Tobogán a las galería inferiores, cueva del Fato
Esta mañana, después de haber recibido ayer noche la citación de Pancho Gamero para visitar la cueva del Fato otra vez, pues él tenía que comprobar unos extremos de la topografía del G40, nos dirigimos allí. Completaban la salida Emma y Emilio, extraordinarios compañeros de expedición.
Entrada a las galerías
Paredes precipitadas
Nueve de la mañana, después de dejar los coches aparcados en un camino, nos dirigimos al sendero del travertino. Cuál no sería nuestra sorpresa que las señales de ayer habían desaparecido todas. Algún alma caritativa, con cierto criterio lógico, las ha quitado todas, con la delicadeza de haberlas retirado del todo, no ha quedado ni rastro.
Pasillo y galería hacia arriba
Formaciones en la pared
Digo con cierto criterio lógico, porque la dificultad es una forma de proteger el difícil equilibrio que tiene el entorno de la posible masificación de visitas. Y más que eso, el terreno no es un camino para cualquiera, requiere algo de experiencia, vamos que no es un senderismo normal. Y claro hay un cierto peligro en su recorrido y no digamos que en la cueva.
Preciosas columnas
Otras formaciones
Dicho esto vamos a lo esencial. A la tercera la vencida. Hoy he accedido a la Cueva del Fato, con cierto reparo personal que no he manifestado y con la ayuda de los compañeros. Disfrute del enorme edificio travertínico que explicó a todos Pancho. Y la bajada a la orilla del río con la protección de la cuerda. Preparación del material de acceso, cascos, guantes, linternas y material de grabación de vídeo y fotografía.
Un murciélago
Una mariposa fosilizándose
Cambio de calzado por el de agua, cruce del "gour" ("gran gour" dice el G40 en su topografía) y acceso. Hicimos una primera entrada Emilio, Pancho y yo, quedando fuera Emma. Aviso previo al grupo de espeleología de que se estaba efectuando una entrada, a pesar de que había un miembro del grupo en el exterior. Esta primera entrada tengo conciencia de que ha sido dedicada a mí, ya que la más importante fue la segunda que era una exploración en toda regla.
Estalactitas
Admirando el techo (foto Emilio)
La primera parte del acceso estrecho y alto, por el techo entra la luz de la diaclasa de la terraza. Unos cuatro metros de altura. Muchos mosquitos de un tamaño considerable, creo que no había hembras, porque no se prodigaron mucho. Murcielaguina en cantidad industrial y múltiples derrumbes en el suelo. Aproximadamente unos dieciocho metros de camino nos llevan al cruce señalado con R1.
Pancho comprobando la ventana
Emilio Fernández, el cámara
A la izquierda un pasillo estrecho que no cogemos. Este pasillo lleva a la Sala de las Formaciones y de las Columnas. Nosotros nos encontramos ahora en una primera encrucijada, ya tiene agua corriendo por el suelo, a la derecha un pasillo ciego de unos quince metros, y a la izquierda otro en rampa con suave curva, de una longitud de unos cinco metros que acaba en una ventana sobre el otro pasillo-río.
Más pasillo
Paredes y techos
Un par de metros y dos pasillos laterales con agua corriendo por los suelos, el curso de la misma al cruce dónde estamos. Cinco metros el de la derecha y ciego. El de la izquierda tiene diez, también ciego, pero a los cinco desemboca en él la ventana del primer pasillo a la izquierda citado. Luego otra encrucijada, ésta está entibada, una columna fosilizada del precipitado enfrente, y una especie de húmedo útero misterioso en forma de tobogán que lleva a una tercera encrucijada ya cubierta de agua por todos lados.
Caída constante de agua
Maderos de entibar en presunto mal estado
El entibado del pasillo de la izquierda, el de la ventana, tiene la madera podrida y en un equilibrio que dejaba mucho que desear, y otra no menos delicada en el pasillo de la derecha. A partir de ahí vuelta al punto de partida para que ellos hicieran una exploración más profunda y por consiguiente más técnica. Decir que el agua nos regaba desde el techo y todos lugares, bonitas formaciones calcáreas nos rodeaban, estalactitas y estalagmitas, y otras formas.
Un puntal fosilizado y el tobogán
El tobogán y el agua hacía abajo
En una de ellas una mariposa ha quedado pegada y formará parte de un fósil, para la posteridad. Algunos murciélagos se molestan y vuelan buscando otro lugar más tranquilo. Salimos a la calle y ahora se incorpora Emma. Decir que me llamó la atención su valentía, claro está un poco curtida en estas lides. Me quedé solo en el campamento con el material, mochilas bolsas y cuerdas.
Galería de la derecha
Primera encrucijada
Algunos jabalíes pasearon por el margen derecho y el tropel que generaban sonaba en el lugar violentamente rompiendo el musical sonido del agua. Transcurrido un tiempo oí voces de los compañeros, lo primero que pensé es que estaban saliendo por la boca, pero no, no venía de ahí el sonido. Entonces será de la salida principal del río, y tampoco, la localización en el plano era de unos cuarenta metros cauce arriba, y no me parecía posible que fuera de allí.
Galería
Galería entibada
Me acerqué al "gour" y, cosa curiosa, salía el sonido de la surgencia, un pequeño túnel de unos cincuenta centímetros, al que le faltaban unos veinticinco centímetros para estar cubierto de agua en su totalidad, de allí salía el sonido. Nos comunicamos y les dije dónde estaban. Se marcharon y volví a perderlos. Por lo menos estaban bien. Unos diez o veinte minutos después salían, empapados totalmente.
La salida al gour del túnel
Alegría, felicitaciones, y comprobación de la salida del túnel del "gour", por donde nos comunicamos. Cambio de ropa por otra seca y subida nuevamente por la pared con ayuda de la cuerda. Ah se me olvidaba, un trozo de cinta del chino quedaba en una rama, el alma caritativa no las quitó todas. Algunos comentarios nuevamente en el travertino.
Quien suscribe saliendo de la mina (foto Pancho)
Exploración de Pancho y Emma de un acceso que lleva a la "azotea travertínica", y posiblemente después a la pista. Ya en los coches. Mucha calor aunque menos que otros días. Una pareja de buitres sobrevolaban las calizas del Cámbrico, yo decía del mioceno, pero son del cámbrico. Esta la quité yo. Extraordinario artilugio el vídeo del casco de Emilio, luego después de ver el resultado merece la pena su uso.
Emma
No hay dos sin tres y a la tercera va la vencida. Misión cumplida, visita a la Cueva o mina del Fato, gracias a Pancho, Emilio y Emma, el orden es lo de menos, yo he usado el de la fecha que conozco a las personas. Por eso les quiero dar las gracias a los tres. Abén no pudo venir pues estaba haciendo barranquismo por el sur, lo echamos de menos, lo mismo que a otra invitada de otras salidas, Gloria. Yo avisé a otros amigos pero el aviso no llegó a tiempo. También en el grupo de WhatsApp lo dijimos esta mañana.
Fotografías del autor Pancho y Emilio, Vídeo de Emilio Fernández
Ha sido un placer Paco visitar contigo la Mina del Fato. Hemos podido comprobar que tienes alma de espeleólogo. Te esperamos pronto para una próxima visita.
ResponderEliminarNo conocía esta cueva, comprendo que será dificil acceder a ella para una persona que no sea espeólogo, creo que hay una mayoría de personas cordobesas que desconocen su existencia...muy buena idea su difusión.
ResponderEliminarSaludos
Pancho muchas gracias. Pero es de reconocer que si no es por vostros y vuestros mimos hubiera sido imposible. Y claro que si me apunto. He visto las fotos de Emma y hay algunas marvillosas de las salas anteriores.
ResponderEliminarUn abrazo
Ventana de foto, muchas gracias. Sí que es dificil acceder, llegara a ella ya lo es, pero luego moverse por el interior más, y sobre todo peligroso. Dentro hay pozos en mitad de la galería que, aunque se ven, puedes en un error caer en ellos.
ResponderEliminarUn abrazo