miércoles, 27 de julio de 2016

SOBRE LA FUENSECA Y LOS ALREDEDORES

La Fuenseca de Ripoll

El otro día como consecuencia de la petición de un amigo, recopilé una serie de artículos antiguos sobre la Fuenseca, y alguno merece lectura detenida. El primero pertenece a una publicación que se llamó Revista Andalucía, Órgano Regional de Turismo, de septiembre de 1926. El autor firma como Albeiz, y a pesar de haber buscado sobre él, no he encontrado nada, salvo que es un municipio de Álava.

El Bailío 

El otro es la referencia que hace de la plaza y fuente, aclarando el origen de su nombre, D. Teodomiro, son sólo dos párrafos pero sustanciosos. Luego están las vivencias personales, la más antigua que recuerdo es cuando instalaron en el cine Fuenseca un circo que se llamó Circo Trébol y al que fuimos los amigos. Esa tarde aún funcionaba la fuente de la calle Carbonell y Morand, la enquistada en la pared y de grifo de muelle. Después, muchos años después me enteré que allí había vivido mi bisabuela por parte materna. 

Fuente de Carbonell y Morand

Mi padre me decía algunas tonterías de las suyas, de esas que se te quedan grabadas para la eternidad, y es que la cuesta del Bailío -ya tenía escalones- la bajabas siempre cojeando, con el mismo pie, salvo que la zancada fuese grande. No deja de ser una tontería, como la he catalogado, pero así está en mis recuerdos. Después salimos con unas nenas -teníamos trece o catorce años-, y Rafalito "Romances" que era mucho mayor que nosotros, salía con la hija de la jeringuera de la Plaza, y hasta se casó con ella. 

Boceto del autor

El grupo lo completaban otras nenas, de las que una vivía en lo que hoy es el hotel del Bailío, cuando era la casa de Castejón creo. Por eso creo que nos llevó allí para que le quitáramos las carabinas de su futura. No he podido encontrar alguna fotografía o grabado de cuando la fuente estaba en el centro de la plaza, que sería antes de la referencia de D. Teodomiro, que fue en el siglo XIX. Tampoco he indagado en la procedencia de las aguas, ya que lo que nos interesa es el entorno de la plaza. Luego estaban los callejones de Santa Marta, y la cooperativa de carpintería, en la que trabajaba el cuñado de nuestro jefe en la platería. El olor a madera era característico cuando pasabas.

Mujeres llenando los cántaros

Nos contaban de esas callejas muchas historias; de la casa de trato que allí había; del paso subterráneo del convento al huerto del otro lado, donde ahora está la parte de atrás del hotel; tec. etc. Más cercano en el tiempo, unas casas más abajo de la plaza, tuvo mi primo Paco un local y una novia que vivía por allí, una morena muy guapa que siempre me saludaba cuando pasaba por el lugar. Los comercios de la zona, que en la fotografías pueden verse algunos; barbería, e incluso recuerdo a Manuel Ceular, "Directo" toreando en la plaza las pocas bicicletas o vehículos a motor que por allí pasaban. 

De la Revista Andalucía 1926

Todas las fotografías son de la plaza, de diferentes años, hasta la actual. Hay muchas más, todas similares, Pero es muy interesante nuestro Wyngaerde local, Ripoll, el pintor naif por excelencia, que ha dejado pintados todos los rincones de Córdoba, tiene una muy significativa Fuenseca: un picador a caballo; unos niños jugando a torear; las vecinas charlando; el que trasladaba la virgen viajera en la hornacina; el vendedor callejero; los vinos de casa Rafael Bello; una señora con el cántaro en la cabeza y como no, unas monjas seguro que de Santa Marta. Toda una suerte de personajes que nos retratan la Córdoba del momento. Incluso ropa tendida en la azotea cubierta, ahora felizmente reparada.

1934

1951

Los artículos, el de Albeiz:

"RINCONES CORDOBESES 

LA FUENSECA 

Uno de los bellos rincones de nuestra inmortal Córdoba, de gran sabor regional, es el de La Fuenseca, enclavado en el conocido barrio de su nombre, que por su extraordinario mérito de antigüedad y original traza, bien merece ser admirado por todo aquel que conserve alguna devoción a las tradiciones. 

Fotografía desconocida así como la fecha

Sus muros, sedientos, resecos por la acción del tiempo, absorbieron, constantes, el riego de las lluvias pretéritas y los ardores de este sol meridional (que alumbrara un día, alcanzado el imperio del Cristianismo en Córdoba, a algunos de nuestros sabios, poetas, pintores y guerreros, que, con tantos otros, en la Historia del Arte Universal, lograron colocar a esta ciudad en puesto preeminente); y no obstante hallarse exentos de toda restauración, se mantienen firmes en un recio simbolismo, pareciendo decir a los cordobeses: "Formamos el cuerpo de esta casa; tenemos alma; hemos vivido vuestras grandezas y esperamos por muchos años seguir viviéndolas. ¡Amadnos! "

La fuente

Es para Córdoba en nuestros tiempos La Fuenseca, madre venerable y fecunda en caricias, como la vid, por su naturaleza, lo es para el hombre. Representan ambas un magistral soneto de la edad de oro; fragante monumento cuyos versos espléndidos al desgranarse en ritmo de amores, insensiblemente, en el corazón de la raza local, lo llenan de un dulce perfume de albillos en sazón, tan parecido al beso materno, que no hay quien lo distinga. 


Antes de su deterioro

Están en ellas formados los dos cuartetos, por la materia clásica. En una, los componen la obra de talla (el Custodio y la fuente ornamental); las piedras que alzan la casona; el típico mirador... En la otra, la vieja leña del arbusto. Los dos tercetos de la orquestal composición, fulgen en el valor espiritual, tan pródigo, de una y de otra. Ambas, generosas, nos ofrecen lo que pueden darnos: la nobleza de sus largas vidas. Mejor dicho, lo substancial en ellas: su alma. Lo mismo que las madres. 

Reparándola

La Fuenseca... Vedla, ahí, en el fotograbado que ilustra estas páginas, como a la vid antigua de bíblicos racimos: arrugadita en su humildad y sarmentosa, pero llena de savia. De sus liberales uvas y pámpanos, siempre nuevos. (¡Oh, el milagro de los frutos eternos; tersas ubres sobre las simuladas ruinas de un tronco abrumado por el peso de los siglos), líbase el néctar purísimo de las rancias glorias cordobesas... 

ALBEIZ "

Aliviándose de la calor

Y el de D. Teodomiro:

"LA FUENSECA

Sigue la calle de Juan Rufo hasta la de Alfaros, y antes de llegar a ella vemos una pequeña plazuela con una abundante fuente que, a pesar de ser de las que más agua tienen en todos tiempos, le dicen la Fuenseca, nombre que nos chocó sobremanera y no veíamos justificado, hasta indagar su origen. Este agua nace en el pozo de la exhuerta del Convento de las Dueñas. En 1495 hicieron con ella una fuente muy alta en la calle de Alfaros o plazuela antes de llegar a la Cuesta del Bailío. En aquel punto no tenían las aguas la vertiente necesaria, y era menester un año muy lluvioso para que el manantial subiese y llegara el agua a la taza de aquélla; casi siempre seca, alcanzó por mofa el nombre que aún conserva.

Ya restaurada

Convencido el Ayuntamiento de que allí no podía tener remedio, en 1760 la trasladó al centro de la plazuela en que hoy la vemos, colocándola en un hoyo al que se bajaba por dos o tres gradas, a llenar a un pilar con un marmolillo y en él puestos los caños. Esta forma tan mala hizo que en 1808 la quitaran e hicieran la actual, colocándole en lo alto un San Rafael que estaba sobre un pedestal de mampostería muy ridículo, que entonces desapareció. La mayor parte de su remanente va al huerto del rincón, antiguamente jardín de la ya citada casa del conde de Arenales."

Fotos del autor y de la red.
Bibliografía Revista Andalucía 1926, y Paseos por Córdoba

4 comentarios :

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, gracias por ilustrarnos, a la vez que remueves nuestra memoria, al menos la mía. Esa plaza la he frecuentado, de nene, muchas veces. En ella había un caserón imponente, que era una casa de vecinos en la que vivía un compañero de colegio.
Decía que allí vivió una temporada, hasta que se marchó a Cataluña, Curro Savoy, luego Kurt.
No sé si será verdad, pero él lo contaba como con un hecho más que cierto. Menudo pote se daba diciendo que era su amigo. Eran de la misma edad.
Un abrazo, salud y República.

Juan Miranda dijo...

Como me encantan todos tus articulos, Paco, a pesar de estar lejos, me siguen emocionando todos estos recuerdos de infancia y adolescencia.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Juan, y me alegro contribuir a acercarte nuestra ciudad un poquito. Es el objetivo del Blog, activar recuerdos.
Un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

Gracias a ti Patxi.
Y como le digo al otro compañero lo importante es activar la memoria. Es posible lo que decía tu amigo pero yo lo desconozco. Este hombre era de Andújar y su familia se fue a Madrid en el 50. Si nació en 1947 o 48, tendría dos o tres años. Según su biografía, en 1950 ganó un concurso de Radio Madrid (Conozca a sus Vecinos), aquí en Andalucía era en Radio Sevilla. Dice que tenía quince años cuando lo del concurso pero según su edad debería tener diez. En 1960 graba un disco, doce o trece años, en 1965 es bautizado como el Rey del Silbido, Se casa con una torera y se va a Francia. La biografía no cuadra con lo que decía tu compañero de colegio, pero una temporada... a lo mejor. Es de nuestra quinta Paco.
Un abrazo Salud y República.