Normalmente cuando salgo a dar un paseo nunca lo hago con destino prefijado, son muchos los destinos que me gustaría visitar y cada vez menor la capacidad física que me va quedando para ello. A lo mejor veo una localización en el plano, o en una fotografía aérea y lo dejo en cartera para cuando el "volunto" momentáneo me lleve allí. Por eso cuando algunos amigos me dicen; -Cuando salgas avísame. Como si yo pudiera acordarme o estar pendiente de ello. No obstante, he tenido casos de avisar a alguien y contestarme que está ocupado en ese momento. Evidentemente lo borro de las prioridades o compromisos. Por ello lo que digo es, tú llámame cualquier día, cuando estés libre y si coincide con una salida mía nos vemos.
Punto kilométrico donde empieza el sendero
Sendero
Explanada de la cantera
Señales en la foto aérea en la explanada que no había
Dicha esta tontería aclaratoria solo para mí, que no viene al caso, sí para manifestar la provisionalidad de mis destinos. Decir que el viernes, acabé tarde (tarde son las diez de la mañana) después de llevar a mi hijo a la rehabilitación, y comprar en el supermercado. Al llegar a casa me cambié de ropa y zapatos, cogí el coche y fui a visitar una zona minera -en el mapa- de la estribaciones de Torreárboles. Sobre la marcha, para evitar transitar el menor tiempo posible por la N-432A, y hacerlo por caminos o senderos, decidí aparcar en Villa Enriqueta, subir por el sendero de la Cañada real Soriana, ahora también Camino Mozárabe, por encima del Túnel de la Mocha o de los Piñoneros, luego bajar unos metros -112 escasos-, por la carretera, para acceder al sendero en el punto kilométrico 256 de la N-432a.
La charca
El sendero sigue
Escombrera
Después de subir por el bonito sendero 266 m. con un desnivel de 40 lo que me da un 15%, llego a la explanada que buscaba. Un llano de unos 630 m2, de escarpadas paredes de cantera, de 20 m. de altura, pero en esa explanada no estaban las señales que en dos fotografías aéreas vi. Unos círculos llamativos, puede ser un efecto óptico, o que en el momento de la foto del vuelo estaban y después no. En su parte suroeste existe una charca con agua, de unos 70 m2. posiblemente procedente de las lluvias cercanas. No vi ningún pozo o boca de mina, por lo que tengo que deducir que fue cantera, posiblemente de piedra para la reparación de la carretera.
Trinchera
Boca del pozo
Hacia arriba con un 28% aprox.
Pasada la charca, sigue el sendero hacia arriba que a 60 m. se bifurca; el de la izquierda baja 700 m. cruzando el cauce del arroyo El Helechar, a la explanada de la carretera frente a lo que fue la Venta de Torreárboles, donde estuvieron los nostálgicos coleccionistas que ahora están en el Frenazo; el de la derecha sube 123 m. a una escombrera y una trinchera que me pareció una mina. El desnivel se hace grosero, es de un 20%, aunque de ahí a la ermita es ya insultante, sube al 28 %. Investigue la trinchera, con la natural precaución, sin llegar a asomarme a una boca que tiene. En ese momento pensé, esto lo tiene que conocer mi admirado amigo Fernando Penco, autor del libro "Historia de la minería en Córdoba", entre otros. Como no iba a conocerlo, me remitió a un artículo suyo.
Hacia abajo
Detrás de esos árboles la ermita, el punto blanco la virgen
Desde la ermita Torreárboles
En la Revista Digital de Patrimonio Minero Ibérico, "Hastial", en el número de 2011, págs.167 a 205, con el título Mons Marianus, están las minas que hay por los alrededores y ésta en exclusiva. Es una verdadera delicia leerlo y comparar con lo poco que has visto in situ, comprender como lo que me parece a mí, un absoluto lego, un cortafuegos, es una escombrera, de donde han sacado vestigios romanos y de otras civilizaciones anteriores. Cuando hable con Fernando hablamos de Bartolomé, "Barto Minero" en Facebook, un amigo común y vecino de mi barrio, luchador incansable, buena persona y enamorado de la minería, que de seguro conocerá bien todos estos entresijos cercanos. Después de leer un par de veces el artículo y volver a ver el terreno en las fotografías aéreas, descubres las múltiples explotaciones que existen en el lugar. Calvas que imaginas escombreras de distintas explotaciones. Habrá que dejarlas en cartera para más ocasiones, y si puede uno contra con el acompañamiento de estos expertos mejor.
Bosque de la ladera sureste
Casi arriba
El vértice geodésico
Como decía, el desnivel hasta la Ermita, que está en la cota 605, es de un 28%, como para hacerte pensar que la vuelta no la va a hacer uno por ahí, en evitación de un resbalón y la consabida caida. Llegue a la ermita, subí al mirador, que llaman de Media Andalucía y es verdad, hay casi 360º de visión. Miré abajo, de donde venía, y luego arriba, a Torreárboles, y me dije más o menos es la mitad del camino, por qué no subir, y decidí seguir el camino y hacerlo. El tiempo era bueno y los ánimos también. Volví a recorrer un camino con la cerca de Villa Alicia a la derecha, a pasar por el reino del labiérnago, que le ha quitado el protagonismo a la jara pringosa, coscoja y otros arbustos. Hay ocasiones que el labiérnago está en galería.
Al fondo Córdoba, a la derecha el valle del Pedroches
Las Huertas de Cabra en el valle del Pedroches
Villa Alicia y su laguna particular
Recordé la primera vez que subí a Torreárboles, fue en el 1959, y lo hicimos los compañeros del taller de Julio Galisteo, subimos campo a través, desde Cerro Muriano, por Villa Alicia, entonces no había tanta cerca prohibitiva como ahora. Luego han sido muchas las veces, durante un tiempo fue paseo habitual. Es una subida realmente cómoda y la sensación arriba es muy agradable. Cuando estaba bastante activo con la radioafición era un lugar de hacer muchos contactos con poca potencia. Hoy en día en la época de la telefonía móvil, cerca de la cima está lleno de servicios de distintas compañías. Recuerdo cuando subieron la casilla de comunicaciones de Protección Civil, con un helicóptero, fue de los primeros servicios que hubo allí.
El núcleo de la barriada
El antiguo CIR 4 hoy sede la Brigada
El antiguo CIR 5
Otra vez subimos con un Land Rover por el cortafuegos de Villa Alicia, fui con un amigo que llevaba el mantenimiento de un servicio de comunicaciones, y hubo un momento que me bajé del vehículo por miedo, se estaba poniendo casi vertical. Otro día muy temprano, casi amaneciendo, me di de cara con dos ciervos que estaban detrás de la cerca, nos asustamos los tres. Observé como la pileta tallada en la roca estaba llena de agua y la cerca levantada, no sé si para que los marranos pudieran pasar a beber allí y poder acecharlos. Luego la bajada. Al llegar al cruce con el camino a la ermita, bajé hasta el ventorrillo para continuar, más seguro por la Cañada Real Soriana, paralelo al arroyo del Fontanar. El mastín de la Venta de Las Mañagueñas se desgañitaba como siempre al pasar alguien por el camino.
Cañada Real Soriana
Pasado el túnel de la Mocha
Casilla del ferrocarril, restos
Luego cruzar la carretera, para bajar con la protección de la bionda y pasar por lo que en el paseo anterior se me asemejó a un glaciar rocoso. el gran jaral que ocupa todo el camino, la placa a la memoria de Vicente Mora Benavente, alma mater de la señalización del camino Mozárabe, que falleció joven, con 59 años (1942-2001), el bosque de ocho pinos siete en pie y uno talado, los dos raíles delante de la casilla del ferrocarril, eucaliptus, pita y feo toldo y nuevamente la N-432a, para, echándole valor hacer el recorrido por el arcén y aterrizar dos horas y tres minutos después en el punto de partida, Villa Enriqueta. Dice Wikiloc que estuve en movimiento una hora y cuarenta y cinco minutos, por lo que parado sólo dieciocho.
Fotos y vídeo del autor
Bibliografía artículo citado de Fernando Penco
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