El culebrón del Álamo es tan grande como el de San Antonio
(Texas), esos héroes de western, que no tenían los USA, y que los puso derechos
el Gral. Santana, después del robo territorial al estado mexicano. O el de
aquel japonés, Sr. Toshio que iba a hacer de Las Jaras el centro turístico por
excelencia: hotel cinco estrellas; hospital; campo de golf; helipuerto; club náutico; escuela de
idiomas, etc. y que enredó bien a la Junta y al Ayuntamiento allá por 1989, lo
que no recuerdo es si sirvió para que alguno de nuestros políticos conociera
Japón. Vamos los japoneses preveían un desembarco previsto similar al de los
Japón en Coria.
Centro logístico del Corte Inglés, y multitud de industrias
se señalaban para los terrenos de El Álamo (Córdoba), pero al final una deuda
de 800.000 euros de IBI impagado, y los terrenos embargados es como está la
situación, aunque parece que la Gerencia de Urbanismo está estudiando un
proyecto de sustituir los terrenos embargados por otros de la misma empresa.
La realidad es que solo se ha quedado en humo lo que parecía
la rehabilitación de la industria cordobesa. Pero siempre pasa lo mismo en esta
ciudad. Como si no tuviéramos la experiencia en Córdoba del proyecto del Sr.
Pegaux (Pego) y lo bien que lo define Manuel Harazem en su libro. Desde entonces
cualquier cosa fallida es en Córdoba un Pego, o pegolete. Poco trabajo me costó
a mi definir que era un pego en Cataluña en cierta ocasión.
Pero no es de la idiosincrasia cordobesa, o de los pegos lo
que toca hablar, sino de esas grandes cortijadas que está desapareciendo, más
pronto que tarde. Ayer me lo comentaba un experto del terreno, Felipe Molina Pérez,
pastor -creo que este es el nombre por el que desea se le conozca, que aún conserva
él y su familia, en ese ancestral mundo de la trashumancia-, me decía sobre el
cortijo:
"-Esa zona la conozco bien, son tres generaciones y 60 años
trashumando mi familia a esa zona de la campiña. Es una pena como esta todo.
Desde que en los cortijos ya no vive nadie, los pozos y demás construcciones se
han derruido."
Desde que en los cortijos ya no vive nadie, porque la
economía, los sistemas de las grandes corporaciones que controlan la
alimentación, comprando antes de la siembra. copando producciones, etc. así lo
han querido. Es la sobreexplotación de la tierra, y la comodidad del
terrateniente, pero sin complicaciones, sólo poner la mano al final. Así es
todo. Dinero, dinero y dinero. Lo ha sido siempre desde luego, pero parece que antes
más adaptado, más ecológico si cabe. Y aunque pagaban poco -como es la tónica de las oligarquías agrarias-, más familias
comían de esto.
Y no hablemos de la propiedad y de los derechos, porque si
nos retrotraemos al siglo XIII, todas estas tierras han sido reparto de botín
de guerra. En una palabra han estado regadas de la sangre de los que las
pierden, que siempre son los de abajo. Qué antes de que se las repartieran los
castellanos y la iglesia católica, eran de otros que hicieron lo mismo, pues
claro que sí. Por eso era tan romántica y esperanzadora la Reforma Agraria de la II República
española. Que hasta el general bajito de voz de tiple e inglés macarrónico, la
copió a su manera fascistoide.
Con las primeras luces de la mañana, la inmensa explanada
del cortijo del Álamo viejo, se iluminan de la tristeza de los tiempos en las
que estaba llena de vida. Ajetreo agrícola, animales, hombres, mujeres y niños.
Eso en los periodos normales, pero en los períodos de siega, arado o siembra,
sería de un ajetreo considerable. Y las sentadas de tradición oral en la era,
al fresco del atardecer, supliendo los "reality
show" televisivos amarillentos de ahora, que funcionaban para no
olvidar. O de los amores que surgían como consecuencia de la presencia de los
distintos géneros en las labores diarias.
Antes pasabas con la bicicleta cerca de un campo de trigo, y
veías a las cuadrillas de segadoras, tapadas como los tuareg del desierto, sólo
eran sombreros y pañuelos perdidos entre los dorados del cereal, y cuando se
metían contigo diciéndote barbaridades, algunas que te ruborizaban y todo,
fruto del colectivo, pedías al dios del ciclismo:
-¡Que no pinche ahora por favor,
que éstas me cogen y lo menos que me hacen es un "salmorejo".
No era tan
fiero el león como me parecía a mí. Era un rato de risa entre el grupo que
bastante tenían de sufrimiento para todo el día.
Si pides el catastral de El Álamo, ahora te sale una ciudad
parcelada con calles. La edificación ha desaparecido dentro de la cuadrícula. El
cortijo está situado en la cota de los 130 m.s.n.m. en una loma que domina el
valle que a lo largo de los siglos ha modelado el río Guadajoz. Por un lado la
línea férrea Córdoba Bobadilla, por el otro la A-4, o E5, trazando un ángulo
casi recto. El camino lo primero que
cruza es el vado del Arroyo del mismo nombre, del Álamo, al que le queda poco
para desaguar en su río mayor, siendo fiel a su cauce. Dos pozos, uno aún
activo y un segundo desaparecido.
Al subir la cuesta, te encuentras enfrente un muelle de
carga, y una enorme edificación detrás. A la derecha una nave solitaria a la
que el tiempo ya ha hecho mella en el tejado. y una calle perpendicular al río
con una fachada en bastante buen estado, seis ventanas con rejas, un gran
portalón metálico y dos poyetes para sentarte, y argollas para amarrar animales, configuran junto con la nave del
tejado roto, otro gran espacio, arbolado por el borde de la loma. Dentro un
patio trapezoidal. Y por detrás sujetan la naves norte y este de este
conjunto con, yo conté doce, contrafuertes.
Este conjunto está separado del conjunto oeste, por una
estrecha calleja. Otra fachada, portalón y cuatro ventanas azules. Adosadas dos
naves más de tejado a dos aguas y portalones metálicos, cerrando el conjunto
por el sur, con otra edificación que configura con la primera un patio
interior. Separado del cortijo la torre del transformador. Poco más tiene la
atalaya del Álamo. Eso sí, un inmenso territorio la rodea, de suaves y fértiles
lomas. Algunas más altas por el oeste y el gasoducto que la cruza por ese punto
cardinal.
Al sur el repuesto, el cortijo del Álamo Nuevo. Para que sea
uno el viejo debe haber otro de reciente creación que lo haga así. Este se ve más
remozado, posiblemente con la misma
tónica de explotación, pero con una fachada de edificio de dos plantas, amplias
balconadas mirando al sureste, situado en la cota de los 160 m.s.n.m. también
con fácil acceso a la A-4, por la gasolinera. No sabemos si se resolverán los
problemas económicos (siempre son estos) y
para el 2018 será una realidad el complejo. de lo único que estamos seguros es
que el cortijo del Álamo está en la cartera de las desapariciones.
Cortijo El Álamo Nuevo, segregado en 1960 del Viejo
El libro de la Junta de Andalucía, Cortijos, Haciendas y
Lagares de Córdoba dice:
Cortijo el Álamo (364)
"En
plena campiña de calmas al sur de Córdoba, cerca del cauce del Guadajoz, es un
ejemplo de edificación al servicio de una gran explotación de sembradura de
secano. Fue la cabecera histórica de una extensa propiedad perteneciente a la
nobleza local -como documenta G. Florido- hasta que después de la Guerra Civil
el marqués de Valparaíso la vendió a un notable labrador de Fernán Núñez, más
tarde, en la década de 1960, se desgajo de la finca el Cortijo Álamo Nuevo, que
se dotó por entonces de su propio caserío.
El Cortijo el Álamo ocupa una amplia superficie mediante dos núcleos con patios
cuadrados y algunas piezas exentas al borde de la explanada de la era. El
conjunto de la obra, de tapial y ladrillo bajo cubiertas de teja curva y plana,
es resultado de un continuado proceso de ampliaciones y reformas. La totalidad
de las construcciones es de una altura y acentuada sencillez.
El
núcleo principal, probablemente germen del conjunto actual, está formado por la
vivienda, habitaciones de trabajadores, antiguo pajar y cuadras ante un patio
empedrado, habiéndose adaptado muchos de los antiguos espacios de habitación y
del ganado de labor para graneros y cocheras. Tras otras naves de maquinaria y almacén
en posición intermedia se dispone otro núcleo con patio, en origen de
funcionalidad ganadera, con zahúrdas y naves que pudieron servir de tinahón."
Fotos
del autor, GoolZoom, libro citado
Bibliografía
Cortijos ,Hacienda y Lagares de Córdoba
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