domingo, 18 de febrero de 2018

LA CALLE ABRAZAMOZAS

Una vista aérea de la antigua calle Abrazamozas hoy Valdesleal

Tiene D. Teodomiro Ramírez de Arellano una obra que se llama "Romances Histórico-Artísticos tradicionales de Córdoba", que imprimió la Imp.y Pap. Catalana, de la calle Ayuntamiento 8, en 1902. Contiene 64 historias en verso, muy variadas, la mayoría de ellas como dice su autor, que no son "una serie de relaciones hijas de rigurosa investigación de archivos, ni es un producto exclusivo de mi fantasía.", y continúa diciendo sino: "ciencia del pueblo en asuntos históricos conservada por la tradición de padres á hijos y de generación en generación, no tal como ocurrieron los hechos, sino como la imaginación popular, el gran poeta pueblo, los ha ido vistiendo en una elaboración de años y aun de siglos."

Calle Abrazamozas de Zamora

Con esta aclaración previa nos sitúa en el mundo de la leyenda y de las tradiciones populares. En este caso concreto, traigo a colación una aderezada con la moralina del momento. Del desenlace de las historias, unas de perdón, otras de penitencia, con un cariz, como no podía ser de otra manera católico. En ella, la llamada la Calle Abrazamozas, sin a lo mejor proponérselo, retrata el abuso al que eran sometidas las mujeres, y poco ha cambiado el comportamiento de algunos "machos" españoles, y no tan españoles a la vista de las noticias internacionales sobre el asunto.

Abrazamozas de Olivares

Nos traslada al siglo XVI, nos presenta el macho abusador, y a su vez sin darse cuenta dice al referirse a esta tierra: "Ella de hermosas mugeres cuenta con las más hermosas, cautivando con sus ojos al que más libertad goza". Parece que en base a la hermosura deja caer que cautivaban al abusador. Un flamenco que acosa a una mujer y que luego se da cuenta que la "justicia divina" le juzga, por lo que al final decide entrar en un convento. La calle donde desarrolla los hechos es la actual Valdesleal. Pero para no hacernos muy exclusivos, decir que en bastantes poblaciones hay por lo menos una calle que se llama lo mismo.

Nuestra antigua calle Abrazamozas hoy Valdesleal

CALLE DE ABRAZAMOZAS

"Si pueblos hay en el mundo que Conserven en su historia hechos raros y curiosos que dejan la mente absorta, sin duda será el primero antigua ciudad de Córdoba, ella cuenta entre sus hijos quien con su valor asombra, quien en virtud fue modelo, quien á las artes dio gloria. 

Ella de hermosas mugeres cuenta con las más hermosas, cautivando con sus ojos al que más libertad goza. Si buscas, lector, placeres aquí Dios los atesora; los arroyos son cristales que se rizan en las rocas, la brisa es más apacible, las aves son más canoras y si flores apeteces hallarás bosques de rosas. Mas no falta por desgracia quien rebaje tanta pompa con desordenados vicios que al fin labran su deshonra. 

El "demonio"

En el siglo diez y seis, según populares crónicas, hubo en Córdoba un mancebo de muy gallarda persona, que toda la noche andaba siempre en jaranas y bromas, sin que hubiese una mujer á quien no cantase trovas, fingiendo luego favores que á manchar iban su honra. Sin un conocido oficio disfrutó su vida toda, manteniéndolo el pillaje y vistiéndose de gorra: rasgueaba la vihuela con una gracia pasmosa, y bailaba el angelito más ligero que una trompa, Requebraba á las mujeres con libertad enfadosa, hasta conseguir que el vulgo le llamase Abrazamozas. 

Una noche que salía de bailar en una boda, al llegar al oratorio que San Felipe le nombran y hoy es cuartel medio hundido donde se alberga la tropa. vio una mujer que corría hacia una calleja angosta. Agradándole el donaire con que ondulaba su ropa y anhelando ver si hallaba una aventura amorosa, haciendo el refrán que dice tras la caldera, la soga: rogóle que detuviese su paso, y con voces propias del más amoroso Adonis dijo su demanda en forma y sin tocar en las ramas quiso dejarlas sin hojas. 

Entrada de Valdesleal por Plaza Dr. Emilio Luque

Contestó, que respetase que era mujer é iba sola y que una horrible desgracia le hizo salir á tal hora. ¡Desgracia! pues gran consuelo podrá daros mi persona, porque sé bien, que esa es una obra de misericordia, y no he de dejaros ir, sin que el fuego de mi boca estampe un ósculo en esas mejillas como dos rosas. 

—Siento que estéis engañado... ved que soy fea...

—No importa, aunque el mismo diablo fuerais, hoy, sois para mí una diosa. 

—Si me dais vuestra palabra, porque á mi honor acomoda, de conservar el secreto, aunque el hacerlo me enoja os daré un abrazo; pero me habéis de dejar ir sola. 

—Convenido, dice el mozo: en brazos de ella se arroja, quitándole el rebocillo que verle el rostro le estorba, cuando una risa sarcástica aturdió la calle toda, Era Lucifer, que al punto que entre sus brazos lo toma, perdiendo de la mujer la figura candorosa, con unos cuernos muy largos y cinco varas de cola, estrechaba al libertino con fuerza tan espantosa, que le hubiese dado muerte si el nombre de Dios no invoca. 

—Jesús, dice arrepentido de su vida licenciosa, á cuya dulce palabra disipóse aquella sombra, dejándolo desmayado; mas cuando á su juicio torna viendo que ya despedía sus bellos rayos la aurora á San Francisco se fue y refiriendo su historia, tomó el hábito de lego con devoción asombrosa. 

Divulgóse lo ocurrido y aunque muchos de él se mofan, no faltó quien diese crédito á esta aventura pasmosa. Desde entonces todo el pueblo la conserva en su memoria, llamándole á aquella calle Calleja de Abrazamozas."

Fotos de GoolZoom e Internet
Bibliografía de la obra citada

2 comentarios :

harazem dijo...

Preciosa entrada, Paco. Como sabes, soy un maniático de la exigencia de la conservación de los antiguos azulejos en los que consta el antiguo nombre de las calles. Tal vez como consuelo ya que no vuelven, como decía la mariana de Menese, "las agüitas a sus cauces y las esquinas con sus nombres: ni reyes, ni roques, ni santos, ni frailes". Son pocos los originales del XIX que quedan. El azulejo de Abrazamozas, de principios del XIX, que se conservaba bajo la rotulación de finales de ese mismo siglo de Valdés Leal, desapareció cuando tiraron la vieja casa que hacía esquina con la de San Felipe y la sustituyeron por un bloque de nueva factura. No se restituyó cuando acabó la obra. Nadie pareció echarla de menos y por eso probablemente nadie lo reclamó. ¿Le destruyeron? ¿O tal vez la trasladó el constructor al porche de su chalet en la sierra? Sea como sea, ojalá el responsable de ese latrocinio a toda la ciudad haya muerto comido por los dolores de sus almorranas.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias, nada que añadir admirado amigo. Nadie hecha eso de menos normalmente, salvo que existiera una asociación, como la que duerme el sueño de los justos en el cajón de su último presidente-"propietario", que podría haber sido ideal para estas cosas.

Me estoy acordando, es una cuestión de este siglo, que me dijo su creador Salvador Morera, sobre un mosaico, obra suya, que desapareció de una fachada municipal al hacer una reforma. Es posible que para alguno no tuviese valor, como la placa de la calle, pero es patrimonio de la ciudad y eso en sí es un valor a guardar. O los restos del monumento de Barroso que están tirados por algunos lugares, o la imagen de san Antonio del molino de Ídem. que parece está en una casa particular, etc. etc. etc.

Me uno a lo del deseo de las almorranas.

Un abrazo