Aérea de Mucho Trigo (Apple)
Días atrás hemos estado unos amigos, J. Ramírez, F. Pozuelo y yo, echando unas "horas gratuitas", en un solar que estaba comido por la jungla de ailantos malolientes y mala hierba, propiedad de una compañera y amiga, para proceder a su limpieza, como mandan las ordenanzas. ¿Qué por qué me acuerdo de esto? porque acabo de salir de una sesión del fisioterapeuta de esas de antología, como consecuencia del manejo del rastrillo. No es la primera vez desde luego la que participo en la limpieza de este solar, de la que fue la casa del Tintorero (como me comentaba mi tía Rafaela) José Carnago, y donde vivía el picador Carnago, su hermano. Ya me costó una fractura de coxis -ese resto del antiguo rabo-, que me duró más de un año, una limpieza, .
Calle Mucho Trigo
Fachada
Hace unos años, el solar estuvo cedido gratuitamente a unos "ecologistas", que instalaron un huerto familiar, con el único compromiso de que colaboraran en el pago del IBI (que no pagaron ninguno de los tres años que lo tuvieron), y se marcharon porque se le pidió delicadamente, tratando de no causarles ningún estropicio en la cosecha. Fueron el colmo de la incongruencia, exigieron reparar un muro medianero que no había resistido al tiempo sin mantenimiento y se habían caído de él unos ladrillos. Siempre las reparaciones de los muros las realizaba José Carnago, y claro por esa razón duraban en pie las paredes medianeras, por el mantenimiento.
Una vista aérea con los límites de la propiedad (Apple)
Otra vista desde el sur (Apple)
La paradoja es que 300m2 para instalar un huerto urbano, gratuitamente solo con atender al IBI anual, 271 euros, que no pagaron nunca. Lo más seguro es que la propiedad no se lo hubiera cobrado, si por lo menos hubieran hecho ademán de querer cumplir el acuerdo verbal. Ellos estimaban que la gratuidad de la sesión convertía a la propiedad en arrendador y como tal en el responsable de las reparaciones de mantenimiento en el solar. Increíble y esperpéntico. La propiedad cede gratuitamente durante tres años un solar de 300m2 y le exigen la reparación de unos ladrillos de un muro. Es el colmo del desagradecimiento que te cedan un solar y le exijas a los propietarios como si fueran los caseros.
La primera por la derecha es la actual propietaria
Los vecinos, el día de la primera Comunión de una vecina
El ser humano es muy especial, estos compañeros que se suponen eran de izquierdas, que podía haber significado un plus especial pero que no lo fue. La casa la derribó el Ayuntamiento -ante la denuncia de un vecino que pensaba peligraba la suya- y el consistorio decía no conocer al propietario, curioso éste pagaba religiosamente el IBI de la propiedad. Pidieron tres presupuestos a la misma empresa y a ésta le dieron el derribo. Era habitual ese compadreo municipal. Esta casa era una vivienda con unos hermosos patios, empedrados, aún están por allí parte de los cantos rodados que lo tapizaban, y muchas parras que daban sombra. Un portalón de dos hojas enormes que se llevaron los del derribo, además de las tejas y otros materiales, incluida una pila tallada en piedra. Eso fue desde luego un expolio. Seiscientas mil pesetas el costo, sin contar el ejecutivo que lo subió a un millón cuatrocientas mil pesetas. Mejor olvidar, aunque es dificil.
D. José Carnago Rodríguez
El picador Carnago
Dicen los documentos de compra venta de la casa lo siguiente: "El 8 de junio de 1932, D. Luis Boza Montoro, notario, D. Juan Eusebio Seco de Herrera, canónigo Magistral, como albacea partidor, nombrado por doña Ramona Aroca González, D. Manuel Enríquez Barrios como heredero (llamativo), José Alcaide Molina como padre y representante legal de los menores, José y Margarita Alcaide Irlán, y Rafael Carnago Bonifacio, el abuelo patriarca comprador."
D. Manuel Enríquez Barrios, Alcalde de Córdoba
Vista de la parte que tenía dos plantas y el buen estado de la construcción
"La casa tiene una superficie de trescientas sesenta y tres varas, distribuida en planta baja con patio a la entrada, Caballeriza, otro segunda patio de luces con escalera al principal, otro tercer patio de luces, cocina con pozo y pila para lavar, una sala, cuarto y corral y en el principal una sala y un cuarto. Por la derecha linda con la de Francisco Fernández, nº 12 de esa calle, y con la numero catorce del Patronato de los Ríos, por la izda, nº 8 de Doña Socorro Aguilar y con la casa horno nº 1 de la calle Consolación, de D. Juan Cubero, y por la espalda con dicha nº 1 de Consolación. Y el precio de venta fue de ocho mil pesetas."
La construcción era de una sola planta adosada a la pared noreste, con tejado a una sola agua de teja moruna. Y una construcción más moderna de dos plantas, escalera y dos habitaciones, en la pared oeste, de tejado a dos aguas, luego un corralón al final y una cocina y pila de lavar con un pozo al que nunca se agotaba el agua en un patio a la derecha.
Los ailantos
Después de la limpieza
De la calle Mucho Trigo dice D. Teodomiro Ramírez de Arellano, que el nombre proviene de un apellido, que la gente creía apodo. Estimaba que así se llamaba uno de sus vecinos. Tiene dos barreras o calles sin salida, la más larga se llama la del Posadero -en esta ibamos a alquilar nuestra primera casa para casarnos- y otra más corta no tiene nombre. Lo más significativo de esta calle es que en ella existía un pequeño hospital llamado de la Misericordia. Pensando el lugar de su ubicación pudo ser la que se llamó después la casa de la Cruz, por tener una en el dintel de la puerta. La fundación del hospital se estima en el siglo XIV, por la cofradía de los asteros, que se unieron para pagar menos impuestos al estar exentos los fabricantes de astas, por un privilegio del Rey Enrique, en 1371.
Vista desde el norte
Vista desde el sur
La cofradía se llamó de la Santa Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo, la Concepción y Santa Lucía y San Julián. Esto no ha cambiado con el tiempo, los nombres siguen siendo cinemascópicos. El objetivo de la misma era acoger enfermos, socorrer a su compañeros cofrades de menor poder adquisitivo, ayudar a los casamientos de sus hijas, y la parte más social e importante, recoger y enterrar a los ajusticiados por la justicia. Esto fue lo que se pactó en la escritura fundacional el 29 de junio de 1561, pero venido a menos cerró el hospital por el siglo XVIII y las imágenes se trasladaron a la parroquia de San Nicolás.
La famosa pared medianera
El traslado lo justifica D. Teodomiro de la siguiente manera, cuando habla de la parroquia de San Nicolás de la Axerquía y dice:
"... Al extremo de la nave del evangelio, y sirviendo de paso entre la sacristía y el altar mayor, encontramos una capilla con un retablo de mal gusto donde se venera a Nuestra Señora del Rosario, San José y Santa Lucía; las dos primeras efigies tienen hermandad muy antigua, trasladada de la iglesia de los Mártires cuando se cerró al culto, sin que sepamos por qué se trajo a esta parroquia en lugar de hacerlo a la de Santiago, a que pertenecía. Dicha capilla se llamaba antes de Santa Lucía, la cual tuvo hermandad, trasladada desde un hospital que estaba en la calle de Mucho Trigo, como allí diremos, y cuya principal misión era dar sepultura y costear entierro a los que morían por sentencias judiciales. ..."
Lo que fueron las pilas y el pozo en el rincón de la derecha
Y porqué todo esto. simplemente por la cantidad de hierba y ailantos que cortamos Ramírez, Pozuelo y quien suscribe en un plazo record. Y aprovechando hablamos de una casa, la del Tintorero, de su compra, de los personajes algunos con calle en la ciudad y que participaron del acto, Seco de Herrera y Martínez Barrios, de la calle del Hospital, de su desaparición y traslado a San Nicolás de la Axerquía de los titulares del mismo, de las personas que nacieron y vivieron en esa casa. Un totum revolutum desde luego.
Fotografías del autor, de la familia Carnago y de Apple
Bibliografía de Paseos por Córdoba y de los documentos de compra venta.
Buenos días, amigos. Paco, magnifico relato el que haces de la finca. ¡Lo que estamos aprendiendo! al menos yo, es impagable. Por las fotografías, puedo observar que eran gentes con posibles, ya que los muros eran de ladrillo, en lugar de muros de calicanto, teniendo en cuenta lo cerca del rio que esta zona. Un abrazo, salud y República.
ResponderEliminarP/S: Sobre los “ecologistas de izquierdas” Ante Dios y en dinero; lo segundo es lo primero. Y, Quien da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro.
Muchas gracias, Patxi es que a medida que buscas en algún documento salen cosas muy curiosas, un albacea canónigo Magistral, es la prueba que siempre han estado asesorando a los ricos. Un heredero que no se por donde le viene la herencia que fue alcalde de la ciudad e ilustre de la misma, luego es verdad que el dinero no lo coge porque lo dona a una institución religiosa, todo al mismo lugar. El corte del texto de la herencia es estándar desde tiempo atrás. Y debajo el imperio romano y luego árabe. Todo el subsuelo de un solar adyacente, algo más bajo, como un metro, está lleno de grandes muros de sillares. Y en cuanto a los "amigos" es la decepción de su comportamiento, nada más se gastan un dinero en una enorme plasta de hormigón y no son capaces de reparar un muro que solo le faltaba unos "emplastes". O más fácil que reparar, sanear derribándolo y dejar la medianera limpia, con la protección de humedades. En fin. De todo sacas enseñanzas.
ResponderEliminarUn abrazo
Casualmente y a raiz de una noticia publicada hoy,he buscado las referencias bibliográficas a las que se hacía mención y bueno,sé mucho también de ese solar,de esa casa...y tanto.Yo nací,viví y me crié enn la casa de al lado.
ResponderEliminarNo me suenan vuestros nombres como vecinos de la calle pero seguro que llegamos a convivivir por aquella época.
Luis Jaimes, muchas gracias. No te pueden sonar los nombres, aunque no sé a cuales te refieres de los que se nombran, porque yo no he vivido ahí, vivía mi novia que es mi mujer en la actualidad, Conchi Carnago. Esa era la familia principal, luego había otros vecinos unos familia y otros no. José Carnago, Concha Cuaresma, Antonio Rafael Carnago, José Carnago, Magdalena Carnago, Manuel Gómez y su mujer Antoñita, Magdalena y Mari sus hijas. Francisco y María y Paco y Mari sus hijos. Estos eran los vecinos. Antes los abuelos y unos tíos tambien Carnago. Si has vivido en la casa de al lado (no dice si el ocho o el doce) tienes que conocer al alguno seguro. Un saludo
ResponderEliminarYo vivía en el número 8.Mi padre tenía una tienda de ultramarinos, donde, entre otros compraban a diario los Carnago.No me acuerdo de sus nombres de pila, pero fíjate que en mi lenguaje y entendimiento de crío onfantil, esa casa era la de los Garnago, con g, ahora me estoy enterando que era Carnago.Me acuerdo perfectamente de las dependencias de la casa...al fondo el corral, lógicamente...Y me acuerdo perfectamente del matrimonio, no sé si Concha y su marido...alto con el pelo blanco, jajaja...disculpa son solo flash de niño de hace unos 45 años...
ResponderEliminarY otra curiosidad, la foto que aparece de la familia como unos detrás de otros en una escalera y tal...Mi hermana, MªJosé... se hizo con mis padres esa misma foto en el mismo lugar el día de su comunión.
qué historia...Un saludo.
Luis las cosas que recordamos de niño luego son distintas. Nosotros conocíamos a Paquito de la tienda, si tú tienes 45 años a quien relacionas con el pelo blanco es primo de Conchi que se fueron con sus niñas a Canarias y allí murieron. Yo estuve entrando en esa casa desde el año 1963 hasta 1973 que nos casamos. Luego la derribaron y se registró después de una serie de vicisitudes a nombre de Conchi. Paquito fue testigo de cuestiones de notaría con nosotros, lamentamos mucho su fallecimiento que nos enteramos a toro pasado. Nosotros hemos pasado los setenta, y ya sabes, nos fuimos de allí en el 1973 y mis suegros creo que el 1975, allí siguieron viviendo Manolo y Antoñita con sus hijas Magdaleni y Mari, y luego marcharon a Canarias. Luego Paquito seria, estimo tu abuelo. Un saludo.
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