VÉRTICE GOEODÉSICO DE LOS VISOS

Vértice geodésico de Los Visos, al fondo San Jerónimo

Un sueño de niño hecho realidad por muy poco esfuerzo. Cuando de niño pude tener unos prismáticos el universo local se hizo grande e interesante, tenías acceso a perspectivas del bloque de la Mezquita increíbles. Las cigüeñas de la espadaña de la parte este la tenías al alcance de tu mano. Luego me enteré que eran las mismas de todos los años. Y todos los años cuando volvían por San Blas (como dice el dicho), renovaban el nido con nuevas ramas. En cierta ocasión vi como le llevaban a sus crías una pequeña serpiente.

Plano del s. XIX

Vuelo de 1956

Vuelo de 1977

Ese juguete me permitió otear mi horizonte particular de la campiña, también llegó a mis manos un catalejo inglés que aumentaba la cercanía, pero había que apoyarlo bien para tener una buena visión por su aumento. Esa campiña me permitía ver la subida de los Visos de la N-IV, cuando aún daba unas cuantas vueltas (no era recta), y sobre todo el misterioso puntito que parecía un trípode de pozo -me parecía a mí-, que siempre ha existido allí, a pesar de que el vértice geodésico propiamente dicho se instaló por los años ochenta, pero los mapas del sXIX, 1956 y 1977 lo atestiguan. Luego estaba el cortijo a la izquierda, Aguayo Alto, que se me antojaba por su linealidad con un tren -esto seguro porque a lo mejor en aquellos tiempos me hubiera gustado ser ferroviario-.

 Nave de Amador Carmona

 Nave de Aguayo

Cortijo de Aguayo Alto

Pero ahí estaban esos lugares misteriosos que desconocía. Lo cierto es que me olvidó con el tiempo y el trabajo, que empecé temprano, nueve años. Hace poco tiempo, cuando volvía con mi amigo Pepe Serrano por la nueva A-45, después de visitar los Silos Romanos del cortijo Nueva Silera y no haber podido ver el Dolmen del arroyo Abades, le pregunté por mi puntito de la infancia, y me dijo: -Ese es el vértice geodésico de los Visos. Nuevamente se despertó mi curiosidad. Consulta de mapas y caminos para poder acceder al mismo. E incluso pensar preguntarle al máximo experto que conozco en estas lides, Emilio López (Vértice). En la provincia de Córdoba creo que los ha visitado todos.

 Aguayo Alto desde el aire

 Trazado del recorrido

Los olivares, el talud y el Vértice... y los terrones

Y ayer decidimos sobre la marcha subir a él. Por el camino de Fernán Núñez, que discurre al lado del antiguo polideportivo abandonado de la dictadura, y ocupado por perreras y chozos de diversa índole. Que sube cruzando el Arroyo de la Miel antiguo, de triste memoria con la inundación, y el nuevo cauce, convertido en vacie de porquerías y escombros. Que cruza los inmensos territorios del Cortijo de Aguayo -apellido ilustre con un genealógico, que llega hasta el reparto del botín de guerra castellano-. 

 El talud y el vértice

 Un majuelo

El último tramo al vértice

Deja a un lado la nave que fue de Amador Carmona, y antes del "Cigarrón"-ahora lo ignoro- ya permite ver una perspectiva de la ciudad y el escalón de Sierra Morena verdaderamente maravillosa. A medida que subes te vas introduciendo en la inmensidad de la campiña, arada en algunos tramos y los menos en barbecho. Al fondo, arriba, una habilidosas rapaces volaban en parejas, seguro que cazando, contamos cinco. Preguntamos a un Sr. y nos señaló que el camino llegaba hasta una mancha de olivar y de allí cruzar el barbecho hasta el vértice.

 Un trozo de marga en el lindero del olivar de La Torrecilla

 El pequeño talud del Vértice

Una vista de Córdoba

Hacia el este, el cortijo de Aguayo Alto que, rodeado de árboles parecía mi tren de niño, circulando por un horizonte ondulado. Algunos tractores arando, otros sembrando trigo y una moderna maquinaria regando de herbidicida -asesino en masa selectivo- el campo antes de la siembra. Nos lo explicó un Sr. que esperaba la semilla. Pudimos verlo en un terreno que había estado la anterior cosecha sembrado de guisantes, viendo como la tímidas matas que habían nacido de la cosecha anterior, amarilleaban de muerte por haberlas regado del asesino producto. Seguimos hasta el camino que subía al olivar.

 Placa del Vértice

El cilindro

Subida del talud

Y allí decidimos no pisar lo que estimábamos sembrado, y por una linde y después por enormes terrones que hacían flaquear los tobillos, semiblandos afortunadamente -sin ser barro-, llegamos a la gran mancha de olivar del cortijo Torrecillas, para llegar, sin dejar de subir por una linde de almendros, hasta el terraplén que nos llevaría, zigzagueando por él, arriba, a la cota de 238 m.s.n.m., y nuevamente terrenos del cortijo de los Aguayo. A la izquierda el Cerro del Moro cinco metros más bajo que el del Vértice, aunque cuatrocientos metros al este, y con la pendiente ladera que mira a la ciudad, con un rico olivar, como pudimos comprobar después.

 Camino de bajada, que llamó mi amigo Pepe la autopista

Al fondo el Cerro del Moro y el camino

Fotos junto al vértice geodésico, las mismas o parecidas sensaciones, guardando las distancias, como cuando coronan lo expertos ocho miles. Puede que sea exagerado pero para mí eran esas. Este vértice geodésico después de llevar muchos años sabiendo de él, en el horizonte sur, estar junto a él, significaba una gozada, claro que acompañaba similar perspectiva de nuestra Córdoba, como cuando vienes del sur y coronas la A4 en el Alto de los Visos, o la Cuesta de los Visos. Esa sensación de vuelta a casa y al privilegiado valle dónde está ubicada, es única.

 Otra linde curiosa y el cerro del Moro

Olivo del talud del Cerro del Moro

¿Qué significa viso? "VISO s. m.

1.-Prenda interior femenina de tela fina, y parecida a una falda o a un vestido sin mangas; se lleva bajo las faldas o los vestidos transparentes. Combinación. 2.-Culto apariencia: 3.-Brillo que cambia con el reflejo de la luz. 4.-m. Reflejo de algunas cosas que parecen ser de color distinto del suyo propio. 5.-Destello luminoso que despiden algunas cosas heridas por la luz. 6.-Forro de color o prenda de vestir que se pone debajo de una tela clara que se transparenta. 7.-Lugar alto desde donde se ve y descubre mucho terreno. 8.-fig. Apariencia de las cosas. 9.-A dos visos. loc. adv. fig. Con dos intentos distintos. 10.-De viso. loc. adv. De importancia. (Del Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.)"

 Una vista atrás desde el olivar

El camino

Nos quedaremos con la número siete, porque parece que es la más lógica, aunque a los que peinamos canas nos suene más la primera y la sexta. Muchas veces los topónimos no son, desde luego, lo que significan semánticamente. 

Ahora los datos geográficos: (Del IGN)

"Número del vértice: 92320, Nombre: Los Visos, Municipio y provincia: Córdoba, Fecha de construcción: 28 de septiembre de 1984, Pilar sin centro forzado: 1,20 alto por 0,30 diámetro, Último cuerpo: 1,50 de alto po 1,00 de ancho. Total cuerpos: 1 de 1,50 de alto.

Coordenadas geográficas: Sistema de referencia: ED50, Longitud: -4º46'56,0483, Latitud: 37º50'23,5152, Compensación: 01/04/1987. ETRS89: Longitud: -4º47'00,78127+/-0.094 m. Latitud: 37º50'19.00973 +/-0.097 m. Alt. Elipsoidal: 287.997 m +/-0.119 (BP) Compensación:01/11/2009

 Una rapaz en vuelo rasante

Una pareja de cacería

Desde Córdoba, por la carretera N-IV en dirección a Sevilla y al llegar al Km. 408,500, que está en el cambio de rasante de la Cuesta de los Visos, se deja el vehículo. A pie, hacia la izquierda, se sube al alto del cerro en unos 17 minutos, recorriendo 900 m. Es accesible en vehículo todoterreno hasta los últimos 70 m. (donde se entra en un campo de girasoles), teniendo en cuenta que los últimos 250 m. son por terreno labrado profundo." En esta descripción suben por la propia cuesta de los Visos, pero ahora no se puede dejar allí el vehículo ni hay un campo de girasoles siempre. Pero es lo que está escrito.

Vídeo desde el Vértice geodésico

Fotografías y vídeo del autor, IGN, Google y Appple
Bibliografía del IGN.