Cortijo Monte de la Morena
Subo desde el barrio viejo del Campo de la Verdad (la antigua Villacachonda), dejo la desaparecida Madrileña a la izquierda y las torronteras, escarpados del río Guadalquivir, que a lamidas invernales va modelando la campiña. La subida por lo que hemos llamado siempre camino Viejo de Castro. Paso la moderna autovía A-4 por un elevado puente, a la derecha la conducción que sube a los depósitos de Emacsa para la zona sur de la ciudad. Un poco más y el cruce para el Judío Nuevo y los restos (casi ninguno queda) de la antigua torre telegráfica óptica, la que recibía datos, de la del Chancillarejo y enviaba a la del Espino, o viceversa.
Vuelo de 1956 la Morena
Vuelo de 1977, La Morena
Topográfico de 1872
Bajo buscando la Barca. A la izquierda el establecimiento de Bodegas Campos, de preciosas vistas sobre la ciudad, con el Arenal a sus pies. Por ahí un terreno movible como el de Benamejí. Los aficionados al ciclismo por esas rutas éramos sufridores de ese tramo siempre en mal estado, (ahora está bastante bien) desplazándose hacia el Arroyo de los Sarnos, que busca desembocar en la Barca. Arroyo al que unos metros atrás se le ha unido el Coronadas. Ahora la subida a Cañaveralejo, que dejamos a la izquierda. En el km. 8 cruzamos el oleoducto Rota-Zaragoza, el que construyeron los yankis para transportar el combustible de sus bases, Rota, Morón, Torrejón y Zaragoza, a cambio del queso y la leche en polvo, las miserias del plan Marshall.
Plano cartográfico del s.XIX
Catastral, Poligono 37 Parcela 10: 1746 m2 construidos, 2.178.136 m2 superficie. Año registro 1960
Y luego Montesina, para en una brusca curva a izquierdas buscar Doña Sol, cruzando antes el arroyo de las Alfayatas, de significado "sastra o arregladora de trajes". El antiguo camino de los Montesitos, que sigue siendo la actual CO-3204, sube descaradamente con considerable desnivel, a la Mesa de Montalvo, dejando a la derecha abajo el arroyo de Cordobilla, que lleva aguas estacionales de los: Judío, Alfayatas, Estebanía, Tornerito, Alamedilla y otros. Tres Km arriba a la izquierda y derecha el olivar de Montalvo y su afamada Mesa, que es horizonte verde desde Córdoba y extraordinario olivar.
Cortijo de las Alfayatas
Camino de Montalvo
Puerta de Montalvo
En el punto Km. 12,7 a la derecha el camino al Cortijo de las Alfayatas. En ese mismo punto a la izquierda está el camino al del Montalvo, que fue o es aún, no lo sé a ciencia cierta, propiedad de Miguel Cano el Pireo, un torero cordobés. Ahí también cruza el gasoducto -de esa empresa cementerio dorado, pero que muy dorado, del pago a los servicios prestados de inmorales políticos-, que busca la estación distribuidora de El Carpio para girar hacia Extremadura haciendo hiriendo toda la Sierra Morena, o sigue para la meseta castellana.
Entrada al Monte de la Morena
Cortijo Monte de la Morena
Aeródromo de la Morena al fondo Los Morales
Unos cientos de metros a la izquierda, en el 13,5 km. una senda complicada baja al cortijo de Luis Díaz, en la CO-3200 (un día quise bajar por ahí en bicicleta y no lo intentaré más y mucho menos en invierno). Más adelante casi en el punto Km. 14 a la derecha, la entrada del cortijo Torreón de la Morena o Monte de la Morena. Es de significar que me estoy moviendo con cartografía del s. XIX, y actual, en el ánimo de recuperar, si es posible, nombres perdidos o en desuso.
Puerta principal
Uno de los cancerberos
Patio principal
Dos columnas cuadradas coronadas en pirámide, de albero y blanco, son las guardianes del camino al Monte de la Morena como figura en su puerta, con el añadido de la fecha 1962, que fue el año de una reforma integral del cortijo. Al fondo, al este, la torre de factura mudéjar, medieval, que parece se construyó en el s. XIII. Antes de llegar una explanada desde donde parte hacia Córdoba, hacía el oeste, la descendente pista del Aeródromo de la Morena. Llegué a la puerta y un cancerbero me comía, trataba de defender su territorio, otros dos dentro de la cancela roja, también justificaban su pan.
Fachada sur, al fondo la torre
Puerta este, trasera
Vocee reiterados ¡¡Buenos días!! para avisar a posibles moradores y solicitar permiso, la falta de contestación me confirmaron que estaba sólo en el Monte de la Morena (desee fervientemente que no se rompiera la cadena que tensaba el perro a la vez que acrecentaba los ladridos). Rodee el cortijo por su lado sur camino de la torre que está al este del mismo. A la derecha una nave que en el plano figura como porqueriza, y al fondo, en la misma dirección sur, restos arbóreos de los que serían antiguos bosques, el arroyo de la Morena y el vértice geodésico del monte de la Morena, lejos, solo y majestuoso.
Cancel puerta trasera
Patio trasero
La torre desde abajo llama la atención, diecisiete metros son bastantes. Unos diez metros de base cuadrada. En su cara noroeste tiene una puerta en la planta baja, que permite el acceso a una habitación, usada para los animales. Arriba una aspillera y una ventana con arco tapiado. Por la cara noreste una escalera de dieciocho escalones sin baranda, llevan a una puerta de madera con cerrojo exterior, y arriba una ventana tapiada. En algunos lados se ven grietas en la construcción.
Restos boscosos de la antigüedad
Vista aérea, se nota el deterioro en este momento del vuelo.
Las otras dos caras también tiene ventanas tapiadas, con un pequeño ventanuco en el tabique de ladrillo que las cierra. Y la azotea es accesible desde donde puede verse una vista maravillosa de los contornos. Podría ser una atracción turística la visita a la misma. Tres bóvedas la configuran interiormente. Una nutrida representación de marcas de cantero en sus sillares, los decoran con la firma de los profesionales que las tallaron.
Torre cara NO/SO
Otra vista de la torre
Tenemos unas fotos interiores y de la azotea, propiedad de ese extraordinario almacén del patrimonio cordobés, que es Emilio López (Vértice). Raro es el lugar de nuestra geografía que no haya sido fotografiado por Emilio, desde bastiones ibéricos de la campiña, pasando por torres, vértices geodésicos, ermitas, puentes y los más variados lugares que pueden verse en sus página de Flick. Merece la pena darse un paseo por ella. Son muchos kilómetros los realizados para hacer esas fotografías.
Cara suroeste
Esquina este
Vuelta a Córdoba por el mismo sitio, aunque también se puede volver a Doña Sol, luego Las Monjas, Doña Urraca, Galapagar Alto y Bajo, y salir a la A-4 , Km 391, después de cruzar Cantarranas, a la altura del centro penitenciario del Cortijo de Chanciller. O continuar hasta Santa Cruz dirección este desde la Mesa de Montalvo, hay para todos los gustos. E incluso se puede desde allí ir a Roma, por aquellos de que todos los caminos...
Fachada sureste
Fachada noreste
Del libro Cortijos, Haciendas y Lagares de Andalucía (Plataforma A Desalambrar)
"Cortijo la Morena [397]
Se localiza al sudeste de la capital en el monte de la Morena, uno de los altozanos más significativos de la campiña, en un área hoy dedicada por completo a los cultivos de secano. Tan privilegiada situación explica la presencia junto al cortijo de una atalaya defensiva medieval de 17 m de altura y factura mudéjar, levantada a fines del siglo XIII o principios del XIV según M. Valverde y F. Toledo. Hecha de sillería y acabada en terraza, su interior alberga tres cámaras abovedadas, la inferior para almacén y refugio de ganado y las otras de habitación, utilizadas luego como palomar.
Esquina noroeste y puerta plata baja
Puerta a la altura de la primera planta
Hay asimismo huellas de haber tenido algunas construcciones adosadas que han desaparecido. En sus orígenes se trataría seguramente de una de las torres o torres cortijo que constituyeron el exiguo hábitat rural de la campiña cordobesa en los inseguros tiempos de la Baja Edad Media, un asentamiento donde una de las pocas obras sólidas y permanentes sería el torreón, a juzgar por las referencias que se hacen de la Morena en fechas subsiguientes.
Escalera de acceso
Marcas de cantero
La Morena fue señorío desde el siglo XIII, con privilegio para poblarse, algo que no se llevó a efecto. Perteneció en el siglo XIV a la familia de los Gamarras, a Juan de Berrio a mediados del XV y a los condes de Fernán Núñez en siglos posteriores. En el Catastro de Ensenada, a mediados del XVIII, es recogido entre los 19 términos jurisdiccionales despoblados de Córdoba, indicándose que pertenecía al conde de Fernán Núñez, vecino de Madrid.
Marcas de cantero
Escalera subida (Foto Vértice)
Se define como cortijo con cultivo al tercio y porciones de encinar, olivar, acebuchal –que se entiende olivos bravíos sin producto– y monte bajo, abarcando tierras de primera, segunda y tercera calidad con una extensión total de 594 fanegas, de las que 362 eran de secano, 58,5 de olivos, 2 de acebuchal infructífero y 30 de encinas. Se especifica además que en la finca no "hai casa alguna".
Azotea
Más tarde, y hasta el día de hoy, el Cortijo de la Morena pasó a manos de la Casa de Alba. Paulatinamente, las manchas de arbolado y monte de la finca se roturaron para ampliar las tierras de labor, que en la actualidad comprenden toda su cabida. A su vez, como documenta G. Florido, en 1962 se levantó de nueva planta el caserío, tras derribarse otro anterior que se hallaba en muy mal estado. Configura un conjunto de gran sencillez y estricto sentido funcional, con piezas de una altura en torno a un patio empedrado al que se yuxtapone un corral trasero.
Vértice Monte de la Morena
Bajada a la Barca, al frente establecimiento de Bodegas Campos y el río
Por su reciente construcción, responde a un modelo de cortijo cerealista adaptado a los sistemas de explotación modernos, careciendo, por tanto, de las amplias dependencias ganaderas y auxiliares propias de los cortijos tradicionales. Sus edificaciones, de muros encalados y cubiertas de teja árabe, se limitan a una vivienda de caseros, cocina, alojamientos de trabajadores, cochera y almacén en el primer patio, y cuarto de aperos, granero, cobertizo y gallinero en el segundo; en las inmediaciones se sitúa, exento, un pequeño granero con una zahúrda. Además de la torre medieval, junto al cortijo se halla una pista para aviones utilizados en faenas agrícolas que refleja las nuevas necesidades y usos productivos."
Fotos y vídeo del autor y Vértice
Bibliografía de A Desalambrar y Cortijos, Haciendas y Lagares de Andalucía.
Hace muchos años, cuando uno era joven, indocumentado y depresivo, cogía a veces mi coche y subía por la Carreteta de Castro hasta llegar al cruce con la carretera de Santa Cruz a Los Cansinos. Bajaba hasta la aldea y volvía a Córdoba por la carretera de Graná. Al entrar a la ciudad, volvía curado de toda depresión. Es esa carretera de Castro encontraba unos paisajes de una gran belleza, más aún entre enero y abril. La visión de los asientos de esos cortijos me devolvía a mi niñez cortijera, aunque la que yo viví fuese en la campiña de Santaella y La Rambla. ¡Una pena que la mayoría de los cordobeses desconozcan esa ruta!
ResponderEliminarAndrés muchas gracias por la aportación. Ese camino lo he hecho yo en bicicleta, también subiendo por Doña Sol, la Mesa de Montalvo y bajar a Santa Cruz, y la verdad es que estoy de acuerdo contigo era un paisaje distinto. Cuando visité la planicie donde está el aeródromo del Judío, la Sierra de Córdoba me pareció distinta desde allí. Esas grandes extensiones de tierra dando producto desde el Imperio Romano, llamaban la atención, otra vez tuve la oportunidad de conocer Estebania por dentro y me impresionó. Grandes fortunas y grandes diferencias con los de abajo, enormes diferencias. Merece la pena recorrer esas rutas que, además tienen mucha historia que sirvió y modifico el mundo en aquellos momentos.
ResponderEliminarAl hilo de la Torre y el impresionante paisaje de campiña que desde este cerro se divisa. Me llama especialmente la atención las manchas y bosques islas que la rodean, con extensiones nada desdeñables.
ResponderEliminarEl porte de algunos ejemplares de encinas y acebuches y la rica cohorte de matorral me hace divagar sentado en este lugar tan telúrico. Reservas de biodiversidad que ayudan a imaginar cómo eran los antiguos bosques autóctonos de nuestra campiña hace dos mil años y como serán cuando ya no estemos (vegetación potencial).
Urge una protección urgente de estas "joyas" de comunidades vegetales relictas. Por no hablar de las especies de aves sedentarias y migratorias de utilizan el lugar como habitat o lugar de paso.
Estoy de acuerdo Juan, hacen falta tantas cosas y se pierden tantas por las malas gestiones que da una enorme pena. Un abrazo.
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