La fachada
Muchas veces hemos estado aparcados en ese mini picadero del amor, frente a esa hacienda que se llamó San León y ahora se llama Ntra. Sra. de la Fuensanta, como punto de partida de determinadas incursiones serranas, por ser el lugar donde pueden quedarse un par de coches. En el vuelo de 1977 aparece la finca en casi todo su esplendor, por lo menos no tenía aún signos de la enorme ruina en la que se encuentra ahora en la actualidad. Y es lamentable el estado en que se encuentra.
El nombre de la finca
En 1977 está en su apogeo, puede verse la peligrosa entrada y la explanada
Parece que antes de esa fecha del vuelo la propiedad era de la familia Salinas, concretamente del Sr. Salinas Anchelerga, que fue primero Tte. de Alcalde en el año 1940, y luego alcalde de Córdoba, desde el 10 de abril de 1948 hasta el 17 de julio de 1949. Mi madre recitaba un titulillo que decía: "cuando estaba de alcalde Salinas no teníamos ni para harina". Fue un destacado participante del golpe de estado fascista de 1936. Sin embargo a un hermano lo asesinaron los fascistas en agosto de 1936. Nació en 1899 y murió, en su cama, en junio de 1973. Parece ser que la finca cambió de nombre por el que tiene en la actualidad, y que es el de su hija Fuensanta.
Este vuelo es de 2004 de Google Maps
La gran extensión en el catastro de 1950, las línes rojas carreteras y caminos
Esta señora se casó con uno de los propietarios de la concesión de CAMPSA en esta ciudad, Sr. Ávila. Cuando esta señora era la propietaria parece que la finca fue alquilada a diferentes familias, como apartamentos. En su mejor época fue la segunda residencia o casa de verano de la familia, y a su vez tenemos noticias que fue molino de aceite, con posible residencia de los aceituneros. Y luego tuvo una clínica veterinaria o residencia canina regentada por una nieta del citado Sr. Salinas, aunque esto no es seguro.
Este vuelo es de 2012 de Apple, vista desde la esquina SE
Y aquí vista desde el oeste (Apple)
De la familia Salinas también era la taberna que se encontraba pasando los almacenes Pedregosa en la acera entre las Tendillas y la calle San Álvaro, aunque no puedo precisar de qué familiar era la misma. Esa taberna de dos plantas la he frecuentado en mi infancia con mis padres, alguna que otra vez, y me acuerdo de haber jugado asomado a los balcones de la planta primera, que tenía habitaciones individuales, que daban a la calle Málaga.
La entrada al patio
El hall y la escalera
Tiene la finca que nos ocupa, la fachada principal orientada al mediodía, dos plantas y azotea. Puerta y dos ventanas en la baja, y tres ventanas en la superior, y en el centro de la central el nombre de la finca "N. S. de la Fuensanta". Delante de la puerta en curva, tiene un pequeño jardín balconado sobre la carretera. A la derecha de este jardín, en la fachada oriental, una pequeña alberca con la higuera habitual, aunque no podemos precisar su alimentación.
Salida al patio interior
La pequeña alberca
La parte noble del edificio tiene un pequeño patio interior y la escalera de acceso a la planta primera. El estado es muy ruinoso. Muchos grafitis son testimonio de que cuando estaba en mejor estado ha sido muy visitada. En la esquina suroeste tiene el principal acceso, aunque parece que tenía otro posiblemente de servicio unos metros más abajo, en la curva de la carretera, como puede verse en el vuelo de 1977. La salida de la finca a la carretera debería ser peligrosa.
La nave norte y sus ventanas con arco
Lo que llamo transformador (¿?)
En su fachada occidental tiene lo que queda de una nave dividida en dos, con puerta y tres ventanas al patio principal, que bien pudieran ser las dependencias del molino. Parece que en las fotografías aéreas se ve lo que aparenta ser la piedra del mismo. En el centro de ese patio, que llamamos principal, existe un castillete, que bien pudo albergar un transformador eléctrico, aunque también pudo tener otra finalidad, estoy pensando en el pozo. Es la construcción en mejor estado de la finca.
Al fondo la cocina campera
Más de la nave norte
Detrás, al norte, una terraza da acceso a una nave con puerta y cuatro altas ventanas con arco superior. Es rectangular y está orientada este oeste, de tejado a dos aguas, y en su lado oriental tiene lo que sería una enorme cocina campera que está señalada en lo que queda de muro. Inmediatamente detrás más al norte una serie de habitaciones y otras dependencias, pero el estado de ruina es tal que difícilmente puede uno hacerse una idea completa de la construcción.
Ruina de techos
Un sillar tallado
Estas dependencias pudieran ser las habitaciones de los aceituneros. Un buen amigo, Pepe Serrano, ha tenido la suerte de estar en varias ocasiones en la finca, cuando estaba habitada, y es este el que nos ha facilitado algunos datos de la misma. También D. Amador Lucena, según palabras de su nieto Manuel, fue capataz de esa finca cuando se llamaba San León. La realidad es que la actividad de su época de esplendor se estima importante, así como el territorio que regentaba, hoy bastante segregado.
Patio pequeño
Acceso desde la curva tapado por la vegetación
San León o N. S. de la Fuensanta, 37º55'19"N, 4º48'59"O, en la cota de los 380 m.s.n.m. lindando con la fincas: Aduana, Sta. María, Quitapesares, Cinco Pollos, Villa Casana, Huertas Unidas, Huerta de los arcos, Los Dolores y El Aljibe por el norte.Otro elemento patrimonial que debido al abandono al que lleva sometido, pronto será sólo un vago recuerdo que quedará sólo en las personas que en la finca trabajaron o la habitaron, y después se perderá definitivamente. Por ello esta entrada en el blog, para que cuando menos queden las fotografías que acompañan la misma.
Una aclaración, en absoluto se pretende quitarle protagonismo a Carlos Vioque y sus Abandonos en el tiempo.
Fotos del autor, Goolzoom, y Apple
Agradecimiento a los compañeros J. Serrano y A. Lucena
Enhorabuena por la entrada, y por otras anteriores.
ResponderEliminarPor aportar más información, allí estuvo viviendo una familia de 3 o 4 hijos de apellido Romero en los ochenta y noventa. Al menos hasta el año 1996 en el que dejé el Colegio La Aduana los hijos de esta familia acudían andando al colegio diariamente. En alguna ocasión visitábamos su casa en la que tenían gallinas y conejos. Ya entonces la casa estaba medio en ruinas, pero había algunas habitaciones habitables. Los hijos, muy hábiles en el campo nos enseñaron todo tipo de trucos de orientación, supervivencia y demás a los que llegábamos de la ciudad para estudiar en ese entorno.
Javi muchas gracias por la aportación, es muy interesante, por lo menos conocemos algo más de los habitantes. Me dijo un amigo que tenían alquilados también. Por lo menos sabemos que hasta el 96 hubo alli habitantes. Hace cuarenta años estuvimos unos amigos alli de perol (un bautizo) y entonces estaba bastante bien.
ResponderEliminarUn abrazo y nuevamente muchas gracias.