Una vista desde el suroeste, carretera N-432-a
El mismo día que subí al Montecillo, para ver el vértice geodésico, Torremorana y el Yacimiento Íbero, había estado antes en Alcaudete visitando el Castillo. Como ya he hablado del frío que ese día (22/03/17), es absurdo volver a mencionarlo. Alcaudete es la población jienense, junto con Castillo de Locubín y Alcalá la Real, que estaban en la ruta hacia Granada. Interminable la subida a Castillo de Locubín, a pesar de lo bonitas que estaban sus cerezas al lado de la carretera, o la de Alcalá la Real, y por las que ya no se pasa. Las tres tienen variantes que las dejan fuera de la ruta y acortan el recorrido.
Vuelo serie B 1956
Vuelo 1977
Plano de murallas
Centro de visitante y Oficina de Turismo
Desde el aire (la Oficina de Turismo aún no está)
Hace muchos años cuando andábamos implicados en el mundo de la radioafición, en el proyecto de crear una Federación Andaluza de Radio Club que se estaba gestando, una de las reuniones fue allí con los compañeros de la zona oriental. Coincidimos todos, en la belleza de las mujeres de ese entorno, y nosotros los cordobeses que siempre teníamos a gala la belleza de las cordobesas, tuvimos que aceptar que las chicas de allí no tenían nada que envidiarles en ese favor de la naturaleza. Eran y serán guapísimas, por lo menos las que vimos ese día. Claro ahora serán abuelas pues hará más de cuarenta años.
Oficina de Turismo
Reloj que se cita
Bestorre norte
Camino de subida
Rampa a la puerta principal
Pero la visita de hoy demuestra otro tipo de belleza, que es la patrimonial. En este caso la del majestuoso Castillo de Alcaudete. Desvío, por la antigua N-432-A, acceso por empinadas calles y llegada al Centro de Visitantes, moderno, que a su vez es la Oficina de Turismo, con una amplia exposición y un llamativo reloj en esqueleto, que dejaba ver su corazón incansable y su esfera aislada, que procederá posiblemente de alguna torre. Pagué la entrada de jubilado y esperé. Tuve que esperar a la hora prevista de la visita, 10,30 h. Me atendió Dulce, Licencia en Historia y guía. No obstante primero subí solo a la fortaleza, que se las trae, un 14%, para hacer las fotografías de las murallas exteriores, restos del alcázar árabe, y las modernas.
Plano de planta
Puerta norte, principal
Entrada al castillo
¿Munición medieval?
Pasillo entre murallas
La subida, desde el centro de visitantes a la puerta norte de la fortaleza, tiene una longitud de 300 m. luego el perímetro exterior del castillo anda por unos 326 m. Lo recorrí con detenimiento comprobando el estado de los distintos lienzos y torres, así como las murallas del antiguo Alcázar árabe asentado en la roca madre del cerro, que fue derruido para construir los monjes soldados de la Orden de Calatrava el castillo actual. Las vistas desde el paseo que configura el perímetro exterior son impresionantes, claro desde la Torre del Homenaje, ni que decir tiene.
Puerta principal y al lado el aljibe y Cuerpo de Guardia arriba
Aljibe pintado de almagra
Construcciones de apoyo
Escalera renacentista del palacio
A la hora prevista subió la guía que yo esperaba en la puerta principal, en el lienzo norte de la fortaleza. No había más visitantes a esa hora. Abrió la gran cancela y nos dispusimos a hacer un recorrido que estaba tasado en unas dos horas, pero que yo le rogué acortara en la medida de lo posible, para que me diese tiempo a hacer las siguientes visitas previstas antes de almorzar. eso sin desmerecer su detallada explicación, que obviará cuestiones, que yo documentaría después si lo considerase necesario. Amablemente accedió a hacer el recorrido con esas premisas. Nada más entrar me llamó la atención lo que parecían proyectiles de piedra debajo de una cornisa.
Bajada a las caballerizas
Caballerizas en uso como comedor
Horno
Puerta de la Traición
Aljibe con techo transparente
Entramos en primer lugar a la derecha de la puerta principal, en un aljibe de paredes pintadas de almagra, con un novedoso sistema de proyección en TV 3D, que permitía visualizar el monte donde está ubicado el castillo, y movernos en cualquier dirección y ángulo. Eso permitió conocer el emplazamiento y las distintas actuaciones a lo largo de la historia. Hay que irse hacia atrás en el tiempo, y buscar casi el principio de las cosas, que nos lleva casi siempre al pasado romano, aunque hay también asentamientos de otras civilizaciones anteriores.
Restos del palacio renacentista
Más habitaciones del palacio, suelo espigado
Sala Capitular
Acceso a más dependencias del palacio
Pozo del aljibe
En la época romana Alcaudete era la flavia Sosontigi del siglo I d.C, cuyos restos han sido encontrados en la expansión este de la ciudad. Sin embargo el emplazamiento de la fortaleza quizás los tuviera también por su ubicación estratégica, aunque parece que no han sido encontrados allí. Por otro lado en la época árabe, la población se asienta en las faldas del castillo. Hisn Al-Qabdaq -la ciudad de los manantiales-, de la Kora de Ilbira (Granada), es ahora la Alcaudete árabe, desde el siglo VIII. La primera fortificación de la que se tienen noticias, es de finales del siglo IX, durante el Emirato cordobés, y la rebelión de Omar Idn Hatsún.
Alimentación del aljibe
Patio y Sala Capitular
Pavimentación de salas del palacio
Patio con claustro
Zona oeste sin excavar
El emir Al-Mundir guerrea con la villa y no es hasta el reinado de Abderramán III, cuando la fortaleza es controlada adecuadamente. En el periodo del siglo XII los almohades ampliaron y fortificaron aún más el reducto emiral. Ya era Alcaudete una próspera medina al amparo de su castillo. A mediados de ese siglo Al-Idrisi, geógrafo similar al Estrabón romano, decía que Alcaudete era: "un fuerte considerable, construido al pie de una montaña que mira al Occidente, y donde hay un mercado muy frecuentado".
Mismo patio enladrillado
Bajos de la Torre del Homenaje
Atanor en la pared
Aljibe y alimentación con atanor
Siglo XIII, año 1246, es cuando tiene lugar el declive árabe y la primera conquista de la ciudad por el ejército de Fernando III, el cual le hace entrega del castillo a la Orden de Calatrava, dirigida entonces por el Maestre Don Fernando Ordóñez, que es quien construye la fortaleza sobre las ruinas del alcázar árabe. Son tiempos de fronteras inestables, la del reino nazarí de Granada último bastión de la presencia árabe en la península, que aún le quedan un par de siglos por aquí, se establece muy cerca de Alcaudete. Eso da motivos a frecuentes incursiones que moldearan la historia de esta ciudad en este periodo de la Edad Media baja.
"Pepe Calatravo"
Sala Capitular
Adarve o camino de ronda
Muhammed II al-Faqih, allá por el principio del siglo XIV, pone fin a la presencia de la Orden de Calatrava en estos entornos. Sin embargo otro avatar doce años más tarde, trae la definitiva conquista castellana. Don Pedro, hermano de Fernando IV, consigue en un cerco de tres meses hacer rendir la plaza. Dieciséis años más tarde 1328, Alfonso XI concede la villa al Fuero de Córdoba, los privilegios sociales y económicos, consiguen la repoblación, máxime considerando la proximidad de la frontera y los peligros que esto conllevaba.
Torre del Homenaje
Techo del aljibe
Palacio y Torre del Homenaje
La fortaleza la controla ahora como alcaide de la misma, la poderosa familia Fernández de Córdoba, y su rama de los Montemayor. Reinando Juan I de Trastámara, nombra a Alfonso Fernández de Córdoba y Montemayor, I Señor de Alcaudete, cuyo señorío es elevado a Condado en 1529 por Carlos I. Un año después construyen sobre el Castillo su palacio, cuyos restos ocupan la mayor parte del recinto. Después de la presencia del IV Conde Alcaudete, deja de ser vivienda de la familia el castillo y el palacio se abandona. Tuvo un periodo de utilización como hospital y en 1755, el famoso terremoto de Lisboa, lo daña considerablemente y a partir de ahí el abandono es definitivo.
Pasillo amurallado y adarve
Empedrado al oeste
Comederos del establo
En el siglo XIX, las desamortizaciones hacen que vendan los condes todas sus propiedades. Se declara bien Cultural en 1985. Hoy es propiedad del Ayuntamiento que, a su vez ha ido comprando las casas que estaban cercanas para poder disponer de esta inmensa fortaleza, que ha sido rehabilitada por la Escuela Taller. Ahora subimos por el pasillo foso entre las murallas hasta el lado este, donde se ubican unas construcciones de apoyo a los eventos que se realizan en el castillo. Al lado de una de ellas los restos de un horno.
Escalera de acceso a la Torre
Acceso a la Torre
A la derecha unas escaleras renacentistas nos recuerdan el palacio de los Fernández de Córdoba. A la izquierda una baranda entre dos edificaciones nos hace ver la puerta de la muralla exterior que, según Dulce, acabó siendo el vertedero de las cocinas del palacio. Ahora bajamos por el pasillo hasta las caballerizas, imponente edificación embovedada debajo del refectorio o Sala Capitular. A la derecha otro aljibe considerable que permite comprender su magnitud por estar dividido a la altura de unos tres metros de su fondo, por una plataforma transparente de metacrilato, que da un cierto repelús al pasar por encima.
Cuerpo de Guardia
Aljibe primitivo del Alcázar
La guía me explicó una serie de vicisitudes que estiman sufrió esa construcción, como la divisoria con un muro central y su uso como polvorín durante la dominación francesa, que al explotarlo a su marcha el ejército napoleónico, dejo restos muy considerables en sus paredes y suelo. Un pozo en el rincón oeste del aljibe permitía la extracción del agua almacenada en el mismo, así como la alimentación del agua de lluvia por medio de unos atanores que se ven mejor en la parte baja de la Torre del Homenaje, aljibe y almacén de comestibles.
Vista del palacio desde la Torre
Otra vista del patio desde la escalera de la Torre
De allí subimos a la Sala Capitular, donde muy formal está siempre sentado "Pepe", un calatravo inamovible, allí hablamos del emblema de la Orden y su estructura. La Sala Capitular o refectorio es de la misma magnitud de las caballerizas con un estrado, suelo y techo de madera. Un patio de empedrado de canto rodado con dibujo separa la sala de la Torre del Homenaje. Otro patio de azulejos y fuente central, con un pequeño claustro alrededor y habitaciones de suelo de ladrillo, amplían las dependencias del antiguo palacio renacentista hacia el suroeste del patio.
Panel de la Torre
Primera estancia de la Torre
El aljibe almacén debajo de la Torre del Homenaje, nos permite ver el sistema de atanores en la pared para alimentarlo. A media altura una plataforma con el almacén que permitiría soportar el asedio de la Fortaleza cuando sus habitantes se hubieran refugiado en el casi inaccesible torreón central. Sus medidas son 12,70 metros de ancho, 14,90 metros de largo y 20 metros de altura, con muros de más de tres metros de anchura.
Trampilla del atanor al aljibe
Primer piso de la Torre, puerta de la escalera
A este almacén se accedía por una trampilla desde el nivel superior, que permitía llegar al banco corrido adosado a los muros donde se almacenaban la vituallas. En el fondo se almacenaba agua de lluvia, que se recogía por medio de los atanores representados en la pared. Esta torre es el reducto más fuerte de la fortaleza y, con el almacén y aljibe o almacenamiento de agua en grandes tinajas, permitía una notable independencia o autonomía sin depender del exterior.
Cocina a la entrada del primer piso
Dependencias del Alcaide del Castillo
Ahora salimos y visitamos el Cuerpo de Guardia que está encima del aljibe a la derecha de la entrada principal. Es un espacio de audiovisuales e interpretación de la Orden de Calatrava. Volvemos por un empedrado al filo de la muralla norte. Los adarves o caminos de ronda son todos practicables. Luego el ovalado aljibe primitivo del alcázar árabe delante de la Torre, en su lado norte.
Balcón del Alcaide
En el piso primero de la Torre del Homenaje está la puerta de acceso, contaba con dos aspilleras en los lados opuestos a la puerta. Parece que el acceso primitivo se realizaba por una escalera contenida en una estructura cúbica, de la que sólo queda la cimentación y restos de un arco que sale de la pared de la torre. Actualmente, se sube por una escalera metálica adosada a la pared de la torre, cuyo comienzo está en el lado norte frente a la puerta principal.
Grieta producida por el terremoto, marca de cantero
Grieta del terremoto
La primera estancia nos presenta restos de una cocina campera, a la izquierda de la entrada. La estancia es una bóveda, y en el lado opuesto de la puerta, hay una escalera adosada a la pared con tres arcos de medio punto de ladrillo. En el rincón derecho de la escalera existen los restos de una antigua escalera de caracol, por la que se accedería al nivel superior. En el suelo está la entrada de la trampilla al piso inferior y la bajada de los atanores de conducción del agua.
Subida a la terraza
La habitación superior era la residencia del alcaide, tiene cuatro ventanas miradores, actualmente divididas por una pequeña columnita o parteluz. Ahora exhibe una representación de cómo sería en su momento. Un camastro, los ropajes de los monjes soldados y el armamento, y una mesa. Para subir a la terraza hay otra escale muy similar a la que usado para subir a la estancia del alcaide. Esta escalera está cubierta con una bóveda de cañón en la terraza. La terraza es del mismo tamaño que la planta. La guía me comento que fue un espectáculo trabajar sin antepecho a tanta altura.
Escalera de la terraza
Habitación del Alcaide desde arriba
Desde la terraza de la Torre del Homenaje las vistas son impresionantes, es el punto más alto de la ciudad. Al sur las Subbéticas, Priego y Alcalá la Real, Luque y Zuheros imaginados en la distancia. Inmediatamente al oeste el Cerro de los Rulos y un asentamiento íbero que allí hubo. La Sierra de la Caracolera nos impide ver Martos y su Peña. Más al este la espectacular Sierra de Ahillo con su pico cónico del mismo nombre de 1.452 m. (este lo vemos desde Córdoba) con el Morrón Borondo y el Morrón Largo hacia el sur del Ahillo, y con el Portillo del Vizcarmón entre los dos Morrones, los tres por los 1.000 m.. Delante el Cerro de la Fuensanta, algo más bajo 800. Más abajo el Cerro de la Celada y la extensión de la ciudad hacia el este. 360º de un hermoso horizonte.
Detalle de la escalera
El Ahillo, los Morrones y la ciudad desde la terraza
Nos bajamos por un ruta que nos llevó delante del portillo de escape o de la traición, y acabamos prácticamente encima de Santa María la Mayor. Ahora teníamos delante, a nuestra izquierda una gran cantidad de cuevas que según la guía habían estado habitadas durante mucho tiempo. Ahora están algunas cerradas con una cancela para evitar su uso. Vuelta al centro de visitantes y despedida a la profesional del turismo de Alcaudete, que se había esmerado en la explicación del mayor atractivo turístico de su ciudad. Carretera N-432-A y dirección Córdoba.
Fotos y vídeos del autor, GoolZoom, blog Jaendesdemiatalaya (Jesús Molina)
Bibliografía Wikipedia, Web ayto Alcaudete, blog Jaendesdemiatalaya (Jesús Molina)
Buenos días, amigos. Paco, muchas gracias por enseñarme por dentro el Castillo. Lo conocía por fuera. He estado dos veces allí, y no pudimos verlo porque estaban en obras. He pasado muchas veces por Alcaudete, camino de El Castillo de Locubin y de Alcalá la Real, pueblo donde Vivian, ya que son de ambos pueblos, los familiares de la Jefa. Te puedes imaginar porque digo Vivian. Eso, es, el tiempo corre para todo el mundo.
ResponderEliminarUna anécdota: Yo lo llamo el pueblo de la trampa. ¿Por qué? Mira, antes de llegar al pueblo hay una gasolinera, y los que vienen de Córdoba y van dirección Jaén tienen un STOP. Como hay poco tráfico, no lo hace nadie. A unos 100 metros dirección Jaén están los Civiles haciendo caja. En junio del año pasado veníamos de Antequera y había un montón de vehículos parados a los que les estaban recetando. Menos mal, que no les estaban explicando la diferencia entre aflojar o parar. Si tú no lo sabes, me lo dices y te lo cuento. Jajaja. Un abrazo, salud y República.
Excelente reportaje, me encantan los castillos, pero estando en Alcaudete ya de paso me traigo una bolsa de Hojaldrinas Mata :-D
ResponderEliminarQue están como todos los dulces buenisimas. Un abrazo Antonio.
ResponderEliminarMuchas Gracias Patxi, yo también he pasado muchas veces y nunca entré, he tenido que ir ex profeso. No conocía esa trampa que señalas, claro ahora hay una variante y ya no se entra al pueblo, que siempre junto con Alcalá era para pararse al desayuno o la cerveza. Si, sé la diferencia que señalas. Pasando Alcalá y Puerto Lope, bajando la Cuesta de Velillos, camino de Granada tuve el único, afortunadamente, accidente de coche que he tenido, y milagrosamente (sería Marcelo), no nos pasó nada, dimos varias vueltas de campana con el coche. y por chiripa no cayó por un profundo barranco. Era un coche oficial, y viajábamos el Jefe de Policía, el chofer, y yo. Aceite decía el conductor, yo creo que se distrajo, nos hizo salir por la ventanilla. Luego yo bajé a Pinos Puente, en un coche que paré, y un primo político que tenía una grúa nos recogió y se trajo el coche y al conductor a Córdoba, Nosotros seguimos en un taxi el viaje a Granada y luego volvimos en autobús. Durante mucho tiempo estuve viendo los restos del coche cuando iba a Granada. Y le tomé a la carretera un notable miedo.
ResponderEliminarSalud y República compañero.