Centro Pompidou (foto de la Red)
Sábado diecisiete de octubre, restos de celebración del cuarenta y dos aniversario de bodas, al que se le pueden sumar alegremente diez de noviazgo, que dan como resultado haber pasado los cincuenta años en pareja, cincuenta y dos si Pitágoras no miente, que no miente nunca. Con sus más y sus menos, como todas las parejas, pero ahí estamos. Creo, vamos estoy seguro, que los menos me corresponde asumirlos a mí la mayor parte. Son bastantes mis errores o carencias, por lo que de una forma u otra trato de de pedir disculpas. De muchos soy consciente, de otros no, la verdad.
Por el muelle dos
Cartel de la exposición Temporal
Una sala de la exposición temporal
Después del "disgusto" que me dio un personaje trasnochado nos fuimos a Málaga. Es broma, al trasnochado me lo pasé por el arco del triunfo, que cada vez es menos triunfo y más arco. Parece que fue ayer, cuando los alcaldes de la zona luchaban por la autovía, cuando te daban consejos de rutas alternativas a la Costa del Sol, por Écija, por Puente Genil, para evitar bajar al Genil en Benamejí, el de Antonio Vargas Heredia, flor de la raza calé. Aunque al final siempre llegan las cosas si tienes paciencia. Bastante peor fue la etapa del puerto del León, de los montes, y sus miles de curvas. Hoy en día es un verdadero paseo.
Un selfie en el ascensor
Maqueta del Centro Pompidou de Paris
Escaleras de bajada a la exposición permanente
Hotel Venecia, en la Alameda Principal, frente a la calle Larios, a la sombra de los ficus, plantados en la remodelación del siglo XIX, ciento y algo de años cada uno y viendo el monumento al Marqués de Larios. Fue la zona de la burguesía malagueña, pues construyó en ella sus palacetes, haciéndola el centro de la vida pudiente de la ciudad. En ella se inauguró, como no podía ser de otra manera, el primer alumbrado público con faroles de aceite y gas. En 1925 fue abierta a la circulación de vehículos a motor. El Archivo, del XVIII, Edificio de la Equitativa, 1956; el Taillefer de 1955; un edificio neobarroco de 1914, sede de Cajamar; y la sede de Gobernación e la Junta del XVIII, son algunos de sus edificios notables.
El cubo
La calle desde dentro del cubo
Luego la hermosura de los muelles dos y uno recuperados a los terrenos portuarios, siempre inaccesibles antes para poder visitar el puerto. Ahora el muelle dos para atraque de cruceros turísticos, inaugurado en 2011, con el museo Museo Alborania o Aula del Mar en el Palmeral de las Sorpresas (nos colamos sin intención en una inauguración, hace un tiempo y nos echaron muy elegantemente después de invitarnos a una copa). 450 mts. de eslora y un calado de 10,50 mts. en el argot marinero. Pues ese muelle dos y su recorrido desde la Alameda principal, fue el detonante de una crisis, posiblemente de artrosis en la rodilla derecha de Conchi, que nos hizo pensar en una retirada a tiempo. La visita prevista era el Centro Pompidou.
El mediador ante la obra de Saura
Explicando y debatiendo la obra "Caballero español"
"La Giga Irlandesa" (1961) Dubuffet
Llegada al cubo y con una amabilidad especial nos facilitaron una silla de ruedas, para aliviar a Conchi el suplicio de la crisis. Nos inscribimos en una visita guiada al museo, aprovechamos para ver antes la exposición temporal "Son modernas, son fotógrafas", trabajos más de 150 trabajos fotográficos del pasado siglo, de veinte mujeres, entre las que citamos a Laure Albin Guillot, Marianne Breslauer, Florence Henri, Nora Dumas, Germanie Krull y Dora Maar. Reporteras, fotógrafas de moda, y cinco apartados "Laboratorio de la Mirada", "El taller de retratos", "Las formas del desnudo", "Moda y publicidad" y "Reportaje". Al cual más artística. Con un escaso dominio de la conducción de una silla de ruedas, afortunadamente, y una asustada pasajera, recorrimos las salas de la exposición temporal deleitándonos con las obras expuestas, no pude fotografiar muchas, por estar atento a no llevarme por delante otros visitantes con la silla.
"Autoretrato" Frida Kalho
Un mural de seres inexpresivos
"La bicicleta", Hetien
Luego la cita para la visita guiada en la maqueta del Pompidou de Paris, que recordamos de haber visto "in situ", allá por el 1996, junto con otras ciudades europeas, llamativo como una fábrica de arte, lleno de enormes tuberías plateadas y transparente. Allí un joven, llamado mediador nos atendió con bastante profesionalidad. La llamada mediación consiste en un acompañamiento adaptado y participativo que propicia el descubrimiento de cada obra. Sirve para familiarizarse con el arte moderno personas poco experimentadas y el resto también. Es sin duda una buena idea conocer opiniones sobre las diferentes obras de arte y participar con los visitantes. He de decir que se corre el peligro de caer en las frases "profundas" del que no sabe nada, por ejemplo las empleadas en las reseñas de algunos críticos.
Escultura
Maniqui haciendo el pino en un baño
El arte como todo en la vida, gusta o no gusta, como el vino. Y son cuestiones muy personales, como en las parejas: ¿cómo es posible qué esta señora tan fea lleve a su lado a este empalagoso y vistoso galán tan aparentemente enamorado? Muy simple, por qué le gusta, y para gustos los colores, o el libro de los gustos esta en blanco. A mí me gustaba de niño, no sé todavía porqué, una chica de la calle Céspedes, delgada y muy poco agraciada, que siempre me hace comprender el ejemplo expuesto. Pues lo mismo con el arte, te gusta o no, la mayoría de las veces sin saber el porqué. He de decir que en la presencia de algunos cuadros, precisamente uno de Antoni Saura, me tuvo en un tris de manifestar nuestra palabra cordobesa clave, ¡vamos explicar lo del Sr. Pegout!, que tan magistralmente aclaró Manuel Harazem. Catalogarlo como un "pego", pero me contuve.
102 Ghost, desde arriba
Los "ghost" de espaldas
Explicación del cubo y sus colores, de la visión de dentro afuera y de fuera adentro. Y paradas en los espacios permanentes: "El cuerpo en Pedazos"; "Metamorfosis"; "Autorretratos"; "El cuerpo Político"; y "El hombre sin rostro", admitiendo la originalidad de las obras, porque lo del mensaje es subjetivo, por lo menos eso pienso, lo que es para uno, seguro no es para otro. En la sala central la enorme obra de Kader Attia, Ghost (Fantasma), (2007), original, misteriosa, que se presta al gracejo y la ocurrencia andaluza, cuando le remití a mis hijos una fotografía me dijeron que; -Si estaba en la fábrica de Albal, -uno, y que -Son Ets de papel de bocata, -el otro. Y a la respuesta de que -El Pompidou es así, -obtuve, -Debieron quedarse con las manzanillas nada más. El arte es del Prado. Por aquello de la marca de la infusión. Son las diferentes formas de ver el arte, además aderezadas del ingenio andaluz.
De frente los Ghost de Kader Attia
Otra vista de los fantasmas de papel aluminio
Muchas veces como la música al oido -ya lo he dicho antes-, el arte es todo aquello agradable a la vista, que crea el ser humano, y luego hay que valorar la originalidad. Ghost, se realizó con alumnos de la Escuela de Bellas Artes de Málaga, a las que sus compañeros, los forraron de papel aluminio subidos en una mesa, para luego salirse por debajo de la funda, y quedar esas fantasmagóricas y plateadas figuras, sin rostro, huecas, como están muchas personas.
Un alumno de la escuela forrándolo (foto Diario Sur)
El abandono de la funda debió hacerse con delicadeza, porque el sostén de cada obra era el recuerdo de papel de los cuerpos que forraron. Por eso son cada una distinta de la otra. El conjunto es llamativo y muy original, te hace pensar, los mires desde el ángulo que los mires: desde atrás; desde arriba; de frente; o por dentro intentando ver el oscuro contenido. Al lado en los pasillos, hay obras de Tapies "Piernas" 1975; "Las muchachas del olmo II" de Georg Baselitz (1981), o "Pareja" (1971) de Pablo Ruiz Picasso, entre otras.
Las muchachas del Olmo II, Georg Baselitz (1981)
"Piernas" de Tapies
El "no poder estar en misa y repicando", por atender a Conchi y la conducción del artilugio, se comprenden las dificultades de las personas que tiene que moverse en una ciudad dificil, no preparada, aunque el museo estaba perfectamente adaptado, no me ha permitido hacer más fotografías de la exposición permanente, así como ampliar datos de las diferentes obras, esto, aunque pueda parecer lamentable, y "como no hay mal que por bien no venga", permite tener una justificación para que, cualquier día dar un nuevo paseo y completar las carencias.
"Pareja" de Piccasso
Además de recibir una nueva porción de omega-3, magnesio y yodo de los victorianos, tan plateados como los fantasmas, pero más nutritivos, en cualquiera de los establecimientos del ramo. Nosotros cenamos en "La Taberna la Antigua", de la calle Trinidad Grund. La vuelta de la visita al Centro Pompidou fue más complicada. Almorzamos en el muelle uno y luego fue imposible encontrar un taxi, por lo que recorrimos nuevamente los cuatrocientos cincuenta metros del muelle dos, pasito a pasito.
Alameda principal, 1925
Calle Larios desde el hotel Venecia
"A la iglesia no voy porque estoy cojito, a la taberna si pasito a pasito". Pues fuimos y a trancas y barrancas llegamos. Una inmensa noria, al estilo de la londinense, creo que permanente, está instalada en los terrenos del puerto, desde arriba se ven unas vistas hermosísimas, de una ciudad que lo es de sobra. 70 m. de altura, 40 cabinas, abierta desde las 11 de la mañana a la 1 de la madrugada, y 7 euros el precio.
Gibralfaro desde el hotel
La gran noria (Foto de la red)
Y para rematar, en una carpa vimos el "Viaje a la Luna" de Georges Méliès (1902), considerado como el primer largometraje de la historia del cine. Catorce minutos. Basado en la obra de Julio Verne, así como diferentes artilugios de esos primeros momentos del cinematógrafo, hace ciento trece años. Mientras "el cenachero" entre el puerto y la Oficina de Turismo, continua brazos en jarras sosteniendo los cenachos.
Una barquilla, al fondo Gibralfaro
Los plateados victorianos
Fotos del autor Red y Diario SurBibliografía textos del Museo
Eso es lo que se llama "un viaje bien aprovechao"... Por la parte que me toca, el Centor Pompidou me parece una maravilla, y de tu lectura se desprende que, como mínimo, te ha hecho pensar y meditar, que es creo yo la parte fundamental de estas muestras de arte contemporáneo, y es algo que hoy día se hace indispensable... por cierto, felicidades por vuestro aniversario...un abrazo.
ResponderEliminarSonia muchas gracias.
ResponderEliminarVimos también el de Paris, y el arte contemporáneo y muchos artistas con su originalidad claro que te hacen pensar, bromas aparte, que siempre son inevitables. Yo he sido siempre Picassiano, y Conchi Daliniana, En cierta ocasión bueno hará treinta años, estuvimos primero en Barcelona viendo el museo Picasso y luego fuimos a Figueras exclusivamente a ver el de Dalí. A pesar de lo que he pensado siempre de Dalí, no como pintor, he de reconocer su categoría. Pero hará dos o tres años, estuvimos también en Málaga en el Picasso y me resultó una tomadura de pelo. El Picasso absolutamente comercial, era tremendo, por lo menos lo que exponían allí. Lo que te digo, me pareció una tomadura de pelo, porque la pasión no quita el sentido. Muchas gracias por la felicitación. Un saludo
PD/ Tu también te mueves bastante, de lo que me alegro.
Buenas tardes, amigos. sobre gustos no hay nada escrito: uno fue a mi pueblo con un carro cargado de gustos, y no vendió ninguno porque cada uno tenía el suyo: esto decía mi abuela, cuando salía el tema. Daliii, es uno de los mejores dibujantes de la historia, además de un colorista fuera de serie. A todo esto he de añadir que era un pintor de temas científicos sobre las dimensiones y el espacio tiempo.
ResponderEliminarA Frida Kahlo, siempre le he llamo siempre la golondrina (ver autorretrato). Fue magnífica, pero creo que como artista y sobre todo como mujer, no hubiese sido mucho mejor, sino hubiese conocido a Diego Rivera. ¡¡¡Menudo alhaja!!!
Paco, dices tomadura de pelo. Desatendiendo otras cosas que tenía que hacer, fui al Guggenheim a ver una exposición de pintura y escultura moderna. La gente se quedaba extasiada ante unas esculturas, que consistían en escombros, botes de pintura, brochas con pintura seca, vamos, que parecía un tratero. Para, gustos, pero… Un abrazo, salud y República.
P/S: Conchi, se te ve muy bien, a pesar de la silla.
Muchas gracias Patxi. Coincido contigo en lo de Dalí, y como no en lo de Frida, y comparto lo del prenda de Rivera. Digo tomadura de pelo porque las obras que vi cuando visité el Museo de Picasso en Málaga, lo eran para mí. No era evidentemente el de la etapa azul, o el cubista, o cualquier otra etapa, era que un pincelazo en un lienzo o en un plato por llevar su firma era ya motivo de un comentario empalagoso de quien lo expresaba, pareciendo que dominaba el arte. Era el máximo de la comercialización. En muchas esculturas modernas hay originalidad, y eso es para mí de admirar, y no somos analfabetos artísticos, no, es cuestión de gustos. No hemos visto el Guggenheim, y su estructura exterior aunque rara es llamativa, al final será el símbolo de Bilbao. Conchi se me ha enfadado por poner la foto (pero poco), si ese fue el motivo de lo accidentado, debía de tener presencia gráfica.
ResponderEliminarSalud y un abrazo
Mi "deformación profesional" me obliga a pensar y repensar muy mucho todas las manifestaciones que llaman "artísticas" antes de juzgarlas...una cosa es el "me gusta" o "no me gusta" que genera un primer vistazo, y otra un análisis más profundo, que no tiene porqué coincidir con lo primero.... Hay obras "amables", bonitas, estéticas, pero sin ningún valor que pueda perpetuarla en el tiempo...hay otras que parecen tomaduras de pelo, como decís, pero que son geniales expresiones de todo un contexto histórico, social o político... Pero lo peor son las tomaduras de pelo de los artistas consagrados, que tienen épocas de sequía artística o intelectual pero que se ven obligados a seguir "produciendo", cual autómatas, sabiendo que sólo por llevar su firma ya tienen público asegurado... Mencionáis a Picasso, y estoy totalmente de acuerdo con vosotros. Yo me decepcioné también muchísimo al visitar su museo malagueño. Pero hay tantos y tantos ejemplos...por citar dos de los más conocidos y actuales: el "caso" Calatrava, cuyos diseños se parecen sospechosamente, independientemente de que sean para un puente o para un edificio; y el "caso" Antonio López y su retrato de la familia real, que le ha supuesto más críticas que reconocimiento... Es cierto, sobre gustos no hay nada escrito, pero una cosa es que guste una determinada obra o artista y otra muy diferente que una obra o un artista aporten algo significativo y en consecuencia puedan denominarse "obra de arte" y "genio". Pero tampoco se puede pedir a alguien que sea perfecto al 100%...
ResponderEliminarPido perdón por la parrafada.
Un saludo.
En primer lugar se agradecen parrafadas de esta índole, por lo menos yo, siempre es bienvenida una disertación de una licenciada en arte, algo más experta que yo es sin duda. Me agrada la coincidencia contigo en lo del Museo Picasso malagueño, y eso que no hemos entrado en la cuestión precio de la entrada. Es evidente que solo puede catalogar una obra de arte un experto, al lego solo nos queda el me gusta o no me gusta. Ya hemos comentado en algún sitio que música es todo sonido agradable al oído, y claro para algunos es agradable el ruido del motor de una motocicleta, luego para ellos lo es, y para algunos una barbaridad. Otros nos contentamos con algo más dulce, pero siempre valorando el gusto personal. Calatrava fue uno de mis defendidos durante un tiempo, hasta que comprendí que era un vivo. Me sentí identificado con él cuando en el Parque de las Ciencias de Valencia vi un documental sobre su obra. Luego defendí el su puente, el que quiso colocarnos la Junta en Córdoba, mientras mis compañeros lo denostaban. Ese puente se fue a Mérida. Casi todos sus puentes son, como las Purísimas de Murillo, Bartolomé Esteban le cogió el tranquillo y se hinchó.
ResponderEliminarMuchas gracias amiga Sonia, y hablando de arte, para cuando la creatividad artística familiar.
Un beso