Una muy interesante exposición en el Teatro Cómico Principal, para los amantes del cine, en este caso bélico o alrededor de ese tema. En ella se ve la utilización del cine en la guerra que surgió del golpe de estado fascista. Los niños de ese tiempo, sin una mentalidad libre, les costaba discernir la verdad de la propaganda, luego la adolescencia y lecturas avanzadas, fuera del control, nos hizo encontrar a muchos su sitio. Pero no por eso dejan de ser unos títulos nostálgicos. En agosto está cerrado.
Texto de los folletos:
"El territorio español fue el primor escenario del enfrentamiento armado entre el fascismo y la democracia en el primer tercio del siglo XX, una circunstancia que concito un interés excepcional a nivel internacional. Fueron muchos los periodistas y reporteros que se trasladaron a España desde Europa y América para informar del día a día de las batallas.
Entre ellos, también se encontraban operadores de cámara que llevaron la práctica totalidad de la guerra gracias a los avances tecnológicos y a las nuevas cámaras cinematográficas mucho más ligeras. Se puede considerar que durante la Guerra Civil nació el reporterismo bélico audiovisual.
El cine como nuevo medio de masas, tanto desde el género documental como el de ficción, fue instrumentalizado desde el inicio de la guerra por republicanos y sublevados. Su fuerza como herramienta de comunicación y su impacto en la sociedad eran imprescindibles en la estrategia propagandística de ambos bandos.
Tras la victoria franquista, la dictadura reflejó la contienda de diversas maneras, evolucionando según las circunstancias del contexto histórica, pero siempre evocándola balo un prisma de admiración de alto contenido edificante. La llegada de la democracia permitirá una amplia pluralidad do miradas sobra el tema, Introduciendo por vez primera la perspectiva de los vencidos.
La Guerra Civil ha quedado fijada en celuloide a lo largo de los ochenta años que han pasado desde su comienzo. Testigo de excepción de la memoria colectiva de un país, esta exposición propone un viaje de cine a través del material gráfico de las películas que se acercaron directa o indirectamente a la guerra Civil desde 1936 hasta la actualidad.
EL CINE UN ARMA PARA LA GUERRA
La Guerra Civil tuvo un enorme impacto en la actividad cinematográfica. El cine se convirtió desde el inicio de la contienda en una herramienta de propaganda muy utilizada por los dos bandos enfrentados. Asimismo, la dimensión Internacional que adquirió el conflicto bélico Impulsó la llegada de periodistas, fotógrafos y equipos de filmación extranjeros que documentaron la guerra.
La producción cinematográfica en el bando republicano fue muy temprana tras la sublevación militar, auspiciada fundamentalmente por sindicatos, partidos políticos y organismos gubernamentales: al contrario que en la zona franquista donde quedó casi paralizada ya que apenas contaban con equipos cinematográficos. Más adelante, y gracias al apoyo de productoras privadas y extranjeras fueron adquiriendo un ritmo más constante en la realización de películas.
Durante la Guerra Civil la mayor parte de las películas realizadas en ambos bandos fueron documentales y noticiarios destinados a la propaganda. Sola una pequeña parte de la producción cinematográfica corresponde a obras de ficción cuyo fin último también era transmitir sus idearlos a la población.
Hubo películas de ficción, también con mensaje, como Aurora de esperanza o Barrios bajos; y coproducciones con la empresa alemana Hispano Filmproduktion, como Suspiros de España o Carmen la de Triana, que escenificaban el apoyo nazi al bando sublevado.
Hubo películas de ficción, también con mensaje, como Aurora de esperanza o Barrios bajos; y coproducciones con la empresa alemana Hispano Filmproduktion, como Suspiros de España o Carmen la de Triana, que escenificaban el apoyo nazi al bando sublevado.
LA PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA DURANTE EL FRANQUISMO
Una vez finalizada la Guerra Civil, la producción cinematográfica tardó en alcanzar el nivel de antes del inicio de la contienda. El régimen franquista fomentó dos modelos de cine a través de la censura y el control de las subvenciones. El primero era un cine de entretenimiento con el que distraer al público y hacerle olvidar las carencias y miserias de la posguerra. El segundo es un modelo de producciones cuya intención era aleccionar a los ciudadanos sobre los valores del Régimen, tratando el conflicto bélico desde el punto de vista de los vencedores para legitimar la sublevación militar.
Durante la dictadura muy pocas producciones centraron su mirada en los perdedores de aquella contienda, y sólo aparecieron tímidos acercamientos a partir de los años sesenta. Las autoridades franquistas, conocedoras de la influencia que las películas podían ejercer en la sociedad, establecieron un férreo control de las mismas con una doble finalidad: hacer del cine español un cine competitivo dentro del propio país y utilizarlo como un instrumento completamente dirigido. El Departamento Nacional de Cinematografía fue la Institución responsable de ejercer la censura desde el inicio de la Guerra Civil hasta el fin de la dictadura. El 1 de diciembre de 1977, en el primer gobierno de Adolfo Suárez, se suprimiría la censura de forma definitiva.
La Caza, El jardín de las Delicias o La prima Angélica, de Carlos Saura; El espíritu de la colmena, de Víctor Erice; y Pim Pam Pum ¡Fuego!, de Pedro Olea.
LA MEMORIA DE UN PAÍS EN LIBERTAD: LA LLEGADA DE LA TRANSICIÓN
Tras el fallecimiento del general Franco, España inicia el camino de transición política de la dictadura a la democracia. Entre la recuperación de libertades públicas se incluye el final de la censura, por lo que directores, guionistas y productores pueden abordar libremente en sus argumentos la guerra Civil y la dictadura desde diferentes planteamientos y perspectivas. Muchas de estas películas se apoyaron en guiones elaborados a partir de novelas escritas por autores que habían vivido la guerra, pero están dirigidas por cineastas nacidos después de la contienda armada.
Si bien al principio predominaron los documentales, las ficciones fueron ganando en número con los años, acercándose al conflicto desde una pluralidad de miradas. A veces la Guerra Civil aparece de forma protagonista, mientras que en muchas otras sirve como trasfondo de la trama o interviene como un "personaje" que condiciona la acción."
Títulos imprescindibles de este período son documentales como Canciones para después de una guerra, de Martín Patino; y Rocío, de Fernando Ruiz Vergara; y propuestas de ficción, como la andaluza Tierra de rastrojos, de Antonio Gonzalo; Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán Gómez; La vaquilla, de Luis G. Berlanga; ¡Ay Carmela!, de Carlos Saura; Tierra y libertad, de Ken Loach; y La niña de tus ojos, de Fernando Trueba, entre otras muchas."
Fotos del autor textos de los folletos.
Títulos imprescindibles de este período son documentales como Canciones para después de una guerra, de Martín Patino; y Rocío, de Fernando Ruiz Vergara; y propuestas de ficción, como la andaluza Tierra de rastrojos, de Antonio Gonzalo; Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán Gómez; La vaquilla, de Luis G. Berlanga; ¡Ay Carmela!, de Carlos Saura; Tierra y libertad, de Ken Loach; y La niña de tus ojos, de Fernando Trueba, entre otras muchas."
La
exposición puede visitarse de lunes a viernes laborables. Del 2 al 30 de junio:
de 10,30 a 13,30 y de 18,30 a 20,30 horas. Del 1
al 27 de julio: de 9,00 a 14,00 horas. Agosto
cerrado. Del 4
al 15 de septiembre: de 10,30 a 13,30 y de 18,30 a 20,30 horas.
Fotos del autor textos de los folletos.