmen Sanz Losada y su hija Concepción, a principios del XX. Tenían dos sirvientes y cochero. A mediados del siglo XX la llamaban la
"casa de la Loba", por una hermosa perra de esa raza, y también tenía una bella escalera de mármol blanco, a lo mejor de la
cantera de Alto Paso. Ahora era propiedad de la familia Moreno-Ardanuy, José y María. Tenían tres criadas y una costurera. La cochera tenía entrada por la plazuela de Medina y Corella y veíamos el enorme coche por las rendijas de la puerta.
Medina y Corella desde Manríquez
Medina y Corella desde plazuela a Manríquez
Esta casa, poco después, la compró la familia Adarve, uniéndolas con otras de la Judería y el número 2 de Torrijos, ya en el boom del turismo. Tiendas de recuerdos y hostelería. La de los Baquerizos un primo de los Adarve
(el del asesinato pasional a su guapa esposa), para montar el Mesón del Conde, hoy otro establecimiento de restauración, El Bandolero. En la esquina este de la plazuela, Medina y Corella, nº 8, vivió Ángel Baquerizo, un destacado pintor de cuadros, el
del grafitero de su pared . En la pared de esa casa está el
azulejo del Conde de Cabra. El citado dos párrafos atrás, D. Enrique Barranco
(anteriormente citado era tío de los Baquerizos), vivía con sus hermanas Emilia y Julia, en la casa nº 6 de la plazuela, mi madre decía que la blancura de la piel de estas señoras, era porque no bebían nada más que leche
(las cosas que nos contaban, a lo mejor si hubiera sido sonrosada la piel era porque comían mucho tomate). La casa número 4, era una enorme casa de vecinos, en la que viví con mi familia como tres años. Luego de mayor, si puede llamársele mayor a once años, trabajé en un taller de platería en esa casa, el de Carlos Onieva, el hijo de la Pepa. Son muy curiosas las denominaciones de las familias, siempre una referencia al familiar más conocido.
Medina y Corella desde Torrijos
Medina y Corella desde plazuela a Torrijos
La casa del al lado era la Puerta de Maternidad o Casa Cuna, esta sostenía un gran trasiego de personas en las horas habituales, de visitas, consultas y altas. Hoy es la Filmoteca. Una fuente de la época del embellecimiento turístico de la ciudad, adorna la plazuela. La otra gran casa era la del Monte, el número 1 de la calle, albergó debajo las oficinas de la entidad, entrada por Manríquez y vecinos por Medina y Corella. Hoy establecimientos comerciales turísticos, de hostelería y vecinos. Allí vivió R. Brito, un buen amigo y colega de la radio y Carmen una compañera de trabajo. Nunca he entrado en ella. Frente había una casita pequeña en la curva de la calle en la que vivían unas hermanas muy peculiares, una de ellas era "correora".
Fuente de plazuela de Medina y Corella
Puerta antiguo Hospital de San Pedro Alcántara
Luego en la esquina más tiendas. Hay mucho más en esa calle, muchas familias, con innumerables historias, a lo largo del periodo en el que la calle era humana, entendiendo la humanidad por la presencia de familias y niños, sobre todo. La número 4 era inmensa, con un callejón de entrada, en ángulo recto, como recordando la intimidad musulmana, que te llevaba al primer patio. Una maraña de cables y contadores de la luz, posiblemente alguno amañado, tapizaban la pared del oscuro callejón. A la izquierda en alto, tres wáteres de agujero en escalón, para toda la casa y eran más de sesenta o setenta los vecinos. Las pilas de lavar de piedra, también en alto, y el caño del agua del Cabildo que las alimentaba, siempre corriendo. Había que ver las peleas por ocuparlas, pero nunca llegaba la sangre al río.
Entrada de Maternidad por Torrijos
Altos casa número 1 de Medina y Corella
Primer patio, a la derecha Encarna Cano y su enorme prole. Paco su marido, municipal de la sección de bicicletas, tenía un apellido ilustre, Pérez de la Lastra y Villaseñor; la Valle del gallego, y, escaleras al frente las familias de: Pepa; Conchita; Paulina; los caseros; Esperancita... abajo Antón y Victoria, y Julia, Victoria y Antón, sus hijos, unos formidables gitanos. Otro patio, algún vecino más, Luisa y Paco Díaz Roncero, un artista, quizás el mejor cincelador que ha tenido esta ciudad. Y nosotros: José Muñoz, Dolores Carreras y yo, aún no había nacido mi hermana Loli. Quedan en los patios más vecinos: Fariñas, Borrego y alguno más. Y acabó la calle de la Convalecencia hoy Medina y Corella. Muchas historias para contar de sus gentes.
(1) Le subastaron la colcha de novia a mi madre por no renovar a tiempo la papelilla del empeño.
Fotos del autor
Bibliografía de Paseos por Córdoba de T. Ramírez de Arellano