Aérea de la Cartoteca de Cataluña de 1965, abajo a la izda. la Cárcel, enmedio Cepansa y arriba Asland y una nave aislada al lado de la carretera, la fábrica de mica.
Corrían los primeros años de 1970, aproximadamente, hacen 47 años, yo era cobrador de autobús en la antigua Aucorsa, cuando era una empresa privada. El presidente del Consejo de Administración Martín Moreno, el Consejo, la burguesía cordobesa. Luego muchos años después conocí muy bien a otro Presidente del Consejo. Línea de Miraflores, con parada final en la Cárcel. En el verano lo que yo conocía del establecimiento penitenciario era el pasillo de la entrada. El autobús paraba en la puerta, y nosotros para apaciguar la sed entrábamos a beber agua de los botijos que se refrescaban con la corriente del lóbrego callejón de entrada.
Una ampliación de la esquina
Otras veces, como sobraba tiempo, íbamos a tomar café a un kiosquillo que había en la esquina de Cepansa (Compañía Española Productora de Algodón Nacional Sociedad Anónima), en la calle que venía del o iba al paso a nivel, o la del Economato de los trabajadores. Ese kiosco lo regentaba un Sr. y su esposa, que era bastante más joven que él. Ella era una mujer vistosa, agradable y no le pegaba estar detrás de un mostrador, con una clientela tan poco selecta. Yo era un mero espectador de los acontecimientos. Por la mañana, muchas veces casi abríamos el establecimiento, cuando aprovechábamos el tiempo libre, entre viaje y viaje, para desayunar.
Y detalle del kiosquillo adosado a la pared de Cepansa
El propietario venía de su casa, de la cercana ciudad, no sé el barrio concreto pero no sería muy lejano pues venía andando, de todas formas no es una referencia, pues casi todo el mundo iba y venía andando a los sitios, La motorización aún no había llegado a todo el mundo. Cuando estábamos allí me llamó la atención el comentario susurrado casi, de unos parroquianos -evitando ser oídos por el tabernero- al pasar un vecino de la barriada con una moto, dijeron -Cuando éste está aquí, el otro va y la cama aún la tiene caliente. Le pregunté al compañero, ellos estaban de titulares en las líneas y los cobradores éramos aves de paso, cada día en líneas distintas, por eso ellos frecuentadores de diario lo sabría. Me lo explicó.
Estado actual ahora Cepansa es el Colegio Concepción Arenal
Y comprendí. Era una historia de amor, una mujer joven, atractiva, unida a alguien mayor, que había conocido a un hombre más joven, posiblemente más "gracioso" que el que le había tocado en suerte a ella, sin entrar en más razonamientos que podía haberlos. Bastaba con una chispa y esta se había dado. Todavía era delito de adulterio, para ella la justicia no entraba en razones, era culpable por "infiel", por "adúltera". Menos mal, el problema aquí era más bien económico, en otras culturas la lapidaban, y claro al macho ni tocarlo. La justicia la hacían los hombres, aunque posiblemente una justicia justa hubiera declarado culpable al marido. Desde luego siempre según mi punto de vista.
La puerta actual de la antigua Cárcel ahora Centro Cívico
Otros días cuando ella regentaba en establecimiento, era curioso observar el comportamiento de los amantes que, como ya conocías el relato, se te presentaba todo meridianamente claro. Un roce disimulado de una mano al servir una bebida, una mirada furtiva, una sonrisa, incluso el significado de algunas palabras que se cruzaban. Todo el mundo sabía de la historia, menos el que se entera siempre el último, que normalmente es el marido. Claro que los demás lo conocían seguro porque el macho nuevo, ufano por el triunfo, se había ido de la lengua.
El callejón con el primer patio, donde estaban los botijos y el cuerpo de Guardia
Un día sucedió el desenlace, alguien le puso en antecedentes al afectado, y éste, una vez que abrió el establecimiento y vio pasar al rival con la motocicleta, cerró y volvió a su casa. Con gran parsimonia -eso por lo menos nos contaron- avisó a varias vecinas que entraran con él a su casa, y allí estaban los amantes, ajenos a todo, felices. Como se podrá comprender un escándalo, y como he dicho antes, la culpable la de siempre. Y lo era desde luego, por haberse casado con ese Sr. -siempre desde mi punto de vista-.
El callejón nuevamente visto hacia la plazuela
Luego ella se marchó a vivir a otro lugar, la ley estaba en su contra. Vi a la señora alguna que otra vez, después del desenlace, y nos saludamos, pues se puso a trabajar haciendo haciendas, que es como se llamaba limpiar en las casas. El romeo como estaba casado creo que volvió a su casa. No lo volví a ver más. Esta mañana al pasar por allí me acordé de la historia, volví a juzgar los hechos y el veredicto, el mismo de antaño, inocente para la señora y culpable para el marido. El otro en discordia no me importaba, porque la que verdaderamente sufrió los insultos de la hipocresía de la gente y a la que señalaron fue a ella. Ignoro si había hijos o no y como acabaron al final los protagonistas. Yo sólo hice una instantánea de un tiempo determinado, de una historia de amor que, seguro lo fue para ella. y de la que hace ya casi medio siglo.
Fotos del autor y aéreas de Cartoteca de Cataluña
Bibliografía de la memoria mermada del autor.