miércoles, 29 de junio de 2016

CORTIJO NUEVO DE LOS LIBROS

Cortijo Nuevo de Los Libros

Son muchos los cortijos que incorporan la palabra nuevo a su nombre; Nuevo Silera, Álamo Nuevo, Judío Nuevo, este que nos ocupa, etc. etc. Parece que en un momento de la vida del cortijo, o bien segregan una parte y deciden continuar con el mismo nombre, o el original ha caído en desuso y no es utilizado. Normalmente están en las tierras que antes eran del matriz, a poca distancia normalmente. Otra palabra habitual es Alto o Bajo e indican duplicidad.

 Topográfico de 1899, no existe el cortijo

Vuelo 1956, ya está y con otra construcción en la fachada SO

Éste, el cortijo Nuevo de los Libros está a 935 m. en línea recta del matriz del de Los Libros de toda la vida. Si vemos los vuelos podemos comprobar que no figura en los planos topográficos del siglo XIX, lo que autentifica su juventud, sí, por el contrario, en el vuelo de los americanos de 1956 y, como es lógico, en los posteriores. En su fachada principal, que está orientada a noroeste, figura encima de lo que parece una entrada de maquinaria agrícola, el nombre y una fecha, 1953, que puede ser la de su construcción.

 Vuelo 1977, ya no está la construcción de la fachada SO

Vuelo actual 2004

Sin embargo en los documentos catastrales figura la fecha de 1960. La fachada principal tiene la puerta citada, que tiene la fecha en el dintel, una puerta central de entrada con dos ventanas  a cada lado. En la esquina izquierda de la fachada principal, o lo que es lo mismo en la esquina norte, tiene otro portalón del mismo tamaño que el de la esquina oeste. Encima de este portalón tiene otra planta y un balcón, el resto de la fachada principal es de una planta con tejado a dos  aguas, La planta superior de la esquina norte se estima que es la vivienda, o como se diría antaño el señorío.

Fotografía aérea del acceso


Cancel de entrada

A la mitad de la fachada noreste este, vuelve la construcción a ser de una sola planta con tejado a dos aguas. Por esta fachada, la segunda planta tiene cuatro balcones. Esta segunda planta tiene el tejado de teja a cuatro aguas. Esto del catastro es muy significativo, a medida que se investigan estas construcciones vemos que lo que figura en el catastro no tiene nada que ver con la realidad. En este caso vemos que en el plano catastral figuran dos naves aisladas de 264 m2, de uso residencial, luego la construcción se complementa integrando estas dos naves en un cuadrado de 1025 m2 con un patio central de 330 m2. Se conoce que las dos naves configuraban el proyecto inicial pero no habla de dos plantas, solo 264 m2 de construido y los mismos metros de parcela.

 Azulejo en la entrada

Vista de la esquina norte y fachada principal

Y así en la mayoría de las construcciones de cortijos que he podido comparar los catastral con al realidad. No es en este solo. Llama la atención que en un pequeño local de 40 m2, que tiene mi familia, por la zona de los Apóstoles en Córdoba, se hayan habilitado unos terrenos adyacentes al bloque, echándole zahorra, para habilitarlo de aparcamientos, y le ha faltado tiempo al Catastro para modificar la cuota de participación del local, incluyendo la parte proporcional del terreno, y como es lógico en el importe del recibo IBI anual. Eso es diligencia inspectora y recaudatoria. Y en estas propiedades vemos que eso no ocurre, lo que figura en los planos no tiene, en la mayoría de los casos, nada que ver con la realidad.

 Vista completa de la fachada principal orientada al NO

Frontal del portalón derecho, nombre, hierro ganadero y fecha de 1953

No deja de ser una idea para poder recaudar lo que corresponda a cada uno. Hacía falta un Ensenada del siglo XXI con todos los medios topográficos a su disposición, fotografía por satélite, 3D, etc. con ganas de verdad, para actualizar lo que es un chapuz administrativo del catastro del país. Por lo que vemos nuestra administración es muy diligente con los pequeños y poco efectiva con los grandes. Pero la verdad es que eso mismo ocurre con el IRPF, todo hijo de una nómina paga hasta la última peseta (euro que uno no se adapta) y las grandes empresas se van de rositas. Serían unos sueldos muy bien aprovechados los de un cuerpo de inspectores, de hacienda y del Catastro, y ni que decir tiene si los hubiera del trabajo. Pagando cada uno lo reglamentado no habría necesidad de tanto recorte a los que menos tienen.

Catastral de las dos naves originales

Catastral de la parcela

Pero como siempre todas las ideas caen en saco roto. Y lo llamativo es que toques lo que toques en este país de Pantuflos y Carpantas, siempre sale una chapuza de Pepe Gotera y Otilio y un Lazarillo de Tormes, un pícaro que a la medida de su capacidad económica, se convierte primero en picarón y luego en cuentacorrentista de paraíso fiscal. Pero casi siempre por falta de la inspección adecuada, de una administración eficiente. Nadie tendría que darse por aludido cuando lo que es igual no es ventajoso. Y no hablemos del mundo del trabajo, y su inspección brilla que por su ausencia y permite el enriquecimiento ilegal, y el fraude de muchos empresarios esclavistas. Pero si se pueden construir las naves de Colecor por el Sr. Gómez y nadie se dio cuenta de nada, entonces...

 Plano del catastro

Vuelo actual

Pero estaba hablando de cortijos, no de este país de María Santísima, nunca mejor después del 26J. La entrada al cortijo se efectúa por la salida 414 de la A-4, dirección Sevilla-Málaga, cambio de sentido, hay que cruzar el puente y bajar por la vía de los que vengan dirección Cuesta del Espino, hasta la vía de servicio en cuyo entronque está la puerta. O directamente por la misma salida dirección Córdoba. La ficha catastral consultada señala que la parcela tiene 649.829 m2, pero ello no es óbice para que parcelas adyacentes sean de la misma propiedad. No es posible con las fichas a las que se pueden acceder comprobar este extremo. Lo que sí se puede comprobar es que es un bonito cortijo y bien cuidado.

Fotografías del autor, GoolZoom y fichas del Catastro
Bibliografía de la mencionadas fichas.

martes, 28 de junio de 2016

CASA DE POSTAS DE PUENTE VIEJO

Fachada principal de la Casa de Postas de Puente Viejo

En esta mañana de un día nublado, que hasta dejó caer una tímida lluvia, he estado en la antigua Casa de Postas de Puente Viejo, antes le había hecho una visita a los cortijos Nuevo de los Libros y Judigüelo del Álamo. El moverme por estos lugares es porque puedo llegar al sitio casi en el coche y así evito andar lo menos posible.

Plano topográfico de 1899

Catastro de 1950

Ojeando mapas antiguos comprobé que en el kilómetro 410,7 de la actual A-4, está la antigua Casa de Postas de Puente Viejo. Se accede dirección Sevilla una vez pasado el puente sobre el río Guadajoz. Antes hemos pasado a la derecha la antigua Venta de Puente Viejo que el actual trazado de la carretera ha dejado aislada.  En su entorno se ha configurado un pequeño núcleo de viviendas.

 Vuelo de 1956

Vuelo de 1977

Esta zona, en la ribera del Guadajoz, era habitual de extracción de paloduz de palo o regaliz, por parte de aficionados o vendedores callejeros, ya que había bastante. De niño me llevaba mi padre en su bicicleta y lo hemos cogido, lo cogía él desde luego. También la zona de Bajosillos en la desembocadura, era zona de paloduz. El río en el verano no iba con caudal e incluso se podía vadear por debajo del puente. Toda esta zona se ha venido a llamar siempre Puente Viejo.

Vuelo actual

Catastral

En los alrededores estaba el Molino de San José, un canal y un salto de agua, unos metros aguas abajo. Arriba el ventorrillo de Puente Viejo citado. En el lado izquierdo de la carretera bajando, el cortijo de El Blanquillo Bajo que luego fue polvorín de las dotaciones permanentes de los cuarteles de Córdoba, con el mismo nombre, Polvorín del Blanquillo. El Molino del Agua, aguas arriba, en el meandro, en la orilla contraria de las torronteras del polvorín.

Fachada noroeste

Esquina norte

La vía del ferrocarril de Málaga, durante tiempo, fue paso a nivel, hasta que la carretera le pasó por encima con un viaducto. En esa zona la A-4, o N-IV, es también el cordel de Écija, que se ha unido a ella en el camino de acceso al cortijo del Álamo Nuevo, km. 413, nada más cruzar el arroyo del Álamo, y busca según el tiempo, el vado del Guadajoz o el antiguo puente con los barandales característicos que tenían los puentes, todo esto según el año que miremos el túnel del tiempo. 

 Esquina norte y palmera

Vista del núcleo con la entrada y salida al mismo

Luego los avances actuales modificaron el puente, ascendieron la carretera radial a la categoría de autovía, y aislaron todos estos núcleos que antes eran de obligada parada. Quien tenía un vehículo a motor podía permitirse ir al ventorrillo a tomar café. También se instaló una estación de control del gasoducto, y enfrente un "night club", de luces rojas, que ahora está en ruinas.

Pared trasera sureste

 Fachada noreste

La casa de postas es una construcción cuadrada con patio central, de unos 750 m2 de superficie total, en una  parcela de 4.921 m2 y con un catastral construido de 467 m2. Tuve la oportunidad de hablar con el propietario que, me atendió relativamente bien y contestó a mis preguntas, me confirmó que fue casa de postas y su estructura, era un patio interior, con las correspondientes cuadras para los caballos de refresco y habitaciones para los posibles huéspedes. La fecha catastral es de 1955. Sin embargo en el plano topográfico de 1899, ya figura reseñada.

Pozo y alberca

Fachada principal (Foto de  Apple)

Es un cuadrado perfecto de unos 28 m. de lado. Sus esquinas están orientadas a los cuatro puntos cardinales. La fachada principal que es paralela a la antigua carretera, es la noroeste. Tiene el portalón de entrada, adintelado con frontal ondulado, a la izquierda del portalón existe una puerta y dos ventanas, a la derecha del portalón hay adosada una pequeña cochera. Una palmera mocha de la que ha dado buena cuenta el picudo rojo maldito.

 Fachada noreste (Foto de  Apple)

Fachada sureste (Foto de Apple)

La pared trasera sureste no tiene ventanas, y en su esquina este tiene una pequeña alberca y un pozo. La fachada suroeste tiene una puerta. Y la noreste una puerta y unos contrafuertes adosados a la pared. Alrededor tiene la casa un alambre "electrificado", a una altura de unos setenta centímetros, muy "sui generis", pues de la fachada noreste sale un cable eléctrico y están unidas al alambre las clavijas de un enchufe. Seguramente porque como hay vacas sueltas para que no se acerquen a la casa.

Fachada suroeste (Foto de Apple)

El patio tiene múltiples construcciones adosadas de diferentes épocas. Y algunas en estado de ruina. Estas solo las he podido ver desde la fotografía aérea. Muchas de las construcciones alrededor del patio central que sería cuadrado en sus tiempos, tienen los tejados de teja en ruinas. Otros son o bien de uralita o chapa u otro material similar. La carretera que pasa por la fachada principal está cortada unos metros dirección sur, por lo que la entrada y salida al núcleo es por la curva de la A-4.

El paloduz

No sé cuánto tiempo le quedará de vida a la edificación. No he encontrado documentación de la misma al respecto ni he podido consultar si es una edificación protegida por la Gerencia de Urbanismo. Dice la Guía del Viajero que esta Casa de Postas es una parada de las Diligencias Peninsulares: "...se pasa el ya referido puente sobre el Guadalquivir, en el que hay un portazgo: luego se pasa otro sobre el río de Castro, después del cual se halla una casa en que hay parada de diligencias peninsulares..."

Fotografías del autor, GoolZoom y Apple
Bibliografía de la Guía del Viajero en España de P. Mellado.

lunes, 27 de junio de 2016

EL CASO DEL MALVADO POSADERO DEL POTRO

Posada del Potro (Fotografía de Arribas)

D. Teodomiro Ramírez de Arellano en sus Paseos por Córdoba, en el relativo al Barrio de San Nicolás de La Ajerquía, habla de la plazuela del Potro y cuenta una historia con poco fundamento para ser cierta, pero que es una bonita leyenda que merece ser recordada, él la considera fabulada, y dice primero sobre el Potro:

"Terminada la calle de Lineros encontramos la plazuela del Potro y continúa una calle que también ha llevado este nombre, la que en 1862 dedicaron al célebre poeta cordobés Lucano, cuyos datos biográficos son tan conocidos.  Se ha llamado de los Cordoneros, por los muchos de este oficio que en ella vivieron, y de los Mesones, por la posada de la Madera que en ella existe, y las de la Espada y la Herradura, que eran las casas números 28 y 14. La primera tenía por muestra una antigua espada de taza colgada de una cadena, y la otra varias herraduras pintadas en una tabla. Esta última fue incendiada por los facciosos cuando la venida de Gómez, y quemados por sus llamas dos nacionales allí refugiados, de lo cual daremos pormenores al ocuparnos de aquellos acontecimientos.



Cerca de la posada de la Madera hubo en la pared, hasta 1841, un hermoso cuadro con la Concepción, obra de Antonio del Castillo, cuyo paradero ignoramos, y que le decían de los Escribanos por haberla costeado los mismos, dueños de dicha posada y de las casas inmediatas. Todo este sitio era conocido por el Potro, nombre que abrazaba gran parte del barrio, como las calles de Lineros, Badanas, plazuela de San Nicolás y parte de la Ribera se llamaban la Curtiduría, por las muchas fábricas de curtidos que desde tiempo de los árabes había en todo aquel trayecto. El Potro era el lugar destinado a la venta del ganado caballar y mular, y por consiguiente muy concurrido, tanto por los cordobeses como por todos los forasteros que venían a ver esta ciudad, así es que se hace mención de él en muchas obras y especialmente en las del inmortal Cervantes. 

Posada de El Potro principios de siglo XX

Hoy, mermado su terreno por la construcción del hospital de la Caridad y otros edificios, es una plazuela entrelarga a la que afluyen las calles de Lineros, Lucano, Sillería y una travesía que la comunica con la de San Francisco. En uno de sus extremos tiene una fuente que hasta 1847 estuvo en el lado opuesto, construyéronla de primera vez en 1577, y la coronaron con un potro que con las manos levantadas sostiene el escudo o armas de Córdoba."

Continúa contando la leyenda:

La plaza del Potro con coches


EL CASO DEL MALVADO POSADERO DEL POTRO

"Hay en esta plazuela una posada con el título del Potro, que hacen subir su existencia al siglo XIV. Cuéntase una tradición, fabulosa para nosotros, bastante novelesca y digna de fijar nuestra atención. El mesonero era un hombre de cortísima estatura, corcovado y de traidora mirada, el cual había llegado a adquirir entre sus convecinos gran fama de rico y mal intencionado. 

Una noche de esas que infunden más pavor por el ruido que arman los vendavales al estrellar contra las puertas y ventanas el agua que cae a torrentes sobre los campos y ciudades, llamaron a la puerta del mesón del Potro, y a la opaca y vacilante luz del farolillo que pendía de la callosa mano de aquel hombrecillo se vio penetrar en el mesón, y sobre un fogoso caballo, a un apuesto y aguerrido joven que por su traje dio a conocer ser capitán de las tropas del rey don Pedro, apellidado el Cruel. 

Otra visión del patio de la Posada del Potro

Entregó su hermoso alazán para llevarlo a la cuadra y, mientras le preparaban hospedaje, se dirigió a la lumbre, rodeada de otros viajeros, todos de menos calidad, que al verlo se apartaron y descubrieron, demostrando el respeto que les infundía el traje del recién llegado.

En una puerta cercana asomóse, atraída por la curiosidad, una gallarda joven, cuya presencia y modales desmentían ser hija del mesonero, como todos aseguraban. Éste llegó a seguida, y con ademán grosero la intimó a retirarse, pero no tan pronto que el capitán no se hubiese fijado en ella con extraña curiosidad. El capitán sentóse, poniendo a su lado una pequeña maletilla que cuidadosamente guardaba, y se enjugaba el empapado capotillo cuando se le acercó el mesonero preguntándole con la amabilidad posible en aquel rostro y voz de hiena:

Otra fotografía del patio de la posada de Arribas

-Supongo que desearéis cenar, caballero. 

-Cansado en sumo grado me encuentro, pero no me vendría mal alguna magra y un trago de vino, por muy avinagrado que esté el que preparéis a vuestros huéspedes. 

-En este mesón, señor capitán, se distingue a las personas según su clase, y así se les trata, pues no todos pueden pagar lo mismo. 

-Entonces lo que tú distingues es la bolsa y no al sujeto. Vamos pronto, para retirarme, que temprano he de partir. 

-¿Vais a Sevilla? ¿Tal vez allí os espera el rey? 

-Allá voy. Pero eres demasiado curioso, y te advierto que no estoy dispuesto a satisfacer muchas preguntas; con que dile a esa moza que me sirva la cena, y basta de averiguar lo que no te importa. 

-Yo mismo os serviré, porque os quiero distinguir entre todos los hospedados en mi mesón. Además, mi hija es tan corta de genio que no acertaría a serviros como merecéis.

-¿Y por qué tienes así encerrada a una mujer tan hermosa y la tratas con tal despego?

- Señor, cada cual se entiende en su casa. Además, me habéis prohibido haceros preguntas y no dudo me concederéis igual derecho respecto a lo que a mi compete

-Tienes razón. Despacha pronto.

Un tipo estereotipado de posadera


Sirvióle a seguida un pernil de carnero y unos bizcochos que sólo podía masticar una dentadura de veinticinco años, y tras un trago de vino del país, que aún se elaboraba mucho en Córdoba, se puso en pie, preguntando cuál era su cuarto, sin soltar un momento la maletilla, que ya iba excitando la codicia del mesonero.

-Os tengo al corriente el mejor aposento del mesón, al extremo del pasadizo alto, donde no seáis molestado por los demás viajeros ni por el ruido de las caballerías. Yo os guiaré.

Grabado de D. Pedro 


El mesonero echó a andar y el capitán lo seguía a corta distancia; mas al pasar por delante de otro cuarto se entreabrió la puerta y vio el rostro de la encantadora joven, que le dijo: 

-Caballero, no durmáis, -cerrando a seguida para que no se apercibiesen de lo ocurrido.

La estancia preparada al capitán era por su aspecto, tal vez, la mejor de todo el mesón, mas no por eso pasaba su mueblaje de la cama, cuatro o seis asientillos y una mesa, sobre la cual colocó el posadero la lamparilla, diciendo: 

35 maravedíes de la época


-Si vais a continuar mañana vuestro viaje os llamaré en cuanto amanezca. 

Un signo de aprobación fue la respuesta, y todo quedó en silencio.

A pesar del valor tantas veces demostrado en los mayores peligros al lado del rey don Pedro, el capitán permaneció despierto, meditando acerca del aviso de la gallarda joven, cuando era la hija del mesonero, si bien su rostro encantador y sus finos modales parecían desmentirlo. 

Grabado de Paul Gervais, D. Pedro y su amante María de Padilla

La noche se prestaba también a desterrar el sueño. El viento y el agua azotaban las puertas de la ventana, y la luz de los relámpagos permitía ver las rejas, convirtiéndolas en extrañas celosías. Abriolas al fin el vendaval y, apagando la luz de la lamparilla, dejó a nuestro apuesto mozo sin la única compañera que  le ayudaba a disminuir los mil fantasmas que parecíale ver en el espacio. Mas a poco oyó como abrir una puertecilla; entonces retiróse a un rincón, esgrimiendo la espada, pendiente aún de su cintura. Nada se oía; pero no dudaba del ruido, y sus ojos se dirigían con avidez a todos los rincones, por si a la luz de los relámpagos lograba divisar algún objeto.

Bajo el lecho en que el viajero pensaba hallar el apetecido descanso vio, al fin, la siniestra figura del mesonero, con la cabeza asomada por una trampa que había en el suelo, observando sus movimientos y, sin duda, esperando a que el sueño lo rindiera.

Patio actual de la Posada del Potro


Furioso de ira y coraje tiró un mandoble hacia aquel lugar, y en seguida se arrojó por la ventana a un corralillo, donde se preparó a vender bien cara su vida; mas, casi instantáneamente, se le apareció la hija del posadero envuelta en un manto y, agarrándolo de una mano, le dijo: 

-Por aquí, caballero, por aquí; idos y contad al rey lo que pasa en el mesón del Potro-.

El capitán atravesó una pequeña caballeriza, y a seguida encontróse en el patio principal del mesón, donde ya algunos arrieros estaban arreglando sus cabalgaduras para partir y otros se preparaban a sacar sus mercancías al rastro. 

Galería de la Posada del Potro

-¡Eh, mesonero!, 

exclamó fuera de sí. Más a seguida reflexionó que debía obrar con la mayor cautela. No tardó aquel extraño ente en presentarse. Pidióle la cuenta y le mandó traer la maletilla que había dejado en su aposento, en tanto que él preparaba su alazán.

-¿Por qué habéis dormido tan poco? –preguntó aquella raquítica figura, volviendo y entregando la maleta-.

Otra vista de la galería

-No lo sé -contestó el capitán-; preocupado, sin duda, con la urgencia de partir e indispuesto con la pesada cena que me disteis, he pasado la noche soñando, y al fin resolví dejar el lecho donde tan incómodo me encontraba. Tomad vuestro dinero y Dios os dé buena suerte.

Las pesadas puertas del mesón del potro giraron sobre sus pernos, y el capitán salió en dirección a la puerta de Sevilla, por donde emprendió su viaje para aquella entonces corte del rey don Pedro.

Por breves momentos nos trasladamos al Alcázar de Sevilla, donde a los cinco o seis días fue recibido el capitán por Su Alteza, que más como a hermano que como súbdito lo miraba. Dióle cuenta del desempeño de su cometido. Mereció ser aprobado, y después contó cuanto le había ocurrido en Córdoba, siendo oído con marcadas muestras de aprecio y curiosidad. Al cabo, le dijo don Pedro:

Cuadras

-Me parece, capitán, que la hermosa mesonera os hizo perder el seso, y que ésa es la causa principal de tan extraña aventura. Sin embargo, iremos a Córdoba y yo os prometo averiguar la verdad de todo. Os juro que si allí se encierran esos crímenes que sospecháis, el mesonero del Potro ha de ser el escarmiento de todos los de su clase.

Un mes habría pasado de aquella extraña escena cuando Córdoba supo con asombro que el rey don Pedro se encontraba en su Alcázar, sin previo aviso al corregidor. Éste, con los caballeros treces, después veinticuatros, se le presentaron a la mañana siguiente, siendo sorprendidos por la orden del comarca de no separarse de su persona hasta llevar a cabo una diligencia que por sí propio había de evacuar, acompañado de todos. A poco salieron del Alcázar y dirigiéndose hacia el Potro penetraron en el mesón, cuyo dueño se presentó, al parecer tranquilo, hasta que vio al capitán; entonces quedó convulso y aterrado.

Callejón de la posada

Recorrieron todo el edificio, hallaron una trampa o puertezuela bajo el lecho que servía a los viajeros ricos, sacaron a la joven, que se abrazó a los pies del rey pidiéndole venganza, desenterraron infinidad de cadáveres y encontraron cuantiosas alhajas y ropas robadas a los desgraciados que sufrieron la muerte cuando tranquilos y confiados se entregaban al sueño. De uno de ellos era hija la encantadora y desgraciada joven que tanto interesó al capitán.

Una fiera, en sus momentos más rabiosos, no era comparable al rey don Pedro que, agarrando al mesonero del cuello, le hizo salir de un empellón a la mitad de la plaza.

-Y tú corregidor- gritó descompuesto-, ¿tú no sabías esto? ¡Ira de Dios, y aun me llamareis cruel al castigar a ese infame! Pronto, mis verdugos, agarrad a ese reptil, atadle las manos a la reja de su mesón, traed los dos primeros potros que ahí encontráis y amarrándole a ellos los pies, azotadlos para que el empuje lo despedacen.

La fuente del Potro, no tiene nada que ver con el castigo de la leyenda

Un grito de horror sonó en todos los presentes y que don Pedro apagó, exclamando de nuevo:

-Silencio, el que no quiera sufrir la misma suerte. 

Momentos después los brazos del mesonero pendían de la reja; el cuerpo había sido arrastrado hacia la calle de Lineros, entonces la Curtiduría.

Plaza del Potro

Don Pedro entregó al capitán como esposa la bella joven, que era nobles y honrada, con todas las riquezas que allí se encontraron, y volviéndose al corregidor y caballeros treces, les dijo estas significativas frases:

-Ya que no sabes ejercer en mi nombre la justicia que te he confiado, he venido en persona a enseñarte tu deber; mas ten entendido que si a hacerlo otra vez me obligas haré recordad en ti al mesonero del Potro."

Y esta es la leyenda del "malvado posadero" .

Fotografías del autor e Internet
Bibliografía de Paseos por Córdoba de Teodomiro Ramírez de Arellano.