La roca del punto más alto con la especie de asiento
Esta mañana hemos estado el Sr. Serrano y quien suscribe -que no se ría nadie por favor- en el monte del Pardo. Dicho así puede parecer que nos hemos trasladado a ese lugar que fue residencia de un sr. gallego, bajito, de voz atiplada, que nos tuvo en vilo a los españoles, bueno a muchos españoles, porque tenía bastantes adictos, durante toda una vida. Pero no, no era ese lugar, eso es historia, triste pero historia.
Plano del siglo XIX donde pone Lagar de Leopardo
En verde desde el aljibe al cruce en rojo subida al mirador
Hemos estado por un sendero que sube por el Lagar del Aljibe buscando el del Pardo, en algunos mapas, Leopardo o Leonardo, según el escribiente o dibujante del Plano. Pasando Trinidad, San León o Ntra. Sra. de la Fuensanta, en el punto kilométrico 1,500 aproximadamente, a la izquierda está el camino que sube al Lagar del Aljibe, que está cuatrocientos metros más arriba, con un desnivel de más de un 13%.
Foto aérea de Apple donde se señala el lugar del mirador y el roquedal más abajo
La visión del valle desde el Aljibe
Lo primero que nos encontramos es el antiguo Lagar, a la izquierda, en ruinas. Más arriba ya vemos el formidable eucaliptus, que por la parte más corta tiene 60 años porque ya se ve en el vuelo de 1956. Luego a la derecha del camino un profundo pozo de más de quince metros de profundidad, y el gran relleno que significó la plataforma donde está ubicado el enorme chalet abandonado, que dicho sea de paso tuvo que ser precioso.
El sendero
Una piscina que mira a la ciudad desde su borde este. Podías estar dentro del agua, en el filo y delante solo el horizonte, las Subbéticas, Sierra Nevada y demás en la lejanía. Más arriba el sendero que nos lleva al moderno aljibe de unos cuatro metros de profundidad, que seguro se alimentaba del arroyo o quizás tenga alguna mina que desconocemos, aunque parece que por esa altura no es muy común agua.
El sendero y la cerca
Dejamos el aljibe y caminamos por lo que en invierno es el cauce de un arroyo. Una subida preciosa, aunque ahora el desnivel es de un 17%. A nuestra izquierda la cerca cinegética. Siempre cercados por todos sitios. Un enorme tubo metálico de unos cincuenta centímetros se divisa arriba del arroyo, pero no nos interesa, además que nos obligaría a pasar al otro lado de la cerca, y no entraba en nuestros objetivos.
La desviación al mirador
Salpicados alcornoques desnudos nos permiten conocer que se ha recolectado el corcho, esa cubierta que los hace bastante inmunes al fuego. Los autóctonos son más fuertes que los pinos de repoblación que no lo son. A la izquierda un cercado que contiene normalmente colmenas, ahora sólo una, y un cartel que dice "Peligro, abejas trabajando". Un sendero parte a la izquierda.
La roca y el "asiento"
Nos llama la atención montones de escombros que, pensando bien ya que no lo consideramos lógico, pudieran ser para rellenar baches del camino. Le otorgamos el beneficio de la duda. Seguimos subiendo para desembocar en una enorme roca en la cota de 525 m.s.n.m., ninguna llega a los seiscientos metros en ese lugar pero casi todas superan los quinientos metros.
La roca, 525 m.s.n.m.
A la roca parece que le han añadido, o tallado una especie de asiento circular, o a lo mejor es natural, que si la vegetación añadida por el abandono del lugar no estuviera, permitiría ver a través del valle del arroyo que baja del Pardo, el sur de la ciudad. Frente el cerro de la Cárcel, Las Ermitas en su parte norte. Hacia el suroeste todo el escalón de Sierra Morena hasta las Niñas y San Jerónimo.
Una subida a la cima
Hay otra especie de mirador entre el Pardo y Torrebermeja en otra altura similar, que me dijo el amigo ciclista Paco "El Canario", que permite ver desde allí limpio el este del valle del Guadalquivir, por lo que la salida de la Luna llena (este fue el espectáculo que él vio de noche), debió ser maravillosa.
Fotos del autor, de Apple y GoolZoom.
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