Cuestezuela de Baena
Desde Ambrosio de Morales, después de pasar la actual fundación Gala, que fue convento del Corpus Christi, (antes de San Benito) en dirección a la plaza de Séneca, a la derecha nos encontramos la Calle Marqués del Villar. En el primer ángulo recto que hace esta calle, de los dos que tiene, con la puerta barroca, que procede del convento de las dominicas –antes franciscanas- de Santa Ana, de la calle Eulate, de Lucena. Dos columnas salomónicas con capitel corintio, alzadas sobre elevados plintos flanqueando el vano de medio punto con una hornacina en la que figura Santa Ana, que lo preside.
Portada barroca
En algunos documentos referidos a la autoría de la mencionada gestación, ésta se le atribuye a Leonardo Antonio de Castro Hurtado, con una gran influencia de Francisco Hurtado Izquierdo, otros la atribuyen totalmente al segundo. D. Teodomiro Ramírez de Arellano en sus Paseos por Córdoba cita, una calleja sin salida, pues topa en un muro interior de Santa Victoria arriba, y hoy en día está protegida u ocupada por una cancela, que se llamó Cuestezuela de Baena, por llamarse así un vecino que allí vivía, pero que después se la llamó igual que la principal, Marqués del Villar.
Cancela de la calle cerrada
Si vemos el plano del Catastro, observamos que todos los números pares de la calle están contenidos en esa calleja, o barrera como la llamaría D. Teodomiro, aunque las barreras tenían una función de protección entre casas. Esta calleja escalonada, tiene que salvar un notable desnivel, el mismo que tenía la escalinata del interior de la casa de los Páez, y que era la de subida al templo de Diana en la terraza de la actual Santa Victoria. Los números que contiene son los 2, 4, 6, y 8, cuatro parcelas distintas, según el Catastro.
La "cuidada" Cuestezuela de Baena
En casi todos los planos consultados: el de 1811, de los franceses; en el de 1851, en el de Casañal de 1884, en el de 1900 y posteriores, figura como una calleja sin salida, como puede verse. Hace muchos años un responsable de la Gerencia de Urbanismo me comentó que uno de los propietarios había cerrado la calleja a su antojo y que incluso el ayuntamiento había pleiteado con el hecho, sin embargo no sé qué pasa en la actualidad con esa supuesta usurpación, que no es sólo de los caminos rurales sino también de calles de la ciudad, y que parece quedan en la impunidad.
Plano de 1811 de los franceses
En Paseos por Córdoba dice D. Teodomiro:
"Desde la ya referida plazuela hasta la calle de Ambrosio de Morales, hay otra toda embaldosada formando dos ángulos y teniendo otra sin salida, que a excepción de un poco de tiempo que se llamó Cuestezuela de Baena, apellido de uno de sus vecinos, ha llevado el mismo nombre que la principal, conocida hoy por callejas del Marqués del Villar; cuando se fundó el convento del Corpus, dio la gente en decirlas callejas de Corpus Christe [sic], perdiendo el título de San Benito, por una ermita que hubo en el mismo lugar, y de la que a su tiempo hablaremos:"
Plano de 1851
Ya vemos como en el interesante libro de Ramírez de Arellano, Paseos por Córdoba, escrito a finales del siglo XIX, cita la calle que nos ocupa y que ahora está cerrada a cal y canto con una cancela y es un verdadero muladar de suciedad y maleza. Me imagino que si la casa de los Páez, actual sede del Museo Arqueológico, tuviera necesidad de abrir una puerta al final de la calleja, por un solar que es suyo, o incluso Santa Victoria, no tendrían más remedio que abrir la cancela para la servidumbre de paso.
Plano de Casañal de 1884
Plano de 1900
El nombre de la calle del Marqués del Villar:
Estamos en el 13 de abril de 1717. En la plazuela de Séneca, dónde vivieron los Marqueses de las Escalonias, vivió D. Juan Pérez de Saavedra, bastante rico, que era como la mayoría de los poderosos de ese tiempo, muy aficionado a los toros. Esa afición hacía que hubiera entre amigos y parientes bastantes trifulcas y discusiones, que parece que nunca llegaban al río. Sus amigos eran Gonzalo Manuel de León, Lope de Hoces y Córdoba, Fernando de Orive y otros.
Plano Catastral de la zona
En la fecha citada de 13 de abril, hubo toros en el Campo de la Merced. Allí surgió una fuerte discusión entre algunos toreros y unos esclavos negros, entre los que se encontraba uno de D. Juan Pérez, Marqués del Villar, que salió escaldado de la pelea. El Marqués salió en defensa de su criado negro y eso hizo que los otros señores intervinieran y la cosa aumentara de nivel, pues ya no fue una discusión de esclavos. No obstante parece ser que al final la cosa no pasó de ahí y se dieron la mano incluso al despedirse.
Vista aérea desde el sur de GoolZoom
Aquello parecía que estaba calmado. El Marqués se fue a la tertulia de un familiar que vivía en la casa de los Trevilla, hoy de los Páez. Parece que lo llamaron durante la tertulia, o que él se marchó. El caso es que se dirigió para ir a su casa de la Plaza de Séneca por las callejas del Corpus, y en una de sus revueltas, posiblemente en la de la Cuestezuela de Baena, lo estaban esperando tres individuos, que lo cosieron a estocadas. El Marqués quedo maltrecho y posiblemente herido de muerte. No obstante se volvió hacía el Horno del Cristo pidiendo socorro. lo escuchó una señora y pudo decir para donde huían los agresores.
Vista aérea desde el este de GoolZoom
D. Juan Pérez de Saavedra, intentó llegar a su casa como pudo y en la misma puerta cayó. Antes de morir dio los nombres de quienes le habían asaltado. La justicia detuvo a los agresores con notable diligencia. El Marqués del Villar fue enterrado con arreglo a su poder económico en la Iglesia de Santo Domingo de Silos dónde la familia tenía panteón. Cristóbal López Hidalgo letrado, defendió a los detenidos y los salvó. Como no hay nada nuevo bajo el sol, el poder y la nobleza tenía recursos suficientes para escapar de la acción de la justicia. En suma que nunca la justicia ha sido igual para todos y eso podemos verlo en la actualidad, se cambian magistrados, otros se ascienden, otros se trasladan. En suma, muchos presuntamente, están vinculados a los partidos que tienen que juzgar, que a su vez son los que los han elegido.
Calle Marqués del Villar
El consistorio, en memoria de este trágico acontecimiento, decidió poner a las callejas del Corpus Christi, callejas del Marqués del Villar. También colocaron un altar con un lienzo de un Nazareno con faroles, que desapareció en 1841, fecha por las que se quitaron la mayoría de altares que había por las calles cordobesas. Ya que su principal misión, además del tema devocional, que era secundario, era alumbrar calles que no tenían ninguna luz.
Calle Marqués del Villar
Y este es el relato de una calle con varios solares en su interior que, quién sea, presuntamente la ha anexionado a su peculio particular. También lo han hecho con el dominio hidráulico del arroyo de las Piedras desde el Molinillo Sansueña hasta el Cortijo del Naranjo, o ese mismo cauce al pasar la antigua Fábrica del Plomo, de Duncan Shaw. O la calle de servicios del polígono industrial de Pedroches, o los muchos caminos usurpados por los propietarios de las fincas, y me estoy acordando del Camino de los Lagares, uusurpado por el propietario de la finca de Piquín, que es flagrante, al unir su linde con la de Ntra. Sra. del Rosario (finca que tiene la casilla y bandera de Falange), y son muchos más.
Fotografías del autor y del Goolzoom
Bibliografía de Paseos Por Córdoba de T.Ramírez de Arellano