Desde joven, mucho más
que ahora, bastante, he tenido una cercana relación con las campanas. Mi
infancia en el barrio de la Judería, Mezquita o Catedral como lo señalaba
Ramírez de Arellano, D. Teodomiro, estaba siempre ligada a ellas, como a toda la vecindad del barrio. Cuando se
salía a jugar al Patio de los Naranjos, ese que parece ahora, que no es público
-ah, y que no tenían celosías los huecos de su pared norte la Mezquita, eran burdos
muros, y los huecos llenos de materiales de construcción, tierra, cal y
ladrillos, donde jugábamos-, eran las campanas del reloj de la torre quienes
marcaban la retirada de cada uno a su casa, antes de que apareciera por el Postigo de la
Leche, o cualquier otra de las puertas, una madre cualquiera enarbolando una zapatilla.
Espadaña de la ermita de S. Pablo
Espadañas de la Ermita de S. Judas
Los tañidos (toque de instrumento
musical, de cuerda o percusión, especialmente campanas, con los sinónimos de
toque, redoble, repique o arrebato) de las campanas, según mi amigo de la infancia Manuel Soriano Muñoz, el hijo del que fue el último campanero de la torre, Manolo Soriano, tenían un código. Hay que reconocer que no había otros
instrumentos de comunicación o mensaje. Eran muy conocidas, como he mencionado
las del reloj: un toque de campana pequeña, los cuartos, dos, las medias, tres, menos
cuarto y cuatro la hora, para luego darla la campana mayor. En aquellos tiempo
estaba activo el reloj las veinticuatro horas, no se molestaba la gente por
ello, eran mucho menos delicados y además estaban acostumbrados.
Espadaña de la ermita de S. Juan
Espadaña de la ermita de Santiago el Mayor
Cuando doblaban a muerto,
era un toque de tristeza, melancólico, luego procedía ver el poderío económico con el número de capas que lo acompañaba. En periodos de silencio de la Semana
Santa era la matraca, una especie de carraca gigante la que sonaba, dando unos
martillos móviles sobre unos discos de hierro, Luego los repiques, volteando
los campaneros con una habilidad asombrosa las campanas, que, visto desde cerca, era hasta bastante peligroso. Recuerdo a Elena Muñoz, la mujer del campanero Manuel Soriano y sus hijos
hacerlo, como si estuviera allí aún. Todos unas buenas personas. Ahora las campanas son eléctricas y no hace falta
campanero, como en los faros, fareros. Otro oficio ancestral desaparecido.
Espadaña de la ermita de S. Pedro
Como vamos de campanas,
he recopilado un código de toques de un texto, que era el que se efectuaba en el Desierto de
Belén, Las Ermitas, para comunicarse sus habitantes entre sí, los ermitaños, aunque en el citado texto, de finales del siglo XVIII, lo ponen con hache, "hermitaños".
"Manual y Descripción del Inmemorial Desierto de los Hermitaños de la ciudad de Córdoba -1792".
Era la forma "telegráfica"
de darles, a los sufridos ermitaños, las instrucciones diarias de sus
obligaciones. Como podrá comprobarse no tenían espacios libres apenas en el día, salvo el
de las Ánimas hasta Maytines, 9 de la tarde hasta las 2 de la madrugada. Otro
de 6,00 h. a 10,30 para los quehaceres diarios, y otro algo inferior por la
siesta.
Espadaña de la ermita de S. Andrés (noviciado)
Debía, en el silencio de
esas noches de hace siglos, con el bajísimo nivel de ruido de la ciudad, oírse
en la misma el repiqueteo, incesante de las campanas de las Ermitas, a todas
horas, y la contestación del alerta está, al centinela alerta del campanero mayor. Si un día no respondía, ya
se ve dieciséis golpes con cuatro pausas
de a tres. Lo que sigue es el Decálogo o el Código de Comunicación en el
Desierto de Belén para los sufridos ermitaños.
"1.-A las dos de la madrugada se dan
cincuenta golpes continuados, y luego tres con pausa, para Maytines, Santo
Rosario y Oración.
2.-A las tres y media de la madrugada se darán dos
campanadas con pausa para echar el "Sub tuum praesidium."
3.-Tañido: A las cinco y media de la mañana se
tocan tres golpes, para las Ave Marías, continuados, con intervalo, y lugar de
rezarlas, y luego concluye con tres golpes acelerados para rezar Prima, y
Tercia.
4.- Tañido: Este es a las seis de la mañana con
treinta y tres golpes continuados, para que acudan los hermanos a Misa.
5.- Tañido: Es a las diez, y media con cincuenta
golpes continuados, y tres con pausa para rezar el Santo Rosario, Sexta, y
Nona, y el examen de conciencia.
6.-Tañido: A las doce del día son otras Ave Marías, como en el tañido tercero de las cinco y media de la mañana.
Espadaña de la ruinosa ermita de S. Matías
6.-Tañido: A las doce del día son otras Ave Marías, como en el tañido tercero de las cinco y media de la mañana.
7.-Tañido: A las dos de la tarde cincuenta
campanadas, y tres con pausa, que son para rezar, Vísperas, y Completas, y leer
después.
8.-Tañido: A las cinco de la tarde cincuenta
campanadas, y acabar con tres con pausa, que es señal de los exercicios, de
parte de Rosario, hora de oración, y disciplina, si es día de ella.
9.-Tañido: las otras Ave María, ú oración, que se
tocan, y rezan, como en el tañido tercero de las cinco y media de la mañana, y
siempre son estas a las seis y media de la tarde, como se dixo arriba.
10.- Tañido: A las nueve de la noche las Animas,
doce toques de a dos campanadas, y una pausa en cada toque, y acabar con cinco
repiqueteados.
Manuel Soriano y Elena Muñoz, los últimos campaneros de
la torre de la Mezquita Catedral
Paco Muñoz con Manuel Soriano (Hijo)
-Para llamar al Hermano Mayor dos campanadas.
-Siempre se tocan cincuenta campanadas en la
Iglesia, y no da las tres de pausa, es, para que acudan los Hermanos a la
Iglesia los días diez y nueve, como para la Vía-Sacra, &c. y por tanto no
repiten las campanas de los Hermanos.
-Se hace señal en la muerte del Señor Obispo dando
diez y seis golpes en quatro pausas de a quatro: y si fuere Hermano mayor tres
pausa de a quatro; y si fuere por algún Hermano quatro pausas de a tres.
-Para tocar a fuego, u otro cualquier infortunio,
repiqueteos sin concierto."
Repicando la pequeña donde estaba la matraca y abajo la de S. Rafael.
De izda a dcha. Smo. Sacramento, La Esquila, S. Rafael, la Gorda y S. Pedro
La Esquila, S. Rafael volteada (eléctricamente ahora) y la Gorda
Fotos del autor y familia Soriano-Muñoz
Bibliografía: "Manual y Descripción del inmemorial desierto de los Hermitaños de la ciudad de Córdoba 1792"
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