lunes, 28 de septiembre de 2015

POSADAS FRENTE DE GUERRA, PASEO POR LA MEMORIA HISTÓRICA (JOAQUIN CASADO BONO, MALENIA ASOCIACIÓN CULTURAL.)



Ayer domingo con un grupo de más de cincuenta personas, participamos en un recorrido por Posadas, de la mano de su Cronista Oficial, Joaquín Casado Bono, que nos deleitó, si fuese para sentir deleite, con lo acaecido en Posadas los primeros días de la Guerra incivil, cuando aún los fascistas no habían cometido los desmanes y asesinatos legales, cuando aún no habían empezado el genocidio y la planificación del terror, que según vi ayer, les dura aún a algunas personas. Fue un verdadero ejercicio de Memoria Histórica localizado en ese bonito pueblo de Posadas.

En la Plaza de la Constitución

Joaquín Casado, profesor de instituto y amigo de hace muchos años, es el autor de un interesante libro Posadas 1900-1936, que se queda en el momento que empieza el paseo de ayer domingo. En él se puede ver como era el pueblo de Posadas en los primeros años del siglo XX, y como la oligarquía agraria, forzaba al movimiento obrero, a asociarse y a luchar contra sus abusos. Abusos que se incrementaron en el periodo esperanzador de la II República, con el objetivo prefijado de desestabilizarla y anularla por el peso de las armas, de esos "patriotas" que habían jurado defenderla. Además el libro es un interesante estudio sobre el movimiento anarquista y de la masonería. Está prevista la salida de un segundo libro, que va desde el fatídico 1936 hasta la insuficiente transición de la década de los setenta del siglo XX. 

En la puerta del antiguo Ateneo

El "paseo", muy habitual en los métodos contra las personas durante el periodo citado, comenzó en la plaza de la Constitución, luego por Fernández Santiago a la plaza de la Parroquia, para rodarla y llegar a la Plaza del Sol. Pocito, Avenida de Blas Infante, Misabel Salas, para nuevamente salir a Blas Infante, y luego parar en la esquina de la Calle de Jesús. Luego encarar calle Gaitán y para nuevamente a Antonio Machado y acabar en la Plaza de la Estación. Como supo a poco, visitamos el Cementerio Municipal para conocer "in situ" lugares donde estuvo la fosa común, y anécdotas relativas a personas que perdieron la vida en el golpe fascista.

Un mirador estratégico

Hubo comentarios adicionales y testimonios directos de las personas asistentes, pero lo más interesante lo entendí al final, de la boca del autor mientras almorzábamos en la Serrezuela, culminando un día con unos extraordinarios amigos de muchos años. Dispensario, Parroquia, Hospital de la Caridad, Morería, Ayuntamiento, casa de su amigo Carlos Ramos, Cuartel, Cárcel, Casino Liberal, casa de D. Leovigildo Ávalos, casa de D. Alfredo Herrera, etc. hasta llegar al punto más importante del pueblo, la estación, objetivo de los facciosos, y lugar de la huida de la mayoría hacia la sierra, y luego el cementerio, lugar para los que no pudieron huir de la barbarie y encontraron sus cuerpos.

En la puerta de la parroquia

Durante un tiempo, en una página de Facebook, que se llamó como el Paseo, Posadas frente de Guerra, Joaquín Casado fue publicando a modo de páginas de un diario, las vivencias de RAF, un paisano venido de la capital de la República, y al que la guerra pillo en el pueblo, todo lo acontecido diariamente en ese periodo que él llama revolucionario, pero que fue de supervivencia. Yo no voy a caer en el error de equiparar hechos luctuosos aislados, cometidos por una gente que no sabía lo que les iba a pasar, y que llevaban sufriendo en sus carnes y en la de sus familias el asesinato del hambre y la miseria, por unos individuos sin corazón, a los que ahora tenían a su merced, con los que cometieron sistemáticamente un ejército disciplinado dirigido por el fascismo, cuyo único objetivo era implantar el terror real, y anular cualquier atisbo de recuperación del pueblo y la democracia.

En la plaza del Sol

Al final de las páginas diarias Joaquín a modo de epílogo dice:

"...,pensé escribir un resumen de lo que ocurrió cada jornada en el pueblo durante los cuarenta y dos días de lo que llamo el período revolucionario, pero pensando como hacerlo se me ocurrió tomar el nombre de este joven madrileño haciéndolo aspirante a periodista y que nos lo contara todo con la perspectiva de un forastero que viene de la capital de la República. De esta forma en los días previos él va conociendo las circunstancias en que vive Posadas y tomándole el pulso a la realidad para hacerle deducir que el drama de la guerra, el enfrentamiento social que había, hizo inevitable la contienda y tanto sufrimiento como ocasionó, porque una parte la quería, la buscaba y la inició. 


En plena explicación histórica

Así por ejemplo se fabula el encuentro con Martínez Santiago y entre ambos como masones, nace esa mutua complicidad por la identidad de la misma fe y también se fabulan otras cosas y situaciones necesarias para relatar los hechos importantes. Con esta ficción cumplo el objetivo de contar esos dos meses del comienzo de la guerra y también un deber sentido hace muchos años: dejar constancia de la existencia de este joven y de su muerte injusta, evitando que su nombre caiga en el olvido. Algún avezado lector ya captó que esto podía ser novela histórica. Por todo ello, como bien se puede suponer, las reflexiones que hace Raf, las palabras con que las expresa, los sentimientos y emociones que manifiesta, las preguntas que se hace a sí mismo, son parte de esa ficción literaria."


Otro de los lugares que tuvimos que conpartir con inquietos conductores

Y como cuando en la novela de intriga, al final se descubre que el asesino es el mayordomo, Joaquín desvela que es una ficción basada en un hecho histórico, una posición de un cuerpo después del fusilamiento, denotaba que pertenecía a los masones -Otra organización odiada por el fascismo, mejor dicho por su "fürher" español, que metía en el mismo saco de su odio de persona insignificante, bajito, con voz de cristobitas, unitesticular (esto a lo mejor no viene a cuenta pero seguro es el causante de la carencia de testosterona), a marxistas, comunistas, judíos y masones, vamos una mezcla explosiva.-, y a partir de ahí ordena un relato que engancha, a mi por lo menos me enganchó. Puede leerse buscándolo entero aquí

En la esquina de lo que fue el antiguo cuarte de la G. Civil

Si equiparamos ambos hechos, disculpamos el segundo planificado, que si me aprietan duró... hasta nuestros días, ahora con cuestiones como los recortes, reforma laboral, paro , corrupción, etc., es decir con un genocidio más sutil de la clase trabajadora, e incluso de esos que parecían a salvo del capitalismo criminal, las llamadas clases medias. Particularmente me rebelan esas personas que tratándose de rodearse de una aureola de santidad, piden pasar página y ser magnánimos. Y (con perdón) una mierda, pasar página para que no se conozcan y olviden los desmanes de una gentuza que gobernó y anuló a millones de personas en este país, y aún están en puestos devisivos de la gobernanza de España.

Los ciudadanos atentos

El golpe de estado lo dieron los fascistas, únicos responsables de esos cientos de miles de muertes y de desmanes, los otros, a los que en las páginas ficticias de ese diario extraordinario de los hechos, acaecidos durante los dos primeros meses desde el golpe en Posadas, llaman "escopeteros", yo llamaría, a pesar de los pesares, patrullas ciudadanas de republicanos, que trataban de defender a su gente de lo que sabían les iba a llegar en un momento u otro. -Es que se cometieron desmanes en uno y otro bando... y otra mierda también (otra vez con perdón, pero con la boca grande), empezaron los fascistas que son los únicos culpables, los otros trataron de defenderse.

Señalando un hecho concreto

Luego está otro crimen contra la humanidad,  el someter al olvido a miles de personas, la mayoría inocentes y honradas, que están tirados por las cunetas de la carreteras del país. -Pasar página dejar de (tocarnos los cojones) buscar ya que eso ya pasó. Sí, pero vuestro muertos, los pocos que tuvisteis, al día siguiente los teníais en vuestras tumbas y mausoleos, identificados y honrados por vuestro gobierno genocida y estos, los verdaderos afectados por el golpe del fascismo, aún no saben sus familiares donde están y no piden nada más que eso, tenerlos identificados en un lugar, ni siquiera tienen rencor, al que tiene derecho, pero no lo tienen. 

Los restos de una bala

Lo cierto es que el paseo fue un granito más en el mantenimiento de esa memoria que no se debe olvidar nunca, que deben conocer las nuevas generaciones, sin rencor, y si queda algo que seguro que no, no traspasándolo a los vástagos de esas generaciones estimadas por mí, culpables, aunque muchos sean de este palo tal astilla. La neutralización debe realizarse con democracia y ejemplos claros de convivencia. Ojalá en este país se acaben de una vez las dos mitades de Machado en las que está dividido históricamente. Gracias por el trabajo Joaquín, y como no al pueblo de Posadas y a la asociación Malenia, por mantener viva la llama de la esperanza.

La foto de los asistentes en la Plaza de la Estación

Fotos y vídeo del autor
Bibliografía del paseo de las páginas del dierio y de las conversaciones con Joaquín.

sábado, 26 de septiembre de 2015

ABRIGO DE "LOS MECHINALES" (HORNACHUELOS)

Abrigo de los Mechinales

Cuando bajamos de la Cueva del Negro, después de haberla visitado, descendimos unos diez metros -la distancia entre una curva de nivel-, a otra cornisa inferior, cota de 250 m.s.n.m., buscando bordear la meseta para encontrar un camino de bajada menos pronunciado. Casi llegando a una de las esquinas redondeadas de la enorme planicie rectangular, se nos presentó un abrigo de unos treinta y cinco o cuarenta metros de longitud, cuatro de profundidad, escalonado, y unos cinco o seis de altura. Este presentaba filtraciones en las paredes por múltiples puntos. 

Cartografía raster del IGN

Vuelo de Appel

Hay que tener en cuenta que si la Cueva del Negro tiene un grosor de techo de aproximados dos metros, aquí estamos hablando de unos quince por la parte más corta, por lo que el posible almacenamiento o filtración de agua por sus estratos es más posible. Su ubicación está en la esquina sureste de la gran planicie o meseta que se ubica entre las cotas de 280/290 m.s.n.m. planicie que pertenece en su totalidad a la finca Zahurdilla, pero tanto el abrigo que nos ocupa, como las dos terceras partes de la visitada Cueva del Negro, lo son de la finca Allozar. Por lo tanto, el abrigo que hemos llamado de los Mechinales, forma parte de esta última finca, como se podrá comprobar en los planos catastrales.

Serrano, Abén y Pancho

Serrano, Curro, Abén y Pancho

La creencia generalizada del grupo, es que ésta es la cavidad que se divisa desde la carretera, aunque esto es secundario. El abrigo es relativamente pequeño, seguramente con el tiempo y las filtraciones profundizará más en la meseta. Tiene un escalón y dentro de él, hay tallados en la caliza unos pilones que estimamos serán para almacenar el agua de las filtraciones. Uno de ellos sería de un metro por un metro y unos sesenta centímetros de profundidad. Pero si la singularidad de este hecho nos llamó la atención, nos la llamó más la existencia de unos agujeros en la pared tipo mechinal, así como en el suelo. Al no tener toponímico conocido, decidimos a propuesta de Pepe Serrano, llamarle Abrigo de los Mechinales.

Curiosos mechinales en la pared que se repiten en el suelo

Filtraciones

Pilón que se cita

Surgió un debate sobre el significado de esos mechinales; cada uno expusimos un uso distinto, creo que el más aventurado y simplón fue el mío, que lo considere el sostén de una conducción de agua, a pesar de que no había filtración en su cabecera como me hicieron ver. Luego después de escuchar los diferentes usos, y que todos versaban sobre el sostén de una pared más o menos, Curro dijo que creía era un muro relleno de materia vegetal apisonada, a modo de corta vientos. De todas formas son los llamados mechinales, unas curiosas señales, talladas por parejas en pared y suelo. Esperamos tener suerte y que cualquier lector que conozca el lugar o sepa lo que allí había, nos lo aclare.

Otra vista del pilón

Detalle del pilón

Desnivel considerable de la ladera

Después de tomar medidas, localización geográfica, y sobre todo descansar un rato, decidimos bajar al corto arroyón (no sabemos tampoco el nombre) que rodea toda la meseta, baja del norte -paralelo al límite del Parque Natural- hacia el sur para después subir al oeste y desembocar en el Río Bembézar, hoy presa de derivación. La planicie está entre las cuencas de los ríos Gadalvacarejo y Bembézar. Una vez abajo subimos por un pendiente cortafuegos, recién arreglado, que nos llevó a una puerta que tuvimos que pasar, unos acordándose de los tiempo de la mili, arrastrándonos, Curro nos dio una lección de habilidad, tendiéndose en el suelo al hilo de la puerta y pasando ésta por encima de él.

Una gran piedra desprendida


Un cuarenta por ciento de desnivel para la subida

Alzado y planta del abrigo

Un bonito día, un hermoso territorio el del Parque de Hornachuelos, y una buena gente.

Fotografías y vídeos del autor, Apple e IGN

viernes, 25 de septiembre de 2015

CUEVA DEL NEGRO (HORNACHUELOS)

La boca de la cueva del Negro, Abén Aljama tomando una fotografía

Visitar Hornachuelos y no darle un abrazo a nuestro amigo "Curro Mesa", es un sacrilegio. Hacer una investigación en Hornachuelos y no tenerlo de guía sería imperdonable. Abén Aljama, es un poco le pese a quien le pese, el "alma mater" del G40 en el territorio cordobés. Está logrando, con mucho tesón, la catalogación y topografía de la mayoría de las cavidades de la provincia. Su espíritu inquieto, su juventud, y su interés por la investigación espeleológica, son los motores que mueven el vehículo de esos logros.

Vuelo de 1977

Vuelo de Apple, meseta caliza  y carretera

Pues con esos mimbres se tejió el pasado día 22, de este aún caluroso septiembre, la visita a dos de ellas en la hermosa villa de Hornachuelos, la del Negro y un abrigo llamativo. Los demás, colaboramos con Abén y Pancho en su trabajo, es decir somos piezas secundarias de la estructura, aunque algunas sean de categoría y otros (yo), lo seamos menos. En una palabra, el punto de partida de todas las investigaciones es Abén que coordina y organiza, y los demás colaboradores en ellas.

Panorámica de la cueva del Negro

Sector habitacional

Entrada del habitáculo

Camino de las Zahurdillas, por la CO-5314 (Hornachuelos/Pantano del Bembézar), serpenteante, mala de piso, con la bondad de tener bionda en los lugares complicados, que tranquilizaba. Pasamos primero el caserío, enorme y moderno, de Los Corrales del Allozar, la finca colindante a nuestro destino, luego bordeamos nuestro objetivo, al otro lado del arroyón, en la cornisa de la enorme meseta caliza, que nos señaló Curro, y que yo no vi, para unos cientos de metros más arriba entrar en el carril de las Zahurdillas. Inquietos y evasivos ciervos nos observaban al entrar en la finca a los lados del carril.

Arco de salida del habitáculo

Otra vista del escalón del habitáculo

Parada en la finca, pero no estaba Ángel, el encargado, volvería a una hora determinada, decidimos entonces bajar de nuevo y visitar mientras el yacimiento del Mioceno de Nublos, dónde vimos la fauna marina de hace millones de años en la fosilizada playa de Nublos. Allí nos visitó el guarda de la Atalaya de Nublos, no sabemos por qué  -no era su territorio de vigilancia-, que desconocía la importancia de lo que yacía en el suelo en terrenos de la Cañada Real Soriana. Vuelta a Zahurdillas y por el camino nos encontramos a Ángel, el encargado de la finca, que dio a Curro las instrucciones y el plácet, para acceder porque había cerrado los accesos.

Quicio derecho y entrada habitáculo

Separación interior de las fincas Zaurdillas y Allozar, por este orden

-Aparcaremos donde los abejarucos. -dijo Curro. -Si es el mejor sitio. -le contestó Ángel. Todo solucionado. Cuando llegamos al lugar, un pequeño llano a la derecha en dirección a las Zaurdillas, y comprendimos el toponímico, la pared estaba llena de agujeros de nidos de los abejarucos -preciosos pájaros, de intenso colorido-,  que pueden llegar a dos metros de profundidad, donde crían. Ahora atacar la bajada al arroyo, a campo través, para luego subir a la cornisa. Señalar que a pesar de que Curro está convaleciente está (cosa que nos alegró) de una excelente forma física, por lo menos a mi me llevó cuesta arriba a mal traer.

Habitáculo

Otra cavidad interior

En principio buscábamos una pista que circunda la meseta, pero no la encontramos, lo que nos hizo desplazarnos más hacia el oeste, y eso, estimamos, fue lo que nos permitió llegar a la Cueva del Negro. Pensamos que lo que se veía desde la carretera era el abrigo que bautizamos de los Mechinales, y si nos hubiéramos encontrado esto, a lo mejor nos hubiéramos dado por satisfechos y no buscado la cueva después. Lo importante es que llegado al límite de la finca Allozar siguiendo el alambre de espino, nos llevó a la cueva. Pepe Serrano y yo tuvimos lección de botánica con Curro ,que nos explico la utilización de la Sanguina y de las silvetres flores de azafrán.

 Escalón

Fondo norte y a la izquierda la gatera

Allí estaba la Cueva del Negro, convertida en cobertizo natural del ganado, una enorme boca en la cornisa caliza, de dieciocho metros de quicio a quicio de la imaginaria puerta, y un "hall" semicircular de trece metros de profundidad por dieciséis de diámetro y dos y medio de altura media. Lo protegían, ejercían de porteros, un enorme y seguramente mayor algarrobo, y otra serie de arbustos. Y lo más significativo y curioso, el alambre de espino cruzaba el "hall" hasta la pared del fondo, dejando solamente un tercio de la superficie de la cueva, en los terrenos de  Zahurdillas. En una palabra, la mayor parte de la superficie de la cueva pertenece a la finca Allozar.

 Columna de la entrada

Un suelo terroso gris tapizaba el piso. A la derecha en sus paredes este, había una entrada que rodeaba una columna, y permitía acceder a lo que consideramos habitáculo de sus moradores temporales, con salida nuevamente también al hall principal. Desde dentro del habitáculo, que estaba divido por un apilamiento de piedras, se salía otra vez al principal. En el fondo norte (como si fuese un campo de futbol), había una gatera detrás de unas enormes piedras, que se introducía unos seis metros de profundidad con una altura de escasos cincuenta centímetros.

Detalle del techo

Arco interior a espaldas del habitáculo

En esa pared había concreciones de carbonato cálcico, quizás las únicas de todo el recinto. El techo está ennegrecido posiblemente por el fuego que se había hecho en el interior, con algunos apuntes de chimeneas sin serlo. No encontramos ningún vestigio arqueológico, ni siquiera un modesto grafiti. Luego y gracias a la iniciativa de Abén Aljama, hemos tenido conocimiento de la existencia en el Museo Arqueológico Nacional, de unos cuadernos de campo, que incluyen un croquis de la planta y el dibujo de unos útiles prehistóricos.  

 Concrección de carbonato cálcico

Techo, lo más parecido a una chimenea

También ante una fotografía publicada en una red social, un arqueólogo de Posadas y hoy primer Teniente Alcalde de su ayuntamiento, Daniel García, manifestó conocer esas piezas. Concretamente escribió lo siguiente: "Aquí encontré un fragmento de canto rodado pulido para hacer un cuenco. Ese gran trabajo de manufactura nos dice que no era un utensilio común, más bien parte de un ajuar funerario. Por cierto, allí debe estar todavía...". Nosotros lamentablemente no lo vimos.

Luis Siret (Foto informe)

El trabajo más importante en esa cueva, que sepamos, lo realizó Pedro Flores, que era el excavador de confianza, de Luis Siret y Cels (26/8/1860, Bélgica-7-6-1934, Herrerías). Enrique y Luis Siret, trabajaban de ingenieros de minas en Almería en el siglo XIX, y dedicaron más de cincuenta años de sus vidas en investigar y documentar yacimientos del Paleo, Neo y Calcolítico,  así como de la Edad del Bronce en el sureste de España, y en otros lugares de Andalucía. Sus trabajos están depositados en el Museo Arqueológico Nacional y el Museo arqueológico de Almería.

Pedro Flores (Foto biografía)

Pedro Flores nació en Llanos Colorados de Antas, Almería, en 1840. De mayor aprendió a leer y escribir, Tuvo seis hijos y todos a excepción de una hembra, colaboraron posteriormente en las excavaciones que realizó Pedro para los hermanos Siret. Esta colaboración comenzó en 1880, cuando Pedro tenía cuarenta años. Pedro falleció en 1928, con 88 años en la localidad que le vio nacer. Creo que aunque la crónica de esta visita nuestra a la cueva debe ser mucho más concreta, no podemos dejar pasar esta oportunidad para de una forma discreta homenajear a estas personas sencillas, pero grandes. Su categoría personal la refleja un texto de los Siret que se transcribe:

Cuaderno de campo de Pedro Flores (Foto Abén Aljama)

Dibujo restos Museo Arqueológico Nacional (Foto Abén Aljama)

“Durante los trabajos que dirigíamos como ingenieros, un obrero, llamado Pedro Flores llamó nuestra atención. Al principio de nuestras excavaciones se halló todo designado para esta clase de de trabajo … Estaba acompañado de dos de sus hijos, de 11 y 13 años de edad respectivamente; éste 2 último desempeñaba las funciones de secretario: llevaba el cuaderno de las excavaciones en el que escribía, al dictado del padre, el número de cada sepultura, su localización, su orientación y describía luego la posición del esqueleto y del ajuar funerario. Estos apuntes sobre el terreno eran acompañados, por la tarde, por un dibujo infantil pero muy fiel, y nos han sido muy útiles”

Boceto de alzado y planta

Texto traducido (es un decir) del cuaderno de campo numero XXV, pág. 29 y 30, de Pedro Flores, y sucedieron los hechos entre los días 12 y 28 de noviembre de 1890, Pedro ya llevaba trabajando con los hermanos diez años :

Traducción literal
"3 mesmo día a una legua de Ornachuelos entre norte y levante a 350 grados del castillo de almodobar una cueba llamada la cueba del negro sitio llamado zagurdilla la que tiene 13 metros de larga y 16 de ancha y 18 por los marcos de la puerta y 2 y medio de alta mas dos metros de grueso de techo Donde seencuentran en [...] pedazos de [...] y [...] y cristal de roca y un maltillo el que me llebo"

Traducción del Museo:
"3 El mismo día.

A una legua de Hornachuelos, entre Norte y Levante, relacionada a 350 grados al Castillo de Almodóvar, una cueva llamada la Cueva del Negro, sitio llamado la Zacurdilla la que tiene 13 m. de largo y 16 m. de ancho y 18 formando la puerta, y 2 y medio de alto, y unos 2 m. de grueso el techo, donde se encuentran en su derrame pedazos de pedernal y guijarro y cristales de roca, y un martillo, el que me llevo."



Entre los documentos figura tambien una carta de Pedro Flores a Luis Siret, fechada el 16 de enero de 1891, en la que le hace entrega del cajon numero 3 de sus trabajos por Andalucia, que tuvieron lugar entre los días 12 y28 de noviembre de 1890.

Carta de Pedro Flores a Luis Siret
"Alcala los panaderos
16 denero de 1891
Señor Don Luis muy señor mio y de mi mallor aprecio oy mencuentro en alcala los panaderos y ay lleba uste la copia del cajon numero 3 porque me seorvido el mandar lo en la carta pasada y del negozio le digo que bamos mal no hay mas que yacimentos de romanos en los que no hago nada y en posada en el sitio llamado la Cerrezuela recogi algunas pernera y en ornachuelos una cueba llamada cueba del negro recogi algunos pedazos de pederna y lanzas para Santiponce a donde estuve 3 dias y ademas muy sugetos por las llubias que todos los dias estamos llobiendo y el 16 o 17 es tare en manzanilla sienel camino no pierdo ningundia Sin mas que decir le con ser lo que uste bueno y disponga de su amigo y criado que dis pues to esta aqui o despues
pedro flores garzia"



 Abén Aljama tomando datos

Abén, Pepe Serrano y Juan Francisco Perales "Curro" 

Dicho esto y después de descansar, medir, y tomar fotos, decidimos bajar de nuevo al arroyón para después atacar la ladera de la carretera. Bajamos al escalón inferior, a otra cornisa en una cota inferior en dirección noreste, Habíamos visto un empinado cortafuegos frente y consideramos que era más cómodo subir por allí, a pesar del desnivel, porque por otro lado había mucho matorral y el mismo desnivel. Al poco de andar por ese nivel, dimos casualmente con un abrigo muy curioso, que no encontramos a la subida y que nos llamó notablemente la atención. Pero su descripción la dejo para otra entrada.

 Quien suscribe (Foto Pancho Gamero)

Pancho Gamero

Curro contó una historia que puede ser verdad o leyenda, que le contaron a él, y que ocurrió entre 1930 y 1940, nos dijo lo siguiente: "En esa cueva vivía un hombre. Cierto día aparecieron por allí dos personas con un plano. Entraron en la cueva y buscaron un punto que les señalaba el plano, cavaron y sacaron algo que parecía de valor, se lo llevaron y se marcharon." (*)

Como siempre, decir que esto es una modesta crónica de un paseo con un grupo de espeleólogos, aficionados, pero con mucha profesionalidad. La descripción científica de la cavidad quienes la hacen bien son ellos, no yo. Yo me limito a pasar de puntillas por temas que no conozco, por lo que pido disculpas si se observan carencias o imprecisiones en las descripciones. De antemano gracias por la gracia. Y como siempre el agradecimiento a los componentes del grupo Abén Aljama y Pancho Gamero, Pepe Serrano como colaborador, Juan Francisco Perales "Curro Mesa" como guía de excepción y quien suscribe como cronista y entorpecedor oficial.



Fotografías del autor, Bing, y vuelos ING y Americanos
Agradecimiento a Guadalupe Gómez Muñoz por colaborar en la traducción del texto
Bibliografía citada fruto de la investigaciónd e Abén Aljama.