El famoso cuadro de San Rafael del que unos victimistas corrieron
el bulo de que iba a ser retirado del hall del consistorio
DIBUJOS
El apartado dibujos se divide en cuatro departamentos: La figura humana; La Naturaleza; La representación de animales; Arquitectura y ornamentación. En ellos expresa su técnica y destreza con los medios del momento. También sus pinitos como poeta se reflejan en un verso acróstico, con claras influencias gongorinas. Y que mejor que los textos explicativos de los expertos para reflejar su obra. Y lo de siempre, en persona dentro del ambiente del Museo, se descubren detalles en los cuadros difíciles de ver en una simple fotografía, posiblemente algo irradiaran las obras.
Arcangel San Rafael, hacia 1652. A. del Castillo
Santiago el Mayor, hacia 1642-1650, A. del Castillo
Santiago el Menor, hacia 1650. A. del Castillo
"El dibujo se convirtió en la herramienta fundamental de la nueva expresión artística basada en el estudio del natural. No se conocen los inicios de la andadura pictórica de Antonio del Castillo, aunque es seguro que poseía unas extraordinarias facultades como dibujante. En 1638 montó su primer taller con una tienda aneja donde vendía sus obras, las de otros artistas y también dibujos que él realizaba y firmaba para que sirvieran de modelo a otros pintores.
San Juan Mata y S.Felix de Valois, hacia 1650. A. del Castillo
Ángel niño con espigas de trigo, siglo XVII, seguidor de A. del Castillo
Ángel niño con racimo de uvas, siglo XVII, seguidor A.del Castillo
Castillo introdujo novedades iconográficas y compositivas inspiradas en las estampas de los principales artistas holandeses, franceses e italianos. Copiando directamente del natural, Castillo realizó infinidad de obras a pluma que retocaba a base de aguadas o directamente con cañas. Sus dotes para el dibujo y sus cualidades para la composición lo llevaron a convertirse en uno de los más destacados dibujantes españoles del momento. El Museo de Bellas Artes de Córdoba cuenta con más de una veintena de dibujos del maestro, y otros muchos están repartidos por numerosos museos de Europa y América."
Ángel niño con hogaza de pan, siglo XVII, seguidor A.del Castillo
Estudio de cuatro cabezas de anciano dos de ellos con pañuelo anudado
Hacia 1655-1660, A. del Castillo
Estudio de tres cabezas masculinas, hacia 1655-1660, A. del Castillo
"LA FIGURA HUMANA
Antonio del Castillo entendió la figura humana como base fundamental de sus composiciones pictóricas. Sus estudios de cabezas resultarán imprescindibles para caracterizar a los personajes y adquirir destreza a la hora de situarlos en cualquier posición, dotándolos de gran versatilidad y de nuevos gestos y actitudes.
Estudio de dos cabezas de ancianos barbados, hacia 1650, A. del Castillo
Estudio de ocho cabezas masculinas, hacia 1642, A. del Castillo
Estudio de cinco cabezas, hacia 1650, A. del Castillo
Castillo evolucionó desde la copia de imágenes impresas, como las del holandés Abraham Bloemaert, a la copia directa del natural, tomando como referente su propia imagen y la de sus familiares más cercanos, ayudantes y amigos. Estos dibujos, además, fueron decisivos para fijar la iconografía de los santos cordobeses, particularmente del custodio san Rafael y de los patronos san Acisclo y santa Victoria, siendo utilizados por él mismo y sus discípulos como apunte previo para sus obras pictóricas.
Estudio de siete cabezas masculinas con barba y bigote,
hacia 1642-1650, A. del Castillo
Estudio de las figuras de Cristo y Dios Padre de la Coronación de la Virgen,
hacia 1649-1651, A. del Castillo
El traslado de estos dibujos a otros soportes se realizaba a partir de cuadriculas, o bien agujereando los contornos de manera que a través de los orificios pudiese pasar algún tipo de polvo, en el procedimiento llamado de ataujelado."
Coronación de la Virgen, hacia 1649-1651, A. del Castillo
Coronación de la Virgen, Iglesia de Jesús Nazareno, A. del Castillo
"LA NATURALEZA
El paisaje constituía el espacio necesario para ubicar "lo narrado" y su estudio era, por tanto, obligatorio para todos los artistas del momento. En Córdoba, el paisaje había sido introducido unos arios antes por César Arbasia en la decoración de la capilla del Sagrario de la catedral.
Paisaje con arboles y maleza, hacia 1650-1655, A. del Castillo
Antonio del Castillo se inspiró fundamentalmente en la vegetación autóctona de la sierra de Córdoba y de la vega del Guadalquivir. Así lo indicó el tratadista Antonio Palomino al referirse a los paisajes realizados en los últimos años de su vida, desde su cortijo Rubio el Bajo, en la actual Villarrubia. Allí aprovecharía también para ejercitar la poesía, disciplina a la que era aficionado, obteniendo un premio en 1651 en el certamen en honor de san Rafael.
Dorso del dibujo anterior, verso.
El único e importante dibujo de paisaje conservado en este Museo, que contiene al dorso un poema acróstico relativo a la naturaleza, pone de manifiesto la influencia del poeta cordobés Luis de Góngora y Argote."
"Quejarse un prado...
Quejarse un prado porque el invierno lo ha agotado.
Ya estoy, falso y cruel, harto de dar fruto,
y en el verano, aunque enjuto, mi espacio veas.
Ya vendrá el fértil tiempo en que seas
testigo de mis venturas.
Y tú, en tu tiempo aseguras que el invierno llegará,
y entonces todo mi espacio estará
fértil, ya nuevo pensil,
y será mi espacio un jardín
que recreará a todos,
y las nubes con sus lloros pondrán fecundo mi espacio."
[Acróstico: Quejarse un prado porque el enero lo abía agotado]
"LA REPRESENTACIÓN DE ANIMALES
Antonio del Castillo dirigió también su mirada hacia el mundo de los animales, ya que estos eran elementos imprescindibles a la hora de abordar composiciones de contenido religioso, como las adoraciones de magos o de pastores.
Juan de Arfe y Villafañe, de varia conmensuración para la escultura y arquitectura, 1585-1587
Dos caballos, hacia 1650-1660, A. del Castillo
Dos carneros, hacia 1650-1660, A. del Castillo
Un gallo y una gallina, hacia 1650-1660, A. del Castillo
El estudio de este tipo de dibujos ha puesto de manifiesto su evolución: desde un primer momento en que reproduce la fauna conocida a través de estampas o grabados de libros, a otro en que copia del natural animales de su entorno. De la primera modalidad se conservan algunos dibujos que toma del tratado del Platero Juan de Arfe y Villafañe, de varia conmensuración para la escultura y arquitectura, que sirvió de inspiración a la mayoría de los artistas del momento. La copia de estas estampas resultaba decisiva para representar animales ajenos al contexto doméstico, abarcando una fauna exótica que aquí no existía, como el avestruz o el camello."
Un perro en pie, hacia 1650-1660, A. del Castillo
Un perro tumbado, hacia 1650-1660 A. del Castillo
Un avestruz, hacia 1650-1660,A. del Castillo - Dos jabalíes, hacia 1650-1660, A. del Castillo
"ARQUITECTURA Y ORNAMENTACIÓN
Debido a su creatividad e inventiva, Antonio del Castillo fue alcanzando fama en el ámbito local y sus modelos fueron demandados por artesanos de todos los gremios y profesiones. Así se conocen dibujos suyos para diseños de platería, retablos, yesería y ornamentación en general, y también escultura. En esta disciplina debe destacarse su colaboración con Bernabé Gómez del Río. Para él diseñó distintos modelos de esculpir a San Rafael, como el que corona la torre de la catedral o el que existe en su altar devocional del puente romano de Córdoba.
Remate de la fuente del Potro y proyecto, hacia 1650-1660, A. del Castillo
Castillo utilizó también el dibujo para que sus clientes visualizaran previamente el resultado de sus intervenciones en edificios. Así lo ponen de manifiesto la traza que preparó para el obispo Pedro de Tapia para reformar y decorar con pinturas la Puerta del Perdón de la catedral, y el dibujo de un caballo levantado sobre sus patas traseras y apoyado en una cartela que realizó para el consistorio. Este dibujo sirvió de modelo para la escultura que remata la fuente construida en 1677 en la popular plaza del Potro.
Puerta del Perdón y Proyecto para la Puerta del Perdón, hacia 1651- A. del Castillo
Es creencia muy admitida que en la calle de los Muñices tuvo su morada y murió en 1667 el pintor cordobés Antonio del Castillo y Saavedra, que había nacido en 1603; discípulo de su padre Agustín, de su tío Juan del Castillo y de Francisco Zurbarán, llegó á adquirir gran fama por su corrección, particularmente en dibujo, como se vé en las muchas obras que dejó y en su mayor parte se conservan. Fue maestro del célebre Juan de Alfaro, de quien después tuvo celos, y por último pasó a Sevilla, donde al ver las obras de Murillo, a quien no podía igualar, cayó en una especie de melancolía que lentamente lo llevó al sepulcro. No hemos encontrado la partida de defunción en la parroquia de la Magdalena."
Lápida de la calle Muñices
Proyecto de cartelas, 1662, Proyecto decorativo con ángeles, 1662, A. del Castillo
Estudio de paños, hacia 1645, A. del Castillo
Información logística de la muestra
Los distintos espacios expositivos
Fotos del autor y de los documentos de la exposición
Bibliografía de los textos expositivos
Estoy sorprendido,por la cantidad de Santos y Vírgenes que nos estás mostrando.¿Es que al
ResponderEliminarfinal te has convertido?.Con la edad,suele ocurrir.Pero bueno,son buenas obras de arte.
A mi, Castillo,no es que me guste mucho,es desproporcionado en el tamaño de sus composiciones,según en que sitio no está mal.
Saludos."ben"
Carlos eres un "joío", tú crees que a estas alturas... aunque es verdad conversiones de más edad las ha habido. Pero no sigo en mis trece, por aquello de para el tiempo que que me queda en el convento... pero lo cortés, como tú sabes, no quita lo valiente, y es lo que dices, era una época que quienes pagaban el arte era la iglesia y la nobleza (pero menos)claro la producción era de santos y virgenes. Coincido en parte con tu apreciación pictórica, el barroco es así.
ResponderEliminarMuchas gracias, un abrazo
PD/: ha vuelto el verano en tu Córdoba.